domingo, 27 de marzo de 2011

ANTISISTEMICO

Antisistémico


Lenin Fisher

Libro publicado en octubre del año 2006 por editorial Universitaria, en León de Nicaragua, cuyo autor es Lenin Fisher (Edén Lenin Fisher Chavarría).

La obra consta de 224 páginas e incluye una colección de artículos de opinión, o de fondo, publicados en periódicos, revistas y portales de internet, así como algunos inéditos hasta ese momento. La edición fue de 500 ejemplares.

El prólogo fue escrito por el politólogo Carlos Fonseca Terán, quien señaló: " ...en sus artículos no se le escapa ni un solo tema de la vida nacional y un poco más allá. No deja poderoso con cabeza, su estilo no deja espacio a la indiferencia, y sin duda,esa mezcla poco común de desenfado y compromiso, cautiva al escéptico y lo compromete..."


El índice de contenido comprende 45 artículos o ensayos y un poema, abarcando temas generales, de actualidad, sobre política, economía, cultura, deporte, medio ambiente, de interés nacional e internacional; todos los cuales fueron escritos entre julio de 2002 y marzo de 2006.

El ISBN es 99924-56-45-0.  Su ficha bibliográfica tiene el código N 320.97285 F533a. Su portada es un collage de imágenes de hechos importantes, dramáticos o históricos relacionados con los temas abordados en el texto.

En la introducción el autor escribió: ”La necesidad de expresar algunas ideas y críticas contra el sistema económico-social dominante en Nicaragua y el mundo, el capitalismo, me motivó a escribir artículos de fondo.”

LA REVOLUCION ANTINEOLIBERAL

La Revolución Antineoliberal


Lenin Fisher

Libro publicado en octubre del año 2009 por editorial Editronic, en Managua, Nicaragua, cuyo autor es Lenin Fisher (Edén Lenin Fisher Chavarría).

La obra consta de 287 páginas e incluye una colección de artículos de opinión, o de fondo, publicados en periódicos, revistas y portales de internet, así como algunos inéditos hasta ese momento. La edición fue de 600 ejemplares.

El prólogo fue escrito por el historiador y analista político Dr. Aldo Díaz Lacayo, quien señaló: “...desarrolla el tema antineoliberal a través de artículos muy variados, algunos de carácter polémico en términos ideológicos, lo cual les da mucha fuerza política.”

El índice de contenido comprende 61 artículos o ensayos, abarcando variados temas generales, de actualidad, sobre política, economía, de interés nacional y mundial; todos los cuales fueron escritos entre abril de 2006 y julio de 2009.

El ISBN es 978-99924-0-880-3. Su portada incluye el título del libro y el nombre del autor con los colores de la bandera nacional de Nicaragua de fondo.

En la introducción el autor escribió: ”La REVOLUCION ANTINEOLIBERAL ha sido editado en conmemoración del trigésimo aniversario de la Revolución Nicaragüense, es decir, de la Revolución Popular Sandinista.”

EPIDEMIOLOGIA Y CLINICA DEL PTERIGION

Epidemiología y clínica del pterigión

Autores: Janitzia Aragón Padilla. Edén Lenin Fisher Chavarría
Tutor: Dr. Oscar Aragón Téllez 1
Asesor: Dr. René Pérez Montiel2

Tesis para optar al título de Doctor en Medicina y Cirugía
Facultad de Ciencias Médicas
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua
(U.N.A.N.-León)



RESUMEN

La inteligencia de un hombre se mide
 por su capacidad para aprovechar el tiempo.
Danela Padilla de Aragón

Se realizó un estudio de serie de casos para valorar el comportamiento epidemiológico y clínico del pterigión en el Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Argüello, de León, Nicaragua, en abril-junio de 1993 y febrero-marzo de 1995.  La población de estudio fue 191 casos de pterigión (382 ojos). En el análisis de datos se usaron distribución de frecuencias cuantitativas, cualitativas y datos de asociación.


En la serie 1, la proporción de casos fue alta (8%) y en la serie 2, muy alta (19%). Las edades jóvenes, intermedias y mayores fueron afectadas con frecuencias similares. Ambos sexos fueron afectados por igual. La frecuencia de antecedentes familiares fue > 60%.  La frecuencia de trabajadores bajo techo fue >50%. Sólo el 30% de los pacientes acudió a consulta en el primer año de presentación. Generalmente fue un trastorno sintomático. La frecuencia de cada síntoma fue <50%. Generalmente, los síntomas fueron producidos por pterigiones cuyo avance sobre la córnea fue menor o igual de 2.0mm. La mayor frecuencia de los síntomas fue en los primeros cinco años de presentación. Generalmente fue un trastorno monocular y no tuvo predilección por ninguno de los ojos. La frecuencia de pterigiones nasales fue >90% y de temporales <10%. La frecuencia de pterigiones engrosados fue 58%. Los síntomas no fueron producidos exclusivamente por los pterigiones engrosados. Los casos asintomáticos no estuvieron asociados exclusivamente a los pterigiones planos. La frecuencia de casos sintomáticos con pterigiones engrosados fue hasta de 60%. Los casos con pterigiones engrosados fueron más frecuentes en edades intermedias y los casos con pterigiones planos en edades mayores. Los pterigiones agresivos (avance sobre la córnea >2.0mm.) fueron más del 20%. Entre 20 y 30% de los pterigiones en un tiempo de presentación menor o igual de tres años fueron agresivos. Existe una relación importante entre variedades clínicas, avances sobre la córnea, tiempo de presentación y síntomas.

Debe intentarse programar pronto la cirugía en: pacientes de edad intermedia, avance sobre la córnea >2.0mm., tiempo de presentación menor o igual de cinco años, variedad engrosado y vascularizado, para evitar mayor avance sobre la córnea. Son necesarias las medidas preventivas como el uso de gafas oscuras, sombrero o gorra.

Palabras clave: clínica, conjuntiva, córnea, epidemiología, hospital, pterigión.

1: Especialista en Oftalmología. H.E.O.D.R.A. León.
2: Maestro en Salud Pública. U.N.A.N., León.

viernes, 25 de marzo de 2011

TOMOGRAFIA COMPUTARIZADA EN PACIENTES CON CEFALEA

Tomografía computarizada
en pacientes con cefalea

 Autor: Lenin Fisher

Tutor: Dr. Marvin Gutiérrez (1)
Asesor: Dr. Freddy Meynard (2) 

Tesis para optar al título de Especialista en Radiología.
Facultad de Ciencias Médicas
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (U.N.A.N.).
Managua, Nicaragua. 1999


RESUMEN
 

OBJETIVO
Describir los hallazgos radiológicos en tomografía computarizada (TC) encefálica, en los pacientes con cefalea, en el Hospital Bautista de Nicaragua, desde junio hasta octubre de 1999.

