Biografía
de Wilhelm Röntgen
Lenin Fisher
Guillermo
Conrado Roentgen corresponde a William Conrad Roentgen en inglés y Wilhelm
Konrad Röntgen en alemán (von Röntgen, si se está en Holanda). Escribiremos
Röntgen o Roentgen (como en inglés) según los convenios para la transliteración de caracteres
acentuados por una inflexión, que permiten introducir una letra “e” después de la “o” al suprimir la
diéresis sobre la “o”.
W.
C. Röntgen nació el 27 de marzo de 1845 en la región del bajo Rin, Lennep, Prusia
renana. Hoy, Lennep es un barrio de Remscheid y se sitúa a 40 Km ., al este de Düsseldorf, Alemania. Fue hijo único de la pareja formada por
Friederich Conrad Röntgen, fabricante de tela y comerciante, y Charlotte
Constanze Frowein, descendiente de holandeses e italianos, originaria de
Amsterdam. (1)
En
marzo de 1848, la familia se trasladó a Apeldoorn,
Holanda y así, W. C. Roentgen vivió en los Países Bajos, siendo
ciudadano holandés. Recibió
su primera educación en la escuela privada de Martinus Herman von Doorn, en
Apeldoorn. De 1861 a 1863, asistió a la “ambachtsschool”
o liceo, secundaria, en Utrecht.
Fue expulsado, en 1864, por negarse a revelar
la identidad de un compañero de clases culpable de la elaboración de un retrato
poco halagüeño de uno de los maestros de la escuela. No sólo fue expulsado,
sino que posteriormente no podía ser admitido en cualquier gimnasio
o liceo, holandés o alemán. Era desde joven un tipo leal (1,2). La mayor parte
de su juventud la pasó entre Holanda y Suiza (3). Cuando tenía 16 años ingresó
en la Escuela Técnica de Utrecht y residió en casa del químico Jan Willem
Gunning. Siguió algunos cursos en la Universidad de Utrecht como oyente al no
ser aceptado como alumno regular por no llenar los requisitos. (4)
De
acuerdo a J. L. Fresquet, de la Universidad de Valencia, España: “A los 20 años
llegó a Zurich y pudo comenzar sus estudios de ingeniería mecánica. Pronto
mostró interés por las ciencias básicas y, especialmente, por la física,
debido, quizás, a la influencia de sus profesores Julius Clausius y August
Kundt. Se graduó en 1869. Cuando Kundt sustituyó a Clausius en la cátedra de
física, lo tomó como asistente. Juntos reorganizaron el laboratorio de física
experimental. Más tarde Kundt se trasladó a la Universidad de Würzburg llevando
consigo a Röntgen. No obstante, la Universidad seguía sin darle un puesto
académico al no haber pasado los exámenes de latín y griego que entonces se
exigían.” (4)
En 1865, trató de asistir a la Universidad de Utrecht, sin tener las credenciales necesarias. Al saber que podía ingresar al Instituto Politécnico Federal de Zurich, hoy el ETH, pasó sus exámenes y comenzó sus estudios de ingeniería mecánica (1). Recibió su diploma de Ingeniero Mecánico en 1868 y
comenzó a trabajar con August Kundt en la cátedra de Física de Wurzburg (2). En
1869, se graduó con un doctorado de la Universidad de Zurich, donde fue el alumno favorito del profesor Kundt, al que siguió a la Universidad de Estrasburgo, en 1873. (1)
En 1874, Roentgen fue profesor en la Universidad de Estrasburgo. En 1875 fue profesor de la Academia de Agricultura de Hohenheim, Wurtemberg. Volvió a Estrasburgo como profesor de física en
1876, y en 1879, fue nombrado catedrático de física en la Universidad de Giessen. (1)
Fresquet
señala: “En 1872 Kundt, y también Röntgen, se trasladaron a la Universidad de
Estrasburgo. Allí no pusieron trabas para otorgarle un nombramiento de profesor
en 1874. Sus trabajos trataron sobre el calor específico de los gases,
conductividad térmica por los cristales y rotación del plano de polarización de
la luz por los cristales. Un año más tarde aceptó ser profesor de matemáticas y
química en la Academia Agrícola de Hohenheim. Allí no se cubrieron sus
expectativas y de nuevo volvió a Estrasburgo, donde ocupó un puesto de profesor
asociado de física teórica que le permitió dedicar mucho tiempo a la
investigación. Esta fue una de sus etapas más productivas desde el punto de
vista científico.” (4)
En 1874, Roentgen fue profesor en la Universidad de Estrasburgo. En 1875 se convirtió en profesor en la Academia de Agricultura de Hohenheim, Wurtemberg. Volvió a Estrasburgo como profesor de física en
1876 (1,2). En 1879, fue nombrado
catedrático de física en la Universidad de Giessen (1,2), a la edad de 34 años, donde continuó sus
investigaciones sobre gas, cristales y calor (2). En 1888, obtuvo la cátedra de física en la Universidad de Würzburg. En 1894 fue elegido rector de la Universidad de Würzburg.
