La historia
de la lucha sandinista no debe re-escribirse
Lenin Fisher
Para evitar que se pierda en el olvido la historia de
la lucha sandinista, y particularmente la del Frente Occidental Rigoberto López
Pérez (FORLP), debemos identificar que este es el momento preciso para abordar
de manera institucional el rescate de la memoria histórica y de la verdad
histórica, para que la historia no sea re-escrita, negada, olvidada o
tergiversada.
Esa tarea institucional debe incluir a la UNAN-León, la
Alcaldía Municipal de León, el FSLN y los combatientes y colaboradores
históricos. Los esfuerzos individuales ya no son suficientes. Y esa labor no
puede realizarse sin las editoriales universitarias, que deberían tener entre
sus prioridades la publicación de literatura revolucionaria para que las nuevas
generaciones de sandinistas logren la transformación de la sociedad
nicaragüense.
Hoy
les presentamos la tercera edición impresa del libro titulado LA TOMA DEL
BÚNKER DE SOMOZA, el cual lleva por subtítulo 19 DE JULIO DE 1979, y contiene 32
capítulos, 506 páginas y 622 fotografías. Edición dedicada
a Rigoberto López Pérez (héroe y poeta), el más más grande héroe en la historia
de la ciudad de León. También es dedicada
a los quinientos años de fundación de la ciudad de León; la siempre gallarda
ciudad de León, como la llamó el comandante Carlos Fonseca. Además, estamos preparando una versión digital.
La
dictadura militar somocista fue un resultado de la intervención militar
de Estados Unidos en Nicaragua, que parió a la Guardia Nacional. Fue la
extensión de la ocupación militar yankee y surgió como parte de un brote
epidémico del fascismo o la ultraderecha mundial, que tuvo sus máximos
exponentes en Franco (en España), Mussolini (en Italia) y Hitler (en Alemania).
Por eso el somocismo es fascismo y el neosomocismo golpista de 2018 también lo
es.
La dictadura dinástica de los Somoza fue derrocada
porque a lo largo de sus casi 45 años, con tres de sus miembros presidentes,
fue la responsable de más de 200 mil muertes. Repito: más de 200 mil muertos. Acumularon
una fortuna de más de 2 mil millones de dólares (de la cual ni Estados Unidos
ni Europa jamás le regresaron un centavo al pueblo de Nicaragua). Mientras la deuda
externa superaba los 2 mil 500 millones de dólares. Algunos calcularon que su
fortuna, robada al pueblo, era mayor que la deuda externa.
Simultáneamente, el
80% de los niños del campo sufrían desnutrición. Más del 53% de la población
era analfabeta. La enfermedad viral de la poliomielitis era endémica y dejaba
discapacitados a muchos niños. Menos de la mitad de la población tenía energía
eléctrica, agua potable y alcantarillado. Más del 90% de la tierra estaba en
manos de menos del 10% de los propietarios. Y más del 95% de la tierra
cultivable estaba en las manos de menos del 5% de los propietarios. ¿Qué
desigualdad, no? Esa era en parte la injusticia social que vivía Nicaragua.
Mientras tanto, a
partir de la década de 1950, las 50 familias más ricas del país, desde el
tiempo de la colonia española, se enriquecen todavía más, al amparo de la
dictadura somocista, cuyo poder residía en la punta de los fusiles de la Guardia
Nacional. En efecto, tres grandes grupos económicos, aglutinan a la clase
social rica, se consolidan, acumulan y se disputan la riqueza: el grupo de la
familia Somoza y sus allegados, el grupo de la familia Pellas-Chamorro
alrededor del Banco de América y el grupo de la familia Montealegre y el Banco
Nicaragüense (Banic); todos ellos con cinco ejes de acción básicos: un banco,
una empresa urbanizadora e inmobiliaria, una aseguradora, una almacenadora y un
empresa exportadora.
La lucha del FSLN,
que heredó el ejemplo de Sandino, el primer revolucionario de Nicaragua y
nuestro Héroe Nacional, terminó desembocando en la Ofensiva Final de 1979, en
la que el Frente
Occidental Rigoberto López Pérez, y particularmente sus fuerzas de la ciudad de
León, jugaron un papel decisivo, liberando nuestra ciudad colonial y
universitaria el 20 de junio, tomando el Fortín de Acosasco el 7 de julio,
liberando Malpaisillo, La Paz Centro y Nagarote; y tomando el control del
empalme de Izapa y Puerto Somoza (hoy Puerto Sandino). Avanzando hacia Managua,
hasta lanzarse al asalto de la capital al amanecer del 19 de julio de 1979.
