No
son belicosos, pero sí valientes,
y cuando es preciso luchan con el más fiero denuedo.
E. G. Squier (sobre los indios Sutiaba)
La rebelión de los indios
Sutiaba (Río de caracolitos o chotes negros; o río florido), en contra del
poder de la colonia española empieza antes de 1610, cuando la ciudad de León se
trasladó desde la cercanía de Imabite, a orillas del lago Xolotlán, hacia el
territorio vecino de Sutiaba, donde actualmente se ubica. Traslado histórico,
único y singular, de una ciudad que se mantiene viva, conservando su nombre e
identidad, ocurrido hace 414 años.
Muchos indios Sutiaba
fueron llevados como esclavos a Perú. Los Maribios o Marrabios (Hombres por
excelencia o Piedra labrada) fueron los ancestros de los Sutiaba. No se sabe
por qué los Maribios cambiaron su nombre por el de Sutiaba. Por mucho tiempo se
asumió el vínculo originario de los Sutiaba con los Hokanos, de California;
pero actualmente se han relacionado con los pueblos siguientes: Guaxénicos
(Guanexicos), Olomegas, Olocotones y Tacahos (Tacachos). La lengua Sutiaba, ya
extinta, también se relacionó con la lengua hokana; sin embargo, en la
actualidad, la evidencia indica un vínculo mayor con lenguas otomangueanas,
como el tlapaneco.
Los límites de Sutiaba,
generalmente aceptados son los siguientes: al norte, la cordillera de los
Maribios (desde el volcán Telica, al noreste, hasta la laguna de Asososca (en nahuatl:
lugar del agua azul o de la culebra cascabel) o del Tigre (Teguazinavie), al
sureste; al sur, el Océano Pacífico; al este, desde el cerro Acosasco (en
nahuatl: río Amarillo) hasta el río el Tamarindo; y al oeste, desde el volcán
Telica (lugar negruzco o negro) hasta el río Telica, pasando por Quezalguaque
(lugar del quetzal o de los dueños de las plumas preciosas).
En realidad, en ninguna
parte de Nicaragua los españoles fueron recibidos con flores y vivas. El cronista
español Fernández de Oviedo describió a los indios Sutiaba como: “los más crueles y los más feroces, pero
también los más inteligentes y valerosos de cuantos indios yo he conocido en
América”.
El legendario cacique de
Sutiaba, llamado Adiact, se rebeló en 1610 e hizo resistencia hasta 1614. Se
dice que fue asesinado en el Cerro de Los Vientos o Cerro de Oro (en dirección
a Poneloya) y luego su cadáver fue colgado de un gran árbol de tamarindo
(llamado el Tamarindón).
En 1673 el pueblo
originario de Sutiaba protestó por los malos tratos recibidos.
Se registra una rebelión
del llamado partido de Sutiaba, en el año de 1681, probablemente la más
importante sublevación indígena de la época colonial. Otra sublevación ocurrió en 1725, durante la
cual, los indios de Sutiaba, apoyados por habitantes del Laborío, acompañaron a
la rebelión del barrio San Felipe, asaltando
la Sala de Armas de la ciudad de León, apoderándose del arsenal siguiente: 400
fusiles, 64 mosquetes y arcabuces, seis piezas de artillería, 318 bayonetas, 3506
balas de fusil, 24 balas de artillería, tres botijas de pólvora y dos
falconetes (pequeños cañones de artillería montados, con lanada y cargadores).
La población de Sutiabas o
Maribios era de alrededor 100 mil personas, en 1523. Un poco más de dos siglos
después de iniciada la conquista española, en 1752, la reducción había sido
drástica, hasta ser solamente 4120 personas, según lo que registró el obispo
Morel de Santa Cruz. A mediados del siglo XVIII, Sutiaba tenía una población
que superaba los 4 mil habitantes y 874 casas de paja.
La exagerada reducción de
la población de Sutiaba en 229 años sugiere que su resistencia y lucha empezó
mucho antes de 1610, cuando la ciudad de León construyó su segundo
asentamiento, en territorio de Sutiaba, bajo el mando del alférez mayor Pedro
Munguía de Mendiola, que posteriormente fue el primer alcalde ordinario de la
ciudad. Del León a orillas del lago Xolotlán, en las cercanías de Imabite, a lo largo de 86 años, salieron
expediciones de conquista, que en algún momento tuvieron que chocar con los
Sutiaba, como lo hicieron con otros pueblos originarios en el norte y el centro
del país.
