Carta abierta al Papa Francisco
desde Nicaragua libre
desde Nicaragua libre
Lenin Fisher
Excelentísimo
Papa Francisco:
Con
todo el respeto que usted merece, como persona, como Jefe del Estado Vaticano y
máximo líder de la Iglesia Católica, que representa el 20-25% de la población
mundial, le escribe un ciudadano de Nicaragua, país donde ha ocurrido un
intento de golpe de Estado blando (o guerra no convencional), en contra del
gobierno constitucional, entre el 18 de abril y el 18 de julio, del corriente
año (cuando Nicaragua no contaba con la presencia de un nuevo Nuncio Apostólico
y en la recta final del periodo de la embajadora de Estados Unidos), para
solicitarle que se realice una investigación exhaustiva sobre el proceder de
algunos miembros de la jerarquía católica y otros sacerdotes, debido a lo
siguiente:
1-.
Algunos obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (C.E.N.) mantienen un
lenguaje hostil, nada pacificador; más bien, es un lenguaje azuzador y promotor
de la violencia. Nos han hablado de no cesar en las luchas violentas; de la
necesidad de mucha sangre y tribulación; de gobernar sobre montañas de
cadáveres; de expulsar inmediatamente al gobernante sin respetar ningún orden
ni ley; y de que las multitudinarias manifestaciones del pueblo sandinista (algunas
de ellas vistas por el Nuncio Apostólico), no son más que manadas. Tal es el
lenguaje de algunos obispos.
2-.
La Comisión de Mediación y Testigo del Diálogo Nacional, conformada por cinco
miembros de la CEN, no ha desarrollado a cabalidad su labor neutral, imparcial
y de búsqueda de puntos de encuentro, con excepción de uno de sus miembros. Al
contrario, ha actuado como parte activa y beligerante, proponiendo e imponiendo
temas de agenda, o planteando exigencias dentro y fuera de la mesa del diálogo,
llegando al extremo de exigir la renuncia del presidente y la desintegración de
todos los poderes del Estado nacional, irrespetando y menospreciando el voto
popular mayoritario que eligió en 2016 al comandante Daniel Ortega Saavedra
como Presidente de la República de Nicaragua. El obispo de León ha sido una
excepción en la Comisión de Mediación; en dos ocasiones por la televisión vimos
su postura de acercamiento y moderación; pero se impone la mayoría, que es de
línea dura, intransigente y radical.
3-.
Algunos sacerdotes han promovido una campaña mediática de manipulación
religiosa para atribuir al gobierno y a los sandinistas la profanación de
templos, iglesias o catedrales, en Managua, Matiguás, Matagalpa, León, etc.,
prácticamente desde el inicio del intento de golpe de Estado. Técnicamente son
auto-profanaciones y auto-ataques, como la técnica de los auto-disparos con
pistoleros dentro de las mismas manifestaciones de la oposición de la derecha
golpista o con francotiradores, que disparan a los mismos opositores golpistas,
a la Policía Nacional y a los sandinistas que defienden legítimamente al
gobierno constitucional. Tal y como sucedió muchas veces en Venezuela o en
Ucrania.
4-.
Algunos sacerdotes han permitido verdaderas profanaciones de las iglesias porque
éstas han servido de centros de avituallamiento o cuarteles de grupos
terroristas, armados, que atacaron a la Policía Nacional y aterrorizaron a la
población, saqueando y quemando propiedades públicas y privadas, como en la
ciudad de Masaya, en el departamento homónimo. O bien, han servido de cárceles
o centros de tortura contra ciudadanos sandinistas, como en Diriamba y Jinotepe,
en el departamento de Carazo. Un joven sandinista expresó ante las cámaras de televisión que había sido torturado y golpeado por
un sacerdote de una de las iglesias de Jinotepe. El mismo sacerdote fue testigo
cuando los protestantes “pacíficos” de la derecha golpista lo golpeaban con machete, es decir, lo
cinchoneaban, como decimos en Nicaragua.
5-.
Algunos sacerdotes han sido partícipes, junto a supuestos promotores de
derechos humanos, de pedir la rendición de las fuerzas de la Policía Nacional,
como sucedió en Diriamba, Nagarote (departamento de León) y Masaya.
6-.