Es curioso que solamente el dictador Somoza
Debayle haya reconocido la importancia de la liberación de León el 20 de junio
de 1979, cuando apuntó en su libro Nicaragua traicionada (1980), lo siguiente:
1) En mi opinión, la caída de León marcó
el principio del desmoronamiento de nuestra situación militar (p. 316).
2) A la derrota de la GN en León le llamó:
la debacle de León. Y dijo que había que darle el interés que merece (p. 307).
3) Respecto a los combates de León,
escribió: Desde mi puesto de mando en el “bunker” podía oír y podía imaginarme
el infierno de León (p. 305).
4) En Managua teníamos una fuerza de tres
mil hombres esperando el ataque de los [guerrilleros sandinistas] que habían
capturado León, y queríamos estar perfectamente preparados (p. 318).
Somoza y el estado mayor de la GN no
estaban pensando en ningún otro frente guerrillero con las posibilidades de
avanzar a tomar la capital, sino que únicamente en las fuerzas sandinistas de
León. Ni siquiera pensaban en Masaya, a menos de 30Km de distancia, antes o
después del repliegue de los guerrilleros de Managua a la Ciudad de las Flores.
Por otro lado, en
el libro Sobre la insurrección (Ortega Saavedra, 1981. Ciencias Sociales. La
Habana. 106), acerca del Frente Occidental Rigoberto López
Pérez (FORLP), se puede leer lo siguiente:
1) …el Frente Occidental Rigoberto López Pérez que fue uno de los frentes
más importantes de la guerra… (p. 104).
2) También el
Frente Occidental Rigoberto López Pérez, conjugando hábilmente la maniobra
militar, el acoso y el sitio, fue rindiendo posición por posición del enemigo
en León, hasta dominarlo totalmente y ser la primera fuerza en columnas
regulares seriamente organizadas que arribaron a Managua. (p. 58).
3) …para pasar
del asedio al asalto final, como se dio en los últimos días de la
insurrección. Se rompe totalmente el
equilibrio estratégico que se daba en el asedio y la resistencia del enemigo,
con el empuje final, el asalto a la capital, de las fuerzas de occidente, que
son las primeras en llegar a Managua… (p. 58).
Y en La epopeya de la insurrección
(Ortega Saavedra, 2004. Lea):
1) Antes del mediodía del 19 de julio,
tropas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez comandadas por el tercerista
Leopoldo Rivas son las primeras en arribar al Búnker de Somoza (…) Poco tiempo
después, en el Búnker se juntan Leopoldo Rivas, Javier Carrión y Elías Noguera…
(p. 435-436)
Por su parte, el comandante Carlos
Núñez en su libro Un pueblo en armas (1980), dice:
…la
ciudad de León al escribir las fuerzas de ese departamento, una de las más
brillantes páginas de la ofensiva final, al desembarazarse de los esbirros
somocistas resguardados en el Fortín de Acosasco y al asestarle graves derrotas
en los combates de Izapa (p. 182).
Y Núñez Téllez agrega sobre la batalla
de Izapa:
…las
fuerzas de León continuaban su impetuoso avance sobre Managua, después de haber
destrozado a fuerzas somocistas en Izapa, brindando una extraordinaria lección
al derrotar a fuerzas de la EEBI, que dotadas de tanquetas pretendían detener
el avance (p. 228).
Algunos de los puntos que han sido
negados, obviados, tergiversados u olvidados son los siguientes:
1-. Se ha cambiado la fecha de la
liberación de León y de la toma del Fortín de Acosasco.
2-. Nadie se ha preguntado o nadie ha
hablado sobre el impacto o efecto moralizador y anímico de la liberación de
León, la segunda ciudad más importante del país. La ciudad de donde surgieron,
como líderes revolucionarios, los fundadores del FSLN. León fue la primera
ciudad liberada, en consecuencia el primer territorio libre de relevancia
estratégica, militar, política, administrativa y ahora agregaríamos, mediática.
3-. Nadie ha querido reconocer que la
ciudad de León, una vez liberada, a partir del 20 de junio (dos días después de
que se formara la Junta de Gobierno en Costa Rica), fue la verdadera cabeza de
playa, tan deseada y tan buscada, para el gobierno provisional. Cabeza de playa
que según los planes iniciales debía conquistarse en la frontera sur o en la
ciudad de Rivas. Ninguna de estas dos opciones se cumplió.
