León: 499 años de fundación y 44 de liberación
Lenin
Fisher
El pasado 19 de junio la
ciudad de León cumplió 499 años de fundación y al día siguiente conmemoró sus
44 años de liberación de la dictadura militar somocista.
El principal conflicto
en la ciudad, en el año de 1524, era la lucha entre los conquistadores e
invasores españoles y los pueblos originarios, nativos de estas tierras. En
1979, la contradicción principal era entre la dictadura militar y dinástica de
la familia Somoza (creada y apoyada por el imperialismo estadounidense) y el
pueblo nicaragüense vanguardizado por el Frente Sandinista de Liberación
Nacional. En 1524 el dominio lo empezaba a ejercer el imperio español y en 1979
tal dominio lo ejercía el imperialismo norteamericano.
Cuando la ciudad
metropolitana de León derrotó a la Guardia Nacional, el 20 de junio de 1979, la
ciudad había cumplido, el día anterior, nada más y nada menos que 455 años de
fundada y 369 años de haberse trasladado desde Imabite hasta Sutiaba, hecho
ocurrido en 1610 (desplazamiento estratégico que permitió a la ciudad
prevalecer y sobrevivir, para continuar enriqueciendo la historia e identidad
de León y de toda Nicaragua).
El 19 de junio de 1979
cayeron en combate dos destacados guerrilleros urbanos sandinistas: Guadalupe
Ignacio Moreno Mendoza (Abel) y Jorge Vicente Patiño Aguirre (Ariel). Moreno
fue uno de los fundadores del Frente Occidental Rigoberto López Pérez. Mientras
que Patiño era de origen ecuatoriano y vivía en León desde el año 1976. Moreno
y Patiño murieron combatiendo a la Guardia Nacional el día en que León cumplía
455 años de su fundación.
Este año, 2023, la
Revolución Popular Sandinista conmemorará el 44 aniversario de su triunfo, el
19 de julio de 1979. León fue liberada un mes antes del triunfo sandinista
definitivo. La primera rebelión contra los reyes de España, en el territorio
del nuevo continente, sucedió en León, con el grito de los hermanos Contreras: ¡A
la m…el Rey!
La ofensiva final del
Frente Sandinista empezó en León con 244 hombres armas, los cuales se
multiplicaron por 10 o más veces. Mientras tanto, la Guardia Nacional contaba
con unos 1500 a 1600 hombres; los cuales con refuerzos recibidos llegaron hasta
2000 soldados. Los guerrilleros sandinistas se reconcentraron principalmente en
cuatro lugares: la casa del legendario Luis Manuel Toruño Montenegro
(Charrasca), en el barrio San Felipe; la hacienda el Hamaquero (en dirección a
la comarca Abangasca Sur); la finca San José de la Montaña (en dirección a la
comarca Troilo); y en Pueblo Grande (en la zona norte de Sutiaba). Además, hubo
pequeños grupos de jóvenes que se concentraron en otros lugares, como por
ejemplo en una casa enfrente del costado norte de la iglesia católica de
Zaragoza. La Guardia Nacional distribuyó sus fuerzas en el Comando
Departamental, Cárcel o Destacamento La 21, Aeropuerto Godoy, Banco Central y
Fortín de Acosasco.
El
cerco y asedio del Comando Departamental y la Cárcel La 21 fue dirigido por el
miembro del estado mayor del Frente Occidental, Fanor Urroz Jáen. Por su parte,
la neutralización de los francotiradores en los edificios más altos del centro
histórico de la ciudad fue dirigida por Leopoldo Rivas Alfaro; quien además,
fue el encargado de garantizar la impenetrabilidad de la ciudad por parte de
los refuerzos de la Guardia Nacional, a través de cuatro emboscadas de
contención instaladas en los siguientes lugares: loma de Pancorva y puente del
río la Leona (ambas en la carretera hacia Managua); la Pedrera (cerca del
empalme de Quezalguaque, en la carretera a Chinandega); y en el antiguo
edificio de la Leche El Hogar (donde hoy es la universidad privada U de
M), en la esquina opuesta a la esquina noreste del cementerio de Guadalupe.
Entre los héroes
sandinistas caídos en la batalla de León, propiamente por la liberación de la
ciudad, sin incluir a los caídos en los combates del Fortín de Acosasco, están
los siguientes: Guadalupe Ignacio Moreno Mendoza, Jorge Vicente Patiño Aguirre,
Constantino (Tino) Duarte (quien era maestro), William Alemán, Verónica Lacayo,
Carlos Amaya Talamante, Denis Tenorio, Ariel Pérez Salinas (Walter o Canana),
José Gilberto Orozco Iglesias, Carlos Alvarado Bedel (Carlos Pierna) y Marcos
Antonio Mayorga (el Chele Nicho).