MATERIAL Y METODO
Se hizo un estudio de corte transversal con ochenta pacientes. Los criterios de inclusión fueron: 1) pacientes ambulatorios; 2) TC encefálica indicada por cefalea; 3) sin diagnóstico específico previo de una enfermedad o lesión orgánica; 4) traumatismo craneoencefálico subagudo o crónico sin TC previa. El diagnóstico radiológico se dividió en: a) normal y b) anormal. Las localizaciones de las lesiones fueron: a) intraxial; b) extraxial; c) supratentorial; d)infratentorial. Se calcularon distribuciones de frecuencia simples en números absolutos y relativos en porcentaje.

RESULTADOS
Se detectó lesiones orgánicas en 20 (25%) de los pacientes. El 75% de las TC fueron normales. El 30% de pacientes con de un año de evolución y el 21% con un año o más presentaron lesiones orgánicas. Las lesiones intraxiales fueron 18 (69%) y las supratentoriales 20 (91%). El efecto de masa fue el hallazgo tomográfico más común (16%), seguido de granulomas, hidrocefalia e infartos con frecuencias de 12%.

CONCLUSIONES
La mayoría de TC fueron normales. El efecto de masa fue el hallazgo asociado más frecuente y las lesiones orgánicas más comunes fueron granulomas, hidrocefalia e infarto. La indicación de TC estuvo justificada, ya que la TC detectó lesiones orgánicas encefálicas que podrían explicar la cefalea, en la cuarta parte de los pacientes, en un tercio de los pacientes con cefalea de menos de un año de evolución y en la quinta parte con un año o más.

PALABRAS CLAVES: cefalea, tomografía computarizada.

1: Especialista en Radiología. Hospital Bautista de Nicaragua.
2: Maestro en Salud Pública. U.N.A.N. Managua.


jueves, 24 de marzo de 2011

LIBIA: OTRA GUERRA IMPERIALISTA

Libia: otra guerra imperialista

Lenin Fisher

Ha comenzado una nueva guerra imperialista. El turno de país agredido le corresponde hoy a Libia, ex–colonia italiana, en la región norte de Africa, continente donde, según las evidencias científicas, surgieron los primeros seres de la raza humana, como resultado de la evolución.

De Africa, migraron como nómadas hacia el norte los primeros seres humanos evolucionados. Miles de años después, en pleno capitalismo global del siglo XXI, del norte regresan hombres de una de las razas resultantes de la evolución de los humanos primigenios y nativos de Africa; pero no regresan caminando, regresan volando sofisticados y costosos aviones de la muerte: bombardeando.

El 7 de octubre de 2001, los imperialistas de La Tierra invadieron Afganistán, la razón: interés geopolítico-económico, el gas natural. Los dueños del mundo dijeron en aquel entonces: los terroristas de Al Qaeda y Osama bin Laden están en ese país y son los culpables de destruirnos las Torres Gemelas y atacarnos el Pentágono con aviones “misiles, cohetes o bombas”. Los invasores, según CNN, llevan hasta hoy 2367 muertos –de los cuales por lo menos 1420 son de Estados Unidos- y 10681 heridos. La resistencia afgana sigue aumentando su intensidad.

El 20 de marzo de 2003, los mismos imperialistas de siempre intervienen en Irak, la verdadera razón: el petróleo. Los policías del mundo dijeron: Saddam Hussein posee armas de destrucción masiva. Un general retirado, la tecnología satelital y el Consejo de Inseguridad de la ONU con frecuencia pueden hacer el ridículo. A pesar de las grabaciones satelitales, Collin Powell, el CenCom y George Walker Bush nunca encontraron ni nos mostraron las armas de destrucción en masa de los iraquíes. Un militar iraquí advirtió: los invasores  se quemarán dentro de sus carros. Y más o menos así ha sido. Cátedra de resistencia han dado los iraquíes, de la cual los afganos han aprendido mucho. No fue con flores el recibimiento de los invasores, los siguientes datos lo atestiguan: 4760 muertos (por lo menos 3510 gringos); y 32051 heridos.

Cuando se cumplieron ocho años de la invasión imperialista a Irak, en nombre de la civilización globalizada, se ataca a Libia (20 de marzo de 2011); los motivos: petróleo y gas natural. Paul Wolfowitz señaló algo así como: somos capaces de pelear en dos o más frentes. Y ahí están, aunque no han ganado ninguna de las tres guerras. En realidad, nunca han ganado guerra alguna. Pero guerra se conmemora con guerra.

Petróleo, petróleo, petróleo/petróleo, petróleo, petróleo. Bien puede ser una paráfrasis del poema Waslala del genio poético de Ernesto Cardenal, quien seguramente está en contra de la guerra imperialista contra Libia.

Los magnates del capitalismo global y de la democracia del siglo XXI dicen que defienden a los civiles libios; pero la mayoría de muertos y heridos son civiles. Saltan nuevamente los “efectos colaterales”. Tecnicismo. Eufemismo.

Los dueños del mundo dicen que Muammar Al Gadafi es un dictador; que tiene muchas mujeres; que sus hijos heredarán el poder de 42 años de duración y que son malos musulmanes (laicos a la occidental), de acuerdo a Wikileaks; y que bombardea a su propio pueblo. Sin embargo, los únicos bombardeos que hemos visto –o que ellos han mostrado a través de sus propias pantallas de televisión-, son los bombardeos hechos por aviones de Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Guerra mediática.
Ese trío de naciones mal acostumbradas al coloniaje se autollaman “comunidad internacional” para detrás de esa máscara bombardear a Libia. No obstante, no bombardean  el Reino de Baréin donde masacraron a civiles desarmados que protestaban en la plaza pública más importante del país y donde las tropas de Arabia Saudita intervinieron. Es que los intereses, o sea el petróleo, de la “comunidad internacional” en esa mina petrolera está asegurado.

La nada confiable Naciones Unidas y su Consejo de Inseguridad declararon una “zona de exclusión aérea” en el espacio que pertenece a Libia. Esa tal “zona” es la manera en que los imperialistas del siglo XXI llaman a la declaración de guerra.

Rusia y China en el Consejo de Inseguridad se abstuvieron. Cobardes. No se opusieron a la guerra contra Libia. Piensan en sus intereses geoestratégicos. A la larga, quieren que los imperialistas yankees y europeos se empantanen más en otra guerra para que se desgasten, mientras ellos crecen y crecen en términos económicos hasta el punto de manejarle el dinero a los gringos, como ya lo hace China. Y Alemania, por ser un año electoral también se abstuvo. Y el momento era el apropiado: revueltas y derrocamientos de gobiernos corruptos en Túnez y Egipto; terremoto de 9.1 en la escala de Richter, tsunami y crisis nuclear en Japón.

Dice el trío formado por Barack Obama, Gordon Brown y Nicolás Sarkozy (autollamado “aliados” y autoproclamado representante de la comunidad internacional), que apoya a los rebeldes; pero Gadafi ha dicho que Al Qaeda, creación de Estados Unidos y hasta hace poco su enemigo a muerte, está detrás de todo.

M. Al Gadafi estaba bien y era un buen aliado de Estados Unidos y Europa mientras privatizó muchas empresas del Estado que él mismo había nacionalizado cuando tomó el poder hace más de cuatro décadas. Tiempo en el poder que no justifica los bombardeos. A propósito, el tiempo en el poder de una misma persona es algo que los revolucionarios deben revisar y corregir en el siglo XXI; pero ese es un tema para otro artículo.