Algunos sacerdotes junto a pastores evangélicos han sido testigos presenciales
de torturas y actos humillantes o degradantes, realizados por delincuentes
golpistas a personas de ideología sandinista, sin detener inmediatamente dichas
torturas. Por el contrario, pidieron que las fotos o vídeos grabados con
teléfonos celulares por los mismos verdugos y torturadores, no fuesen subidos a
las redes sociales disponibles en internet, o bien, que fuesen borrados, como
en Masaya y León.
7-. Uno
de los miembros de la CEN desde el año 2007, cuando apenas había regresado al
poder el FSLN, se ha dedicado a hacer publicidad a grupos delincuenciales,
verdaderos paramilitares, vinculados al abigeo, secuestro y narcotráfico, que
operan en lugares alejados del campo y en la frontera norte, los cuales cuando
son abatidos por la Policía Nacional y el Ejército Nacional, son presentados
como angelitos por las empresas privadas de los medios de comunicación de todo
tipo.
8-.
En todo el país hemos escuchado el audio grabado de la comunicación de un
sacerdote con un grupo de delincuentes que secuestran, torturan, vejan,
arrastran con un vehículo automotor en la carretera, asesinan, queman y se
burlan de un oficial de la Policía Nacional. El sacerdote da instrucciones,
orienta que amarren al policía y que lo metan a una letrina o excusado, no sin
antes ofenderlo con un lenguaje soez. Ante tal cosa, cualquier persona decente
por lo menos hubiese solicitado a las autoridades la realización de la prueba
científico-técnica de la voz para corroborar la veracidad del audio antes
referido. Un abuso histriónico de las redes sociales, que usted ha criticado y
un incumplimiento del quinto mandamiento, no matarás.
9-. En
muchas barricadas o tranques, ubicados en calles o carreteras, con las que los
opositores golpistas y extremistas tenían secuestrados a pueblos enteros y más
de 250 furgones y 400 transportistas de carga internacional, se cometieron todo
tipo de crímenes y violaciones de los derechos humanos, innegables actos
terroristas. En dichos lugares, hasta el 4 de julio, los opositores golpistas
causaron casi cuatro veces más de muertes que las relacionadas estrictamente a
las protestas, según la Comisión de la Verdad (116 contra 31). No obstante, los
obispos de la CEN no tuvieron una actitud pro-activa para desactivar las
barricadas que dañaban la economía nacional y promovían la violación
sistemática de los derechos humanos de los nicaragüenses, incluyendo la libre
circulación y el trabajo, exceptuando el obispo de Juigalpa, Chontales.
10-.
Hubo casos de sacerdotes que promovieron la liberación de opositores radicales
al gobierno, que armados con verdaderas armas de guerra, habían sido capturados
cuando atacaron los cuarteles de la Policía Nacional. O bien, eran los únicos
que se movilizaban en camionetas entre el montón de barricadas porque tenían
que asegurar la comida, las bombas y las municiones en las barricadas que asediaban
el cuartel policial, como en Masaya. A propósito de camionetas, honorable Papa
Francisco, las que usan nuestros obispos en Nicaragua lucen nuevas y no valen
menos de 25 mil dólares o 60 mil dólares. Y además, ninguno de los obispos se desplaza a pie
o en autobús, como usted lo hizo siempre en Buenos Aires, Argentina, a pesar de
que el gobierno sandinista subsidia el transporte público (el pasaje en Managua
al viajar en autobús cuesta 2.50 córdobas, es decir, siete centavos de dólar).
11-.
Grabado está en un vídeo el momento en que sacerdotes se presentan con
opositores golpistas radicales a la estación policial de Diriamba, después que
se retiraron los policías. Uno de los sacerdotes toma un teléfono y luego una
computadora. Pocos días después, circularon fotografías del edificio totalmente
desmantelado y ni siquiera el techo fue respetado. El séptimo mandamiento, no
robarás, fue incumplido.
12-. Cuando
los terroristas golpistas incendiaron el centro histórico de Granada, incluyendo
la alcaldía, el obispo de la ciudad más antigua en territorio continental
firme, no dijo ni siquiera esta boca es mía.
13-.
En Managua se inventó una peregrinación en honor a la Virgen María, en una
fecha en la que jamás se ha celebrado algo parecido, pero que al final la convirtieron
en una manifestación de protesta política, donde un obispo, que no acostumbra
guardar silencio, a pesar de que su tesis doctoral fue sobre el silencio en la
Biblia, porque las cámaras de televisión tientan su carne y su conciencia, dijo
que el presidente del país debía renunciar e irse.
14-.