Además, se debe recordar
que la tarde del 16 de junio de 1979, en la cárcel La 21, los guerrilleros
urbanos sandinistas encontraron los cadáveres de tres mujeres, de la comunidad
indígena de Sutiaba, asesinadas, atrozmente, por la Guardia Nacional: Santos
Bárcenas Centeno, Lorena Fonseca Bárcenas y Antonia Picado Loáisiga; las dos
últimas, hija y nuera, de Santos, respectivamente.
La batalla final por
León empezó a las 12:05 del 4 de junio de 1979, bajo un torrencial aguacero. El
4 de junio los guerrilleros sandinistas destruyen la primera tanqueta T-17E1,
en Guadalupe. Entre el 5 y 6 de junio neutralizan un tanque Sherman, en el
sector de la Renta, en el barrio El Laborío. El 9 de junio recuperan la primera
tanqueta, poseedora de un cañón de 37mm., en la Cartonera. En 10 días los
guerrilleros habían eliminado a los francotiradores del centro de la ciudad y
lograron el control político-administrativo sobre los principales edificios. El
14 de junio intentan incendiar la cárcel La 21. Antes del 16 de junio han
derrotado a la Guardia Nacional en el Aeropuerto Godoy y en el Banco Central.
El 16 de junio la Guardia Nacional rompe el cerco del comando departamental y
la cárcel La 21, tras un combate sangriento. Ese mismo día el dictador Somoza
Debayle y su estado mayor dan por perdida la ciudad y deciden no hacer nada
para recuperarla. El 20 de junio, por la mañana, es tomado por asalto el
cuartel departamental de la Guardia Nacional, recuperan un tanque Sherman y
gran cantidad de armas y municiones; tan solo un día después de que se
constituyera la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, en San José,
Costa Rica. Así, en solamente 12 y 16 días (que corresponden a los hechos del
16 y 20 de junio), la derrota de la guardia somocista y la liberación de León
producen el desequilibrio de la guerra y el inicio del desmoronamiento de la
situación militar de la Guardia Nacional, según el testimonio de su propio Jefe
Director: el dictador Anastasio Somoza Debayle.
El desequilibrio de la
guerra en León fue un resultado inesperado porque el plan general de la
ofensiva final consideraba que el desequilibrio de la guerra se produciría en
el Frente Norte o en el Frente Sur, en los cuales la Guardia Nacional se
empantanaría y serían así los frentes guerrilleros que jugarían un papel
decisivo (en el norte el terreno escarpado y la enseñanza de la lucha de
Sandino influirían, mientras que en el sur, estaba la retaguardia estratégica y
el mejor armamento). Según el plan mencionado, León jugaría un papel secundario
en el Frente Occidental (impediría que pasaran refuerzos a Chinandega desde
Managua, el norte del país y de la misma León). El plan tampoco contemplaba a
los guerrilleros de León como los que avanzarían victoriosamente hacia Managua.
Efectivamente, nunca se consideró ni a León ni a Masaya, como las ciudades
desde las cuales podrían avanzar las columnas guerrilleras hacia Managua, con
la cual tenían y tienen buenas vías de comunicación. En la práctica, León fue
la cabeza de playa para el gobierno provisional y el punto desde donde inició
el avance ofensivo hacia la capital, lo que representó un recorrido de casi 100
kilómetros. Por otra parte, Chinandega nunca pudo ser tomada, hasta el 19 de
julio, cuando la guardia somocista huyó.
El propio Comandante de
la Revolución Cubana, Fidel Castro, consideraba que el desequilibrio de la
guerra sucedería en el Frente Sur, donde los internacionalistas
latinoamericanos, enviados desde Cuba, debían posicionarse en un territorio,
cavar trinchera, permanecer en una posición territorial y no retirarse, para
superar la vieja táctica sandinista de atacar, golpear y retirarse. Fidel
Castro les orientó esa misión a los internacionalistas el 16 de junio de 1979 y
en León se derrota a la Guardia Nacional cuatro días después, o sea, el 20 de
junio. Aunque el propio 16 de junio el dictador Somoza había dado por perdida a
la ciudad.
