“Esta semana” = sectarismo, sesgo y censura
Lenin Fisher
El programa “Esta semana” (ES) dirigido por Carlos Fernando Chamorro Barrios (CFCHB) practica un periodismo sectario, sesgado y que censura. Todo lo anterior se demostró en su última edición del domingo 19 de septiembre cuando abordó el tema de la especialización de los médicos nicaragüenses. La campaña consiste en desprestigiar los avances en la salud pública obtenidos por el gobierno sandinista.
Primero; brindó un gran espacio a reconocidos militantes del ex-M.R.S., micro-partido derechista y opositor al FSLN. Segundo; sólo ofreció una cara de la moneda; censuró a la versión –no digamos oficial-, sino que revolucionaria y por lo tanto transformadora. Tercero; obvió elementos históricos importantes. Cuarto; no tomó en cuenta el desastre que 17 años de gobiernos neoliberales le causaron al sistema de salud público y en consecuencia a la salud de los nicaragüenses pobres. Quinto; olvidó que el número de consultas, cirugías, exámenes diagnósticos y medicamentos se han duplicado o triplicado en los hospitales públicos (donde los médicos residentes se especializan), a partir de que retornó al poder el FSLN. Sexto: las condiciones materiales para la docencia se deben optimizar y si no existen se crean. Séptimo: la residencia es un proceso de autoformación; el conocimiento se transmite del residente de mayor jerarquía al de menor jerarquía; la actividad autodidacta y la repetición resultan esenciales; los maestros guían, enseñan el método.
ES y CFCHB, olvidaron que el gobierno sandinista con Daniel Ortega Saavedra encabezando la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, a través del Ministerio de Salud y en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, fundaron formal y oficialmente en 1984 los Postgrados de las Especialidades Médico-Quirúrgicas. Ese mérito lo tiene un gobierno sandinista y fue todo un hito en la historia de la Medicina en Nicaragua. A partir de entonces, Nicaragua empezó a formar sus propios recursos especializados en nueve (9) áreas o residencias. Todo obedeció a la política nacionalista, a la aplicación de una política nacional de salud para beneficiar a la mayoría de los nicaragüenses. Por primera vez los especialistas graduados en Nicaragua recibirían su título universitario. Hoy son veinte (20) las especialidades y 25 años después se han formado miles de especialistas, hombres y mujeres, capaces de tratar, curar o paliar las enfermedades que aquejan al pueblo.
Cuando la Revolución fue derrotada electoralmente en febrero de 1990, el gobierno del FSLN tenía 270 plazas de nuevo ingreso para médicos residentes especializándose, con salario asegurado. En 2007, el presidente Daniel Ortega Saavedra re-electo por el pueblo, recibió de parte del último gobierno neoliberal solamente 85 plazas para médicos que deseaban especializarse y un montón de residentes “autofinanciados”. En otras palabras, de 1990 a 2007 el neoliberalismo recortó un total de 185 plazas para la formación de médicos especialistas, que multiplicados por 17 años, significó que los gobiernos neoliberales le negaron al pueblo la formación de no menos de 2500 médicos especialistas. Hoy el déficit es evidente. Y eso tiene un nombre: crimen contra la salud del pueblo. ¿Cómo se le llama a esa barbaridad, periodistas de ES?...Una vez que el FSLN retomó el poder inmediatamente aumentó el número de plazas hasta 116 para el período 2007-2008; y luego, para el período 2008-2009 ascendió hasta 317. Además, se empezó un proceso de actualización y unificación de los programas académicos de las residencias e internados rotatorios. Actualmente, todos los médicos residentes ganan un poco más de 500 dólares mensuales. Ya no hay residentes “autofinanciados”.
El huracán neoliberal fondomonetarista obligaba a tener muy pocos residentes en los hospitales de referencia nacional, causaba desabastecimiento de medicinas y materiales, y promovía la privatización parcial de los hospitales públicos con la consiguiente corrupción que provocaba que los pacientes murieran en condiciones lamentables y muchos de ellos fueran enviados a morir a sus casas para no elevar las tasas de mortalidad intrahospitalarias. Eran los tiempos en que inventaron a los residentes “autofinanciados” o “ad honorem” (mano de obra gratuita) para disminuir el gasto social por órdenes del Banco Mundial y del FMI. Y ninguna universidad presionó a los hospitales públicos y privados para que eliminaran esa degradante categoría de residentes “autofinanciados”. Nunca se negaron a extender el aval universitario a hospitales públicos y privados que tenían residencias con el concepto de las maquilas (mano de obra barata o gratuita).
Alrededor de 25000 a 31000 dólares perdió un médico “autofinanciado” durante una residencia de tres o cuatro años si hubiese recibido una beca de 500 dólares mensuales. Eso también tiene nombre: robo, saqueo, empobrecimiento de la clase media. Eran los años en que Arnoldo Alemán le prometía, en campaña electoral o ya en el poder, a algunos médicos en los departamentos, ingresar a hacer sus especialidades; y en varios casos cumplió. Años en que proliferaron las universidades privadas de garaje y acaso brotaron las primeras escuelas de medicina de garaje que entrenan a sus estudiantes en los hospitales públicos sin pagarle un centavo al Ministerio de Salud.
La crisis económica mundial puede ser que impacte en la política de formación de médicos especialistas. Los criterios académicos siempre tienen un gran valor; pero la realidad social no puede ser soslayada. El Ministerio de Salud es el que brinda los recursos a los hospitales y por lo tanto debe influenciar decididamente en la política de selección y formación de los médicos especialistas. Las regiones más alejadas del país necesitan especialistas nicaragüenses, autóctonos; o al menos que vivan o trabajen ahí. ¿O los periodistas de ES piensan que los nicaragüenses debemos pasar toda la vida dependiendo de la solidaridad incondicional de los médicos cubanos que trabajan en lugares recónditos? En realidad, hay muchos médicos especialistas que no van, no pueden ir, no quieren ir, o no les gusta ir, a esos lugares alejados y precarios.
Durante el neoliberalismo ¿quiénes criticaron el nepotismo en el hospital de León para el ingreso a las especialidades, donde no pocos médicos fallaron hasta cinco años seguidos intentando clasificar y que luego, en su primer intento en Managua, sí clasificaron? ¿Cuántos familiares de buenos estudiantes no se quejaron en programas de opinión por lo anterior? ¿Quiénes dijeron esta boca es mía cuando sólo un médico residente de turno en el servicio de Medicina Interna del Hospital “Lenín Fonseca” tenía que atender a 40 camas de mujeres, 40 camas de varones, una sala de cuidados cardíacos (coronarios), media docena de pacientes con enfermedad renal severa, la sala de emergencias, ayudar en la sala de cuidados intensivos o críticos y hospitalizar hasta 20 pacientes? ¿Y por qué esa malvada desproporción de un médico residente ante más de 130 pacientes? Porque el capitalismo neoliberal así lo quería. ¿Acaso ese es el modelo que ES y CFCHB quieren? Eran los años en que un departamento de Medicina Interna tenía sólo 4 ó 5 residentes, los cuales debían hacer turnos de 24 horas cada cuatro días. Los años en que autoridades hospitalarias le llamaban la atención a los residentes hasta por poner las dosis correctas de antibióticos de última generación y exigían su reducción a la mitad.
Hace 25 años la derecha decía que los médicos se ganaban sus títulos en las tareas revolucionarias. ES y CFCHB también desprestigian; pero el mayor peso de la profesión médica en Nicaragua actualmente recae sobre esa generación de galenos que se formó durante la Revolución. Médicos capaces e inteligentes, que forman al relevo.