Discurso de presentación del libro
LA TOMA DEL BÚNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE
1979
Harold Chavarría*
Oyendo declamar a Oscar Ulises Cortes Tapia,
hijo del valiente, aguerrido y siempre recordado Chele Marcos, Oscar Cortés Marín, y a quien el doctor Lenin Fisher en
nombre y reconocimiento a los heroicos combatientes históricos del Frente
Occidental Rigoberto López Pérez, le dedica el libro LA TOMA DEL BÚNKER
DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979, que hoy nos toca presentar, –algunos
de esos hermanos hoy nos acompañan en este acto, incluyendo al Comandante de
las fuerzas revolucionarias del FORLP, Leopoldo Rivas Alfaro–.
Les decía que recordaba al poeta Fernando
Gordillo, quien aseguraba que la lucha es el más alto de los cantos y el libro
de Lenin Fisher es un himno al canto más alto de los dos más grandes cantos que
las fuerzas revolucionarias latinoamericanas entonaran en los cien años del
siglo XX y que dieron como resultados el triunfo de la Revolución Cubana el primero
de enero de 1959 y de la Revolución Popular Sandinista, veinte años después, el
19 de julio de 1979.
Nos atrevemos a decir esto, porque únicamente
dos fuerzas revolucionarias en América Latina alcanzaron durante el siglo XX el
poder político para sus pueblos por medio de la lucha armada: el Movimiento Revolucionario
26 de Julio en Cuba y el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua;
únicamente triunfaron dos cantos, muy a pesar de que los heroicos movimientos
revolucionarios de los Tupamaros del Uruguay, de los Montoneros de Argentina, del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, de la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca o el de los entrañables hermanos salvadoreños del Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional entre muchos otros, pusieron todo de su
parte, incluyendo el sacrificio y la entrega de las valiosas vidas de sus
principales dirigentes.
Traemos estas cosas a colación porque
ambas revoluciones, la cubana y la nicaragüense poseen muchísimas cosas en
común –además del permanecer aún triunfantes– como son: los mismos adversarios,
la misma bandera rojinegra y sus principales consignas: Patria Libre o Morir;
Patria o Muerte, Venceremos. También fueron guiadas por la misma estrategia
político-militar, la del General de los Hombres Libres Augusto César Sandino, y
las dos tuvieron a dos ciudades heroicas,
nobles y leales llamadas Santiago, Santiago de Cuba y Santiago de los
Caballeros de León de Nicaragua; las que se prepararon, que dieron los primeros
golpes mortales a las dictaduras de turno, como fueron el asalto al cuartel
Moncada y el ajusticiamiento del tirano Somoza García respectivamente, y que
luego lucharon y vencieron a sus opresores, a los que capturaron en sus propias
cuevas; que dieron en combate a sus mejores hijos, y los que sobrevivieron,
marcharon imparables y triunfantes hasta tomar las últimas fortificaciones de
los dos mayores genocidas de sus propios pueblos: Fulgencio Batista y Anastasio
Somoza.
Entonces el libro del doctor Fisher canta los momentos más sublimes y victoriosos de uno de estos dos hechos históricos de los pueblos latinoamericanos, a como lo es: LA TOMA DEL BÚNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979.
Entonces el libro del doctor Fisher canta los momentos más sublimes y victoriosos de uno de estos dos hechos históricos de los pueblos latinoamericanos, a como lo es: LA TOMA DEL BÚNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979.
El libro fue preparado bajo un
proceso serio, cuidadoso y responsable –hay que hacer notar que el autor tenía
apenas diez años cuando ocurrió la toma del búnker de Somoza–, por lo que se
vio forzado a obtener, investigar, compilar y contrastar muchas y diversas
fuentes; pero principalmente lo dicho y escrito por personas que en su momento,
en tiempo real, como decimos ahora, conocieron, supieron, vivieron y/o coadyuvaron
a crear las condiciones que acabaron con la dictadura somocista e hicieron que
se cumpliera la profecía de Rubén Darío, en el poema ¿Por qué?:“la pata del hombre descalzo manchará la
alfombra del opulento; se romperán las estatuas de los bandidos que oprimieron
a los humildes; y el cielo verá con temerosa alegría, entre el estruendo de la
catástrofe redentora, el castigo de los altivos malhechores”.
Fisher en su libro nos crea como
radiólogo experimentado –profesión a la que como él dice “se dedica en sus
tiempos libres”– una imagen nítida y completa de lo que sucedió aquel 19 de julio
de 1979 con las tropas revolucionaras leonesas entrando a Managua desde el 18
de julio, día en que liberan Mateare, Los Brasiles y descansan por la noche en el
empalme a Xiloá, –de lo que se desprende que ciudad Sandino también había sido
liberada– y llegando triunfantes al búnker de Somoza en las primeras horas de
la mañana del 19 de julio.
Los XVI capítulos del libro muestran
claramente y de manera tácita cinco fases
previas a que las tropas del FORLP entraran antes que
cualquier otra al Búnker de Somoza, y narran los hechos más importantes de cuatro
periodos previos a la misma y en donde se desarrollan hechos claves que crean
las condiciones objetivas y subjetivas para la entrada triunfal de las tropas
revolucionarias leonesas a las instalaciones de la Loma de Tiscapa, centro del
poder político, económico y militar de la dictadura somocista.
Y en estas cinco fases el autor
narra y analiza, y nos hace analizar los principales elementos que
intervinieron y crearon las condiciones objetivas y subjetivas para la toma de
la Loma de Tiscapa y el Búnker de Somoza.
Estos periodos son las siguientes:
1º.
Ene a Feb de 1978: La Fundación del Frente Occidental Rigoberto López
Pérez.
2º.
Marz a 16 Sept 1978: Preparación y desarrollo de
la Insurrección Popular en León.
3º.
Sept 17 de 1978 al 3 de Jun
1979: Etapa Pre–insurrección Final.
4º.
Jun 4 a Jul 17 de 1979:
Insurrección Popular Sandinista en León y en sus municipios.
5º.
Julio 18 y 19 de 1979: La víspera,
el Triunfo Revolucionario y la entrada al Búnker.
Pues
bien, recorramos juntos estas cinco fases:
1º.
La Fundación del Frente Occidental Rigoberto
López Pérez. Ene–Feb 1978:
El doctor Lenin Fisher inicia relatándonos los
orígenes del Frente Occidental Rigoberto López Pérez de la siguiente manera: “En una reunión realizada el 5 de febrero de
1978, en la casa del colaborador Pablo Ordóñez, situada en el sector de Las
Gavetas, se fundó el FORLP, según Francisco José Jarquín Ramírez. A esa reunión
asistieron varios compañeros de la guerrilla que estaban separados del FSLN por
sectarismo o intrigas” o “por actitudes erróneas y sin fundamentos” de algunos compañeros. Estuvieron
presentes en la fundación del FORLP: William Fonseca Martínez (Enrique), Iván
García (Edgard), Guadalupe Moreno Mendoza (Abel), Antonio Lenin Fonseca
Martínez (Toño o Cuajada) y Francisco José Jarquín Ramírez (Camilo)” entre otros. “La decisión mayoritaria determinó que el primer jefe fuese Camilo. Un mes después tenían 14 armas de guerra y
contaban con una buena organización”.
Y continúa diciendo Fisher: “Relata Lenin Valle Ruiz que la primer arma
que intentó recuperarse fue mediante la acción de atacar a un oreja o soplón de
la GN en el sector del cine Alex, al costado norte del parque San Juan.
Francisco Jarquín e Iván García armados con un garrote golpearon al colaborador
de la GN para arrebatarle un revólver calibre 38; pero no lo lograron y
tuvieron que salir corriendo. El segundo intento para recuperar un arma fue
cuando Camilo ordenó a Octavio el Gato Porras, usar un cuchillo para lograr dicho objetivo”.
Un hecho interesante digno de mencionar, es que los dos únicos sobrevivientes
de la fundación del FORLP, los compañeros Iván García Abarca (El Canoso) y
Francisco Jarquín Ramírez (Camilo) no estuvieron ni dirigiendo ni acompañando
al mismo hasta su entrada victoriosa en Managua el 19 de julio de 1979. Y
podemos preguntarnos: ¿y dónde se encontraban estos dos reconocidos e
infaltables combatientes? Pues bueno, Iván se encontraba con el Estado Mayor
General luchando en Managua, luego en El Repliegue y por último en lo que más
adelante llegó a llamarse la IV Región del país; estaba junto a reconocidos jefes
guerrilleros como: Ramón Cabrales Aráuz, Marcos Somarriba García, Walter
Ferrety, Mónica Baltodano, Oswaldo Lacayo, Raúl Venerio Granera, Rolando “Cara
Manchada” Orozco, Walter Mendoza Martínez, César Augusto Silva y Denis
Meléndez.
