Guerra
económica imperialista y oligárquica gana elecciones parlamentarias en
Venezuela
Lenin Fisher
Ayer 6 de diciembre los
venezolanos eligieron a sus nuevos diputados de la Asamblea Nacional, el Poder
Legislativo, unicameral. Con el 75% de participación y después de contar el 96%
de los votos, el revolucionario Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
solo obtuvo 46 diputados, mientras la derechista Mesa de la Unidad Democrática
(MUD), ganó 99 curules; faltando por decidir alrededor de 19 a 22 diputaciones,
es probable que la oposición de derecha logra una mayoría calificada si alcanza
los 112 diputados.
Esta fue la elección
número 20, de las cuales es la segunda que pierde la izquierda revolucionaria,
bolivariana y chavista, en 17 años de la Revolución Venezolana. Una vez más, el
sistema electoral de ese país demuestra ser muy seguro, confiable, blindado y
anti-fraude. Pero éstas son las segundas que la derecha pro-yanqui reconoce
oficialmente, porque los partidarios del capitalismo y del neoliberalismo solo
aceptan los resultados electorales cuando ellos ganan. Maña vieja.
El presidente Nicolás
Maduro Moros cumplió su promesa, como todo buen revolucionario, de reconocer la
voluntad democrática de los venezolanos, y continuará dirigiendo el país e
impulsando la Revolución y tendrá que negociar muchas temas con el nuevo
Parlamento, a partir de enero de 2016.
Los cabecillas de la
derecha oligárquica deberán detener la guerra económica y financiera contra
todo el pueblo venezolano. Desde sus curules deben garantizar que los
empresarios, comerciantes y banqueros se dispongan a trabajar y producir
riqueza para ser distribuida a la gente. La derecha tiene la obligación de
asegurar que sus aliados y patrocinadores económicos dejen de acaparar
productos alimenticios y de primera necesidad, que cesen el contrabando, el
agiotismo y la especulación. Esa sería una forma de cumplirle a quienes votaron
por ellos y en contra de la Revolución.
Además, la nueva mayoría
de diputados derechistas, que representan los intereses de los ricos y del
gobierno de Estados Unidos, no debería intentar anular los grandes logros
sociales y políticos que han beneficiado a millones de venezolanos durante 17
años de Revolución, ni privatizar el petróleo a favor de las compañías gringas. Tal cosa sería promover la
inestabilidad y atentar contra la paz social.
Es cuestión de tiempo
para que la derecha se quite la máscara del engaño electorero y que la mayoría
de los venezolanos recuerden que la derecha vela por los intereses de la gente
rica, por lo que cuando tienen el poder o parte del mismo, impulsan una lucha
de clases sin cuartel, y nada más. Algo parecido pasó en Nicaragua, en 1990,
nada más que en tal caso, Estados Unidos hizo ahí una guerra militar durante 10
años, que no ganaron; y también hicieron la guerra económica y financiera, hasta hacer rechinar la
economía. Asimismo, hicieron crujir la economía contra Salvador Allende, en
Chile, en 1973, cuando el broche de oro fue el golpe de Estado y la muerte del presidente.
Las fuerzas
revolucionarias deben mantenerse unidas. Tienen que ser autocríticos. Analizar
la nueva realidad parlamentaria con la mente fría. Convencidos que este es otro
round de la lucha revolucionaria y que hoy están en mucho mejores condiciones
que hace 20 años para triunfar en otra oportunidad. Por ahora, la guerra
económica de mediano plazo, doblegó a una parte del pueblo venezolano para
votar por la derecha o no votar por la izquierda; la escasez, la inflación y la
especulación golpearon el estómago de los venezolanos.
Managua, Nicaragua, 7 de
diciembre de 2015
Escritos de
Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com