domingo, 8 de diciembre de 2019

MEMORIAS DE LEÓN



Memorias de León


A los 500 años de la tradicionalmente gallarda,
como le llamó el comandante Carlos Fonseca,
 ciudad de León.

Lenin Fisher

León era, a finales de la década de 1920 e inicios de 1930, de acuerdo a Cruz (2010), a quien cito textualmente:

“…un pueblo algo grande, de calles empedradas e iglesias. El calor era intenso y las tormentas causaban pavor a los niños. Las madres hacían cruces de cenizas en el piso y rodeadas de sus pequeños rezaban el rosario. Con cortos intervalos el resplandor del relámpago seguido por el estruendo del trueno interrumpían los rezos y eran motivos de comentario. ¿Oyeron qué cerca? Debe haber caído en la torre de la iglesia la Recolección. Recios aguaceros y vendavales solían inundar las calles en cuyas corrientes los muchachos (…cipotes) jugaban con sus barquitos de papel o los vadeaban con zancos.” (p. 187).

“Los coches para pasajeros tirados por caballos constituían el grueso del tráfico. Los automóviles eran pocos. Comunes eran los jinetes prósperos: hacendados, médicos y ciertos sacerdotes. Otros jinetes más modestos eran pequeños agricultores, mandadores de fincas y lecheros (...) en León circulaban carretas de bueyes, carretones tirados tanto por caballos como a mano.” (p. 187).

“La presencia de los infantes de marina estadounidenses era notable. Ya fuera al mando de auxiliares nacionales de la G.N. [Guardia Nacional] en marcha hacia la zona caliente, o haciendo vida social en la refresquería [del Capi] Prío. Una mañana se escuchó un gran ruido que llenó de curiosidad a muchos habitantes que nunca habían visto tractores para trabajos de caminos. El roce de las orugas contra el empedrado explicaba el escandaloso ruido. Los marines daban, sin intención, una demostración del progreso tecnológico en el hemisferio norte a atrasados nativos del trópico.” (p. 187-188).

Recuerda Cruz (2010) que en esos años de la ocupación militar yanqui, durante la guerra de Sandino, en León circulaba legal y libremente el dólar, incluyendo monedas de pequeña denominación (dime, nickel y  penny), debido a que existía una estricta paridad del córdoba con el dólar.

En León fue que por primera vez Cruz escuchó la palabra bandolero; término con el cual los yanquis, la Guardia Nacional y la oligarquía se refería a Sandino y su ejército guerrillero. En el cine de repente se escuchaba un grito que decía: don Virgilio, don Virgilio, dice la niña Licha que se vayan ya a la casa porque dicen que los bandoleros están en Telica. Por otra parte, en el barrio San Juan, una noche, se escuchó un fuerte grito: ¡Viva Sandino! Las puertas fueron cerradas y las mujeres rezaron diciendo: ¡Santo Dios, santo fuerte, líbranos de todo mal! Al día siguiente se supo que quien había gritado era el estudiante Nicolás Arrieta, según Cruz (2010).

Según Cruz (2010), en una ocasión, a inicios de la década de 1930, en la ciudad de León, los clientes de una barbería situada en la esquina opuesta a la iglesia de la Recolección, vieron  como un hombre castigaba a otro, dándole latigazos. El látigo corto era llamado tajona y estaba reforzado con trozos de metal, plomo. La víctima sangraba de la cara, su camisa estaba destrozada y no podía escaparse porque estaba acorralado contra la pared del almacén llamado la Providencia. La gente alrededor solo observaba, conmovida e inerme. El victimario y la víctima eran gente común, no acaudalados.

En otra oportunidad Cruz (2010) relata que un grupo de chavalos vieron que había una vela, en el salón principal de una casa elegante, propiedad de una familia aristocrática, oligárquica, en el barrio San Juan. La razón era que un hombre de apellido Lacayo había matado a otro hombre de apellido Gurdián. La gente decía: Es…Gurdián, dicen que lo tiró…Lacayo.

De esa manera  Cruz (2010), describe la violencia en León, tanto en la gente pobre como de alta sociedad.

Según Cruz (2010), en León vio por primera vez que un niño vende tortillas entrara a una casa y pidiera dinero porque las tortillas se habían mojado con la lluvia al caer en un charco; y más tarde, ese mismo niño, estaba haciendo el mismo truco en otra casa.