Núñez Téllez en el libro
Un pueblo en armas, subtitulado como Informe del frente interno, señala que el
11 de junio, dos días después de haber iniciado la insurrección en Managua, ya
sabían de los reveses en Chinandega y Chichigalpa, y les preocupaba que las
fuerzas estratégicas no llegaban a la capital y miraban un estaticismo en los
combates de tales fuerzas estratégicas, que no las menciona; pero que se deduce
que eran el Frente Norte y el Frente Sur, de acuerdo al plan general de la
ofensiva final. En cualquier caso, las fuerzas estratégicas debían llegar en
tres días a Managua. Ese era el plazo que las fuerzas sandinistas en la capital
debían resistir para distraer a la Guardia Nacional; pero resistieron 17 días.
Todo indica que las fuerzas estratégicas del Frente Sandinista no eran las que
combatían en León, ni en Masaya; las ciudades más cerca de la capital. Al
final, las columnas del Frente Occidental, procedentes de León, actuaron como
una verdadera fuerza estratégica y decisiva.
Por otra parte, Núñez
Téllez señala que para el 20 de junio les preocupaba la actitud de los
combatientes en Managua de querer mantenerse en las trincheras, casi naturales,
de los cauces, y no pasar al combate callejero. Un paso que tuvieron que dar a
partir del 20 de junio. Sin embargo, no menciona para nada la buena noticia de
la liberación de León y la toma por asalto del cuartel departamental de la Guardia
Nacional, ocurrida precisamente el 20 de junio de 1979.
A partir del 21 de junio
se refuerza el cerco militar sobre el Fortín de Acosasco, el cual fue tomado el
7 de julio de 1979, después que unos 70 elementos de la Guardia Nacional
rompieron el cerco de los guerrilleros sandinistas y estos últimos iniciaron
una persecución eficaz hasta desarticular, y prácticamente aniquilar, a esas
tropas gubernamentales. Posteriormente, los combatientes sandinistas derrotaran
a la Guardia Nacional en Pancorva, La Paz Centro, empalme de Izapa y Nagarote,
entre los días 14 y 17 de julio. De hecho, cuando desde Palo Alto, en San José,
Costa Rica, dan la orden de: ¡Avanzar, avanzar sobre Managua!, el Frente
Occidental, procedente de León, ya libra el último combate en la cabecera
municipal de La Paz Centro y ahí escuchan la noticia de la huida, en avión, del
tirano Somoza Debayle. Todo lo anterior permitió avanzar en dos caravanas, a lo
largo de las dos carreteras que van de León hacia Managua, acampando al
atardecer del 18 de julio, en el empalme de Xiloá, a 13 kilómetros del centro
de la capital, para lanzarse al asalto de Managua, al amanecer del 19 de julio
de 1979.
En León, los
combatientes sandinistas del Frente Occidental se volvieron expertos en
persecución de la Guardia Nacional, cada vez que ésta rompió el cerco
guerrillero, como sucedió en León, el Fortín de Acosasco, La Paz Centro y
Nagarote. Al contrario de lo ocurrido en Managua, donde la Guardia Nacional se
dedicó a la persecución de los guerrilleros que realizaron los diferentes
repliegues (a Masaya, a la hacienda el Vapor, Batahola, etc.).
El avance ofensivo y
victorioso descrito, por parte del Frente Occidental fue dirigido por Leopoldo
Rivas Alfaro. Avance ofensivo que incluyó la caída en combate de Fanor Urroz
Jáen, a la medianoche del 17 de julio, en Nagarote. Se calcula que las bajas
efectivas de la Guardia Nacional ante el Frente Occidental fueron 450, de las
cuales la mayor parte fueron contadas una por una, desde León hasta Nagarote.
No se puede olvidar que los altos mandos del Ejército de Cuba señalaron, en
julio de 1979, cuando se conmemoraba otro aniversario del 26 de julio y el
asalto al cuartel Moncada, que ellos observaron en el mapa de las acciones
militares, que el único frente guerrillero que avanzó hacia Managua fue el
Frente Occidental, según el testimonio de Leopoldo Rivas Alfaro, el jefe de las
operaciones militares ofensivas hacia la capital.
Fue tal el impacto de la
liberación de León que el dictador Somoza Debayle y el estado mayor de la
Guardia Nacional designaron a tres mil soldados para resguardar Managua, porque
estaban seguros que los guerrilleros que asaltarían la capital serían los que
habían tomado el control de León. No les preocupaban los frentes guerrilleros
del norte, del sur, ni los de Masaya (a menos de 30 kilómetros de la capital).