Y sobre Camilo, Fisher
señala: “De acuerdo a Valle Ruiz,
Francisco José Jarquín Ramírez (Camilo) tiene muchos méritos, como muy pocos revolucionarios
sandinistas lo tienen por haber participado en las diferentes etapas de la
lucha armada: grupos guerrilleros que originaron al FSLN (FRS, MNN[1]) al final de la década de
1950 e inicios de la década de 1960, hasta la fundación del FORLP, la insurrección
de septiembre de 1978, en León, y la ofensiva final en 1979, en Matagalpa. Camilo, un luchador de ayer, hoy y siempre, ha sido
un revolucionario disciplinado y destacado, que gozó del respeto de la
generación de combatientes sandinistas que participaron en la insurrección de
septiembre de 1978 de León. Esta generación lo admira como admiró al estado
mayor del FORLP en dicha insurrección popular”. En la ofensiva final Camilo combatió en la ciudad de
Matagalpa, en la fotografía vemos a Camilo en julio de 1979 en esa ciudad dando
una entrevista.
Fisher con sus escritos nos lleva a reconocer
el valor y el papel inigualable de los fundadores del FORLP, ya que iniciaron un
frente guerrillero sin un arma y al mes tenían 14; que 6 meses después organizan
una insurrección popular con cerca de 80 hombres armados y la finalizan con
cienes de ciudadanos integrados a sus filas; que durante esa insurrección
resisten 8 días de ataques por tierra y aire de parte de las fuerzas de la GN,
un ejército que los superaba en su volumen de fuego; y que luego de esa
Insurrección Popular mantiene una operación ininterrumpida de desgaste de las
fuerzas enemigas desde el 16 de sept. 78 hasta el inicio de la Ofensiva Final
el 4 de junio de 1979. Y que así mismo, 17 meses después de su fundación entran
triunfantes a la capital de su país con una “tropa conformada por 850 a 900 combatientes y (que) contaban con seis tanques, cinco tanquetas y
algunos carros blindados”.
También Fisher nos hace
meditar en que el FORLP al momento de entrar al Búnker de Somoza había perdido
a dos Estados Mayores completos, a todos sus fundadores, ya que sus dos únicos
sobrevivientes se encontraban en otros frentes de guerra y al Estado Mayor
caído en abril de 1979, el que había diseñado el plan militar para liberar al
occidente de Nicaragua durante la insurrección final, el que fue encontrado en la camisa ensangrentada
de nuestro siempre querido y recordado Comandante Oscar Pérez-Cassar.
2º. Preparación y desarrollo de la
Insurrección Popular en León: marzo a septiembre 16 de 1979.
En su
libro el doctor Lenin Fisher nos lleva de la mano y nos introduce primero a la
preparación y luego a la Insurrección Popular de septiembre de 1978 señalando:
“El
FSLN, de tendencia Tercerista o Insurreccional, para evitar insurrecciones
espontáneas del pueblo, como sucedió en Matagalpa durante los días 27 y 28 de
agosto de 1978, efecto de la euforia generada después del asalto al Palacio
Nacional, llamó a una insurrección general para el 7 de septiembre. Se atrasó
el plan porque faltaban 17 fusiles Fal, con tromblón lanzagranadas, que se
introdujeron en vísperas de la insurrección que comenzó el 9 de septiembre, a
las 6:00 p.m., cuando radio Corporación acostumbraba sonar el Angelus y sus
acordes del Ave María, de Franz Schubert, contando con 150 hombres con armas de
guerra, de cacería y artesanales”.
Agrega
Fisher: “… el estado mayor que
dirigió la insurrección de septiembre de 1978 en León estuvo conformado por
Oscar Pérez- Cassar, Róger Deshón Argüello y Carlos Manuel Jarquín, a quienes
acompañaba Oscar Valladares”. Igualmente
por “Iván García Abarca,
William Fonseca Martínez, Guadalupe Moreno Mendoza, Ernesto Castillo Salaverry
y el mismo Francisco Jarquín Ramírez (Camilo). Se dividió esa cantidad de
combatientes (alrededor de 10 cada uno), para atacar los siguientes objetivos
militares: Comando Departamental de la GN, cárcel La XXI, y Estaciones de
Policía de Sutiaba, Ermita de Dolores y Guadalupe”.
“El 9
de septiembre de 1978 atacan la cárcel La XXI: Guadalupe Moreno (Abel), Tito
Castillo (bazooka), Berny Bonilla (ayudante, lleva los cohetes de la bazooka),
el Congo, Roberto Calderón, Leónidas Laguna y German Tijerino. Después de ese
primer ataque, donde muere Tito Castillo, la bazooka es manejada por German
Tijerino y el ayudante es Lenin Valle”.
Ante los
ataques a las instalaciones de la GN la población leonesa apoya y levanta
barricadas y da inicio a la insurrección popular de septiembre de 1978.
Las
muertes de Ernesto Castillo Salaverry, Benito Pavón, El Mexicano y William
Fonseca.
Continúa
Fisher: ”De acuerdo a Lenin Valle
Ruiz, el compañero Ernesto Tito Castillo Salaverry (Iván), poeta, cae
combatiendo, el propio 9 de septiembre, enfrente de la cárcel La XXI, cuando
después de disparar a dicho objetivo con una bazooka, falla; luego, en un
segundo disparo dio en el blanco; pero se emocionó tanto que saltó de alegría y
en ese momento fue herido mortalmente por las balas de la GN”.
También
señala Fisher: “Cuando los guerrilleros
están retirándose por el sector norte de la ciudad, el 15 de septiembre… el
mando de la tendencia Insurreccional o Tercerista ordena que sus escuadras
busquen y ataquen a las fuerzas de la G.N., que impulsaban la operación
limpieza para retomar el control total de la ciudad y durante la cual
masacraron a muchos jóvenes. Según Ortega Saavedra fueron más de mil víctimas
civiles. Con mucha razón, desde 1979, el estadio de baseball de la ciudad de
León se llama Héroes y Mártires de Septiembre”.
Acatando
la orientación de su Estado Mayor las escuadras sandinistas contra-atacan a la
GN y durante ese contraataque caen de manera dolorosa los compañeros Benito
Pavón, El Mexicano y William Fonseca.
Sobre la Insurrección Popular de 1978 Fisher aporta cuatro elementos sumamente
interesantes:
Primero, el FORLP asume y cumple el reto de iniciar la insurrección popular ante
el peligro de una insurrección espontánea.
Segundo, el grado de compromiso y de responsabilidad
del alto mando de las fuerzas insurgentes, el que aún ya ordenado el retiro de
sus fuerzas, orienta regresar para defender a la población civil que sufría la
Operación Limpieza; como diríamos popularmente: a dar la cara, a decir la cosa
es conmigo, no con civiles desarmados.
Tercero, la caída de estos cuatro héroes de la insurrección de septiembre en
León, se da en momentos de descuido que estos tuvieron, producto posiblemente de
las siguientes causas: el valor extraordinario que poseían que les hacía subestimar
el peligro; igualmente el ser ciudadanos levantados en armas y no militares de
carrera y por supuesto, al aprovechamiento eficiente que de estos descuidos
hicieran las fuerzas de la dictadura, la que tenía a su servicio sin lugar a
dudas al ejército mejor entrenado de Centroamérica, circunstancias que le dan
un valor agregado a la victoria sandinista sobre una fuerzas técnica y
logísticamente muy superior.
