Diario del explorador
Yader Silva (el Genocida)
En la compañía de exploradores:
León, julio de 1983
No
hubo falla, nadie nos dijo nada, incluso, ni los zapadores que se las daban de
másteres. Aclaro que esta onda salió porque a todos los exploradores no nos
gustaba corear las consignas y además, porque nos hicieron letra, pues nos
encomendaron una misión que no nos correspondía.
18 de julio de 1983:
Son
las 6:00 a.m., he desayunado, todos los exploradores están preparados para
cualquier misión.
7:00
a.m.: un temblor sacude nuestro campamento. Los caballeros han pedido a todos
los ángeles del cielo que la tierra no se parta.
9:20
a.m.: toda mi escuadra vamos a cambiarnos de ropa. Incluso, nadie quiso
cambiarse porque solo ropa charrula nos dieron.
10:00
a.m.: a esta hora paso por el estado mayor. Los artilleros me han “emboscado”.
Balmaceda y “Malmaceda” dicen que de plano me zafe con ellos, pues soy su
goniometrista y que de plano no me pueden dejar. Yo les expongo mi caso: el 19
de julio tengo que cumplir una misión de exploración con la compañía de
exploración.
La
onda es que de plano no hay más ruegos. No hay más explicaciones y zafarrancho
hacia el norte. Llegamos al fortín de Acosasco después que los artilleros ya
nos han capturado a Pedro Esquivel, Santiago Chago Espinales y a Genocida.
No
nos quieren dar permiso de ir a la casa y Pedrín y yo tenemos que zafarnos a
León. La Hiena me ha pedido que pase por su chante.
12:00
m: llego a mi casa, me baño, almuerzo, doy las últimas indicaciones del año a
mi mamá y mi hermana; y nos vemos. Paso por donde Pedro Esquivel y me dirijo
donde Marcia Urbina a quien le expongo lo que tenía que decirle y quedamos en
“siquis noquis”. Y los artilleros me alteran los planes, pues han llegado a
traerme y tengo que suspender la conversación con la compa. Bueno, creo que la próxima entrevista se prolongará hasta el
año 1984.
En Musulí, Palacagüina: julio de
1983
Después
del primer combate entre nuestra escuadra de exploración y la Contra, el 19 de julio, en los Ranchos, que duró entre cinco y
seis horas, desde las doce del día hasta las seis de la tarde, no ha pasado
nada.
Los
días transcurren, aún nos encontramos en Musulí, un lugar cerca de Palacagüina,
Madriz. El mes de julio ya ha terminado. Agosto va a hacer su agosto con
nosotros. No sabemos lo que pueda ocurrir en estos 31 días; pero el mando ha
decidido cambiarnos de lugar y nos manda a una base que queda en Condega,
Estelí.
En la base militar de Condega
Aquí
en esta base de Condega, todo transcurre normal, no hay ambiente de guerra. No
hay nada. Ya han pasado varios días. Aquí nos mantenemos solo de “boludos.”
Parece ser que ya nunca más vamos a entrar en combate con los Contras.
Es
domingo y es 14 de agosto de 1983. Varios compas se han libreteado hacia León,
ellos son: el Flaco Valle, Marcelo
Pereira, Jairo Páiz y la Hiena
Urbina. Ellos han decidido pasar esta pequeña gritería con sus cogollos al lado
y en León. Mientras que por aquí, otros tantos nos quedamos. Y la Contra quiere
tomarse Estelí a través de San Juan de Limay. Entonces, nosotros somos puestos
en alerta.
Misión de infantería en El Regadío,
San Juan de Limay: agosto, 1983
Partimos
hacia el teatro de operaciones. Nuestra misión: atrapar, neutralizar e incluso
aniquilar a todos los Contras que desde hace un buen rato han estado jodiendo
por esta zona y ya han hecho sus averías con los campesinos.
Este
14 de agosto, todos los de las escuadras de Marcial y Santos hemos pasado en un
cerro bestial en altura y con un frío intenso. Son las 2:00 a.m. La otra
escuadra ha ido a desalojarnos y ocupar nuestra posición. Bajamos y llegamos a
nuestro comando central el Regadío para tomar un breve descanso.