(2)
Describe Fresquet: “En 1879
aceptó el cargo de profesor y director del Instituto de Física de la
Universidad Hessian-Ludwigs, en Giessen. Allí continuó su labor investigadora
gracias a que disponía de buenas instalaciones y presupuestos económicos. Este
puesto le permitió por vez primera tener una posición holgada. Trabajó temas
como el de la relación de la luz con la electricidad. En 1888, la Universidad
de Utrecht, que no lo había aceptado como alumno, le ofreció la cátedra de
física, pero Röntgen la rechazó. Tenía entonces cuarenta y tres años y una
buena reputación como profesor e investigador. Los cambios en las cátedras de física
llevaron a que se quedara vacante la cátedra de física de Würzbug. Fue entonces
cuando Röntgen la ocupó.” (4)
Y continúa
Fresquet: “La Universidad de Würzburg ya disponía de un impresionante instituto
de física con varios laboratorios, aulas, salas de conferencias e incluso una
residencia para su director (Physikalischen Institut der Universität
Würzburg). Fue muy bien recibido por el claustro de profesores; entre ellos
el histólogo Rudolf Kölliker. Durante este periodo trabajó sobre todo en los
efectos de la presión en las propiedades de los líquidos y sólidos. En 1894, fallecieron tres de sus amigos;
todos ellos hombres asociados a la ciencia: Augustus Kundt (su maestro), Heinrich
Rudolf Hertz, y el inventor del oftalmoscopio, Hermann Ludwig F. Von Helmholtz.
Röntgen fue nombrado Rector de la Universidad lo que le permitió demostrar sus
intereses en otros campos distintos a la física. No obstante, su actividad
profesional no se vio mermada del todo.” (4)
En 1888, obtuvo la cátedra de física en la Universidad de Würzburg. En 1900, en la Universidad de Munich, por petición especial del gobierno de
Baviera, es nombrado catedrático de física. Roentgen tenía familiares en Iowa, Estados Unidos y tenía previsto emigrar a dicho
país. Aunque aceptó una cita en la Universidad de Columbia, New York y en realidad había comprado boletos transatlánticos, el estallido de
la Primera Guerra Mundial cambió sus planes y permaneció en Munich para el
resto de su carrera y vida. (1)
En
1895, Roentgen estaba investigando los efectos externos de los diferentes tipos
de equipos de tubos de vacío, aparatos de Heinrich Hertz, Johann Hittorf, William Crookes, Nikola Tesla y Philipp von Lenard cuando una descarga eléctrica pasaba a través de
ellos. A principios de noviembre estaba
repitiendo un experimento con uno de los tubos de Lenard en el que una ventana
de aluminio fina se había añadido para permitir que los rayos
catódicos salieran del tubo. Un cartón
protegía al aluminio de los daños causados por el campo electroestático fuerte
para producir los rayos catódicos. Roentgen sabía que el cartón que cubría a la ventana de aluminio
impedía escapar a la luz. (1)
Sin embargo, Roentgen observó que los rayos
catódicos invisibles causaban un efecto fluorescente en una pantalla de cartón pintado con platinocianuro de bario cuando puso la ventana de aluminio (2). Se
le ocurrió a Roentgen usar el tubo de Hittorf-Crookes, que tenía una pared de cristal mucho más gruesa
que el tubo de Lenard (1). El tubo de
Lenard tenía una ventana de aluminio delgado, el tubo de Hittorf no tenía dicha
ventana de aluminio. (2)
En la tarde del día viernes 8 de noviembre de 1895,
Roentgen estaba determinado a probar su idea. Cuidadosamente construyó un
cartón negro que cubrió de manera similar a la que había utilizado con el tubo
de Lenard. El cubrió el tubo de Hittorf-Crookes con el cartón y los
electrodos conectados a una bobina de Ruhmkorff para generar una carga electrostática. (1)
Antes de configurar la pantalla de platinocianuro
de bario para probar su idea, Roentgen oscureció la habitación para comprobar
la opacidad de su cubierta de cartón.