Gadafi era bueno mientras seguía los pasos de la globalización neoliberal; cuando indemnizó a los familiares de las víctimas del atentado al avión de Pan Am en Lockerbie, Escocia; cuando depositó millones de dólares en Inglaterra o Italia; y  cuando financió la campaña electoral de Sarkozy en Francia.

Ya no es cierto que lo más nervioso del mundo es un millón de dólares; por ahora, nada hay más nervioso en el planeta que la necesidad de un millón de barriles de petróleo. Y la carrera alcista del petróleo y sus derivados ha tenido un repunte.

Las únicas cosas ciertas de todo esto son: que Barack Obama, Hillary Clinton y sus “aliados” son títeres guerreristas y que “la guerra será larga” como dijo M. Al Gadafi. Hasta ahora, no menos de una docena de aviones invasores ha sido derribada; y ninguna de las potencias se arriesga a desembarcar sus primeros seres vivos, seres humanos o soldados nómadas que regresan; porque saben que cuando las tropas están en el terreno, la verdadera guerra empieza.

leninfisher.blogspot.com
Escritos de Lenin Fisher 
El Nuevo Diario. Nicaragua. Miércoles 30 de marzo de 2011.

martes, 22 de marzo de 2011

¿REALMENTE NECESITAMOS LA FASE SIMPLE EN TOMOGRAFIA COMPUTARIZADA CEREBRAL?


¿Realmente necesitamos la fase simple en tomografía computarizada cerebral?




Neill García Meza
Edén Lenin Fisher Chavarría
 
Steven Cuadra

RESUMEN


OBJETIVO: Determinar  la correspondencia de los hallazgos entre dos protocolos de tomografía computarizada cerebral: uno, con fases simple y contrastada; y otro, con fase contrastada; en el Hospital “Lenin Fonseca” de junio 2008 a noviembre 2009.

DISEÑO METODOLOGICO: 203 exámenes; 76 con ambas fases; 127 en fase contrastada. Valoramos si existían diferencias en la calidad de la información entre los protocolos. Comparamos la fase simple y la contrastada. Hicimos prueba de validación  (coeficiente de Kappa). Aplicamos las pruebas de Kolmogorov-Smirnov (nivel de significancia de Lilliefors); Pearson o Spearman; Chi2 (X2); y Mann-Withnay. Consideramos  asociación o diferencia estadísticamente significativa, si p fue <0.05.

RESULTADOS: Con ambas fases, la contrastada detectó alteración  en 52 (100%) de estudios anormales; la contrastada fue concluyente en 75 (99%). En  20% de casos, la  simple no detectó signos que sí detectó la contrastada. La simple no fue concluyente en 17% de casos. En fase contrastada únicamente, ésta fue concluyente en 127 exámenes (100%). La contrastada fue concluyente en 202 casos (99%). De 15 casos de lesiones inadvertidas en fase simple, en 10 la simple no fue concluyente (p=0.00). Hubo signos solamente observados en fase contrastada en 20 casos, de los cuales en 12 la simple no fue concluyente (p=0.00). En 13 casos en que la simple no fue concluyente, la contrastada sí fue concluyente en 12 (p=0.027).

CONCLUSIONES: La fase simple no aportó más información o mejor información que la fase contrastada. Esta última, fue concluyente en la casi totalidad de casos por lo que se consideró suficiente; y la fase simple fue considerada innecesaria.

Palabras clave: tomografía computarizada, fase contrastada, fase simple, TAC, TC.



ABSTRACT

OBJECTIVE: To determine the correspondence in between the findings of two protocols of computed tomography of the brain (CT brain). The first protocol, included non-enhancement CT (NE CT) and enhancement CT (E CT). The second protocol, included only (E CT). The study was done at the Hospital Escuela “Lenin Fonseca” from June 2008 to November 2009.

MATERIAL AND METHOD: 203 CT were done. 76 with the first protocol. 127 with the second one. We analized the differences in the quality of the information in between the protocols.  We compared the NE-CT and E-CT. A validation test was done. We applied the following tests: Kolmogorov-Smirnov; Pearson or Spearman; Chi2 (X2); and Mann-Withnay. We considered the value of p lesser or equal to 0.005.

RESULTS: (NE CT + E CT) detected abnormalities in 52 (100%) of the abnormal CT; and the (E CT) was conclusive in 75 (99%). (NE CT) did not detect signs in 20% of cases; but (E CT) detected them. (NE CT) was not conclusive in 17% of cases.  The second protocol (E CT): was conclusive in 127 (100%). Including both protocols, (E CT) was conclusive in 202 cases (99%). (NE CT) was not conclusive in 10  of 15 cases with unseen lesions on (NE CT) (p=0.00).  There were 20 cases with signs only seen in (E CT); but in 12 cases of them (NE CT) was not conclusive (p=0.00).  In 13 cases (NE CT) was not conclusive; but the (E CT) was conclusive in 12 of them (p=0.027).

CONCLUSIONS: (NE CT) did not give more o better information than the (E CT). (E CT) was conclusive in almost all the cases and was considered enough. The (NE CT) was considered unnecessary.

Key words: computed tomography, enhancement CT, non enhancement CT, CAT, CT.

REACCIONES ADVERSAS A MEDIOS DE CONTRASTE IONICOS EN UROGRAFIA EXCRETORA

Reacciones adversas a medios de contraste
 iónicos en urografía excretora

Fisher Chavarría, Edén Lenin

Revista del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala.
 Enero – Junio 1998. Vol. 8; No. 1 y 2. Epoca III; pp. 5 -10

Resumen

OBJETIVO: Determinar cual de los medios de contraste (MC) iónicos producía con mayor frecuencia y gravedad reacciones adversas (RA) en la urografía excretora (UE), en el Hospital Roosevelt, Guatemala, desde abril de 1996 a febrero de 1997.

MATERIAL Y METODO: Se realizó un estudio prospectivo seleccionando a 200 pacientes sometidos a UE, que fueron divididos en cuatro grupos (cada uno con n=50), según el MC yodado, hidrosoluble, iónico y de alta osmolaridad administrado por vía intravenosa (IV) en dosis de 80 a 100ml.: 1) iodamida; 2) ioxitalamato; 3) amidotrizoato; y 4) diatrizoato. Se incluyeron pacientes mayores de 12 años, ambulatorios u hospitalizados sin antecedentes de RA a los MC, asma, sensibilización al yodo y sin insuficiencia cardíaca congestiva. Se clasificaron las RA en: leves, moderadas y severas, según la Organización Mundial de la Salud. Se estableció el puntaje de gravedad (PG): RA leve=2; RA moderada=4; y RA grave=8; el PG total (PGT) y el PG promedio (PGP).  La gravedad se dividió en baja, intermedia y alta. Se usó distribución de frecuencias en porcentajes y Chi cuadrado con p menor o igual de 0,05 (5%).