Cuarta, Fisher señala igualmente la masificación de la lucha en contra de la
dictadura somocista y la integración de nuevos sectores leoneses a la misma,
veamos: ”la fuerza aérea de Somoza
había bombardeado (el 11 de septiembre a) una caravana de vehículos de la Cruz Roja
Nicaragüense, que viajaba de Managua a León” (a prestar socorro a su filial), hecho por el cual, “la Cruz Roja Internacional presionó para que
respetaran a su personal y a los heridos que estaban en las distintas unidades
de salud”. Esta defensa que de su
personal y de los trabajadores de la salud en general, así como de los heridos
que atendía la Cruz Roja Internacional durante la insurrección de septiembre,
dejó al descubierto sin proponérselo, el papel destacado que destacados y
prestigiosos médicos realizaban en apoyo a los combatientes, por ejemplo: el
doctor Wiron Valladares Vallejos y otros galenos como el doctor Rigoberto
Sampson Granera. Igualmente, Fisher destaca la integración de otros jóvenes de
distintos sectores de la población al combate guerrillero urbano, poco o nada
mencionados en otros testimonios, como: Tomás Bolaños, Oscar Balladares, Berny
Bonilla, Aldo Zambrana, Germán Tijerino, etc. etc.
3º.
Etapa Pre–Insurrección Final. Sept 16, 1978 a
Jun 3, 1979:
Esta
etapa es vital para el alcance del triunfo revolucionario del FSLN en León.
Fisher la aborda resaltando los siguientes hechos:
ª
Integración y participación de los jóvenes. En
este listado se resalta el nombre de muchos compañeros nunca mencionados o casi
olvidados:
“Al hablar del FORLP en León, no podemos
olvidar a algunos combatientes urbanos, verdaderos héroes anónimos, que vivían
en San Luis, San Felipe y Zaragoza. Por San Luis deben incluirse Luis Manuel
Toruño (Charrasca), Marvin Saavedra Ramírez (Chivo Pando), Carlos José Santana
Flores (Chepe Carreta), Isidro Ramiro Soza Hernández (Pisis) y Fanor Caballero
(el Negro). Por El Pochote, en San Felipe, debe mencionarse a los hermanos
Fernández (Omar y José, conocido como Chepe Pega); los hermanos Escobar
(Aurelio y Oscar); los cuatro hermanos Pastrán (Carlos, Alfonso, Manuel, Ramón
y Reynaldo); los hermanos Chavarría (Yader, Harold y Luis); los hermanos Ruiz
Fernández (Mario y Carlos, conocido como el Guardia); German Romero Lezcano
(Lencho), Ramón Larios Brenes, José Luis Medrano (el Chatel), Constantino
Ugarte (el profesor Tino), Benito Ramón Sevilla González (el Pupo), Berny
Bonilla, David Romero (David Cola), Vicente (Chente), los hermanos Barrios
(Julio y Gustavo); Yader Lezama, Marvin Méndez, Gonzalo Mendiola y Lenin Valle
Ruiz. Por Zaragoza debe mencionarse a Francisco Gutiérrez (q.e.p.d.),
posteriormente mayor del E.P.S.; Leónidas Pacheco Mora (que llegó a ser
comisionado de la Policía Nacional), Róger Bosco Pacheco Mora, capitán
retirado, Armando Zapata (teniente primero en retiro), y Juan Sánchez”.
Otro aspecto abordado por el libro es la matanza de la juventud leonesa
por parte de la G.N: “… en noviembre de 1978
la GN asesinó, en una casa del barrio San Felipe, a Oscar Vado Ugarte, Edwin
González (Punga), Leónidas Laguna y el Chino Gutiérrez (quien era hermano de un GN y probablemente el informante,
asesinado con el propósito de no dejar testigos). Los jóvenes estaban desarmados
y limpiando armas que serían usadas en una emboscada, operativo que sería
dirigido por Iván García Abarca (posteriormente coronel del Ejército Popular
Sandinista, EPS).” Luego de estar detenido “García Abarca, fundador del FORLP,
fue trasladado a Managua”. Otras matanzas de jóvenes son mencionadas: la de los
hermanos Pastrana, la de los jóvenes de El Calvario, la del Lunes Santo de la
Semana Santa de 1979, etc.
La repuesta de la juventud leonesa al
genocidio a la que era sometida: Ni el FSLN ni la juventud se quedaron de brazos ante la represión; cuenta
Fisher: “El domingo 15 de abril
entre las 7 y 8 de la noche, una columna de no menos de 50 guerrilleros urbanos
de las escuadras de Zaragoza y San Felipe (El Pochote), al mando de Fanor
Urroz, atacan el cuartel del municipio de Telica, instalando una emboscada de
contención en el puente, que no cumplió su papel porque la GN no envió
refuerzos desde León. Aproximadamente 10
guardias había en el cuartel y solo tres de ellos fueron capturados vivos, los
cuales fueron fusilados al día siguiente por Charrasca en tres distintos puntos de la ciudad de León, donde la GN había
asesinado recientemente a jóvenes sandinistas. En Telica participaron
demasiados combatientes. Al día siguiente, lunes 16 de abril, por la tarde, la
GN asesinó al estado mayor del FORLP en Veracruz.”
Asimismo, otras emboscadas son mencionadas en
el libro, como las ya conocidas de La Barranca y la de San Pedro, pero también,
la del Aserrío Santa Fe – Fajas William, la del Colegio La Salle, descrita con detalles,
la del Parque San Felipe, así como otras abortadas, como la de La Proquinsa hacia
abajo.
Las acciones de recuperación económica para garantizar el
avituallamiento: Igualmente fueron acciones
vitales, entre las que resalta la del Banco Nicaragüense: “En noviembre de
1978, Róger Deshón llegó a la casa de Lenin Valle a decirle que necesitaban
mucho dinero y que debía contactar a sus mejores combatientes para conseguirlo.
Por esta razón se asaltó el Banco Nicaragüense (Banic), donde se recuperó la
cantidad de un millón 750 mil córdobas, que sirvieron para pagar el primer
furgón con un cargamento de armas que llegó a la ciudad de León. Benito Ramón
Sevilla González (El Pupo) y Oscar Larios fueron designados para ir a descargar
las armas, en un sitio que no conocían, para lo cual les vendaron los ojos. Faltaban
solo seis meses para que el FSLN desatara la ofensiva final e ininterrumpida
contra la dictadura de los Somoza”.
El doctor Fisher señala además dos hechos
fundamentales que marcaron una exacerbación en el ánimo de la población y de
aceleración de las acciones para alcanzar el triunfo: la unidad de las tres
tendencias del FSLN que se concretó en el mes de marzo de 1979, en Cuba,
superando la división iniciada en 1975, conformándose la Dirección Nacional
Conjunta y la Masacre de los Héroes de Veracruz, ampliamente conocidas.
Pero en medio de esta vorágine no se descuidó, ni tantito así diría el
Che, una acción elemental: la
preparación político–militar, la que se realizaba a esas alturas en pequeñas
zonas liberadas de la ciudad, y aunque: Después del asesinato del estado mayor
del FORLP hubo un vacío de poder y anarquía en León. El nuevo estado mayor que
lo sustituyó carecía de mando y dominio de las tropas guerrilleras en el terreno,
exceptuando a Ana Isabel Morales, sobreviviente de la masacre del 16 de abril
de 1979, por lo que fue un gran reto para el nuevo estado mayor igualar o
superar el liderazgo de los Héroes y Mártires de Veracruz. Sin embargo, la
cadena de mando conformada por los jefes operativos mantuvo el control de los
hombres y las armas, lo cual obviamente fue un factor de estabilidad muy
importante después del inmenso golpe sufrido en Veracruz.
Y para concluir con esta fase Fisher señala la importancia de los
cuadros de refuerzo: ”Oscar Cortés Marín (el
chele Marcos) ya estaba en León cuando ocurrió la masacre de Veracruz e
inmediatamente después de ese trágico hecho, se incorporó a atender y
fortalecer las escuadras dirigidas por Luis Manuel Toruño (Charrasca). El chele Marcos había sido enviado desde el Frente Sur hacia Honduras
y fue llevado a León por Benito Blanco, otro destacado combatiente. Dora María
Téllez también estaba en León, para abril de 1979, pero como tropa en
refrescamiento; después de la masacre de Veracruz, es incorporada al estado
mayor del FORLP.
4º.
Insurrección Popular Sandinista en León. Jun
4–Jul 17 de 1979
Lenin Fisher para introducirnos a esta etapa decisiva
para obtener el triunfo revolucionario nos señala: ”El Frente Occidental Rigoberto López Pérez
(FORLP) tenía como misión estratégica la insurrección de las dos principales
ciudades del occidente de Nicaragua, León y Chinandega, para distraer al estado
mayor general de la GN. Debía cortar la comunicación entre Managua y Occidente,
de la misma manera que entre León y las Segovias, así como las comunicaciones
terrestres o marítimas del país con el exterior, impidiendo el funcionamiento
del puerto de Corinto y el tránsito fronterizo con Honduras, El Salvador y Guatemala”.