Al pasar la carga de la bobina de Ruhmkorff a través del tubo, determinó que la
cubierta era hermética a la luz y volvió a preparar el siguiente paso del
experimento.
Fue en este punto en que Roentgen observó un débil resplandor de un banco a un
metro de distancia del tubo.
Para estar seguro, trató varias veces más y vio lo mismo, pero cada vez más
brillante. Al encender un
fósforo, descubrió que la brillantez había llegado desde la ubicación de la
pantalla de platinocianuro de bario, para lo cual la había utilizado. (1)
Roentgen especuló que un nuevo tipo de rayos podía
ser responsable. Era viernes 8 de
noviembre, así que aprovechó el fin de semana para repetir sus experimentos y
hacer sus primeras notas. En las semanas siguientes, comió y durmió en su
laboratorio, investigó muchas de las propiedades de los rayos de nuevo, y con
carácter temporal los denominó rayos X, utilizando la denominación matemática para algo
desconocido. Aunque los
nuevos rayos eventualmente vendrían a llevar su nombre en varios idiomas en los
que se conoce como rayos Roentgen, él
siempre prefirió el término de rayos X. Casi dos semanas
después de su descubrimiento, tomó la primera radiografía aplicando rayos X a
la mano de su esposa, Anna Bertha Ludwig, quien permaneció inmóvil por el
tiempo de exposición de 15 minutos (algunos dicen que fueron 20 minutos). Cuando vio los huesos de la mano de su
esposa, exclamó: “¡He visto mi muerte!”(1)
La idea de que Roentgen pasó a observar la pantalla
de platinocianuro de bario tergiversa sus capacidades de investigador, ya que
tenía previsto utilizar la pantalla en el próximo paso de su experimento, por
lo que habría hecho el descubrimiento unos momentos más tarde. En determinado momento,
mientras él estaba investigando la capacidad de los diversos materiales para
detener los rayos, Roentgen trajo un pequeño trozo de plomo, mientras el proceso
avanzaba. (1)
Roentgen vio la imagen radiográfica en primer lugar, el parpadeo de su
propio esqueleto fantasmal en la pantalla de platinocianuro de bario. Más
tarde, se dio cuenta de que estaba en un punto crítico y se decidió a continuar
sus experimentos en secreto, porque temía por su reputación profesional si sus
observaciones estaban erradas. (1)
Fresquet
lo describe así: “Cuando Roentgen se encontraba experimentando el poder de
penetración de los rayos catódicos, observó que una placa de cartón cubierta de
cristales de platino-cianuro de bario, emitía una fluorescencia. Esta
desaparecía cuando desconectaba la corriente.” (4)
Siguió
repitiendo el experimento porque era más partidario de investigar que de
pensar. Al parecer, su lema era: “Yo no pienso, investigo”. Pronto descubrió
que esos rayos atravesaban distintos tipos de materiales como papel, madera,
una delgada lámina de aluminio, etc.; pero el plomo no. También se dio cuenta
de que al sostener un aro de plomo con sus dedos, no sólo veía el aro sino
también los huesos de su mano. Se le ocurrió que podía “imprimir” la imagen en
una placa fotográfica. (4)
Esa tarde dentro de la habitación oscurecida W. C.
