Cultura de paz en la Nicaragua de 2014
Lenin Fisher
La guerra ha sido casi una constante en la historia
de Nicaragua. Como extensión de la política y en consecuencia de la lucha de
clases. Pero ningún ciudadano sensato, que se precie de amar a su país, desea
más guerra.
Desde 1990 cuando terminó el último conflicto
armado, hemos gozado de una paz formal y relativa, por la ausencia de guerra;
pero paz al fin y al cabo. En medio de ese proceso pacífico, los nicaragüenses
también hemos realizado cuatro elecciones presidenciales. La cultura de paz se
ha enraizado en Nicaragua. El traspaso de poder ha ocurrido en paz, desde un
gobierno de izquierda a uno de derecha (1990); y de otro gobierno de derecha a
uno de izquierda (2007). Estamos convencidos de que la única forma de llegar al
poder es a través de los votos, no por medio de las armas. Ni la derecha, ni la
izquierda deben pensar que otra vez tomarán el poder por medio de la guerra.
Deben conquistar el voto del pueblo. La lucha es electoral.
Han transcurrido 24 años en paz. El periodo
1990-2014 está muy cerca de igualar en cantidad de años al llamado periodo de
los treinta años de gobiernos conservadores (1857-1893). La diferencia es que
en el periodo del siglo XIX solamente gobernó la oligarquía a través del
Partido Conservador; en cambio, en este lapso de tiempo de los siglos XX y XXI,
la derecha se ha alternado en el poder con la izquierda, y ha gobernado un
partido revolucionario: el FSLN.
La paz es esencial para desarrollar un país y
mejorar las condiciones de vida de todos sus habitantes. Por lo tanto, el acto
terrorista realizado el 19 de julio, contra manifestantes sandinistas, que
viajaban en buses en la carretera a Matagalpa, es repudiable. Los extremistas
asesinaron a cinco personas, todos civiles; entre ellos, un niña de 12 años. Las
balas disparadas por esos fanáticos hirieron a 19 personas más; y causaron
lesiones en otras ocho personas, debido a los movimientos bruscos de los
autobuses.
Policía Nacional, Ejército Nacional y Poder
Judicial deben capturar y juzgar a los autores materiales e intelectuales de
ese crimen que viola los derechos humanos y políticos de los nicaragüenses. La
ley debe aplicarse. El pueblo exige justicia y rechaza la impunidad.
Este crimen, repudiado por todos los sectores de la
sociedad nicaragüense y diversos países, nos hace recordar los asesinatos de
civiles ocurridos en Paraguay (2012), Venezuela (2014) y Ucrania (2013-2014),
con el fin de desencadenar la violencia para ejecutar golpes de Estado suaves,
promovidos desde Estados Unidos. Emboscar y matar campesinos; disparar contra
las manifestaciones en las ciudades; provocar auto-disparos en las
manifestaciones de la oposición; usar francotiradores contra todo lo que se mueva;
son técnicas dirigidas por servicios de espionaje foráneos. O bien, secuestrar
presidentes, como en Honduras (2009).
El terrorismo ha querido dañar la imagen de
seguridad y estabilidad que Nicaragua tiene ante el mundo, especialmente cuando
falta poco tiempo para iniciar la construcción del canal interoceánico. Por eso
la fecha de la masacre no es casual. ¡El pueblo quiere justicia!
Managua, Nicaragua, 24 de julio de 2014
leninfisherblogspot.com