RESULTADOS: La frecuencia de RA fue de 31%; fueron leves el 93%; moderadas el 7%; y no hubo graves.  El 38% de los pacientes con iodamida tuvo RA. La frecuencia de RA de los MC tuvo un valor de p=0.713. El amidotrizoato tuvo el PGP más alto (4,4); el ioxitalamato tuvo el PGP más bajo (3,3). El 54% de los pacientes tuvo gravedad baja y el 46% tuvo intermedia.

CONCLUSIONES: La frecuencia de RA a los MC iodamida, ioxitalamato, amidotrizoato y diatrizoato en la UE fue alta, mayor que lo reportado y sin diferencias importantes entre ellos.  Las RA leves fueron muy frecuentes y las moderadas raras.  La ausencia de RA graves indica la seguridad de los MC. No hubo diferencias importantes en la gravedad. El PG valoró con objetividad la gravedad de las RA a los MC iónicos usados en UE.


PALABRAS CLAVE: amidotrizoato, diatrizoato, iodamida, iónico, ioxitalamato, medios de contraste, meglumina, reacciones adversas, urografía excretora y yodo.

EFICACIA DEL TRATAMIENTO DEL DESPRENDIMIENTO DE RETINA REGMATOGENO

Eficacia del tratamiento del desprendimiento
 de retina regmatógeno



Tesis para optar al título de:
Especialista en Retina y Vítreo


Aragón Padilla, Janitzia

Unidad Nacional de Oftalmología
Hospital Roosevelt, Guatemala



Resumen

OBJETIVO: Conocer la eficacia anatómica y funcional de las retinopexias en el tratamiento del desprendimiento de retina regmatógeno (DRR), en el Hospital Roosevelt, Guatemala, desde julio de 1999 a julio de 2001.

MATERIAL Y METODO: Se realizó un estudio de corte transversal, descriptivo, retrospectivo. Se revisaron los expedientes de 166 pacientes (167 ojos), sometidos a retinopexias. La eficacia anatómica de las retinopexias fue valorada con la prevalencia de redesprendimientos. La eficacia funcional fue valorada categorizando la agudeza visual pre-operatoria y post-operatoria (AV-PRE y AV-POST) en: mejor o igual de 20/50; <20/50 a 20/200; <20/200.

RESULTADOS: El 97% (161) de los pacientes tuvo DRR. El 66% de los ojos (110) tuvieron desprendimiento macular. El 43% de los desprendimientos de retina (DR) no tenían más de tres meses. El 35% de los DR (57) tuvieron localización inferior. Los desgarros fueron la rotura retinal primaria más común (67%).  El cerclaje fue la retinopexia más frecuente con 124 (72%).  El 71% de los ojos tuvo AV-PRE <20/200.  La AV-POST fue <20/50 a 20/200 en 56 ojos (45%).  La prevalencia de DR recidivante fue 28%; la eficacia anatómica general fue de 72%. La eficacia anatómica de las técnicas de bulto (segmentaria) y cerclaje fue de 84% y 68%.  La eficacia funcional de las técnicas de bulto (segmentaria) y cerclaje fue de  59% y 33% de ojos con AV-POST <20/50 a 20/200.  El 20% de los pacientes con AV-PRE <20/50 a 20/200 tuvo AV-POST de 20/50 o mejor; más de un tercio de los pacientes con AV-PRE <20/200 mejoró hasta <20/50 a 20/200.

CONCLUSIONES: La prevalencia de redesprendimiento y la eficacia anatómica general fueron aceptables y cercanas a las reportadas.  La eficacia anatómica de las técnicas de bulbo y cerclaje fue buena.  La eficacia funcional general y de cada una de las retinopexias más frecuentes, fue buena.

PALABRAS CLAVE: eficacia, desprendimiento, redesprendimiento, regmatógeno, retina, retinopexia.




Introducción

La eficacia del tratamiento del desprendimiento de retina regmatógeno (DRR), puede valorarse con la AV-POST (1). La eficacia es la máxima capacidad de un fármaco o de un tratamiento de producir un resultado (2).  El pronóstico de la AV-POST está íntimamente relacionado con la AV-PRE (1). El desprendimiento de retina (DR) se define como una separación de la retina sensorial del epitelio pigmentario de la retina, por líquido subretinal (3). El DRR es la presencia de líquido subretinal derivado de un vítreo sinquítico que ha ganado acceso al espacio subretinal a través de una ruptura retinal (3). Todo DRR se acompaña de una ruptura retinal (4) e inicia con una ruptura retinal (5); el DRR puede ser espontáneo o traumático (3). El término regmatógeno proviene de la palabra griega rhegma, que significa ruptura, rotura o solución de continuidad; y genos, que significa origen (3,4,6). El DRR afecta a 1/10000 pacientes cada año (7); el riesgo que tiene una persona de sufrir DR es de 0,3 -0,5% (8).

Jules Gonin descubrió la patogénesis y la cura del DRR identificando y sellando todas las rupturas retinales.  Desde el inicio de la década de 1950, el cerclaje escleral, introducido por Custodis en 1949, ha sido usado para reparar la mayoría de los DR; en Estados Unidos, dicha técnica fue iniciada y desarrollada por Schepens et. al. (7). Los tipos de retinopexias más comunes para tratar los DRR son: neumática, bulto y cerclaje escleral.  El éxito anatómico, a los seis meses, fue de 82% con cerclaje escleral y de 73% con retinopexia neumática; los procedimientos adicionales mejoraron el éxito anatómico a 98 y 99% respectivamente (4,5). La AV-POST está relacionada estrechamente con el éxito anatómico y la AV-PRE.  El fracaso anatómico final está relacionado con ceguera. La cirugía exitosa usualmente resulta en una AV mejorada o estable (7).  La AV final fue de 20/50 o mejor en el 67% de los cerclajes esclerales y en el 89% de las retinopexias neumáticas (4,5).

Los resultados visuales funcionales dependen del estado de la mácula, AV-PRE, condiciones oculares previas asociadas con pérdida visual, capacidad de usar el ojo tratado y el no tratado, juntos, para lograr estereopsia y visión binocular sin distorsión. Comparar los estudios realizados es difícil debido a la variabilidad y complejidad de los DR y a la dificultad para obtener suficientes casos y demostrar suficiente poder de asociación de los múltiples factores (4).

En el Servicio de Oftalmología del Hospital Roosevelt se realizan anualmente 84 retinopexias por DRR. La retinopexia es el tratamiento de elección en el DRR. La readhesión de la retina es el objetivo anatómico de la retinopexia.  La AV mejor posible es el objetivo funcional de la retinopexia en el periodo postoperatorio.  Al estudiar la eficacia anatómica y funcional de las retinopexias por DRR se obtuvieron datos propios potencialmente útiles desde el punto de vista terapéutico y administrativo.


Material y método

Se realizó un estudio de corte transversal, descriptivo, retrospectivo, en el Servicio de Oftalmología del Hospital Roosevelt de la ciudad de Guatemala, en 167 ojos de 166 pacientes sometidos a retinopexias por desprendimiento de retina regmatógeno (DRR), entre julio de 1999 y julio de 2001.