Roentgen, pudo demostrar la presencia de luz a una distancia considerable,
donde se situaba la pantalla de platinocianuro de bario y la relacionó con la
descarga del tubo de Hittorf-Crookes. El gran mérito de Roentgen consistió en
reconocer que la fluorescencia observada no podía ser debida a los rayos
catódicos porque estos no llegaban demasiado lejos y en tratar de explicar la
existencia de cierto tipo de rayos emanados del tubo de vacío, que eran
totalmente diferentes (2). En el curso de sus investigaciones sobre los rayos
catódicos, W. C. Röntgen constató por azar, que determinados cristales se
volverían fluorescentes al producirse en su proximidad descargas eléctricas en
un tubo de vacío. (5)
A esos rayos diferentes y desconocidos, una clase nueva de rayos,
Roentgen les llamó X porque precisamente no eran conocidos y resultaban una
incógnita, una ecuación por despejar. El profesor Roentgen era, en el momento de descubrir
los rayos X, un importante físico alemán de 50 años de edad, Rector de la
Universidad de Würzburg, Alemania; y con 48 artículos científicos publicados.
(6)
En los primeros años
existió una actitud, bastante generalizada, de que el descubrimiento de
Roentgen había sido el resultado de la suerte, dada la creencia en el mundo
académico y científico de que los experimentos válidos son los que tienen una
hipótesis previa, un plan elaborado de varios meses y equipos complejos con
ajustes periódicos para todos los sesgos y errores posibles. Esta posición
tiende a minimizar los descubrimientos que aparecen de forma más errática. Debe
tomarse en cuenta que las oportunidades para el descubrimiento se presentan a
muchas personas; pero que la mayoría de los que tienen suerte, son responsables
de una gran parte de dicha suerte (2). Roentgen decía que todo físico que hubiese
experimentado con rayos catódicos suficientemente ricos en energía había
producido rayos X. Sin embargo, el
descubrimiento de dichos rayos quedó reservado para él. (5)
El descubrimiento de Roentgen representó el
culmen de una larga evolución mundial iniciada en la física hacia 1830 con las
investigaciones sobre la conducción eléctrica de los gases. “Los rayos catódicos se componían de pequeñas
partículas, todas iguales, dotadas de una carga eléctrica, que luego, a partir
de 1890 fueron llamadas electrones.” (5)
La primera comunicación
original de Roentgen “Sobre una nueva clase de rayos” (Über eine neue Art von Strahlen), fue entregada y
dada a conocer, 50 días después del descubrimiento, el 28 de diciembre de 1895,
en la Sociedad Físico-Médica de Würzburg (1,2). Según Fresquet se tituló:
“Sobre una nueva clase de rayos. Comunicación preliminar” (Vorläufigen
Mitteilung über Eine neue Art von Strahlen, Verlag und Druck der Stahel'schen
K. Hofund Kunsthandlung Würzburg, 1895). Y agrega Fresquet: “Se publicó en
pocos días y envió separatas a todos sus amigos.” (4). El 5 de enero de
1896, un periódico austríaco,
el Viena Press, informó sobre el descubrimiento sensacional de Roentgen y de un
nuevo tipo de radiación con lo que toda la prensa
mundial se hizo eco de la comunicación (1,2).
Roentgen
fue galardonado con un grado honorario de Doctor en Medicina por la Universidad
de Würzburg, el tres de marzo de 1896 (1,2). Publicó tres artículos sobre los rayos X
entre 1895 y 1897. W. C. Roentgen es considerado el padre de
la Radiología,
la especialidad médica que utiliza imágenes para diagnosticar las enfermedades.
