domingo, 18 de agosto de 2013

OPINION SOBRE LA PAGINA DE OPINION DE EL NUEVO DIARIO

Opinión sobre la página de opinión de
El Nuevo Diario

Lenin Fisher

Desde que el 31 de julio de 2002 El Nuevo Diario me permitió publicar en su página de opinión el artículo de fondo La privatización del agua, he colaborado con dicha página, plural y variada, como ninguna otra en Nicaragua.

Recuerdo que una tarde llegué con mi “manuscrito”, impreso en computadora, a hablar con el entonces sub-director del diario, el licenciado Francisco Chamorro, quien me recibió amablemente en medio de sus labores. Me dijo que era más fácil si lo enviaba por correo electrónico, a través de internet, que comenzaba a difundirse (las compañías ofrecían servicio de internet domiciliar hasta por algunas horas).

He visto tres tipos de formatos en la página de opinión durante estos años y creo que el formato de estos últimos días es el mejor. La letra es lo suficientemente grande para leerse. Además, los artículos dispuestos siguiendo el eje horizontal de la segunda página se ven muy bien y contrastan con los de la primera página que siguen el eje vertical. Tal combinación brinda una sensación de variación en contra del aburrimiento.

El ex-director, licenciado León Núñez, promovió otro cambio muy importante: el límite de 750 palabras para cada artículo de fondo, con el fin de darle oportunidad a más colaboradores y en consecuencia publicar más artículos de opinión. Esto me estimuló a tratar de escribir cada artículo con una extensión máxima de una página tamaño carta para no ser rechazado por los editores. La medida fue buena y me obligó a sintetizar. La reducción del número de palabras aparentemente incomodó a algunos colaboradores; pero a mí me resultó útil. Recordé la capacidad de síntesis en los artículos de fondo de Tomás Borge Martínez, Edmundo Jarquín y Augusto Zamora.

Reunirse con los colaboradores fue una buena iniciativa del ex-director Núñez. Se dijo que el periódico brindaría información acerca de los artículos o autores más leídos. Desconozco qué sucedió después.

Otro hecho relevante es que de esta página ha salido material para editar y publicar libros. Miguel De Castilla, Carlos Tünnermann, Onofre Guevara y otros lo han hecho. Grupo en el cual me incluyo con los libros Antisistémico (2006), La revolución antineoliberal (2009), Chavalos de la revolución y otros ensayos (2011) y la segunda edición de Historia de la radiología en Nicaragua (2011).

Dentro de la batalla de las ideas, de alguna manera la desaparecida sección de Don Procopio y Doña Procopia complementaba con humor a la página de opinión. Por otro lado, la apertura para el debate filosófico ha ocurrido en los últimos años; discusión en la cual se definen dos posiciones: una científica, materialista y dialéctica; y otra idealista, metafísica, religiosa o mágico-religiosa.

No sé qué dirán los analistas políticos de Acoyapa acerca de los cambios ocurridos; pero ésta es mi opinión.

Managua, Nicaragua, 17 de agosto de 2013

leninfisher.blogspot.com

domingo, 4 de agosto de 2013

REVOLUCION SANDINISTA Y ESPECIALIDADES MEDICO-QUIRURGICAS

Revolución Sandinista y especialidades médico-quirúrgicas

Lenin Fisher

La Revolución Sandinista derrocó a una dictadura que causó la muerte de más de 200 mil nicaragüenses. A partir del 19-7-1979 desintegró muchas instituciones y fundó otras. Su aporte a la educación superior a través de las especialidades médicas no ha sido suficientemente valorado y es muchas veces ignorado.

Durante la década de 1980 el Estado nicaragüense, a través del Gobierno, Ministerio de Salud (Minsa) y Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (U.N.A.N.), decidió institucionalizar, de manera oficial, la formación de médicos especialistas en los hospitales del sistema de salud público, con certificación universitaria. Nicaragua formaría a sus propios médicos especialistas. Un avance que los adversarios de la Revolución descalificaron, y cuyo resultado actual son miles de médicos especializados. Antes, los médicos nacionales debían especializarse en el extranjero, becados o cubriendo los gastos con su propio dinero.

La Dirección de Docencia e Investigación del Ministerio de Salud y las Facultades de Ciencias Médicas de la U.N.A.N. (núcleos de Managua y León) trabajaron conjuntamente para iniciar los Postgrados de Especialidades Médico-Quirúrgicas, como parte del binomio docente-asistencial. En 1984 se fundó oficialmente la Facultad de Ciencias Médicas de la U.N.A.N.- Managua, que había empezado como Escuela de Medicina en 1980, con estudiantes de cuarto y quinto año, trasladados desde León.

Se estableció que un postgrado o especialidad médico-quirúrgica debía ser cursado obligatoriamente en un hospital docente, especialmente acreditado por el Ministerio de Salud, con un programa teórico-práctico de tres años de duración, bajo la supervisión y evaluación de los profesores (especialistas) existentes en los diferentes departamentos hospitalarios. Se consolidaron así, los hospitales escuela o docentes. Ahora existen especialidades quirúrgicas de cuatro años de duración. El título de especialista empezó a ser extendido por la U.N.A.N., una vez cumplidos los requisitos establecidos: aprobar los tres años de residencia; presentar, defender y aprobar una investigación (tesis); y aprobar un examen de grado.

Antes de 1979, como a inicios de la década de 1980, los médicos que rotaban y se entrenaban en determinados servicios eran llamados residentes “…aunque oficialmente no eran residentes…” La Comisión Central conformada por el Minsa y la U.N.A.N., exigió que todos los planes y programas académicos estuvieran elaborados antes de 1982, según escribió el doctor Uriel Guevara Guerrero (Historia de la patología en Nicaragua. Universitaria. León. 2003). Así fue como alrededor de 1982-1983 iniciaron las especialidades médico-quirúrgicas.

Gobernaba el país la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), coordinada por el Comandante de la Revolución Daniel Ortega. Los residentes que habían estado entrenándose al rotar durante varios años en los diferentes servicios de los hospitales públicos, fueron a partir de 1983 considerados realmente residentes especializándose, cursando un postgrado, con la garantía de un diploma universitario. Además, se reconoció oficialmente como especialistas a varios médicos de gran experiencia clínica y docente en diferentes hospitales.

La Revolución Francesa clausuró Facultades de Medicina y las refundó; obligó a los profesores universitarios a ir al laboratorio a investigar; lo cual llevó a la medicina francesa a la cúspide mundial en la primera mitad del siglo XIX. Cuando en ese siglo médicos nicaragüenses como Roberto Sacasa y Luis Debayle estudiaron en Francia, recibieron los frutos de la transformación revolucionaria de la medicina gala. Toda revolución deja huellas en la educación y la Revolución Sandinista a 34 años de su triunfo, no fue la excepción.

Managua, Nicaragua, 4 de agosto de 2013

leninfisher.blogspot.com