La eficacia anatómica de las retinopexias fue valorada por medio de la prevalencia de desprendimientos retinales recidivantes o redesprendimientos. La eficacia funcional de las retinopexias se valoró de acuerdo a la AV-PRE y AV-POST.

Las variables fueron: tipo de rotura retinal primaria o secundaria, desprendimiento macular, localización de la rotura retinal primaria, antigüedad del desprendimiento, AV-PRE, AV-POST, prevalencia del DR recidivante, antecedentes y complicaciones. La AV-PRE y AV-POST fueron categorizadas en: a) mejor o igual de 20/50; b) menor de 20/50 hasta 20/200; c) menor de 20/200.  La AV-POST se midió a las 24 horas, a la semana, al mes y a los tres meses.  La rotura retinal secundaria se dividió en funcionante y no funcionante. La VRP preoperatoria y postoperatoria fue categorizada en los grados A, B, C y D (8,10,12), de acuerdo a la Clasificación del DR con VRP de 1983 y modificada en 1991, propuesta por el Comité de Terminología de la Sociedad de Retina (8,12).

Los datos se analizaron con números absolutos y relativos en porcentajes, presentándolos en frecuencias simples y asociación de variables.  Se asociaron las siguientes variables: eficacia funcional de las retinopexias de acuerdo a la AV-PRE y AV-POST; eficacia anatómica de las retinopexias y desprendimiento recidivante; eficacia funcional de las retinopexias y AV-POST; eficacia funcional de las retinopexias de acuerdo al tiempo de evolución y AV-POST; eficacia funcional de las retinopexias de acuerdo a desprendimiento macular y AV-POST; eficacia anatómica de acuerdo a desprendimiento macular y desprendimiento retinal recidivante; eficacia anatómica de acuerdo a la localización de la rotura retinal primaria y desprendimiento retinal recidivante.

Resultados

La población de estudio fue de 166 pacientes y 167 ojos operados.  La edad promedio fue de 49 años (la menor fue 8 y la mayor 82).  Los grupos de 31 a 45 años y mayor o igual de 61 representaron el 29% respectivamente. Los hombres fueron 103 (62%) y las mujeres 63 (38%). Tuvieron un tiempo de evolución de 15 días a tres meses 71 pacientes (43%).  Ochenta y dos pacientes (49%) tuvieron  antecedentes clínicos registrados, de los cuales el más común fue la miopía con 19 (23%), seguido de vitrectomía 16 (20%), pseudofaquia 15 (18%), y trauma 11 (13%). En el 99% de pacientes el DRR fue unilateral.

En 161 pacientes (97%) se detectó DRR; el 3% restante presentó sólo desgarro o agujero.  La mácula estuvo involucrada en 110 DR (68%). La localización más común de los DR fue la inferior con 57 (35%). De 171 roturas retinales primarias, las más frecuente fue el desgarro con 63 (37%). La localización más común de la rotura retinal primaria fue la temporal inferior con 65 (37%). Las roturas retinales secundarias fueron 66, de las cuales las más frecuentes fueron los lattices con 27 (41%).  Diez pacientes presentaron roturas retinales no funcionantes, las cuales fueron 14, siendo la más común el agujero no funcionante con ocho.

El grado VRP pre-operatoria más común fue el C-2 con 16 (30%). Tuvieron una AV-PRE mejor o igual de 20/50, 16 ojos (10%); <20/50 a 20/200, 31 ojos (19%); y <20/200, 116 ojos (69%). El cerclaje escleral circunferencial circular fue la retinopexia más frecuente con 124 (74%), seguida del cerclaje escleral circunferencial segmentario (técnica de bulto) con 39 (23%); las técnicas neumática y de bulto más cerclaje se usaron en cuatro casos cada una.

La AV-POST a los tres meses fue mejor o igual de 20/50 en 15 ojos (12%); menor de 20/50 a 20/200 en 56 ojos (45%); y menor de 20/200 en 53 ojos (43%). La AV-POST no estaba registrada en el expediente en el 38% de los casos a las 24 horas, en el 22% a la semana, en el 13% al mes, y en el 27% a los tres meses. El grado de VRP post-operatorio más común fue el C1 con 12 (24%).

Se observaron DR recidivantes en 47 ojos, para una prevalencia de 28% y una eficacia anatómica de las retinopexias de 72%. En 33 ojos (70%) con DR recidivante se hizo una segunda cirugía. Las complicaciones, obviando los redesprendimientos, fueron 25 y se presentaron en 14 ojos (8%), siendo la más común el desprendimiento coroideo con siete.

Fue necesario hacer 42 reintervenciones quirúrgicas en 33 pacientes, siendo la reintervención más frecuente la vitrectomía con 20 (48%).  De 47 redesprendimientos, 23 (49%) no tuvieron antecedentes clínicos y 12 (25%), tuvieron pseudofaquia o afaquia.  En 21 pacientes con pseudofaquia se detectaron 18 desgarros, dos agujeros y dos diálisis; tres pseudofáquicos no tuvieron rotura retinal primaria; las localizaciones más comunes de los desgarros en pseudofáquicos fueron temporal superior con siete y temporal inferior con cinco.  De los 48 pacientes de 60 o más años, sólo 6 (12%) fueron pseudofáquicos.  En los 16 pacientes con antecedente de vitrectomía las localizaciones más comunes de los desgarros primarios fueron: temporal inferior en tres y nasal superior en dos; tres pacientes con dicho antecedente también tuvieron el antecedente de trauma.

El 63% de los ojos con AV-PRE mejor o igual de 20/50 tuvieron una AV-POST mejor o igual de 20/50. El 58% de los ojos con AV-PRE <20/50 a 20/200 tuvieron una AV-POST <20/50 a 20/200 y el 20% tuvo una AV-POST mejor o igual de 20/50. El 37% de los ojos con AV-PRE <20/200 tuvo una AV-POST <20/50 a 20/200.

La eficacia anatómica del cerclaje circunferencial segmentario (técnica de bulto) fue de 84% y del cerclaje circunferencial circular fue de 68%. La eficacia funcional de la retinopexia con técnica de bulto fue de 59% de los ojos con AV-POST <20/50 a 20/200; y de la retinopexia con cerclaje circunferencial circular fue de 33% de ojos con AV-POST <20/50 a 20/200.

De 46 ojos sin desprendimiento macular, 12 (26%) tuvieron DR recidivante, de los cuales cinco no tuvieron antecedentes clínicos relevantes.  De 110 ojos con desprendimiento macular, 34 (30%) tuvieron DR recidivante.  El 39% de los ojos con tiempo de evolución <15 días; el 43% con 15 días a tres meses; el 25% con más de tres meses y menos de un año; y el 17% con más de un año, tuvieron una AV-POST <20/50 a 20/200. En los ojos con desprendimiento macular la AV-POST fue <20/200 en 60 (55%) y <20/50 a 20/200 en 43 (39%).

El 60% de los expedientes no registraban el dato de VRP-preoperatoria, por lo cual no pudo relacionarse con los desprendimientos recidivantes.  Las localizaciones más comunes de la rotura retinal primaria en los ojos con desprendimientos recidivantes fueron: temporal superior (27%) y temporal inferior (25%).