(1,2)
Roentgen escribió al
profesor Exner de la Universidad de Viena, quien se comunicó con un físico
joven, hijo del editor del periódico Viena Press. El director del diario
escribió comentarios editoriales entusiastas el día de la publicación. Luego,
los corresponsales de Daily Chronicle de Londres, el diario Matin de París, el periódico
Zeitung de Frankfurt, Alemania y diarios de New York transmitieron la noticia
para luego difundirse mundialmente en los primeros días de enero de 1896. (3)
La primera gran noticia
accesible a todo el público fue titulada “Un descubrimiento sensacional”; y lo
que más impresionó fue la radiografía de una mano humana donde los anillos
parecían flotar libremente alrededor de los huesos de los dedos. En su primera
comunicación, Roentgen no solamente anunció el descubrimiento de la nueva clase
de rayos, sino que además, mencionó algunas de sus aplicaciones
principales. La radiografía de la mano
presentada invitó al uso médico de los nuevos rayos, reaccionando más
rápidamente los galenos que los físicos, abordando sus aplicaciones en el
cuerpo humano. Así lo hizo la Sociedad Berlinesa de Medicina Interna en su
reunión celebrada el 6 de enero de 1896. (5)
La radiografía de la mano de su esposa, Anna Bertha
Ludwig, tomada el 22 de diciembre de 1895, tras una exposición a rayos X que
duró 15 minutos, fue presentada al profesor Ludwig Zehnder del Instituto de Física de la Universidad de
Friburgo, el 1 de enero 1896 y es conocida como la “radiografía de la mano de
Bertha” o como “la radiografía de la mano de la señora Roentgen”. (1)
Roentgen tomó una radiografía, como demostración, a
la mano del anatomista Albert von Kolliker, al final
de una conferencia pública el 23 de enero de 1896 en la presentación de su
descubrimiento ante la Sociedad Físico-Médica de Würzburg (1,2). Kolliker fue el que propuso que los nuevos y
desconocidos rayos, esa nueva clase de rayos, se llamaran “rayos Röntgen”(3).
El descubrimiento de los rayos X tuvo enemigos como el mismo Philipp von
Lenard, quien hizo declaraciones encubiertas insinuando haberlos descubierto
antes que Roentgen; pero nunca solicitó públicamente el reconocimiento. (2)
Después
del invento del oftalmoscopio por parte del físico y fisiólogo alemán Hermann
Helmholtz, en 1851, que provocó que con aparatos similares, con lámparas y
espejos, se intentara observar los cambios patológicos dentro del organismo
humano vivo (uretra, vejiga, esófago, estómago), según el historiador de la medicina Henry
Sigerist “(…) el triunfo del diagnóstico fué el descubrimiento de los rayos X
por el alemán Röntgen en el año 1895. Al principio sólo se aplicaba para el
diagnóstico de las modificaciones óseas, pero más tarde se amplió al campo de
la röntgenoscopia cuando con ayuda de sustancias de contraste se consiguió
hacer visible el canal intestinal y otros órganos. De una manera ideal se logra
actualmente la anatomía patológica en la persona viva con ayuda de estos rayos
X.” (7)
Roentgen murió a los 77 años, en Munich, Alemania,
el 10 de febrero 1923, de un
carcinoma intestinal, que no se cree haya sido el resultado de exposición a
radiaciones ionizantes, como parte de su labor,
por el breve tiempo dedicado a las investigaciones y porque fue uno de
los pocos pioneros en su campo que utilizó escudos de plomo de protección de
forma rutinaria. Rontgen estaba casi
en bancarrota cuando murió. De acuerdo con su voluntad, toda su
correspondencia personal y científica fue destruida después de su muerte. Se
casó con Anna Bertha Ludwig en 1872, con quien estuvo casado durante 47 años
hasta que ella murió en 1919, después de haber compartido en la vejez los
horrores de la Primera Guerra Mundial (3). Tuvieron una hija, Josephine Bertha
Ludwig, adoptada a la edad de seis años, en 1887, quien era la hija del hermano
de Anna. (1)
Anota Fresquet: “En 1900 Röntgen decidió aceptar el cargo
de profesor en la Universidad de Munich, donde permaneció hasta su muerte. Allí
aumentaron los temas administrativos de los que se tuvo que ocupar y
disminuyeron los científicos. Entre 1900 y 1921 sólo publicó siete trabajos
sobre la conductividad eléctrica, las radiaciones, las propiedades físicas de
los cristales, etc. En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y Röntgen se
refugió en una casa de campo que tenía en Wilheim, en los Alpes bávaros.