4-. Se ha obviado la relevancia de que
los comandantes Daniel Ortega Saavedra y Tomás Borge Martínez llegaron, desde
el 14 de julio de 1979, a León, antes que los otros miembros de la Junta de Gobierno.
El 18 de julio León se convertiría en la Capital de la Revolución, al
juramentarse en el Paraninfo de esta Alma Mater, el nuevo gobierno revolucionario.
5-. Se ha obviado y olvidado que el
FORLP estableció su campamento, el 18 de julio de 1979, a las cinco y media de
la tarde, en el empalme de Xiloá, a menos de 13 kilómetros del centro histórico
de Managua y 30 minutos antes que iniciaran las negociaciones de rendición con
la GN.
En cuanto a esto, recordemos que rodear
a Managua siempre ha sido una señal de fortaleza, como cuando las fuerzas
liberales llegaron hasta Tipitapa en 1927 o las fuerzas de Sandino hasta San
Francisco del Carnicero (ahora San Francisco Libre). Por lo tanto, que el FORLP
llegara hasta el empalme de Xiloá fue un signo de fortaleza ofensiva, lo cual
lo convirtió en el único frente guerrillero que acechó la capital en la víspera
del 19 de julio de 1979. Además, desde León envió columnas de refuerzo hasta el
Guasaule, en la frontera con Honduras, y al puerto de Corinto, en el
departamento de Chinandega.
6-. Se ha querido arrebatar el mérito
del FORLP procedente de León, como el frente guerrillero que tomó el control de
la Loma de Tiscapa y el búnker de Somoza, antes que ningún otro frente. Tres
combatientes del Frente Norte lo han hecho, entre ellos, un comandante
guerrillero y un comandante de la revolución.
7-. Historiadores, analistas políticos,
periodistas, escritores e ideólogos revolucionarios y sandinistas han omitido,
negado o tergiversado los hechos, en mayor o menor medida. Algunos han resaltado
más el Repliegue Táctico a Masaya que el asalto de Managua ejecutado por Frente
Occidental, el 19 de julio, una vez que no cumplieron el acuerdo de llegar, al
Open Tres (hoy Ciudad Sandino), el 18 de julio, las fuerzas del Frente Suroriental
Ulises Tapia y del Frente Central Camilo Ortega (más conocido como Frente
Interno), ubicados en Masaya, Carazo y Granada.
Por tal razón, no pocos jóvenes creen ahora
que la marcha del 7 de julio al Fortín de Acosasco es en conmemoración del
repliegue en León. En la ofensiva final de junio-julio de 1979, en León, nunca
hubo repliegue hacia ninguna parte. Todo fue avance, todo fue hacia adelante.
Enfrentando, combatiendo y venciendo al enemigo, incluso hasta el
aniquilamiento total de sus fuerzas.
Como lo dice en su testimonio el
comandante guerrillero Leopoldo Rivas Alfaro, hasta el propio comandante de la
Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz y los jefes del ejército cubano, señalaron
que al analizar los mapas del teatro de operaciones militares de la ofensiva
final, miraron que el único frente guerrillero que avanzaba hacia Managua,
enfrentando y derrotando a la GN, en todas las posiciones en que la encontró,
fue el Frente Occidental.
Así, casi mil guerrilleros sandinistas,
dirigidos por Leopoldo Rivas Alfaro y Oscar Cortés Marín (el Chele Marcos),
entraron victoriosos a Managua, en las primeras horas de la mañana del 19 de
julio de 1979, con dos tanques Sherman, cuatro tanquetas, camiones blindados,
jeeps y una inmensa caravana, después de avanzar casi 100 kilómetros, ganando
cada batalla, en una verdadera marcha triunfal, digna del poema de Darío, hasta
tomar el búnker de Somoza, trayecto en el cual cayeron en combate valiosos
compañeros.
Esa es la verdad histórica, compañeros,
para orgullo de los revolucionarios y sandinistas leoneses. Honor a quien honor
merece. La historia de la lucha sandinista no debe re-escribirse.
¡Viva la Revolución Sandinista!
¡Viva el Frente Sandinista de
Liberación Nacional!
Discurso
pronunciado durante la presentación de la tercera edición del libro La toma del
búnker de Somoza: 19 de julio de 1979, en el auditorio Ruiz-Ayesta, de la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León), el miércoles 30 de
septiembre de 2020. León, Nicaragua.