Discusión

La discusión de estos resultados parte de dos premisas importantes referidas en la literatura.  Primero, comparar los resultados de estudios realizados es frecuentemente difícil debido a la variabilidad y complejidad de los DR y a la dificultad para obtener suficientes casos y demostrar suficiente poder de asociación de múltiples factores en el análisis estadístico (4).  Segundo, los expedientes reflejaron el hecho de que los pacientes con enfermedad de la retina deben manejarse de forma individualizada debido a la naturaleza multifactorial de las condiciones patológicas (4).

Los mayores de 30 años representaron más del 80% de los pacientes con DRR; los hombres fueron la mayoría y la unilateralidad fue casi absoluta, coincidiendo con estudios previos (13).  Más del 60% de los pacientes tuvo un tiempo de evolución mayor de 15 días, lo cual probablemente explique en gran medida que más del 70% de los ojos tuvieran una AV-PRE <20/200.  El predictor más importante del éxito anatómico y visual es una buena AV-PRE (9).

Casi el 75% de los antecedentes clínicos relevantes fueron los siguientes: miopía, vitrectomía, pseudofaquia y trauma por lo que quizá, sea conveniente considerarlos como antecedentes clínicos mayores por ser los más frecuentes.  La miopía fue el antecedente clínico más frecuente; el DRR es más común miopes que en hipermétropes (11).  La llamativa cantidad de pacientes con el antecedente de vitrectomía talvez estuvo relacionada a que durante dicho procedimiento quirúrgico no se aplicó cerclaje, cuando este último pudo estar indicado, o bien a diálisis a nivel de las esclerotomías. El éxito anatómico es de 80-96% cuando no existe desprendimiento coroidal preoperatorio, trauma, VRP conocida anterior o posterior (4).

La mayor frecuencia de localización inferior del DRR, podría estar relacionada con la localización más común de la rotura retinal primaria, la cual fue temporal inferior. El gran número de diálisis, 49 (29%), a nivel temporal inferior, sumadas a los desgarros temporales inferiores, explicarían por qué los DRR se localizaron más comúnmente a nivel inferior.  Según Schepens, las diálisis benignas ocurren en el cuadrante temporal inferior que es el área menos vascularizada de la retina periférica (8). El cuadrante temporal superior es el sitio más común de rupturas retinales y el temporal inferior ocupa el tercer lugar (11). Los lattices y los agujeros representaron el 75% de las roturas retinales secundarias. El 68% de los expedientes no tenían registrada la VRP preoperatoria y el 73% de ellos no tenían registrada la VRP postoperatoria, lo cual impidió correlacionar ambos datos y asociarlos, de manera confiable, con los desprendimientos retinales recidivantes.

Esta limitación del estudio es muy importante si se toma en cuenta que cualquier signo de VRP preoperatoria o características asociadas con el desarrollo de VRP, están asociados a una menor frecuencia de éxito anatómico. Los hallazgos preoperatorios comunes e importantes asociados al desarrollo de VRP son: ruptura retinal, desprendimiento coroidal, uveitis, hipotonía, hemorragia vítrea severa y DR total (9).

Si el redesprendimiento se considera una complicación, ésta fue la más común, si no es así, entonces el desprendimiento coroideo fue la complicación más frecuente.  Las complicaciones del drenaje de líquido subretinal se presentan con una frecuencia de 5,6%; la hemorragia retinal y la incarceración ocurren en el 3% y 2% de los ojos, respectivamente (7).  Más de la mitad de los procedimientos re-intervención incluyó re-vitrectomía. Un importante 30% de los pacientes con redesprendimiento no quisieron someterse a una segunda cirugía, a pesar de existir indicación. Podría ser muy importante tratar de disminuir este porcentaje de evasión.

La prevalencia de redesprendimiento obtenida, cerca de 30% puede considerarse aceptable ya que refleja una eficacia anatómica general de 72%, lo cual está muy próximo a lo referido por la literatura, la cual señala que el éxito anatómico a los seis meses, es de 82% con cerclaje escleral (4,7). La eficacia anatómica del cerclaje segmentario (técnica de bulto) y del cerclaje circular, valoradas por separado, fue buena, casi de 85% y de 70% respectivamente. La menor eficacia anatómica del cerclaje circular talvez se explique porque esta técnica se hizo tres veces más que la otra, es decir, el cerclaje circular tuvo más probabilidades de aplicarse a casos más difíciles. El cerclaje circular está indicado en lesiones retinales más complejas y con menor pronóstico. El redesprendimiento retinal recidivante después de retinopexia neumática ocurre entre el 69% y 73% de los casos (4). La readhesión de la retina después de reparar el desprendimiento retinal primario ocurre con una frecuencia de 84-96% (4). Una vez readherida la retina, después de 30 días a seis meses, el redesprendimiento es inusual; sólo un ojo se desprendió después de seis meses (7).  Actualmente, alrededor del 90% de los DR seleccionados para cerclaje escleral pueden ser reparados con una sola operación (7).

La relativa mayor eficacia funcional del cerclaje segmentario (técnica de bulto) sobre el cerclaje circular en el grupo de AV-POST <20/200 pudo ser debido a la misma razón antes señalada. El cerclaje segmentario está indicado en lesiones retinales más sencillas como lesiones únicas o localizadas en un cuadrante. Si un tercio de los ojos operados con la técnica de cerclaje circular obtuvieron una AV-POST <20/50 a 20/200, entonces, puede considerarse esto una eficacia funcional buena.

Sin embargo, la AV-POST mejor o igual de 20/50 fue de 5% con cerclaje circular, lo cual se considera una eficacia funcional baja al compararla con otros estudios. La AV-POST es de 20/50 o mejor en el 67% de cerclajes circulares (5,7). Pero al sumar los resultados del cerclaje circular y segmentario, en los grupos debajo del límite de ceguera legal, es decir, de AV-POST mejor o igual de 20/50 y <20/200, se obtuvo una eficacia funcional de 38% y 85%, lo cual es aceptable.

Casi la mitad de los pacientes tuvieron, a los tres meses, una AV-POST <20/50 a 20/200. La eficacia funcional de las retinopexias puede considerarse buena ya que más del 60% de los pacientes con AV-PRE mejor o igual de 20/50 tuvieron una AV-POST similar; casi el 60% de los pacientes con AV-PRE <20/50 a 20/200 tuvieron una AV-POST similar y el 20% mejoró a una AV-POST 20/50 o mejor; y casi el 40% de los pacientes con AV-PRE <20/200 mejoraron a una AV-POST <20/50 a 20/200. Una buena AV-PRE es el mejor predictor de la eficacia anatómica y funcional. El mejor predictor de la AV-POST es la AV-PRE (7). La eficacia funcional de las retinopexias puede valorarse con la AV-POST (9).  El grado de función visual del paciente también es influido por la capacidad del paciente de usar su ojo tratado y el no tratado, juntos, para lograr estereopsia y visión binocular sin distorsión (4). La AV-POST está relacionada con el éxito anatómico y la AV-PRE. El fracaso anatómico está relacionado con ceguera y la cirugía exitosa usualmente resulta en una AV mejorada o estable (7). La relación entre AV-PRE y AV-POST es de particular importancia por lo que se debe documentar la AV antes y después de la cirugía de todos los ojos. Alrededor de un tercio de los ojos con AV-PRE de 20/200 o menos, tendrán 20/40 o más, después de la cirugía de cerclaje escleral exitosa, mientras que más de la mitad tendrá 20/40 o más, si la AV-PRE es 20/100 o mejor (7).

