40 años de la Revolución
Sandinista (1979-2019)
Lenin Fisher
El cuadragésimo aniversario de la
Revolución Popular Sandinista o Revolución Nicaragüense es celebrado hoy 19 de
julio de 2019, un año después de que el FSLN derrotara al golpe de Estado
blando, último intento del imperialismo yankee y la derecha neosomocista para
derrotar al sandinismo.
Si la Revolución Sandinista
significó la derrota del somocismo, la victoria del sandinismo sobre el golpe de
Estado suave representó la derrota del neosomocismo.
El FSLN dirigiendo al pueblo
derrocó a una dictadura militar y dinástica, de las más crueles en
Latinoamérica, que causó más de 200 mil muertes, a lo largo de 45 años; tiempo
durante el cual la familia dictatorial amasó un fortuna calculada entre dos mil
y dos mil quinientos millones de dólares, en contubernio con el gran capital
empresarial privado y las cincuenta familias más ricas del país. Fortuna de la
cual los bancos de Estados Unidos y Europa (incluyendo los de Suiza, por
supuesto), jamás regresaron al pueblo nicaragüense ni un solo centavo, ni un
penique.
La Revolución Sandinista, con su propuesta
de economía mixta, pluralismo político y no alineamiento, entre muchas obras, erradicó
la poliomielitis, disminuyó el analfabetismo de 53 a 12%, impulsó una reforma
agraria que distribuyó más de tres millones de manzanas de tierra y confiscó
los bienes o propiedades del dictador Somoza Debayle y sus allegados para
conformar un fuerte sector económico estatal llamado área propiedad del pueblo.
Cincuenta mil vidas le costó al
pueblo nicaragüense la lucha de liberación nacional para derrotar a la
dictadura capitalista creada y financiada por los gobiernos de Estados Unidos,
demócratas y republicanos.
Pero faltaba más, porque el
imperialismo yanqui agredió a la Nicaragua revolucionaria, durante una década, con
una guerra de baja intensidad, a través de la Contrarrevolución (la Contra),
que en realidad fue el ejército irregular más grande y mejor armada de América
latina, en el siglo XX, con 20 a 30 mil hombres, fundada con los restos de la
guardia somocista. Esa guerra impuesta por Estados Unidos fue derrotada en
estricto sentido militar y estratégico, aunque dañó mucho a la economía y causó
la muerte de otros 50 mil nicaragüenses.
Sin embargo, la Revolución Sandinista
haciendo uso del derecho internacional derrotó a los Estados Unidos en la Corte
Internacional de Justicia de La Haya, el máximo tribunal de la Organización de
Naciones Unidas, en junio de 1986, que emitió una sentencia exigiendo que
Estados Unidos indemnizara a Nicaragua, por todos los daños causados, con un
monto de 17 mil millones de dólares, sentencia que sigue vigente y que ahora
puede representar alrededor de 50 mil millones de dólares. Así, Estados Unidos
fue el primer Estado del mundo condenado por terrorismo, porque le aplicó a
Nicaragua una política de terrorismo de Estado durante diez años, lo que
incluyó el minado de los puertos marítimos, en el Pacífico y el Atlántico
(Caribe).
La Revolución Nicaragüense fue la
última que triunfó en el siglo XXI y en tierra firme continental, americana. Es
el único caso de una revolución armada que triunfa y entrega el poder después
de perder unas elecciones (las segundas elecciones que organizó: 1984 y 1990);
y que regresó al poder ganando elecciones, casi 17 años después, en noviembre
de 2006.
La única fuerza revolucionaria
existente en Nicaragua, el FSLN, fue capaz de enfrentar al neoliberalismo, que
durante la presidencia de Violeta Barrios viuda de Chamorro despidió a más de
300 mil trabajadores, privatizó 300 a 400 empresas (entre ellas la línea aérea
nacional, que era rentable), desapareció el ferrocarril, re-indemnizó a muchos
propietarios privados, empezó la contra-reforma agraria, reprimiendo al
sindicalismo y al cooperativismo, e inició la privatización de la educación y
la salud pública.
El gobierno de Arnoldo Alemán
continuó la misma política neoliberal e inició la privatización de la generación
y distribución de energía eléctrica; y profundizó la corrupción. El presidente
Bolaños concretó la privatización de las telecomunicaciones (otra empresa
rentable) e involucró al Ejército Nacional en la guerra de ocupación de Irak.
Desde 2007 hasta 2019, el gobierno
sandinista, dirigido por el Comandante de la Revolución Daniel Ortega Saavedra,
el perseverante y principal líder histórico del FSLN y uno de los imprescindibles,
había realizado una encomiable labor de crecimiento económico y desarrollo
humano materializada entre muchas cosas en: cese de la privatización, cuadruplicar
la inversión extranjera, el presupuesto de salud y educación, cuadruplicar o
quintuplicar las exportaciones, lograr un 97% de cobertura eléctrica, aumentar
hasta 60-80% la cobertura de agua potable o alcantarillado y saneamiento (según
sea en áreas urbana o rural), erradicar el analfabetismo, mejorar todos los
indicadores de salud, construir más de 20 hospitales, potenciar el turismo, consolidar al país como el más
seguro de Centroamérica, construir la mayor cantidad de carreteras y calles,
unir el Caribe con el Pacífico por medio de una moderna carretera, etc.
Pero el golpe de Estado continuado
iniciado en abril de 2018 pretendía que la derecha neosomocista, neonazi y
neofascista tomara el poder por la fuerza, porque habían perdido tres
elecciones presidenciales seguidas y estaban desesperados porque el pueblo no
votaba por ellos. Los yankees, los empresarios capitalistas, la jerarquía católica
y los partidos políticos derechistas optaron por la violencia y la vía armada.
No lograron su principal objetivo; pero sí el segundo, dañar la economía causando
pérdidas por más de 1200 millones de dólares (9-10% del PIB o del presupuesto
del país), retrasando el crecimiento y causando casi 200 mil desempleados.
El 17 de julio de 2018 fue
derrotado el golpe de Estado, después de lo cual el gobierno se esforzó por
restaurar la paz, reinició el diálogo, investigó, aplicó una ley de amnistía
cumpliendo unilateralmente todos sus compromisos, continúa el desarrollo de
infraestructura de manera acelerada y ha empezado a ganar la batalla a nivel
internacional.
En resumen, la Revolución Nicaragüense
y Sandinista derrocó a una dictadura militar, derrotó a la contrarrevolución
armada, resistió y derrotó al neoliberalismo privatizador y corrupto, y ha
transformado la realidad económica y social de Nicaragua en beneficio de las
mayorías, demostrando en la práctica, que la revolución es un proceso en
permanente construcción, en continuo desarrollo evolutivo, de flujos y
reflujos, negando lo viejo y malo para afirmar lo nuevo y bueno, de unidad y
lucha de contrarios, de saltos cuantitativos y cualitativos, de adecuada
interpretación de la realidad coyuntural, de paciencia estratégica y audacia
táctica, de relación dialéctica entre teoría y práctica.
El legado de la Revolución Sandinista
seguramente las hormiguitas de la tierra ya se lo contaron a Sandino, porque el
amanecer dejó de ser una tentación, el día de la liberación nacional, el 19 de
julio de 1979, la fecha más importante en la historia de Nicaragua.
¡Viva el XL aniversario de la
Revolución Sandinista!
Managua,
Nicaragua, 19 de julio de 2019
Escritos
de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com