Para el cumplimiento de estos objetivos las
fuerzas revolucionarias del FORLP, indica Fisher, contaban:
1. “Con 203 combatientes entrenados y fogueados, es decir,
con experiencia combativa y organizados debidamente en la siguiente estructura
de mandos”:
Por la tendencia Insurreccional o Tercerista, Dora María Téllez, Leopoldo Rivas Alfaro (Oscar) y Fanor Urroz (Mariano). La tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP) era representada por Mauricio Valenzuela (Emilio) y María Lourdes Jirón (la China). Alfonso García Barberena (el Prole) representó a la tendencia Proletarios.
El estado mayor de la tendencia Insurreccional estaba conformado además por Leticia Herrera (Miriam) y Ana Isabel Morales (Lucía). Los jefes operativos más relevantes de la tendencia Insurreccional fueron: Guadalupe Moreno (Abel), Oscar Cortés Marín (el chele Marcos) y Emiliano Muñoz Lumbí (Pancasán). Los más importantes jefes operativos de la tendencia GPP fueron: Ródrigo González (Argelio), Sergio Lira (Zacarías) y Eddy Reyes Baldizón (Umanzor). Otros jefes operativos eran: Carlos Soza (Jeremías), María Luisa Méndez (Miriamcita), Evert Alemán (José), Lenin Espinoza (Pantaleón), Lucía Fuentes (Flor) y Juan Carlos Hernández. Además, debe agregarse a Lenin Valle Ruiz (Felipe) y Carlos Nájar (el chele Nájar), quienes desarrollaron una labor de liderazgo operativo muy relevante.
2. Según el general Humberto Ortega Saavedra, en la Epopeya de la Insurrección, para iniciar la ofensiva final en junio en León, los insurgentes sandinistas tenían 349 armas largas o fusiles de guerra y 203 combatientes entrenados en pequeñas escuelas militares, en los propios barrios leoneses, cita Fisher en su libro.
Por la tendencia Insurreccional o Tercerista, Dora María Téllez, Leopoldo Rivas Alfaro (Oscar) y Fanor Urroz (Mariano). La tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP) era representada por Mauricio Valenzuela (Emilio) y María Lourdes Jirón (la China). Alfonso García Barberena (el Prole) representó a la tendencia Proletarios.
El estado mayor de la tendencia Insurreccional estaba conformado además por Leticia Herrera (Miriam) y Ana Isabel Morales (Lucía). Los jefes operativos más relevantes de la tendencia Insurreccional fueron: Guadalupe Moreno (Abel), Oscar Cortés Marín (el chele Marcos) y Emiliano Muñoz Lumbí (Pancasán). Los más importantes jefes operativos de la tendencia GPP fueron: Ródrigo González (Argelio), Sergio Lira (Zacarías) y Eddy Reyes Baldizón (Umanzor). Otros jefes operativos eran: Carlos Soza (Jeremías), María Luisa Méndez (Miriamcita), Evert Alemán (José), Lenin Espinoza (Pantaleón), Lucía Fuentes (Flor) y Juan Carlos Hernández. Además, debe agregarse a Lenin Valle Ruiz (Felipe) y Carlos Nájar (el chele Nájar), quienes desarrollaron una labor de liderazgo operativo muy relevante.
2. Según el general Humberto Ortega Saavedra, en la Epopeya de la Insurrección, para iniciar la ofensiva final en junio en León, los insurgentes sandinistas tenían 349 armas largas o fusiles de guerra y 203 combatientes entrenados en pequeñas escuelas militares, en los propios barrios leoneses, cita Fisher en su libro.
“En el libro La Epopeya de la Insurrección, del general Humberto Ortega Saavedra, se
describe el plan general de la ofensiva ininterrumpida o final, que consistía
en asediar Managua en un tiempo estimado no menor de 30-45 días, para obligar a
la GN desgastada a la rendición o a la derrota después del asalto final”.
La estrategia en León era prácticamente la
misma, acorralar o sitiar hasta lograr la rendición, o puesta en fuga y/o
aniquilamiento de las fuerzas acantonadas en los edificios más altos de la
ciudad, en el Comando, la Cárcel de la XXI, el Fortín de Acosasco y el Banco
Central. Además de proteger los accesos a la ciudad tanto por la carretera a
Chinandega como de Managua, para ello: “El 4 de junio de 1979, a las 12:05 de
la mañana, inició el ataque al Comando Departamental de la GN. Los primeros
disparos fueron hechos, según lo acordado y ordenado, por Lenin Valle Ruiz
(Felipe), con un fusil automático pesado (FAP), desde el sector del puente de
los cañones de San Sebastián. La GN respondió con ráfagas de ametralladora
calibre 50 que casi matan a Fanor Urroz (Mariano), si no lo ha halado Felipe”.
“De la casa de Luis Manuel Toruño, Charrasca, el 4 de junio de 1979, salieron dos columnas,
una dirigida por Guadalupe Moreno y
Lenin Valle, la cual recorrió San Felipe, Zaragoza, El Laborío, Tenería Bataán,
Esquina de la Boa y cañones de San Sebastián, hasta llegar a rodear a la cárcel
La XXI y el Comando Departamental de la GN por el sur y el oeste. La otra
columna era dirigida por Leopoldo Rivas Alfaro, Oscar Cortés (el Chele Marcos) y dos lugartenientes de
Charrasca, quien estaba herido: Isidro Ramiro Soza
Hernández (Pisis) y Marvin Saavedra Ramírez (Chivo Pando) , la cual avanzó por
El Coyolar, El Calvario y El Sagrario hasta llegar al norte y al este de la
manzana del comando departamental”.
Lo que pasó luego veámoslo mejor en las fotografías presentadas por el libro
de Fisher:
Edificios destruidos y quemados.
Muerte de valerosos combatientes como Guadalupe Moreno (Abel) y Jorge
Vicente Patiño.
Asalto al Comando GN.
Asedio a las Instalaciones de La Cárcel la XXI.
Toma de el Fortín de Acosasco.
La ciudad de León es liberada el 20 de junio
de 1979, de la importancia de esta liberación Fisher nos recuerda la revelación
siguiente: “Anastasio Somoza Debayle
en su libro Nicaragua traicionada (Belmont, Massachusetts. Western Islands.
1980; 508) valoraba lo siguiente: En mi opinión, la caída de León marcó el principio
del desmoronamiento de nuestra situación militar.”
Y realmente que así fue, porque después de
Acosasco el avance del FORLP hacia la capital fue indetenible: persecución y
aniquilamiento de las fuerzas somocistas en el camino a el Chagüe, Salinas
Grandes, Pancorva e Izapa. Así como en la toma de La Paz Centro y Nagarote.
De la toma de La Paz Centro el libro presenta
en un capítulo el testimonio de Reynaldo Hernández Linarte, quien narra una versión casi idéntica a lo que sucedió en León: asedio
a las fortificaciones de la G.N.; huida de ésta en medio de una lluvia de balas
y con escudos humanos, persecución por parte de las fuerzas revolucionarias y
aniquilamiento.
En la ciudad de Nagarote, aunque fue un
triunfo revolucionario más, éste costó la caída en combate de Fanor Urroz y
junto a él, Pompi, un compañero muy popular y muy querido en la ciudad de León,
proveniente de una familia de escasísimos recursos económicos y el que a pesar
de sus limitaciones físicas dio muestra de un coraje excepcional en el combate.
Para Fisher, estos son los cuatro los
periodos y los hechos más sobresalientes que determinaron que las tropas
leonesas del FORLP fuesen las que pisaran antes que cualquier otra el Búnker de
Somoza el 19 de julio de 1979.
Estando claros de lo que
aconteció, es decir, de los antecedentes que tuvo el FORLP para lograr su
hazaña, hurguemos ahora en los detalles de la llegada de éste a Managua:
5º.
Triunfo Revolucionario el 19 de Julio de 1979:
El Frente Occidental Rigoberto López Pérez en
Managua desde el 18 de julio de 1979 y entra en el Búnker de Somoza en las
primeras horas del 19/07/1979.
1)
Testimonio del combatiente: Benito Ramón Sevilla González (el Pupo).
2)
Testimonio del Jefe de la Vanguardia de la Tropas: Oscar Cortés Marín (el
Chele Marcos).