Es importante hacer énfasis en la relevancia de registrar en el expediente, al menos, la AV-POST a las 24 horas, a la semana, al mes y a los tres meses, ya que los hallazgos oftalmológicos se corresponden con los cambios morfológicos microscópicos descritos en la bibliografía. La respuesta proliferativa del epitelio pigmentario retinal parece que es autolimitada y durante el DR es de importancia clínica. La proliferación de las células del epitelio pigmentario en el espacio subretinal, es probablemente la base de los cambios pigmentarios frecuentemente observados durante el examen oftalmoscópico del DR (15).

La VRP post-operatoria ocurre en el 3% de retinopexias neumáticas y en el 5% de cerclajes esclerales. Las dos complicaciones más preocupantes son la VRP post-operatoria y las rupturas retinales nuevas y olvidadas. La VRP post-operatoria es la principal complicación en todos los tipos de cirugía de readhesión retinal (14).

Los pacientes son reexaminados a las 24 horas, a la semana, a las dos semanas, al mes, a los dos meses, a los tres y seis meses. Si hay líquido subretinal nuevo o residual en los exámenes de seguimiento, a la semana del procedimiento, la retina debe examinarse cuidadosamente en  busca de rupturas retinales nuevas. Las roturas retinales nuevas ocurren entre el 12 y 23% de los ojos (5). El examen post-operatorio debe hacerse a las dos y cuatro semanas, y a los dos, tres y seis meses (4). Los resultados de ningún estudio pueden ser perfectos debido al aspecto biológico de la enfermedad y a la complejidad de los trastornos retinales en general (4).

La frecuencia de desprendimiento macular previo en los ojos con redesprendimiento fue alta (66%). El predictor más fuerte de la AV y la readhesión postoperatorias es el estado previo de la mácula (9). Los resultados visuales funcionales dependen del estado de la mácula, AV-PRE y condiciones oculares previas asociadas con pérdida visual (5). De los ojos con desprendimiento macular, menos del 10% tuvo una AV-POST mejor o igual de 20/50 y casi el 40% tuvo una AV-POST <20/50 a 20/200. Estos resultados son mucho más bajos que en los estudios previos. La AV-POST es de 20/50 o mejor, en el 69-80% de casos con desprendimiento macular y es estable o mejor en el 97% de casos sin él (5).

La AV-POST depende de la adherencia macular previa. El 50-60% de ojos con desprendimiento macular tienen una AV de 20/50 o mejor y el 88-91% de ojos sin desprendimiento macular una AV mejor o estable (5). El 40-60% de ojos con readhesión retinal exitosa con desprendimiento macular alcanzan una AV final de 20/50 o mejor (9).  La AV-POST para los casos con desprendimiento macular, de menos de dos semanas de duración, fue de 20/50 o mejor, en el 56% de cerclajes esclerales. En los casos con desprendimiento macular, la AV no cambió o muero en el 91% de cerclajes esclerales y el 80% tuvo una AV de 20/60 o mejor (5).

Los DR sin desprendimiento macular tienen un pronóstico anatómico significativamente mejor que los DR con desprendimiento macular.  En este último grupo, los ojos con AV-PRE relativamente pobre, es menos probable que sean reparados exitosamente que los ojos con AV-PRE relativamente buena (7). La evaluación de la función macular pre-operatoria con la medida de agudeza potencial (MAP), puede brindar un cálculo más exacto de la AV-POST potencial.

Otros factores adicionales relacionados con la AV-POST son: anormalidades maculares asociadas y complicaciones del DR o de la cirugía de readhesión. La duración y el tamaño del desprendimiento macular también están relacionados con la AV-POST y son reflejados en la AV-POST. El 90% de los DR sin desprendimiento macular conservan la AV-PRE después de la cirugía. Los DR con desprendimiento macular están asociados a daño en la retina central y AV-PRE y AV-POST disminuidas (7).

Los DR con mácula  adherida tienen resultados anatómicos y visuales mejores que los DR con la mácula desprendida. Múltiples factores de riesgo pre-operatorios e intra-operatorios están relacionados con el pronóstico anatómico después de cerclaje.  La recuperación visual está limitada por el daño a los fotorreceptores, edema macular cistoide y membrana epi-retinal. La extensión y duración de la elevación macular pre-operatoria se relaciona con el resultado visual; si la mácula está elevada en forma de bula, la recuperación visual es menor (9).

Existe una fuerte correlación entre la duración del desprendimiento macular y la AV final; la disminución de la AV ocurre cuando existe un desprendimiento macular de mucha duración. Gruposo obtuvo AV de 20/80 o mejor en el 75% de los DR de menos de una semana. Después de ocho semanas, la recuperación de la AV es de acuerdo a la duración del desprendimiento macular. Los menores de un mes tuvieron un 41% de probabilidad de obtener una AV de 20/50 o mejor, y los mayores de un mes de 28% (9).

Girard y Karpouzas correlacionaron la duración del desprendimiento macular y la recuperación visual. Un desprendimiento macular de más de siete días disminuyó significativamente la oportunidad de obtener una AV-POST de 20/50 o mejor. Cuando la mácula estuvo desprendida por siete días o menos, un desprendimiento superficial tuvo un pronóstico visual mejor que un desprendimiento macular buloso. Los desprendimientos maculares superficiales menores de siete días, tuvieron un pronóstico visual similar a los DR sin desprendimiento macular, sugiriendo que la función macular puede ser restablecida, si el daño relacionado al desprendimiento, es mínimo (9).

Cuando la duración del desprendimiento es mayor de dos semanas, los espacios cistoides se extienden a través de la retina. Actualmente, se esperan tasas de readhesión mayores de 90%; en los casos de DR sin desprendimiento macular y DR con ruptura retinal única, las tasas de éxito anatómico son del 100% (9).

Aparentemente, en este estudio hubo una mayor frecuencia de redesprendimiento cuando existieron los siguientes hallazgos previos: desprendimiento macular y roturas retinales primarias (desgarros y agujeros, localizados principalmente a nivel temporal superior y temporal inferior).

La mayor proporción de pacientes con AV-POST mejor o igual de 20/50 se obtuvo cuando éstos tenían un tiempo de evolución menor o igual de tres meses. La mayor proporción de pacientes con AV-POST <20/50 a 20/200, es decir, todavía por debajo del valor admitido como ceguera legal (<20/200), tenían un tiempo de evolución menor o igual de tres meses. Esto posiblemente sugiere que el tiempo de evolución crítico de un DRR, para poder obtener resultados funcionales con AV-POST estable o mejorada, es de tres meses.  La eficacia del tratamiento del DRR puede valorarse con la AV-POST. Una buena AV-PRE es el predictor más importante del éxito anatómico y visual (9).