El derecho canónico, las leyes de Nicaragua o las leyes internacionales podrían
tener competencia para investigar y sancionar las acciones hechas por algunos
sacerdotes. En las fuerzas de orden público o en el ejército existe el término “baja
deshonrosa”, que quizás pueda ser aplicado dentro del derecho canónico. Una
cosa es segura: la actuación de varios obispos y sacerdotes en Nicaragua,
durante el periodo señalado, ha sido escandalosa; para usar un término que
usted gusta usar. Ha sido un total, verdadero y absoluto escándalo. Escándalo
igual o mayor que los casos de pedofilia en Estados Unidos, Chile o cualquier
parte del mundo.
15-.
Debe tenerse en cuenta que durante la lucha revolucionaria para derrocar a la
dictadura de la familia Somoza solo un sacerdote fue capaz de tomar las armas
para combatir al lado del sandinismo, después de haber renunciado a su hábito
religioso; pero no era nicaragüense, era español y se llamaba Gaspar García
Laviana (hoy, en su honor, el hospital de la ciudad de Rivas lleva su nombre). Durante
la Revolución Sandinista (1979-1990) cuatro sacerdotes católicos fueron
perseguidos y sancionados por la jerarquía católica nacional y el Papa Juan
Pablo II; pero ningún sacerdote fue asesinado en Nicaragua en dicho periodo. Al
contrario, en El Salvador, durante la década de 1980, bajo el gobierno de dictaduras
cívico-militares, se asesinaron a sacerdotes jesuitas, monjas de la orden Maryknoll
y al arzobispo Oscar Arnulfo Romero, ahora santo, gracias a su gestión papal.
Esa es la verdad; pero el poder de facto de los medios de comunicación en manos
privadas ha contado todo al revés, antes y ahora. El octavo mandamiento, no
mentir, ni decir falso testimonio, ha sido violado y contra-violado infinitas
veces.
16-. En
Nicaragua nunca ha habido una masacre como tal, es decir, contra un grupo o
grupos de personas indefensas y desarmadas; ni tampoco las protestas fueron
absolutamente pacíficas. Ha habido enfrentamientos entre policías y estudiantes
y pandilleros armados; entre pandilleros o delincuentes y sandinistas que se
defienden. Pareciera que ser sandinista en Nicaragua es un delito. La mayoría
de las protestas de la oposición golpista fueron violentas, con gente armada de
morteros, armas hechizas, bombas (molotov), tiradoras y piedras como aceptó
ante los periodistas el obispo auxiliar de Managua.
A
lo cual se debe agregar la gran cantidad de armas de fuego que portaban
(pistolas, revólveres, escopetas, rifles con mira telescópica, AK-47 y M-16),
de las cuales la Policía Nacional ha recuperado y mostrado verdaderos
arsenales. Los opositores golpistas criminalizaron las protestas porque
contrataron o pagaron a pandilleros nacionales y extranjeros, narcotraficantes
y miembros del crimen organizado para seguir los manuales de operaciones
sicológicas de la CIA, plagiados por un tal Gene Sharp, que ya nos aplicaron en
la década de 1980.
Ningún
nicaragüense debió morir. En Nicaragua no ha ocurrido ninguna masacre de
estudiantes universitarios; éstos han muerto en distintos días y sitios. La
cantidad de 22 policías asesinados es cuatro veces mayor que la cantidad de
estudiantes muertos.
De los oficiales de la policía muertos 20 son hombres y dos son
mujeres. Entre los 400 policías heridos, 342 son hombres y 52 son mujeres. Entonces, lo que
ha habido es una masacre de policías porque han sido asesinados o heridos,
fundamentalmente, con armas de fuego y armas de guerra.
17-.
La
Policía Nacional sostiene que cuando fueron evacuados 200 individuos que tenían
tomada la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, a la cual saquearon,
destruyeron y quemaron, y que se refugiaron en la iglesia Divina Misericordia,
fueron trasladadas armas pesadas, en una camioneta, hacia la Catedral de
Managua, aprovechando que el Cardenal Brenes y el Nuncio Apostólico llegaron a “rescatarlos”
con una caravana de vehículos. En la Catedral de Managua por varios días han
permanecido más de 100 hombres refugiados, de los cuales una minoría quizás son
estudiantes. Posteriormente, la Policía Nacional capturó el vehículo automotor
mencionado. Vale destacar que en la iglesia Divina Misericordia los “protestantes
pacíficos” se parapetaron y dispararon sus armas de fuego; y además, profanaron
la iglesia disparando al interior y exterior de la misma, para después culpar a
las autoridades de lo que en realidad fue una auto-profanación. Un sacerdote dijo en una grabación de televisión, con una leve sonrisa mal disimulada, que efectivamente los pseudo-estudiantes armados habían disparado desde la iglesia.