Por
la mañana estuvimos en el valle el Regadío y al caer la noche volvimos a
posicionarnos en el cerro estratégico, tomado por nosotros. Toda la noche pasó
normal. Parece ser que los contras ya se han retirado o mejor dicho, ya se han
camuflado entre los campesinos colaboradores suyos. Así pasamos los días 16, 17
y 18 de agosto de un cerro a otro, buscando la forma de encontrarnos con los contras.
Realizamos varias patrullas y nalgas de contras. Estuvimos emboscados toda la
noche en un lugar donde pasaba la Contra cuando iba a retirar víveres e
información. Los estuvimos esperando con lanzacohetes RPG-7, que fue recuperado
en un lugar donde hubo combate con los perros somocistas y donde también estos
perros habían asesinado, en días anteriores, a unos compas chichigalpinos del
batallón de reserva 25-90.
Este
mismo día, 18 de agosto, se organizó una fuerte patrulla para peinar toda la
zona donde operaban los contras. A estas alturas, desgraciadamente, no hemos tenido
contacto con los enemigos del pueblo. La caminata ya llevaba cinco horas de
búsqueda y persecución de los perros.
Este
día nadie ha comido, ni se ha bañado, ni nada. Por otra parte, mi estado de
salud estaba muy chiva y a estas alturas parece ser que el organismo se ha
vuelto en contra mía. El coco me está matizando; el estómago está jodiendo;
pero las piernas aún las domino.
Eran
más o menos las 2:30 p.m. Nadie ha lonchado y cualquier aleteo de comida puede
ser arrasado. Como dije nadie ha comido, sino hasta el momento de pasar por un
“plantío” de sandías.
Bueno,
todo mundo agarrando su respectiva sandía como enemigo. Incluso, yo que iba un
poco mal del estómago me comí un cachimbo de sandías, que después no podía ni
levantarme, y aún estábamos lejos de llegar al lugar donde nos estarían
esperando los vehículos para después llegar a la base.
Entonces,
el exceso de comida, unos fuertes vómitos y dolor de cabeza me impiden
continuar la marcha, aunque le hice un poco de huevo y logré caminar unos
cuantos kilómetros más; pero llegó un momento que ni el coco, ni el estómago,
ni las piernas querían continuar. Es decir, todo mi cuerpo (esbelto) está en mi
contra. Y solamente nos quedaban dos kilómetros para llegar a la meta. Eran ya
las 5:00 p.m. A esta hora, ya estaba listo. El sargento y Marcial tuvieron que
remolcarme.
Panalí, Quilalí, Nueva Segovia:
enero de 1984
La
mañana ha pasado igual que la tarde. Por la noche me encuentro posteando. A las
9:45 p.m., Lenin ha ido a buscar al Político (Xavier Lara Toruño), pues él va
hacia León con IBM (Ismael Baquedano), a solucionar nuestro problema de
desmovilización.
Lara
conversó conmigo; él me dijo que iba a llegar a mi casa a visitar a mi mamá. Yo
he aprovechado la oportunidad y le he mandado, con Lara, hacer un encargo de
media docena de cuadernos universitarios. Y a la vez que le mande a Olivia la
carta que le envió su mamá Cándida desde Jalapa. Cuando terminé mi posta me
retiré a dormir.
17 enero de 1984:
Nos encontramos aún en la pista de Panalí. Aquí parece que la guerra ya terminó, pues ya no hacemos nada y estamos de boludos. Nuevamente, varios compas fueron conmigo a recuperar otras cuantas docenas de naranjas dulces. Posteriormente nos bañamos en el río Coco. Regresamos a la pista y nos lanzamos un frescazo del recupere hecho.
Miércoles 18 de enero de 1984
Bueno,
creo que de plano este día se cumplen seis (6) meses de haberme entrevistado
con Marcia Urbina, allá en la ciudad de León, justo en el momento en que el
Juliet Mayor llegó a traernos al campamento a Santiago Espinales (Chago) y
Pedro Esquivel (Pedrín).