Durante ese tiempo murió su mujer Bertha (1919) y también se esfumó su fortuna
tras el colapso del marco después de la guerra. A partir de entonces vivió
modestamente, renunció a su plaza de profesor y su salud empezó a resentirse.”
(4)
De acuerdo a José
L. Fresquet, en “Epónimos médicos”, las
investigaciones científicas de W. C. Roentgen fueron
las siguientes: 1) Electrische
Eigenschaften des Quarzes: (Fortsetzung), Leipzig: Johann Ambrosius Barth,
1890. 2) Ueber die Dicke von cohärenten Oelschichten auf der Oberflächedes
Wassers, Leipzig: Johann Ambrosius Barth, 1890. 3) Kurze Mittheilung von
Versuchen über den Einfluss des Druckes auf einige physikalische Erscheinungen,
Leipzig: Johann Ambrosius Barth, 1892. 4) Notiz über die Methode zur Messung
von Druckdifferenzen mittels Spiegelablesung, [Leipzig]: [Johann Ambrosius
Barth], 1893. 5) Ueber den Einfluss des Druckes auf die
Dielectricitätsconstante des Wassers und des Aethylalkohols, Leipzig: Johann
Ambrosius Barth (Arthur Meiner), 1894. 6) Eine
neue Art von Strahlen, Würzburg: Stahel, 1896. (4)
Los títulos anteriores traducidos al español
significan: 1) Propiedades
eléctricas del cuarzo. 2) Sobre el grosor de capas aceitosas coherentes
sobre la superficie acuática. 3) Notas cortas de experimentos sobre la
influencia de la presión en algunos fenómenos físicos. 4) Nota sobre el método
para medir diferencias de presión a través de un galvanómetro. 5) Sobre la
influencia de la presión a la constante dieléctrica del agua y del alcohol
etílico. 6) Una nueva clase de rayos.
Roentgen, hizo contribuciones valiosas a la
ciencia médica, a pesar de no haber hecho ningún trabajo de investigación en el
aspecto médico de los rayos X (3). De acuerdo a Fresquet: “En
febrero de 1896 Röntgen tomó una radiografía de un brazo fracturado y la mandó
al British Medical Journal para probar el extraordinario poder diagnóstico de
su hallazgo. El trabajo apareció publicado el mismo mes. Sin embargo, no se
ocupó más de su descubrimiento en lo que se refiere a su utilidad médica, sino
que sus intereses siguieron en el campo de la física.” (4)
Fresquet también refiere: “Röntgen
nunca ocultó que se basó en trabajos de otros (J. Plucker (1801-1868), J. W.
Hittorf (1824-1914), C. F. Varley (1828-1883), E. Goldstein (1850-1931), Sir
William Crookes (1832-1919), H. Hertz (1857-1894) y P. von Lenard (1862-1947).
Algunos físicos pudieron producir estos rayos pero no fueron capaces de
reconocer la importancia del fenómeno. Sí que parece, en cambio, que Phillip
Lenard, quien ideó el tubo con un orificio que permitía escapar a los rayos
catódicos, no recibió el reconocimiento que le correspondía.” (4)
En 1901, Roentgen fue galardonado con el primer Premio Nobel de Física (1,2). El 10 de diciembre de 1901 él personalmente recibió dicho
premio en Estocolmo, Suecia. El premio fue oficialmente "en reconocimiento
a los extraordinarios servicios que ha prestado por el descubrimiento de los
rayos notables posteriormente nombrados con su apellido". Roentgen donó la recompensa monetaria de
su Premio Nobel a su universidad. Al igual
que años más tarde Pierre Curie, Roentgen se negó a sacar la patente relacionada con su descubrimiento. Ni siquiera quiso que los rayos X llevaran su nombre.