3)
Testimonio del Jefe de la Tropas del FORLP que asedian y asaltan Managua:
Comandante Guerrillero Leopoldo (Polo) Rivas Alfaro.
4)
Testimonio de otros Comandantes Guerrilleros y Combatientes connotados.
5)
Apuntes del Comandante en Jefe de las Fuerzas Revolucionarias:
Comandante de la Revolución Humberto Ortega Saavedra.
6)
Testimonios de periodistas
independientes.
1. Testimonio
del combatiente:
Del testimonio del combatiente Benito Ramón
Sevilla González (Pupo) el doctor Fisher señala: “Al amanecer del 18 de julio avanzan hacia el departamento de Managua.
Llegan al municipio de Mateare y encuentran abandonadas las posiciones de la
GN, que había salido huyendo. Los combatientes procedentes de León organizan
las milicias de Mateare y avanzaron sobre el poblado de los Brasiles, donde
también la GN había abandonado el lugar. Ahí encuentran buzones de armas,
avionetas y aviones Push and Pull, con bombas y artilllados, los cuales iban a
ser utilizados contra las columnas del FORLP; pero el ejército de Somoza
Debayle no tuvo tiempo de hacerlo. Continúan su avance y al final de la tarde
del mismo día 18 de julio llegan al Open Tres (hoy Ciudad Sandino), en la
periferia occidental de la capital Managua, donde descansan y duermen”.
“En la madrugada del jueves 19 de julio de
1979, los guerrilleros sandinistas del FORLP se levantan y preparan el orden de
marcha hacia la capital. Sobre la carretera combaten con la GN posicionada en
un plantel de la Empresa Nacional de Luz y Fuerza (Enaluf), en las cercanías
del Open Tres, y luego combaten en la Cuesta del Plomo, donde la guardia
somocista asesinó a muchos jóvenes, por lo que después fue llamada Cuesta de
los Mártires”.
“Las columnas guerrilleras del FSLN que
conforman el FORLP, procedentes de León, se dividieron y avanzaron por
diferentes calles de Managua. Unos pasaron por el Estadio Nacional y el cine
Cabrera”. Otros se fueron por la Dupla Norte y llegaron al cine González y el
sector de los escombros de la vieja Managua, donde actualmente es el parque
infantil Luis Alfonso Velásquez Flores”.
“El grupo donde va el Pupo, conformado por 18 a 20 combatientes, al mando
de Pancho Browning, va a la vanguardia, está integrado además por
Javier (Pepesca) Hernández, Ramón Moncho Gradis, Omar Fernández López (Petén) y Marvin Méndez, llegan por el
sector del Arbolito, donde hacen una pequeña pausa y comen una pequeña cantidad
de alimentos, para después continuar la marcha en un jeep Susuki, sin tolda,
manejado por Marvin Saavedra Ramírez Chivo Pando, donde van también Isidro Ramiro Soza Pisis (de pisa y corre, no de Piscis) y Luis Manuel Toruño (Charrasca),
recorriendo la Dupla Norte, hasta desembocar por el sector donde posteriormente
el gobierno revolucionario construiría el parque infantil Luis Alfonso Velásquez
F”.
Además, señala que Luis Manuel Toruño
(Charrasca), a pesar de no haberse recuperado totalmente de sus heridas, ya que
tenía limitación para mover uno de sus brazos, combatió durante una parte de la
ofensiva final en León y participó en el avance hacia Managua, hasta llegar a
la Loma de Tiscapa”.
“La presencia de Charrasca en las fuerzas guerrilleras del FORLP, avanzando
victoriosas hacia Managua, significaba mucho, porque era todo un símbolo. Para
Lenin Valle (Felipe), era como una presencia física emblemática, porque no se
encontraba en su mejor condición, algo así como, guardando la debida distancia,
el Cid Campeador, el señor experto en batallas campales del siglo XI en España”.
“Alrededor de las tres o cuatro de la tarde del
19 de julio de 1979 reúnen en formación al grueso de las columnas guerrilleras
de los distintos frentes de guerra, delante de miembros de la Dirección
Nacional del FSLN (Humberto Ortega, Henry Ruiz, Víctor Tirado, Carlos Núñez) y otros
guerrilleros destacados como Lenin Cerna, Mónica Baltodano y William Ramírez.
La dirigencia pidió que diesen un paso al frente aquellos combatientes que no deseaban
formar parte del nuevo ejército y de la nueva policía. El Pupo dio un paso al frente porque no le gustaba la
vida militar. Ese mismo día se fue al raid hasta el parque las Piedrecitas y luego, portando todas sus armas,
regresó a la ciudad de León”.
“Benito Ramón Sevilla González es mencionado en
el valioso libro De León al
búnker (Cortés Domínguez, G.
Managua. Editarte. 2010; p. 400), con el pseudónimo de Petronio, en la sección de agradecimientos y en la
página 111, donde hace referencia a dos entrenamientos que el Chele Marcos impartió en el barrio la Providencia, así como
varios cursos militares en el patio de la casa de Charrasca, que funcionaba como un cuartel de los
guerrilleros urbanos del FSLN en León”.
“Este es el testimonio de uno de los valientes
guerrilleros urbanos sandinistas del Pochote, barrio San Felipe, de la ciudad
de León, que liberaron León, La Paz Centro y Nagarote, y formó parte de las fuerzas
del FORLP que se tomaron el búnker de Somoza y la Loma de Tiscapa, en la
capital Managua, el 19 de julio de 1979, antes que los demás frentes
guerrilleros llegaran. Joven que después continuó defendiendo la Revolución Sandinista,
siendo herido en una emboscada que la contrarrevolución hizo en Susucayán, El
Jícaro, Segovia, cuando era miembro del BIR 40-14”.
2.
Testimonio del Jefe de la Vanguardia de la
Tropas: Oscar Cortés Marín (el Chele Marcos).
Dice Fisher: En una
entrevista televisiva que Oscar Antonio Cortés Marín, conocido como el chele Marcos, brindó un año antes de morir, relató lo
siguiente a la periodista Elisa Maturana del programa Esta Semana: “Nosotros el 19 de julio a las seis de la
mañana estábamos en el empalme de Xiloá, combatimos con la guardia que estaba
en las instalaciones de Enaluf, frente al Open 3, tenemos un combate allí como
de cuarenta y cinco minutos a una hora y bajamos por la Cuesta del Plomo hasta
Linda Vista donde ya había un desborde de población. Cortés Domínguez, G. De León al
búnker. Editarte. Managua, Nicaragua. 2003;”
“No hay más combates, nosotros seguimos
avanzando hasta llegar prácticamente al (cine) Cabrera. Para nosotros era
increíble, no encontrábamos ninguna resistencia, ninguna presencia, y todavía
íbamos montados en los vehículos, y allí bajamos, comenzamos a avanzar a pie
hasta el tope, y luego cruzamos por el [hotel] intercontinental hasta llegar
propiamente al Búnker. (Ob. cit. p. 52-53).”
“Continúa el chele Marcos: Yo lo había visto por
video y se identificaba claramente por la infraestructura que era el Búnker.
Rompimos la puerta, entramos, estaba un cuarto enorme allí con todas las cosas
de Somoza, una gran cama, luego una oficina donde había una gran mesa con un
gran mapa con un radio atrás que es donde me imagino él dirigía las
operaciones, había un gran equipo de radio Simitel (Sistema Militar de
Telecomunicaciones). En ese momento entró una llamada de San Carlos, del
coronel de San Carlos que estaba pidiendo instrucciones y sencillamente le
contesté, le dije que ya el Búnker era parte de Nicaragua libre, que por favor
se rindiera, que le íbamos a respetar la vida. (Ob. cit. p. 336)”.
”En fotografías publicadas en internet, en el
sitio www.flickr.com, se puede ver al chele Marcos con Leopoldo Rivas revisando el archivo
personal de Somoza; el chele Marcos caminando junto al periodista extranjero Alon
Reininger, mientras un camarógrafo filma, en las instalaciones de la Loma de
Tiscapa y el Búnker de Somoza; así como el chele Marcos pateando un afiche con el rostro del dictador Somoza Debayle.”
Oscar Cortés Marín, el chele Marcos (Managua, 31-12-1955 / 6-7- 1996), fue hijo del
destacado odontólogo Oscar Cortés Cordero y de la señora Nelly Marín Avilés de
Cortés. El chele Marcos fue enviado, como refuerzo, desde el Frente Sur
hacia León, un poco antes de la masacre del estado mayor del FORLP en Veracruz.
