martes, 8 de agosto de 2023

OFENSIVA FINAL EN MANAGUA Y REPLIEGUE A MASAYA

 

Ofensiva Final en Managua y Repliegue a Masaya

 

Lenin Fisher

 

Algunos asteriscos de la Ofensiva Final en Managua y del Repliegue a Masaya, en junio de 1979, no son tan conocidos y vale la pena recordarlos, especialmente si son parte del testimonio de un protagonista como Iván García Abarca.

El compañero García Abarca, fue co-fundador del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, en febrero de 1978, junto a Francisco José Jarquín Ramírez, William Fonseca Martínez y Guadalupe Ignacio Moreno Mendoza, en el sector de las Gavetas, un sector limítrofe entre los barrios San Felipe y San Juan, de la ciudad de León.

Posteriormente, el Frente Occidental fue reforzado con otros cuadros, que dirigieron la insurrección en el mes de septiembre: Oscar Pérez-Cassar (el Gordo Pin), Róger Deshón Argüello y Carlos Manuel Jarquín López.

Recuerda Iván García que en una ocasión Oscar Pérez-Cassar (el Gordo Pin), en 1978, le dijo: Vamos a dar un golpe que va a sonar hasta en Cafarnaúm.  Se refería a los preparativos del asalto al Palacio Nacional, el 22 agosto de ese año.

En septiembre de 1978, García Abarca fue parte del estado mayor que dirigió la insurrección en la ciudad metropolitana y estuvo al mando del ataque frontal a la cárcel La 21 y el Comando Departamental. Luego, en noviembre del mismo año fue capturado por una patrulla dirigida por el temido Pablo “el Chele” Aguilera, después que este dirigió el asesinato de cuatro jóvenes, en una casa del barrio San Felipe. Estuvo prisionero en el Fortín de Acosasco y afortunadamente fue liberado. Después de lo cual, fue trasladado a Managua, para trabajar en el llamado Frente Interno (Frente Central Camilo Ortega Saavedra), donde fue parte del equipo de trabajo de la tendencia Tercerista, encabezado por Joaquín Cuadra Lacayo y Raúl Venerio.

Para el inicio de la Ofensiva Final, en Managua, el 9 junio de 1979, Iván García Abarca dio la orden al compañero César Augusto Silva para que con su escuadra atacara a la Sección de Policía número 13 o la 13° Sección de Policía, como se le conocía, la cual estaba ubicada en el sector de Sabana Grande. La escuadra de César Augusto Silva estaba conformada por 15 combatientes, algunos de ellos con armas de guerra y otros con armas de cacería.

En ese tiempo Iván García vivía en el reparto el Dorado, en casa de Neysi Ríos, quien era una estudiante de la Universidad Centroamericana (UCA), al igual que Antonio Sujo, los cuales eran parte de la Juventud Revolucionaria Sandinista (JRS), organización juvenil a la cual Iván García atendía. Ríos murió durante el Repliegue, cuando ella salió de su casa hacia el Polideportivo España (en ese trayecto murió).

Por lo tanto, la escuadra de César Augusto Silva fue la que inició la Ofensiva Final en Managua, el 9 de junio, por la noche. Destruyeron la estación policial y derrotaron a la guardia somocista. En la madrugada esa escuadra llegó al Dorado y los guerrilleros andaban de casa en casa recolectando armas. Tocaron la puerta de la casa de Neysi Ríos, donde vivía Iván García Abarca y ordenaron que les entregaran las armas que tuvieran. Entonces, García Abarca les dijo que se las entregaría, pero que quería hablar con el jefe de ellos. Los jóvenes rebeldes llamaron a su jefe, César Augusto Silva, que se saludó con García Abarca, ante lo cual los combatientes sandinistas estaban asombrados. No sabían que el jefe inmediato de Silva era García.

El día 10 de junio es que llega el estado mayor del Frente Interno al barrio Ducualí, ocupando las instalaciones del colegio María Auxiliadora. De ese momento, hay una fotografía publicada en el libro Un pueblo en armas, cuyo autor es el comandante Carlos Núñez Téllez, quien era miembro de la Dirección Nacional Conjunta del FSLN y dirigió la Ofensiva Final en Managua.

Durante el Repliegue Táctico a Masaya, el 27 de junio de 1979, a Iván García Abarca le correspondió ir en la parte media de la columna junto a Raúl Valerio (Willy) y Augusto Montealegre Valle. En ese tercio medio de la columna que se desplazaba hacia Masaya llevaban 10 guardias somocistas prisioneros.

Iván García Barca portaba una carabina M-1 en la Ofensiva Final y estaba en contacto directo con los combatientes en las trincheras, donde combatió a la par de los jóvenes guerrilleros. Recuerda que la tarde del 20 junio de 1979 al regresar al puesto de mando, después de andar visitando, coordinando y animando a los jóvenes sandinistas en las trincheras, se dio cuenta de la noticia de la liberación de la ciudad de León, lo cual recuerda que le llenó de alegría. Ese hecho fue algo que lo comentaron en el puesto de mando ubicado en el barrio Ducualí. Había alegría en todos los mandos, esa tarde del 20 junio, al darse cuenta de que la ciudad de León estaba bajo el control de los guerrilleros sandinistas.

También señala Iván García Abarca que el combate por la liberación de Jinotepe fue a lo largo de la noche del 5 julio para amanecer el 6 de julio. Fue un combate fue muy fuerte.

En cambio, recuerda que en la ciudad de Granada el combate fue realmente una escaramuza que duró entre 15 y 30 minutos. La Guardia Nacional se rindió en el cuartel de la Pólvora, antes del mediodía. Cuando los guerrilleros sandinistas entraron a la ciudad de Granada, temprano por la mañana, la gente tenía miedo y cerraba las puertas. Realmente, en Granada no hubo un gran combate. El jefe de la Guardia Nacional en Granada no quería rendirse ante una mujer, porque la jefa era Mónica Baltodano y entonces tuvo que ir uno de los guerrilleros varones para para negociar la rendición a cambio de la salida del coronel Ruiz hacia Costa Rica.

Entonces, se designó a un grupo de 15 hombres distribuidos en dos o tres camiones, al mando de Iván García Abarca, para trasladar al coronel Ruiz desde Granada hasta Masaya, donde debían entregarlo al mando superior de la guerrilla. Uno de los conductores era un compañero que le decían “el Gato”, quien llegó a ser escolta de Humberto Ortega Saavedra.

Recuerda muy bien García que la noche del 18 julio 1979, uno de los conductores encendió de manera imprudente los focos y entonces fueron hostigados con morteros desde el Fortín del Coyotepe. La marcha se detuvo por un rato. Señala García que no hubo ni muertos ni heridos debido al fuego artillero.  Además, recuerda que él no conversó nada con el coronel Ruiz, porque la orientación era precisa: sólo trasladarlo hasta Masaya y entregarlo. No debían conversar con él ni interrogarlo.

Por lo tanto, señala Iván García que miente el que diga que entre los guerrilleros que transportaban al coronel Ruiz, hubo muertos o heridos, o que se tuvo que amenazar al coronel Ruiz para que no huyera, durante el bombardeo con morteros desde el Coyotepe.

 

Managua, Nicaragua, 8 de agosto de 2023.

Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.

leninfisherblogspot.com