(1)
Las distinciones y premios recibidos fueron: Medalla Rumford (1896), Medalla Matteucci (1896), Premio Nobel de Física (1901) y en noviembre de 2004 el elemento químico número 111
de la tabla periódica recibió, en su honor, el nombre de roentgenio (Rg). W. C.
Roentgen de nacionalidad alemana, físico de las Universidades de Estrasburgo,
Hohenheim, Giessen, Wurzburg y Munich; así como del ETH de Zurich y de la
Universidad de Zurich; tuvo como asesor de doctorado fue August Kundt; y como
estudiantes de doctorado a Herman March y Abram Ioffe. (1)
“Hay tres hechos especiales que reflejan la
personalidad de Röntgen: primero, su seriedad científica al bautizarlos con el
nombre de rayos “X”, siendo esta letra un símbolo de lo desconocido y carente
de explicación adecuada; segundo, haber declinado al título honorífico de nobleza
que le permitía usar el prefijo Von antes de su nombre (este título es similar
(…) a usar el prefijo “de” antes del apellido en español); tercero, el haber
rehusado a patentar el descubrimiento, permitiendo que su fabricación y su uso
se generalizara libremente sin enriquecerse.” (3)
Todo
justificaba que Roentgen obtuviera una patente oficial, lo cual fue comprendido
por los círculos de empresarios industriales que manifestaron su deseo de
explotar comercialmente los nuevos rayos descubiertos. Roentgen siempre rechazó la idea de explotar
comercialmente su descubrimiento y no reivindicó su legítimo derecho de
propiedad industrial y comercial aduciendo que los nuevos rayos eran patrimonio
de la humanidad. Se volvió famoso –y como su carácter no era para gozar de la
fama mundial-, se fue aislando cada vez más, aunque siempre siguió con interés
el desarrollo de la física. El
descubrimiento de Roentgen abrió nuevas posibilidades a la ciencia; permitió
desarrollar métodos de investigación nuevos en medicina, física, química y en
el amplio campo de la técnica. (5)
De acuerdo
a Fresquet: “Importantes empresas pretendieron obtener la patente para producir
aparatos de rayos X. Sin embargo, era tradición en la universidad alemana que
los descubrimientos de los profesores pertenecían a la humanidad y no debían
ser ni controlados, ni patentados, ni limitados.” (4)
Bernardo
Alberto Houssay, quien en 1947 se convirtió en uno de los pocos científicos de
Latinoamérica en recibir un Premio Nobel (el de Medicina, por sus
investigaciones sobre la hipófisis), en su discurso de recipiente expresó: “Los
portentosos adelantos científicos, con libertad para investigar y expresarlos,
que han revolucionado la vida social, se deben a los grandes descubrimientos de
los investigadores y muy poco a la
acción de los políticos. Así tenemos la electricidad, motores a vapor, medios
de comunicación y transporte, rayos X, etc.” (3)
En “Cien grandes eventos que cambiaron al
mundo” -editado por John Canning y colaboradores-, se mencionaron algunos
hechos relacionados con la medicina, incluidos en todas las antologías
históricas: el método hipocrático; la teoría fisiológica de la circulación
sanguínea de William Harvey; el descubrimiento de la anestesia, los rayos X y
el radium; la película fotográfica; y los antibióticos. La compañía Park Davis recopiló en el libro
“Los grandes momentos de la medicina” 45 hechos extraordinarios e históricos,
además de los antes mencionados, a saber: los estudios anatómicos de Vesalio,
la patología celular de Virchow y el descubrimiento de los rayos X por W. C.