3. Testimonio
del Jefe de la Tropas del FORLP que asedian y asaltan Managua: Comandante
Guerrillero Leopoldo (Polo) Rivas Alfaro.
Para
finalizar, la lectura del testimonio del coronel retirado y comandante
guerrillero, Leopoldo Rivas Alfaro, nos ayuda a entender mejor lo que pasó: Casi treinta años han pasado y todavía Leopoldo (Polo) Rivas Alfaro
guarda nítidamente la emoción en su corazón y los hechos en su memoria al
recordar que fue el primer comandante sandinista que, al frente de 850–900
combatientes del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, llegó a la Loma de
Tiscapa y entró al búnker del tirano Anastasio Somoza Debayle.
Con ese resumen, inicia la revista Visión
Sandinista la sección dedicada al personaje del mes, en su número 170, del mes
de junio de 2009: el comandante guerrillero Polo Rivas.
“Eran las siete de la mañana del 19 de julio de 1979,
aunque ya desde la noche anterior él y su contingente había entrado a la
capital desplegándose por los alrededores de la (ciudad), donde estaban
concentrados tres mil efectivos de la Guardia Nacional; pero que cuando
sintieron la presencia de los combatientes y se enteraron de que estaban
apertrechados de tanques, tanquetas y morteros recuperados a sus mismas fuerzas
en el occidente del país, se asustaron y salieron huyendo”.
“En la madrugada del 19 de julio empezaron a
avanzar y a las cinco de la mañana empezamos el combate
con los guardias, que no nos aguantaron ni quince minutos, un intercambio de
disparos y salieron en carrera, o se desvestían y salían de civil o botaban el
fusil y salían huyendo”.
Los fuertes combates contra la Guardia Nacional
en Izapa (empalme de las carreteras nueva y vieja a León), finalizaron el 16 de
julio, con la victoria de los guerrilleros del FSLN. Señala Polo Rivas:
Vencer aquí a un
buen contingente de guardias nos permitió, sin quererlo, vencer a los guardias
que estaban en La Paz Centro y Nagarote.
Agrega Rivas Alfaro: No nos detiene nada, seguimos hasta
pararnos en Camas Luna, que estaba en el desvío a Xiloá. Además, apunta que el 17 de julio, por la
noche, empezaron a puntualizar los planes, en coordinación con el comandante
Joaquín Cuadra, para avanzar sobre Managua. Continúa su testimonio así: Nos íbamos a reunir en una casa de
Ciudad Sandino para planificar el ataque contra los tres mil guardias que había
en Managua, atrincherados en la Loma. No obstante, los guardias atrincherados en el Coyotepe no permitieron
a las fuerzas que venían dirigidas por Joaquín Cuadra Lacayo avanzar desde
Masaya hacia Managua.
Debe recordarse que las fuerzas guerrilleras de
Masaya fueron reforzadas con las del repliegue táctico a esa ciudad, ejecutado
por los guerrilleros de Managua el 27 de junio de 1979.
El día 19 de julio de 1979 las columnas
sandinistas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP), provenientes
de León, emprendieron el avance hacia el centro de la capital. Dicha tropa
estaba conformada por 850 a 900 combatientes y contaban con seis tanques, cinco
tanquetas y algunos carros blindados. Leopoldo Rivas A., decidió entrar a
Managua por la Cuesta del Plomo.
“Yo decidí irme por Linda Vista, porque ahí estaba la
población, miles de personas, no nos dejaban caminar, era desfile de gente
saludándonos; entonces, caminamos y caminamos hasta llegar por el estadio.” De
esa manera continuaron hasta lograr divisar los alrededores de la Loma, la (mañana) del mismo día. Apunta Polo
Rivas: Dividimos la fuerza para envolver al hotel Intercontinental, la Colonia
Militar y el Hospital Militar.”
Los guardias se asustaron porque sabían que
también había una gran fuerza en Masaya y que del norte venían también más
combatientes. “Por eso, entre
las cuatro y cinco de la mañana desertaron los últimos guardias. Cuando llegaron a la Loma, acota: fue una lucha terrible para poder
controlar a la gran cantidad de gente que se metió, entre milicias populares y
población civil”. Eran tan solo las siete
de la mañana del día jueves 19 de julio de 1979, la fecha oficial del triunfo
de la Revolución Popular Sandinista.
Lo antes descrito refuta lo señalado por el
general Ortega Saavedra, en La epopeya de la insurrección, en cuanto a que las milicias populares de la capital llegaron primero
que el FORLP al búnker de Somoza el 19 de julio, cuando realmente fue al
contrario: el FORLP se tomó el búnker de Somoza y después llegaron los
milicianos de Managua, que no se fueron en el repliegue a Masaya, y muchos
civiles. Rivas Alfaro relata que después del FORLP llegaron los combatientes
del Frente Interno, que estaban en Masaya; luego, los que estaban en el
Aeropuerto Internacional Las Mercedes y posteriormente, los del Frente Norte
Carlos Fonseca.
Hasta ahora, las evidencias publicadas, o la mayoría
de ellas, indican que fueron las fuerzas guerrilleras del FORLP, provenientes
de León, las que entraron primeramente al búnker de Somoza y la Loma de
Tiscapa, la mañana del jueves 19 de julio de 1979, cuando triunfó la Revolución
Sandinista, encabezada por el FSLN.
4. Testimonio
de Comandantes Guerrilleros y combatientes connotados.
Asegura Lenin: María Lourdes Jirón (la China
Jirón) señala en Cayendo Estelí,
Somoza salió disparado. Tomo
III. p. 477-478):”…y el día 19, como a la una o dos de
la tarde llegó a Managua una primera parte. El que comandaba ese grupo era
Oscar Cortés el chele Marcos. Desde que
salieron ellos tuvieron un camino muy accidentado por toda la carretera nueva a
Managua. Sin embargo, como se ha
señalado antes, de acuerdo al testimonio del chele Marcos, en De León al
búnker, las fuerzas del FORLP
llegaron al búnker entre 9 y 10 de la mañana del 19 de julio.
Continúa Jirón: “…cuando nos ordenaron avanzar hacia la capital, unos lo hicieron por La
Paz Centro, y logran liberarla. Luego avanzan hacia Nagarote, donde aunque la
Guardia está un poco desmoralizada, había jefes y comandantes que combatieron
hasta el final. La unidad iba comandada en ese momento por Fanor Urroz, hasta
llegar al cuartel de Nagarote. Cuando (Fanor) está gritándole a la Guardia que
se rinda él se lanza a quererse tomar el Comando de Nagarote, y allí lo
acribillan. (Cayendo Estelí,
Somoza salió disparado. Tomo III. p. 477-478)”.
De acuerdo a Jirón: También de León venía otra columna por la carretera vieja, comandada por
Mauricio Valenzuela y Sergio Lira. Cuando pasaron por el Tamarindo, encontraron
desmantelada la poderosa base que tenía ahí la EEBI. Además, esa columna tenía
que entrar a Puerto Somoza (hoy Sandino), luego a Montelimar y así a lo largo
de toda la carretera hacia Managua. Llegaron el 19 por la tarde. El 20 de julio
entramos el resto del Estado Mayor y la Junta de Gobierno de Reconstrucción
Nacional, pero ya a celebrar”.
Fisher remarca “Esto último coincide por lo
señalado por algunos combatientes históricos leoneses sobre que la destacada
guerrillera María Lourdes Jirón, no estuvo precisamente el 19 de julio por la
mañana en Managua, porque estaba cumpliendo otras misiones importantes”.
