Municipalizar el
transporte público
Lenin
Fisher
La
Alcaldesa de Managua, el Concejo de la capital y el Gobierno de la República
deberían considerar la posibilidad de municipalizar el transporte público en
Managua. Es necesario formar una empresa municipal de transporte público como
en Madrid o en Valencia. No pocas ciudades importantes y capitales tienen el
transporte público (metro, tren, buses, etc.) controlado por las alcaldías. El
transporte público debe verse como lo que es: un bien público, colectivo, de
todos.
Las
cooperativas de transporte público brindan un servicio deficiente, de manera
general. Ni siquiera dan mantenimiento a los asientos y barras horizontales o
verticales. A los conductores les encanta sobrecargar de pasajeros las
unidades, especialmente en las horas picos, no pocas veces se pasan la luz roja
de los semáforos o hacen giros indebidos y peligrosos en las rotondas.
Se
detienen donde quieren. El bus debe detenerse para subir o bajar a 20 pasajeros
o a uno solo. Pierden el tiempo en los puntos terminales. La publicidad en las
partes laterales o en la trasera no sirve para dar mantenimiento y comodidad a
los pasajeros. A veces dos buses de la misma ruta van seguidos, uno lleno y el
otro vacío, por falta de coordinación en el tiempo, y los pasajeros han
esperado más del tiempo debido.
Los
empresarios del transporte durante más de 15 años no compraron buses nuevos y
preferían los buses usados, chatarras amarillas (“school buses”), importados de Estados Unidos. Hasta que el
gobierno sandinista de Daniel Ortega gestionó la compra y donación de buses
nuevos en Rusia y México los empresarios del transporte público de Managua
cambiaron las chatarras por buses nuevos. De lo contrario, seguirían los buses
viejos transportando a casi un millón de Managuas diariamente.
La
mayoría de los buses en Managua tiene menos de cinco o seis años de
funcionamiento. El uso de tarjetas de pago tiene varios aspectos positivos.
Pero es necesario reordenar el transporte público con paradas señalizadas cada
200 metros, bahías, casetas, etc. Y por supuesto, definir nuevas rutas.
Los
conductores de la ruta 104 arbitrariamente deciden dónde es parada de bus y
dónde no lo es. No les gusta detenerse en Bosque de Nejapa, donde trabajan más
de 200 personas; pero se detienen dos veces en Memorial Sandino y otras dos
veces en Hialeah (Jaialía), con una distancia
entre paradas de buses menor de 150 metros. No hay excusa de obstrucción del
tráfico porque desde Plaza España hacia el sur no existe una sola bahía para
buses, así que siempre ocupan un carril para detenerse. Dicen los conductores
que si se detienen en Bosque de Nejapa los multan.
Si estamos en una economía mixta, donde los bienes públicos y
privados coexisten, entonces, ya deberíamos comenzar a tener por lo menos una
empresa municipal de transporte
público. Si las ganancias que obtendrían propietarios privados fuesen bien
administradas por la Alcaldía de Managua, con seguridad el estado de los buses
y el trato a los pasajeros mejoraría. Los concejales electos por el pueblo
tienen la palabra. No les pedimos que imitemos a Tallín, Estonia, la primera
ciudad europea con transporte público gratuito para evitar los embotellamientos
y la contaminación.
Managua, Nicaragua,
27 de febrero de 2014
leninfisherblogspot.com