Cerebro de Rubén Darío: mito y leyenda
Lenin Fisher
Quizá
la autopsia más famosa de Nicaragua es la realizada al célebre poeta Rubén
Darío. En la edición anterior de Gaceta Médica de Nicaragua (año III; No. 5;
febrero de 2016; p. 3), se publicó el interesante artículo titulado Lo que revela la
autopsia del poeta Rubén Darío, escrito por el colega médico Humberto Lacayo
Dubón.
Sin
mencionar el título, se cita un libro publicado por Darío Zúniga Pallais, acerca
de la autopsia realizada al Héroe Nacional, donde se describió el sano estado
pulmonar, atrofia y cirrosis hepática, así como líquido en la cavidad
peritoneal (ascitis) y la punción ante la sospecha de absceso hepático y para
drenar la ascitis (paracentesis). Como es sabido, la causa de tales anormalidades y de su muerte fue el alcoholismo crónico. Sin embargo, no fue mencionado el cerebro, el cual pesó 1451 gramos, según el historiador Roberto Sánchez Ramírez, en su artículo titulado Los funerales apoteósicos de Rubén Darío (El Nuevo Diario, 6 de febrero de 2016). Actualmente, se conoce que el cerebro humano pesa en promedio 1500 gramos y tiene un volumen que oscila entre 1350 y 1500 centímetros cúbicos.
El
destino del cerebro de Darío ha sido un mito, con muchas leyendas acompañantes.
Se ha dedicado a investigar este tema el escritor Armando Zambrana Fonseca,
quien sobre este tópico expuso en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra, el pasado
mes de febrero, resumiendo sus principales hallazgos de la siguiente manera:
1-.
El cerebro de Darío fue enterrado en la tumba del bardo, en la Catedral de
León, contenido en un envase, colocado antes de que fuese depositado el féretro,
por órdenes del obispo Simeón Pereira y Castellón, dadas a don Jorge Navas
Cordonero, el escultor de la tumba del poeta, con su león doliente.
2-.
Hubo más de 400 personas, en León y otros lugares, que se atribuyeron o le
atribuyeron a familiares haber tenido o visto el cerebro de Darío. Búsqueda de
fama y gloria.
3-.
Rosario Murillo, la esposa del poeta, se jactaba de poseer el cerebro de Darío,
en su habitación, debajo de la cama.
4-.
La extracción del cerebro de Darío se hizo dos días después de la autopsia de
tórax y abdomen, por lo cual el cerebro debió presentar algún grado de
maceración (reblandecimiento y estrujamiento). Esto presionó al obispo Pereira
para decidir poner en definitivo resguardo el cerebro del bardo. Las otras
vísceras fueron depositadas previamente en la tumba de la tía abuela de Darío,
que junto a su esposo lo crió en León.
5-.
El presidente Adolfo Díaz fue consultado para saber qué hacer con el cerebro de
Darío, ante lo cual respondió que debía ser entregado a su esposa, doña Rosario
Murillo. Nicaragua estaba ocupada por tropas de Estados Unidos.
6-.
Hubo una disputa por el cerebro de Darío. Por un lado, Murillo quería venderlo
a una institución de Estados Unidos para su estudio y conservación.
Aparentemente, ella había gastado mucho dinero en traer a Darío desde Guatemala
y necesitaba recuperarlo. Por otra parte, el doctor Luis Henry Debayle, quien
por prestigio profesional e intelectual deseaba conservarlo consigo mismo.
7-.
Mientras sucedían las honras fúnebres los doctores Debayle y Lara obtuvieron dos
cerebros, de otros cadáveres sometidos a autopsia, los cuales sirvieron para presentarlos
públicamente como el cerebro de Darío. Uno en posesión de Murillo y el otro en
manos de Debayle. Ese fue el acuerdo o pacto.
En
conclusión, no se debería especular más acerca del destino final del cerebro de
Rubén Darío, porque fue depositado en la tumba del Príncipe de las Letras
Castellanas.
Managua, Nicaragua, 16 de
marzo de 2016
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones
sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com