Otras columnas del FORLP, al mando de Mauricio
Valenzuela (Había que
entrenar, armar y ponerle mando a la gente. Tomo II. p.451) avanzaban por la carretera Izapa-Nejapa, pasando por
Puerto Somoza y Montelimar, la playa y hacienda privadas de Somoza Debayle,
donde se atrasaron, lo cual no les permitió llegar, a la Loma de Tiscapa y el
búnker, al mismo tiempo que las columnas dirigidas por Polo Rivas y el chele Marcos. Según Valenzuela su grupo era más pequeño
porque la caravana grande iba por la carretera nueva a León y señala: …cuando el chele (Marcos) entra a
Managua; yo entro por la otra calle, tal vez seis horas después, porque me
desvié a Montelimar…
“Las seis horas después que el chele Marcos y sus compañeros entraron a
Managua, señaladas por
Valenzuela, son claves para entender que realmente la columna dirigida por Oscar
Cortés Marín fue la que primero llegó o se tomó el búnker de Somoza. Si
Mauricio Valenzuela y sus combatientes llegaron a Managua a las dos de la
tarde, como dice María Lourdes Jirón, y Valenzuela señala que llegó seis horas
después que el chele Marcos, entonces este último llegó a Managua a las ocho de
la mañana del 19 de julio, lo cual coincide con el testimonio del chele Marcos
recopilado en De León al búnker: el FORLP
salió de Xiloá a las seis de la mañana, combate por 45 minutos o una hora en Enaluf,
continúa avanzando la vanguardia por órdenes de Polo Rivas, entran a Managua
por la Cuesta del Plomo (donde capturan algunos prisioneros), siguen por las
Brisas (el pueblo desbordado comienza a recibirlos en las calles), continúan
por Linda Vista (donde hay una rápida refriega con la GN), pasan por el Estadio
Nacional disparando contra la estatua ecuestre de Anastasio Somoza García,
hasta llegar en vehículos al cine Cabrera y desde ahí caminar hasta tomarse el
búnker de Somoza”.
Si se conversa con combatientes históricos de
León sobre la toma del búnker, 37 años después de los hechos, ellos sostienen
que fueron las columnas guerrilleras del FORLP, específicamente las originarias
de León, las que se tomaron el búnker de Somoza.
5. Apuntes
del Comandante en Jefe de las Fuerzas Revolucionarias: Comandante de la
Revolución Humberto Ortega Saavedra.
Ortega Saavedra,
H. La epopeya de la insurrección. Lea. Managua, Nic.
2004; 428-436 señala: El 16
de julio por la noche Anastasio Somoza Debayle presentó su renuncia al
Congreso; el 17 de julio a las cinco de la mañana abandonó Nicaragua. El
comandante sandinista Humberto Ortega Saavedra, al atardecer del 18 de julio
inició las conversaciones por radio con el general Federico Mejía, jefe
director de la GN, quien sustituyó a Somoza en el cargo, para la rendición
incondicional de la GN, aunque Mejía proponía un cese al fuego bilateral.
Luego, alrededor de las siete y nueve de la noche sostuvo otras dos
conversaciones con el mismo fin. En la madrugada del 19 de julio, cuando
solamente Rivas, Chinandega y Managua están bajo el control de la GN, que tiene
limitadas sus reservas de municiones y combustible, el general Mejía renunció
al cargo porque fracasó al tratar de lograr un cese al fuego, sustituyéndolo el
coronel Fulgencio Largaespada, a quien Ortega Saavedra le dictó el texto de la
rendición incondicional y que Largaespada leyó inmediatamente a través del
circuito de radio de la GN.
“Al amanecer del 19 de julio, el comandante
Humberto Ortega Saavedra desde el puesto de comando central, Palo Alto, en San
José, Costa Rica, orienta a Leopoldo Rivas avanzar urgentemente hacia Managua,
por lo cual este último no espera a que finalice la refriega con la G.N., en
Enaluf, y ordena a la vanguardia que lleva un jeep BECAT y a la tanqueta
Aracelly a que continúen avanzando. Inesperadamente, alrededor de 15 guardias
salen equivocadamente al encuentro de la tropa guerrillera, creyendo que eran
de los mismos. Los guerrilleros leoneses los rodean, desarman y los suben al
camión que llevaban precisamente para recoger prisioneros a lo largo de la ruta
hacia Managua. En el sector de Linda Vista hubo un pequeño tiroteo con un grupo
de guardias. (Ob. cit. p.45)”.
Además de lo anterior, existen dos escritos
fundamentales del Comandante Humberto Ortega Saavedra donde señala de manera
clara y precisa que fueron las tropas del FORLP las que asaltaron la principal
fortificación de Somoza. Según Lenin Fisher, la primera afirmación la realiza en
su libro “Sobre la
insurrección. Ciencias Sociales. La Habana, Cuba. 1981; 58), señalando: Se rompe totalmente el equilibrio estratégico que se daba en el asedio y
la resistencia del enemigo, con el empuje final, el asalto a la capital de las
fuerzas de occidente, que son las primeras en llegar a Managua,…”
Dice Fisher: “Esta sería probablemente la única referencia bibliográfica que
brindaría información de carácter prácticamente oficial, dado que el FSLN
gobernaba Nicaragua en 1981 y el comandante en jefe del Ejército Popular
Sandinista era el también comandante de la Revolución Sandinista, Humberto
Ortega Saavedra”.
En la segunda afirmación el Comandante
Humberto Ortega Saavedra es aún más preciso: “en su libro La epopeya de la
insurrección (Lea. Managua, Nicaragua. 2004; 435-436) dice: Antes del mediodía del 19 de julio, tropas del
Frente Occidental Rigoberto López Pérez comandadas por el tercerista Leopoldo
Rivas son las primeras en arribar al Búnker de Somoza (…) Poco tiempo después,
en el Búnker se juntan Leopoldo Rivas, Javier Carrión y Elías Noguera…”
6. Testimonio
de periodistas independientes.
“Por otra parte, las fotografías en www.flickr.com muestran al chele Marcos con Polo Rivas revisando el archivo personal de
Somoza; al chele Marcos, con su fusil Galil, caminando junto al
periodista Alon Reininger, de origen israelí y nacionalizado estadounidense, en
las instalaciones de la Loma de Tiscapa y el Búnker de Somoza, así como
pateando un afiche con el rostro del dictador derrocado Somoza Debayle; según
escribí en el artículo Fotografías del chele Marcos durante la ofensiva final de 1979 en León y
la toma del búnker de Somoza”.
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El libro Un pueblo alumbra su historia, publicado por el Departamento
de Propaganda y Educación Política del Frente Sandinista de Liberación Nacional
(FSLN), en julio de 1981, dedica dos párrafos al día 19 de julio y en el
segundo de ellos señala solamente que: Fuerzas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez
entran en Managua. Además de las dos
fotografías.
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El periodista Pablo Emilio Barreto Pérez escribió el 5 de julio de 2010, Insurrección revolucionaria
sandinista: cronología de enero al 20 de julio de 1979, donde se lee que el 19 de julio Llegan a Managua las primeras
columnas del FSLN del Frente Occidental Rigoberto López Pérez.
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Por su parte, el licenciado Melvin
Wallace Simpson recuerda que como periodista, acompañado del
fotógrafo Carlos Cuadra, estaba el 19 de julio de 1979, alrededor de las nueve
de la mañana, en el sector de la explanada de Tiscapa, hoy rotonda Hugo Chávez
Frías, cuando vio venir a una tanqueta con guerrilleros. Montado en la tanqueta
Aracelly venía Leopoldo Rivas Alfaro, quien lo reconoció
inmediatamente –porque había participado en la defensa legal de Rivas Alfaro
cuando éste era prisionero político– y lo invitó a montarse en la tanqueta. Así
llegaron al bastión político-militar de la dictadura dinástica, el búnker de
Somoza, que estaba a 200-300 metros de distancia.
Entraron y llegaron hasta la oficina de Somoza
Debayle y su habitación. La entonces esposa de Wallace, Guadalupe Silva, con
una bayoneta que le prestó Rivas Alfaro, rasgó un cuadro de pintura al óleo del
dictador Somoza. Ese es el cuadro que Cortés Domínguez refiere haber terminado
de destruir, como resultado de un arrebato juvenil. Wallace Simpson agrega que
en ese momento solamente los combatientes sandinistas procedentes de León
estaban en el búnker de Somoza, situado en la Loma de Tiscapa. Señala también
que para la toma del más perfecto
símbolo de la dictadura, como
llamó Eduardo Galeano al búnker del tirano, no hubo ninguna resistencia, en ese
momento.
Las fotografías tomadas –el propio 19 de julio
de 1979, en el búnker de Somoza, cuando los guerrilleros del FORLP irrumpieron
victoriosos–, por Carlos Cuadra, que laboraba junto a Melvin Wallace en el
diario El Pueblo, no están disponibles, su paradero es desconocido, porque a
los pocos días del triunfo de la Revolución Sandinista, todos los archivos
escritos o impresos, así como las fotografías y los rollos de negativos fueron
decomisados por órdenes superiores, como parte del cierre del diario El Pueblo, el cual era de orientación
marxista-leninista, radical. De tal forma que se perdió un material de gran
valor histórico, lo cual representa hoy un gran vacío gráfico y documental,
después que han transcurrido 37 años.