En conclusión, la rotura retinal primaria más frecuente fue el desgarro y la localización más común de la rotura retinal primaria fue la temporal inferior; la mayoría de los DRR tuvieron un tiempo de evolución de tres meses o menos. La eficacia funcional de las retinopexias se consideró buena ya que más de dos tercios de los pacientes tuvieron una AV-PRE <20/200 y casi el 50% tuvo una AV-POST <20/50 a 20/200. Casi el 60% de los pacientes con AV-PRE <20/50 a 20/200 mantuvo una visión estable y un 20% de ellos tuvo una AV-POST de 20/50 o mejor. Por otro lado, más de un tercio de los pacientes con AV-PRE <20/200 mejoró a una AV-POST <20/50 a 20/200.  La prevalencia de DR recidivantes fue de 28% y la eficacia anatómica general fue de 72%; ambas se consideran buenas ya que están muy próximas a lo descrito en la literatura. La eficacia anatómica del cerclaje segmentario (bulbo) y cerclaje circular, fue buena, de 84% y 68% respectivamente.

Referencias bibliográficas

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  2. Diccionario de Medicina Océano. Barcelona. Mosby. 1996:434
  3. Kansky JJ. Retinal detachment. A colour manual of diagnosis and treatment. London. Butterworth. 1986:2
  4. Hartnett ME. Primary rhegmatogenous retinal detachment. In: Schepens CL, Harnett ME, Hirose T. Schepens` retinal detachment and allied diseases. Boston. Butterworth-Heinemann. 2000:291-346
  5. Tornambe PE. Pneumatic retinopexy. In: Guyer DR, Yannuzi LA, Chang S, Shields JA, Green WR. Retina-vitreous-macula. Philadelphia. W.B. Saunders. 1999:1272-87
  6. Schepens ChL. Terminology. In: Schepens ChJ, Harnett ME, Hirose  T. Schepens` retinal detachment and allied diseases. 2nd. Ed. Canada. Butterworth-Heinemann. 2000:23-4
  7. Wilkinson CP. Scleral buckling techniques: a simplified method. In: Guyer DR, Yannuzi LA, Chang S, Shields JA, Green WR. Retina-vitreous-macula. Philadelphia. W.B. Saunders. 1999:1248-71
  8. Schepens ChL. Pathogenesis of nontraumatic rhegmatogenous retinal detachment.  In: Schepens ChJ, Harnett ME, Hirose  T. Schepens` retinal detachment and allied diseases. 2nd. ed. Canada. Butterworth-Heinemann. 2000:43-64
  9. Williams GA, Aaberg TM. Techniques of scleral buckling. In: Ryan SJ. Retina. St. Louis. Mosby. 2001:2010-46
  10. The Foundation of the American Academy of Ophthalmology. Peripheral retinal abnormalities. In: Basic and clinical sciencie course.  Retina and vitreous. San Francisco. Leo. 2000:230-55
  11. Kanski JJ. Retinal detachment. In: Clinical ophthalmology: a systematic approach. 3rd. ed. London. Butterworth-Heinemann. 1994:313-41
  12. Gregson R. Uveal effusion syndrome. In: Hamilton P, Gregson R, Fish GE. Text atlas of the retina. London. Butterworth-Heinemann. 1998:350-1
  13. Morse PH, Kraushar MF, Chen ChJ. Clinical findings and classification of retinal detechment and related disorders. In: Vitreoretinal disease. 2nd. ed. Year book medical publishers. 1990:46-73
  14. Bradbury MJ, Landers MB. Pathogenic mechanisms of retinal detachment. In: Ryan SJ. Retina. St. Louis. Mosby. 2001:1987-93
  15. Fisher SK, Anderson DH. Cellular effects of detachment on the neural retina and retinal pigment epithellium. In: Ryan SJ. Retina. St. Louis. Mosby. 2001:1961-86

jueves, 17 de marzo de 2011

SINTESIS HISTORICA MUNDIAL DE LA APLICACION INICIAL DE LOS RAYOS X DIAGNOSTICOS Y TERAPEUTICOS

Síntesis histórica mundial de la aplicación
inicial de los rayos X diagnósticos y terapéuticos

Lenin Fisher

El 8 de noviembre de 1895 William C. Roentgen descubrió los rayos X, en Alemania.

            Los rayos X se usaron por primera vez en el diagnóstico médico, es decir, en el radiodiagnóstico, en los siguientes países y años:

            En 1896, se utilizan por primera vez en: Alemania, Reino Unido (incluyendo Eira), Francia, Italia, Portugal, República Checa, República de China, Australia, Japón, Nueva Zelandia, Estados Unidos, Polonia, Hungría, Rusia y Austria (1). Así como también en: Chile, Brasil, Venezuela, México, Argentina y Guatemala. (2)

            En 1897, Malasia, Sudáfrica y Eslovaquia lo usan por primera vez. En 1898, Noruega, Singapur y Tailandia (1).  Honduras en 1898 (2). En 1900, Bélgica y Canadá (1) y Cuba (2). En 1901, en Finlandia (1) y en Colombia (2). En 1902, en Nicaragua (2). Holanda en 1903 (1). Costa Rica en 1904 (2). En 1905, España. Bulgaria en 1906. En 1910, Hong Kong y Uganda. Corea en 1913. En 1914, Islandia. Egipto en 1923. Indonesia en 1925.  Sri Lanka en 1926. En 1928, Albania. Jamaica en 1930. En 1932, Trinidad y Tobago. Kenia en 1937. En 1938, en Perú (1); o en 1925 en la región de Arequipa (2). Tanzania y Nigeria en 1940.  En 1945, Filipinas. (1)

Los rayos X se utilizaron por primera vez en el tratamiento médico, o sea, como radioterapia, en los siguientes países y años:

            En 1986, en Austria. Alemania, en 1897. En 1898, en Reino Unido (incluyendo Eira) y Francia. Noruega y Suecia en 1899. En 1900, en Estados Unidos y Canadá. Italia en 1901. Nueva Zelandia en 1902. Holanda y Finlandia en 1904 (1). Argentina en 1909 (2). En 1912, en Hungría. Singapur en 1913. Islandia en 1914. Corea en 1923. En 1924, en Bulgaria. En 1930, en Sudáfrica. Jamaica y Tailandia en 1935. En 1939, en Sri Lanka. Perú y Filipinas en 1945 (1). En Costa Rica, en 1946 (2). Indonesia en 1950. En 1960, en Nigeria. Egipto en 1962. Kenia en 1968.  En Nicaragua, en la década de 1960, llegó la primera bomba de cobalto (2). En 1971, en Tanzania. Uganda en 1971. (1)          

Referencias bibliográficas:

1-.Deutsches Röntgen-Museum. Radiology in devoloping countries. Stadt-Remscheid. Deutsch. 1998

2-.Fisher, L. Historia de la radiología en Nicaragua: la senda de la luz invisible. Universitaria. Managua, Nicaragua. 2010: 316