Para el año 1727 el nombre
Sutiaba, escrito así, es el que más aparece en el Título Real (documento legal
otorgado por el Rey de España), que brinda seguridad jurídica de la propiedad
perpetua del pueblo indígena de Sutiaba, en un territorio de 42 mil manzanas,
equivalentes a 63 caballerías.
Uno de los primeros gritos
de independencia fue dado, el 13 de diciembre de 1811, por Tomás Ruiz Romero,
sacerdote y abogado, fue el primer indígena centroamericano en graduarse y
obtener un título universitario (en la Universidad San Carlos de Guatemala); es
considerado uno de los Próceres de la Independencia de Centroamérica.
Otra insurrección de los
indígenas de Sutiaba sucedió el 4 de junio de 1822.
Los indios de Sutiaba
jugaron un papel clave en diferentes momentos de la defensa de León, como por
ejemplo en las conmociones o guerras civiles de los años 1838-1839, posteriores
a la independencia de España, cuando participaron en guerras en otros
territorios centroamericanos.
Las tropas salvadoreñas y
hondureñas, al mando de los generales Francisco Malespín y José Santos
Guardiola, traídas por la oligarquía conservadora para combatir a los oligarcas
liberales, en 1844-1845, quemaron o destruyeron casas, ranchos e iglesias de
Sutiaba (la principal llamada San Juan Bautista y cuatro iglesias más), para
distraer a las fuerzas leonesas, que combatían en el centro de la ciudad.
Los indios Sutiaba al saber
que su pueblo ardía en llamas se trasladaron desde el centro de León hasta Sutiaba
misma; pero ya era demasiado tarde y el daño estaba hecho. Fue en ese momento,
cuando las tropas invasoras aprovecharon para atacar nuevamente el centro de la
ciudad y saquearlo.
Después de esta invasión
extranjera contra León, el cerco militar de dos meses, la destrucción, el
saqueo, así como el incendio de Sutiaba, se produjo la llamada “Reacción
liberal”, en la que los indios de Sutiaba participaron y que representa el primer antecedente histórico de la
lucha de clases en Nicaragua, al cohesionarse política y militarmente
campesinos pobres e indios comuneros expropiados, contra la aristocracia
terrateniente libero-conservadora.
Los Sutiaba se levantaron,
entre mayo y junio de 1881, para protestar contra la brutal represión del
gobierno conservador de Joaquín Zavala, ante el levantamiento indígena de
Matagalpa, que había iniciado el 30 de marzo. Además, el 21 de septiembre, del
mismo año, manifestaron su oposición a la expulsión de los sacerdotes jesuitas,
llevada a cabo por el gobierno antes mencionado.
Las etapas de la condición
administrativa y legal de Sutiaba, durante la colonia española, fueron a saber:
primera, pueblo encomendero (1524-1583); corregimiento de Quezalguaque (1583-1672);
cabecera del corregimiento de Sutiaba (1673-1777); y dentro del partido de León
(1778-1821). Posteriormente, en 1902, durante la Revolución Liberal, el
presidente José Santos Zelaya López decretó que Sutiaba fuese anexado como un
barrio de la ciudad de León, por lo que Sutiaba perdió su autonomía
administrativa.
A lo largo del tiempo han
aparecido distintas figuras jurídicas, por ejemplo: en 1948, Poneloya, dentro
del territorio Sutiaba, fue considerado como un barrio recreativo de la ciudad
de León. Durante la década de 1980, el balneario de Salinas Grande, asumió una
condición similar. Y, a finales del año 2023, la municipalidad de la ciudad de
León inició el proyecto de atender directamente, al ahora llamado León Viejo, que
antes correspondía administrativamente a la Alcaldía de La Paz Centro, en medio
del contexto de los cinco siglos de fundación e historia de León de Nicaragua.
Este proyecto del vínculo estrecho entre el León de Nicaragua actual y su cuna
histórica llamada León Viejo, reafirma la sólida continuidad de la historia, la
tradición, la herencia, la identidad, la relevancia y el orgullo de León, desde
su fundación hasta el año 2024, año del histórico quincentenario fundacional de
la ciudad.