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Sobre la llegada de las tropas
revolucionarias provenientes de León, el periodista Domingo Cortés
Domínguez dice lo siguiente:
…las columnas del Frente Occidental Rigoberto
López Pérez habían avanzado hasta las inmediaciones de la capital y a las nueve
de la mañana de ese día tomaban la Loma de Tiscapa. Acompañando al licenciado
en Derecho Melvin Wallace Simpson, ese misma mañana entré al Búnker donde
conversamos con el jefe guerrillero Leopoldo Rivas Alfaro (Oscar), quien me
permitió destruir a puntapiés –un arrebato juvenil-, una pintura al óleo del
general Anastasio Somoza Debayle. Con la intención de publicar una primicia en
el diario El Pueblo, cuando reanudara su circulación diaria, recuerdo que,
traicionando la confianza de Rivas, sustraje de ahí unos papelitos amarillos o
anaranjados que registraban transacciones de armas para Somoza con el gobierno
de Israel. (p. 36)
Y continúa apuntando Cortés Domínguez:
Aquella turba que había combatido a la Guardia
Nacional en León, casi exterminándola, y que casi no hizo prisioneros, sólo
halló rastros de la huida de los somocistas, encontrando en todas las
habitaciones del hotel fusiles abandonados, restos de comida y muchas botellas
vacías. (Ob. cit. p. 53).
“En ese momento solo estaban las fuerzas
irregulares del FORLP, procedentes de León, y ninguna otra. Columnas
guerrilleras que habían dormido la noche del 18 de julio, en las inmediaciones
del Open Tres (hoy Ciudad Sandino) y que comenzaron a avanzar hacia Managua, a
las seis de la mañana, desde Xiloá, después de haberse tomado La Paz Centro y
Nagarote. Cortés Domínguez menciona que, la gloriosa y singular experiencia de
Rivas Alfaro y Cortés Marín, de entrar triunfantes con los combatientes
leoneses al búnker de Somoza, ocurrió entre las nueve y diez de la mañana del
19 de julio”.
Guillermo Cortés Domínguez sigue describiendo
en las páginas 336 y 337 de su obra:
La Loma está absolutamente vacía, ni un
guardia, ni un alma (…) Ahí estaba sin haber sido tocado (…) un archivo de
colaboradores personales del propio Anastasio Somoza Debayle, diferente de los
archivos de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), informadores directos de
“El Hombre”, en una lealtad sin intermediarios por las más increíbles razones,
que involucraba a todo tipo de personas, incluso a algunas vinculadas con el
propio Frente Sandinista, en una fehaciente demostración de cómo el somocismo
había penetrado todos los sectores sociales del país.
Apenas momentos antes, dos horas antes, 120
minutos antes, a las siete de la mañana, cuando los guerrilleros del Frente
Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP) se acercaban a la Cuesta del Plomo,
todavía estaban en la Loma de Tiscapa entre 600 y 2000 hombres bien armados de
la Guardia Nacional, según Cortés Domínguez,
Leopoldo Rivas Alfaro, quien llegó poco
después, y el Chele Marcos quien había llegado primero, parecían levitar ahí
entre las nueve y diez de la mañana, en el Búnker, en un momento mágico,
espléndido, de ensoñación, irrepetible, en el que vivieron la intensa y única
emoción no vivida por nadie más de los otros jefes de los demás frentes
guerrilleros, de coronar la ofensiva final, la anunciada insurrección final
iniciada el 4 de junio, con la toma exactamente mes y medio después de intensa
campaña militar, del máximo símbolo de la dictadura militar somocista, con su
corazón de acero, el emblemático Búnker de Tiscapa. Este es el último párrafo
de la valiosa obra de Cortés Domínguez, De León al búnker (p. 345).
Y
recapitulando lo expuesto, el doctor Lenin Fisher finaliza con las siguientes
conclusiones “El FORLP fue el mejor
frente de guerra si se valora objetivamente por los resultados alcanzados en
términos militares. Los cálculos de la Dirección Nacional del FSLN eran que el
Frente Sur Benjamín Zeledón avanzaría lo suficiente para lograr tomar un
territorio que sirviera de cabeza de playa, donde se instalaría la Junta de
Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), como gobierno provisional; pero lo
que sucedió fue que el Frente Sur empantanó a las mejores tropas de la GN y él
mismo como frente guerrillero se estancó porque no pudo avanzar de manera
significativa, ni tomar la ciudad de Rivas, ni establecer la cabeza de playa”.
“Nunca pensaron o nadie imaginó que la ciudad
de León llegaría a convertirse en la cabeza de playa deseada, al ser la primera
cabecera departamental liberada, con gran relevancia política y estratégica,
donde finalmente se instalaría la Junta de Gobierno, como lo hizo el 18 de
julio de 1979, casi un mes después de que el FSLN se había tomado totalmente la
ciudad y once días después de tomarse el Fortín de Acosasco. En cierta manera,
León fue subestimado”.
“Algunos se olvidaron de la tradición de lucha
del pueblo leonés, de la herencia nacionalista de Darío y del ejemplo de Rigoberto
López Pérez (primer gran insurrecto, parafraseando a un periódico de Estados
Unidos; y gigante ético, como lo llamó Carlos Fonseca). Además, olvidaron que
León fue la ciudad cuna del FSLN, donde se forjaron los principales líderes y
cuadros políticos, en las aulas universitarias”.
“El FORLP, en León, fue el único frente de
guerra que aniquiló totalmente a las tropas de la GN. Fue el primer frente
guerrillero que llegó a la capital Managua, combatiendo ferozmente en Pancorva,
Izapa, La Paz Centro, Nagarote, Ciudad Sandino, Cuesta del Plomo y en las
covachas de la EEBI de la Loma de Tiscapa. Además, el FORLP fortaleció con
apoyo material y logístico al Frente Norte Carlos Fonseca, a Estelí
específicamente, con 250 libras de dinamita y un cañón de 75mm., sin retroceso,
que sirvieron para tomarse el comando departamental de dicha ciudad. También
desde León se reforzó a todo el sector de Somotillo, Chinandega, hasta llegar a
la frontera con Honduras y controlar la aduana del Guasaule, con 150 de sus
mejores combatientes. Finalmente, en Corinto, la columna guerrillera que llegó
procedente de León, capturó a un contingente de guardias somocistas, que se
desplazaban por el puerto, disfrazados de guerrilleros sandinistas”. Esto
señalado por Juan Sánchez (el Cabezón) y Armando Zapata”.
“Cuando el FSLN inició las
comunicaciones con el estado mayor general de la GN, para la rendición
incondicional, al caer la tarde del miércoles 18 de julio de 1979, las únicas
fuerzas sandinistas que acechaban la ciudad de Managua, eran las del FORLP,
situadas en el empalme de Xiloá, en las inmediaciones del Open Tres (ahora municipio
de Ciudad Sandino), a menos de 11 kilómetros de distancia del centro de la
capital. En ese tiempo el Open Tres era un barrio dela periferia occidental de
Managua; en otras palabras, los guerrilleros provenientes de León,
prácticamente ya estaban en la capital de Nicaragua”.
“En conclusión, los guerrilleros del FORLP
desarrollaron un papel heroico y extraordinario, que causó una presión
constante y fue decisivo en el balance militar de la guerra contra la
dictadura, hasta el último y culminante momento de la toma del búnker de Somoza
por parte de los guerrilleros procedentes de León”.
Y cierra señalando: “Sea esta crítica constructiva un pequeño
aporte a la memoria histórica de la lucha revolucionaria del pueblo de
Nicaragua”, dejando claro que, no importa quien llegó primero, pero que tenemos
la obligación moral e histórica, de brindar honor y respeto a quien lo merece”.
*Combatiente del FORLP y del Frente Sur.
Managua,
Nicaragua, 13 de octubre de 2016.
Auditorio
6601. Facultad de Ciencias Médicas. UNAN-Managua.
[1] Bayardo Altamirano López, , Santos
López Gómez, Ramón Raudales (hijo), Jorge Navarro Ortega, José Benito Escobar,
Carlos Fonseca Amador, Rigoberto Cruz Arguello (Pablo Úbeda), Silvio Mayorga
Delgado, Luis Fisher,
Faustino Ruíz, Germán Pomares, , Julio Corrales, Germán Gaitán y René Pérez
Sandoval, entre otros.