18-.
Los nicaragüenses queremos la paz, reconciliación y justicia. Queremos y
merecemos derechos humanos para todos, no solo para los opositores golpistas.
Debemos esperar los resultados de las investigaciones de las instituciones
nacionales y extranjeras invitadas por el gobierno. Está claro que cuando se
trata de acciones delictivas, ningún organismo de derechos humanos puede
defender a nadie.
19-.
Si la oposición de derecha desea protestar que lo haga de manera pacífica; pero
que no usen armas, ni destruyan la propiedad pública y privada, ni secuestren,
ni maten a nadie. Si quieren, durante sus marchas, recibir el sol o la lluvia
durante todo el día en las calles de las ciudades, que lo reciban, pero que se
manifiesten de manera pacífica, cívica y civilizada.
20-.
Durante los últimos 28 años Nicaragua ha vivido traspasos del poder político en
paz, a partir de 1990, lo cual sería el segundo periodo más largo de la
historia del país, en tales condiciones. Nos faltan dos años para empatar y
tres años pasar desempatar los 30 años logrados en el siglo XIX.
21-.
El diálogo nacional es muy importante; pero las condiciones actuales son muy
distintas a las de hace tres meses. Nicaragua necesita otros mediadores,
testigos y garantes del diálogo nacional, porque dicha tarea le quedó muy
grande a los obispos católicos, quienes siempre se negaron a ser garantes y
pusieron un plazo límite de un mes para lograr resultados, que sonó como un
ultimátum. Quizás la ONU pueda ser un buen mediador, testigo y garante. Es
innegable la falta que hace el cardenal Miguel Obando y Bravo, quien fue
siempre un exitoso mediador, testigo y garante; y quien además, venía
impulsando un proceso, igualmente exitoso, de reconciliación nacional, junto al
gobierno actual.
22-.
En ese diálogo nacional deben incluirse los partidos políticos ya existentes,
que han participado en las elecciones anteriores, y por supuesto la Iglesia Protestante
o Evangélica, que fue excluida de la primera etapa del diálogo nacional por los
obispos católicos de la CEN.
23-.
En no pocos lugares, los obispos no han querido escuchar a la población víctima
del terrorismo golpista, como en Masaya, al día siguiente que la Policía
Nacional recuperó el control de la ciudad; o bien, como en Diriamba y Jinotepe;
lugares donde la gente se manifestó y criticó a los obispos porque aparecieron
hasta que la Policía Nacional los había liberado, después de más de dos meses
de secuestro terrorista, al mejor estilo de Al-Qaeda y el Estado Islámico,
sacando de las iglesias armas de fuego, armas hechizas, armas artesanales, armas
blancas, medicinas robadas al Ministerio de Salud, etc.
24-.
La Iglesia Católica y todas las iglesias deberían contribuir para que los
grupos opositores no sigan pidiendo a los políticos extremistas y al gobierno
de Estados Unidos que realicen acciones intervencionistas o injerencistas en
contra del gobierno democráticamente electo en Nicaragua, las cuales al fin y
al cabo afectarían a todos los nicaragüenses, sin distinción de religión,
ideología, clase social, etc.
25-.
Nicaragua, antes del inicio del golpe de Estado promovido por la clase social que
no pasará por el ojo de la aguja, es decir los ricos, internos y externos, era
el país más seguro de Centroamérica, con bajos índices de criminalidad y con el
segundo lugar en crecimiento económico solo superado por Panamá, habiendo sido
reconocido por el FMI y el Banco Mundial por reducir la extrema pobreza y la
pobreza. Usted sabe que la propiedad debe tener una función social. Queremos la
paz y la reconciliación porque en Nicaragua no tiene cabida el ojo por ojo, el
diente por diente, la mano por mano, ni el pie por pie de la ley del Talión del
Deuteronomio.
Sé
que es casi imposible que usted lea esta carta; pero ojalá pueda encontrarla,
accidentalmente, durante una búsqueda privada en internet.
Agradezco
su atención y le deseo éxitos en su función de pontífice católico.
Managua, Nicaragua,
28 de julio de 2018
Escritos de Lenin
Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com