También
se habló con el Juliet Mayor y se le planteó la situación. El Político Javier
Lara tendría que viajar hacia León para darle una mejor solución a todas estas
anomalías que llevan al aburrimiento a la gente, puesto que ya a estas alturas
estamos redondeando el medio año de movilización y todo el mundo tiene que ir
de nuevo a clases, a repararlas, e incluso como yo, que ya he tomado la
decisión de repetir mi quinto año, ya que la situación nacional así lo impuso.
Y de plano, esta m…no es para agüevarse. Entonces, el 25 es la fecha tope para
lanzarnos a León.
De regreso en León: 26 de enero de
1984
Y
toda su gente está afuera, en la puerta su hermana Nolva; si no me equivoco fue
la primera que vi. Ella también estaba en la puerta esperando a Pedrín. Creo que faltaba un cuarto para
las 4:00 p.m.
Me
he bajado del carro del Chino
Esquivel y me dirijo al chante. Llegué a mi choza y a mi madre no la encontré,
solo a mis hermanos Carlos y Janet. Mi mamá, según me cuentan anda trabajando
en Guadalupe.
Bueno,
creo que con esto aquí muere mi corto Diario del explorador. Y otra onda que
quiero aclarar (para) que pase a la historia de toda la gente de la Batería (de
Morteros de 120mm.), es que solo Lenin Fisher y yo (Genocida 22), nos fuimos o
mejor dicho nos venimos invictos, pues ninguno de los dos bajamos a León
durante todo el periodo movilizativo, y esta onda de plano no es jactancia.
Nota:
La edición o transcripción de este diario está en proceso de elaboración. Es un homenaje al compañero Yader Silva (q.e.p.d.), joven revolucionario y sandinista, valiente combatiente de la reserva voluntaria, que enfrentó a la contrarrevolución antes y después de la creación de la Ley del Servicio Militar Patriótico (SMP). La gesta heroica de la reserva voluntaria que conformó muchas unidades de batallones de infantería que combatieron a la contrarrevolución, fue en alguna medida, opacada por los Cachorros de Sandino del SMP y todo el despliegue propagandístico que implicó.
Yader Silva era una persona muy noble, solidaria y de buen humor. Orgulloso de su origen indígena y de su barrio Sutiaba. Tuve el honor de compartir con él muchas de las experiencias que escribió en su diario, en los años 1983-1984.
Muchas veces vi a Yader Silva escribiendo su diario en las trincheras que teníamos en el cerro Tapacales, enfrente de El Espino, departamento de Madriz. El texto es tomado de una fotocopia que él me permitió obtener de los restos de su diario, alrededor de 2006, y solamente he hecho pequeñas modificaciones de forma y algunas aclaraciones, respetando la esencia de sus escritos. Algunos fragmentos los publiqué en el libro Chavalos de la Revolución y otros ensayos (Universitaria. León. 2011).
La edición o transcripción de este diario está en proceso de elaboración. Es un homenaje al compañero Yader Silva (q.e.p.d.), joven revolucionario y sandinista, valiente combatiente de la reserva voluntaria, que enfrentó a la contrarrevolución antes y después de la creación de la Ley del Servicio Militar Patriótico (SMP). La gesta heroica de la reserva voluntaria que conformó muchas unidades de batallones de infantería que combatieron a la contrarrevolución, fue en alguna medida, opacada por los Cachorros de Sandino del SMP y todo el despliegue propagandístico que implicó.
Yader Silva era una persona muy noble, solidaria y de buen humor. Orgulloso de su origen indígena y de su barrio Sutiaba. Tuve el honor de compartir con él muchas de las experiencias que escribió en su diario, en los años 1983-1984.
Muchas veces vi a Yader Silva escribiendo su diario en las trincheras que teníamos en el cerro Tapacales, enfrente de El Espino, departamento de Madriz. El texto es tomado de una fotocopia que él me permitió obtener de los restos de su diario, alrededor de 2006, y solamente he hecho pequeñas modificaciones de forma y algunas aclaraciones, respetando la esencia de sus escritos. Algunos fragmentos los publiqué en el libro Chavalos de la Revolución y otros ensayos (Universitaria. León. 2011).
Managua, Nicaragua, septiembre de
2016
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de
Nicaragua.
leninfisherblogspot.com