Independientemente de la opinión que se tenga sobre Somoza Debayle, no puede
olvidarse que era un militar de profesión, con estudios y formación militar en
la academia de West Point, en Estados Unidos, o sea, que algún conocimiento
sobre táctica y estrategia militar tenía que lo obligaba a tomar la medida
antes descrita, previendo que desde León avanzaría la ofensiva guerrillera,
como efectivamente sucedió. Otra cosa es que los tres mil soldados de la
guardia somocista huyeron a lo largo de la noche del 18 de julio y la madrugada
del 19 de julio de 1979, ante el asedio del Frente Occidental, posicionado en
el empalme de Xiloá, y no tuvieron el valor, ni la dignidad de defender la
capital.
Después de 455 años de
su fundación, León se convirtió en la primera ciudad y la primera cabecera
departamental liberada de la dictadura somocista. La victoria sandinista en
León permitió conquistar una cabeza de playa donde se instaló el gobierno
revolucionario provisional y representó la primera victoria estratégica de la
guerrilla sandinista sobre la Guardia Nacional, porque la toma de León rompió
el equilibrio militar de la guerra de liberación y permitió el avance del
Frente Occidental hacia la capital Managua.
El triunfo sandinista en
León permitió demostrar que era posible derrotar, en una ciudad, a un
contingente importante de la Guardia Nacional. Porque en octubre de 1977 no se
pudo derrotarle en San Carlos y Masaya. Ni se logró derrotarle en Granada,
Rivas y Masaya, en febrero de 1978. Tampoco se le derrotó en agosto de
1978 en Matagalpa. En la insurrección del mes de septiembre de 1978 no se
le pudo derrotar en Estelí, Masaya, Chinandega, León, Managua y Jinotepe. No se
pudo derrotarla en abril de 1979, en Estelí, ni en mayo del mismo año, en
Jinotega. Por lo tanto, la victoria del Frente Sandinista sobre la Guardia
Nacional, en León, en junio de 1979, confirma la tesis insurreccional de que
era posible vencer a la guardia somocista en los grandes conglomerados urbanos.
Hasta el 20 de junio de 1979 lo único que se había demostrado era que se podía
insurreccionar al pueblo en las ciudades, hostigar, hacer retroceder y
acuartelar a la Guardia Nacional, por unas cuantas horas o algunos días; pero
no se había demostrado que se le podía vencer y arrebatarle una plaza
importante y menos aún estratégica como León, la segunda ciudad en importancia
del país, desde el punto de vista económico y político-administrativo. Al fin y
al cabo, el triunfo de la Revolución Popular Sandinista fue un fenómeno
victorioso fundamentalmente urbano, como dice Núñez Soto, en el libro La
revolución rojinegra.
En la historia de la
ciudad de León, por demás heroica y combativa, no hay ningún hecho que se
compare y menos aún que supere la trascendencia y el impacto a nivel nacional
de un triunfo militar de las fuerzas populares revolucionarias, ante un enemigo
poderoso, como la Guardia Nacional, superior en armas, municiones y
entrenamiento militar, con más de 50 años de existencia y que funcionaba como
ejército pretoriano, al servicio de la potencia imperialista más grande que ha
existido en el planeta, desde el punto de vista económico y militar, como son
los Estados Unidos de Norteamérica.
La derrota de la Guardia
Nacional ante el Frente Sandinista, el 20 de junio de 1979, en León, supera con
creces a la respuesta dada a la invasión del pirata inglés Dampier (1685);
rebasa al resultado ante la invasión de los ejércitos salvadoreño y
hondureño, encabezados por Malespín y Guardiola (promovida por los oligarcas
conservadores, en 1844); sobrepasa a la "Rebelión Liberal", que los
campesinos e indios comuneros expropiados, organizados política y militarmente,
realizaron para vengarse de la oligarquía y la aristocracia conservadora, como
promotores de la llamada Guerra de Malespín-Guardiola; y supera a la derrota
propinada al ejército hondureño comandado por Durón, en 1912 (otra intervención
extranjera promovida por la oligarquía conservadora), para derrotar a los
rebeldes encabezados por Mena y Zeledón. Aunque debe señalarse que la táctica
empleada por los guerrilleros sandinistas en 1979, de perforar las gruesas
paredes de las casas coloniales, del centro histórico de la ciudad, para
combatir y eliminar a los francotiradores, también fue usada en la guerra
contra las tropas de Durón.
Sin duda la liberación
de la ciudad de León, el 20 de junio de 1979, es la mayor hazaña colectiva que
los leoneses y León han realizado en sus quinientos años de historia, que se
conmemorarán el 19 de junio de 2024.
Managua, Nicaragua, 1-3 de julio de 2023.
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre
la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com