El pueblo de Sutiaba fue
una base social de apoyo a la lucha revolucionaria del sandinismo, a partir de
la década de 1960. La represión de la Guardia Nacional contra los Sutiaba
durante la lucha por la tierra o en las protestas sociales, constituyó otra
página heroica de la resistencia indígena. Varias familias colaboraron en la
lucha anti-somocista, entre las cuales destacaron los Bervis, los Bárcenas y
los Roque. En casa de los Bervis existió un famoso buzón de armas, construido
de madera, subterráneo, nunca detectado y que fue visitado por el Comandante de
la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en 1979. En esa misma casa fue que Edén
Pastora Gómez planteó por primera vez la idea de asaltar el Palacio Nacional,
sede del Parlamento, para liberar a reos políticos sandinistas.
Numerosos y destacados
combatientes sandinistas eran originarios de Sutiaba, entre ellos: Hilario
Sánchez, Félix Pedro Picado, Félix Pedro Carrillo y Francisco José Jarquín
Ramírez.
A inicios de la década de
1970 los indígenas de Sutiaba, con sus atabales, se sumaban a las
manifestaciones de los estudiantes universitarios por demandas sociales o la
libertad de reos políticos. La participación de los Sutiaba fue muy importante
en la insurrección de septiembre de 1978; en los hostigamientos a la Guardia
Nacional entre octubre de 1978 y mayo de 1979; y en la ofensiva final, entre el
4 de junio y el 19 de julio de 1979. La cercanía de Sutiaba con el Fortín de
Acosasco, ubicado en el cerro homónimo, a 803m.s.n.m., la hacían relativamente
vulnerable al fuego artillero con morteros de 81mm., disparados por la Guardia
Nacional.
La Guardia Nacional asesinó
atrozmente a tres mujeres de Sutiaba, en la tenebrosa cárcel La 21, en junio de
1979. Sus nombres eran: Santos Bárcenas, su hija Lorena Fonseca, y su nuera,
Antonia Picado. Los cadáveres de las tres mujeres fueron encontrados por los
guerrilleros sandinistas, el 16 de junio del mismo año, cuando tomaron el
control de la cárcel mencionada.
Entre las más importantes
acciones militares contra la Guardia Nacional destacan las emboscadas
realizadas en la Barranca y en la calle de la iglesia de San Pedro, en abril y
mayo de 1979, respectivamente. No pocos jóvenes de Sutiaba formaron parte de
las columnas guerrilleras del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, que
avanzaron victoriosos hasta la capital Managua, siendo de los primeros en tomar
el búnker del dictador Anastasio Somoza Debayle y la Loma de Tiscapa (el
complejo militar de la Guardia Nacional), el día del triunfo de la Revolución
Popular Sandinista, el 19 de julio de 1979, entre los cuales se puede mencionar
a: Mario Rodríguez Vásquez, Gustavo Rodríguez Vásquez (ambos hermanos,
conocidos como “los Chocoyos”), Alberto Roque (Betín) y Francisco Roque (el
Cubano o el Sutiaba).
El pueblo de Sutiaba
participó activamente en la defensa de la Revolución Sandinista, ante la
agresión contrarrevolucionaria, financiada y dirigida por Estados Unidos, a lo
largo de la década de 1980, que desde bases en Honduras y Costa Rica atacaba a
Nicaragua. Jóvenes como Yader Francisco Silva Trujillo (el Genocida) integraron
las unidades de reservistas voluntarios que combatieron a la contrarrevolución
en las montañas de las Segovias, Jinotega o Matagalpa. Muchos otros formaron
parte de las tropas permanentes del Ejército Popular Sandinista, del Servicio Militar
Patriótico o del Ministerio de Interior.
Esta es una síntesis de la
lucha del pueblo de Sutiaba, parte inseparable de León y cuyo ejemplo de
rebeldía ha influido en el resto de Nicaragua, todo lo cual forma parte de los
500 años de fundación e historia de la ciudad de León, cuna de la rebelión y de
la revolución.
Lenin Fisher
Managua, Nicaragua, 23 de febrero de 2024.
Escritos de Lenin Fisher:
reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
https://leninfisher.blogspot.com/2024/02/sutiaba-y-sus-rebeliones.html