Röntgen. (3)
En “Momentos estelares de la ciencia”
–ampliado posteriormente a la “Enciclopedia biográfica de ciencia y
tecnología”-, Isaac Asimov recopiló 30 biografías entre las cuales describió
las de John Gensfleisch Gutenberg, Galileo Galilei, Leeuwenhoek, Edward Jenner,
Luis Pasteur, Charles Darwin, Pierre Curie, Marie Sklodowska Curie y W. C.
Röntgen. Personajes cuyos descubrimientos representaron verdaderos hitos por su
gran utilidad práctica o su efecto revolucionario en el pensamiento teórico.
(3)
En 1936, o sea, 41 años después del
sensacional descubrimiento de los rayos X, en el parque del Hospital General
“San Jorge” de Hamburgo, Alemania, se erigió un monumento vertical con una
lápida conmemorativa en honor a los mártires de la Radiología. Hasta 1995 se habían grabado más de 200
nombres. Los primeros radiólogos
ignoraban los efectos nocivos de los rayos X y se expusieron a ellos sin
medidas de seguridad, en medio de su dedicación y entusiasmo; muchos de ellos
murieron a causa de la radiación. (5)
¿Hasta hoy, qué ha beneficiado más a la
humanidad, los rayos X o los viajes a la Luna? ¿Qué ha tenido más utilidad
práctica para los seres humanos, el descubrimiento de W. C. Roentgen o los
costosos viajes a la Luna patrocinados por el gobierno de Estados Unidos, que
convirtieron a la Tierra en un satélite de la Luna, como escribió el poeta
Leonel Rugama?
Esas fueron
las preguntas o la crítica que dejó entrever el Dr. Roberto Calderón G.,
(3). Con toda seguridad, en el año 2010, es decir, 115 años después del
descubrimiento de Roentgen, las respuestas son obvias: los rayos X, el
descubrimiento científico de W. C. Roentgen ha sido más útil que todos los
viajes a la Luna. Según Fresquet: “…Su
obra –la de Roentgen- es un reflejo de la importancia que tiene la
investigación experimental en ciencias básicas.” (4)
Referencias bibliográficas:
1.
Wikipedia. La enciclopedia libre. Internet. 2010
2. Pedrosa, C. S. Pedrosa Moral, I. S. Diagnóstico por
imagen: evolución histórica. En: Pedrosa, C. S., Casanova, R. Pedrosa. Diagnóstico por imagen. Vol. I:
Generalidades. Aparatos respiratorio y cardiovascular. McGraw-Hill
Interamericana. Madrid. 2002:1-20
3.
Calderón Gutiérrez, R. I centenario del descubrimiento de los rayos X. Bolsa
Médica. No. 25; Sept. 1995: 10-11
4. Fresquet, J. L. Wilhelm Conrad Röntgen (1845-1923):
Rayos Röntgen. Epónimos
médicos. Internet. 2010
5.
Alvarado Vanegas, A. Pérez Ordóñez, A. Mantilla Calderón, M. S. W. C. Röntgen:
un nuevo tipo de rayos. Bolsa Médica.
No. 25; Sept. 1995: 12-13
6. Brazzini Arméstar, A. Arias Schereiber, M. Méniz Leiva, V. Desarrollo de la radiología: centenario del descubrimiento de los rayos
X. Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna. Vol. 9 No. 1;
1996
7.
Sigerist, H.E. Los grandes médicos: historia biográfica de la medicina. Ave.
Barcelona, España. 1949: 310
En:
*Fisher, L. Historia de la radiología en Nicaragua: la senda de la
luz invisible. Universitaria. Managua, Nicaragua. 2010: 316
**Fisher, L. Historia de la radiología en Nicaragua: la senda de la
luz invisible. 2da. ed. Universitaria. Managua, Nicaragua. 2011: 428
Managua,
Nicaragua, 19 de mayo de 2012.
leninfisher.blogspot.com