Visitaban León cada cierto los circos Dumbar y Ataide, que traían payasos, bailarinas, elefantes, monos, cebras, etc., de acuerdo a Cruz (2010).

Otro elemento extranjero y más intrigante que los soldados yanquis eran, según Cruz (2010), y cito textualmente:

“…los húngaros. Se trataba de gitanos que procedían de Europa Central. Vestían en forma muy novedosa, colores subidos; los hombres, amarrada la frente; las mujeres cubiertas por pañuelos; [y] ambos sexos, grandes aretes. Estos extravagantes personajes cobraban por “leer la suerte”. Los húngaros, transeúntes después de todo, se hospedaron en el barrio de la Estación. Allí estaba lo que podría llamarse zona de tolerancia. A espaldas de sus padres, los cipotes la incursionaban para ir a asomarse en las ventanas de barrotes de casas prohibidas y ver bailar a “hombres del centro” con “mujeres malas.” (p. 188).

“No toda la gente del barrio de la Estación era de mala reputación. La mayoría eran familias correctas de modestos ingresos. Allí vivía el maestro Nilo, un viejito costarricense que daba clases en el colegio del padre Zapata. Tenía la vocación de preparar alumnos para recibir la primera comunión.” (p. 188).

En cuanto a la educación primaria, en León, recuerda Cruz (2010), lo siguiente:

“Nuestra madre nos matriculó a mi hermano mayor y a mí en el colegio de la niña Juanita Pinell. Este centro mixto de educación dirigido por esa prestigiosa matrona de la Calle Real, frente a una iglesia, era excelente. En una esquina del aula de primer grado se encontraba una rueda de banquillos separada por una cortina negra. Decían que ahí celebraba sus sesiones espiritistas el maestro Paguaga, esposo de la niña Juanita. En esos años estuvieron de moda los médicos invisibles.” (p. 188-189).

Una placa conmemorativa, en homenaje a Juanita Pinell y el maestro Paguaga, se puede leer todavía en el frontispicio de una casa colonial situada en el barrio el Sagrario, de la Casa de Salud Debayle media cuadra al este.

El leonés sufre del síndrome de “ser hombre que no se raja”, el cual es muy fuerte en la idiosincrasia local. La disposición al duelo figura hasta en las diversiones, según Cruz (2010). Un ejemplo, es el juego de las lechuzas (llamados barriletes en Managua y otras partes) y cito textualmente al autor:

“Algunas del tamaño de un hombre de regular estatura y hechas de tela. Para elevarlas recurren a cuerdas de cáñamo, en la cola van prendidas cuchillas filosas. Son para el combate. Cualquier tarde, durante los meses secos y ventosos tienen lugar encuentros entre barrios. La idea es derribar a golpes de cola el lechuzón del contrincante; tal es el objeto de “ennavajarlos”, igual que si fuera pelea de gallos.” (p. 189-190).

En cuanto a Sutiaba, Cruz (2010), recuerda:

“Todos los días, niños poblanos hacen descubrimientos en la metrópolis. El último de estos, ver a indios que fue aldea precolombina, Sutiaba. Se sienten confundidos de que estos indios no sean Pieles Rojas. Si son igualitos a nosotros [dicen los niños].” (p.191).

Además, Cruz (2010), apunta:

“Algunos nicaragüenses de mi generación, al visitar España pueden encontrar en algunos pueblos al sur de la península ibérica algo del sabor de León de Nicaragua, de su niñez. La catedral con su tumba del más ilustre leonés, nacido [por obra del azar], en un pueblecito de provincia, resguardada por un león; las casonas, monjas, hermanas de la caridad, novicios del sacerdocio y [estudiantes] universitarios. Y hasta un fortín. En ese León donde se juntan la mística religiosa con el afán intelectual, sus habitantes han grabado [en latín] una gran verdad en la puerta del cementerio [de Guadalupe]: La muerte nos hace iguales.” (p. 191-192).

Viajar en tren, significaba disfrutar sobre rieles, un desfile de estampas de la vida en Nicaragua, de acuerdo a Cruz (2010):

“…el Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua, con el complemento del transporte lacustre era la arteria de enlace entre las poblaciones del occidente nicaragüense, costero al océano Pacífico. Por razones de economía, en la mayoría de las familias de clase media, papá y mamá, junto con las hijas, sobre todo las ya señoritas, van en primera clase, en cambio los varones, acompañados de un adulto, generalmente una doméstica viajaban en segunda clase. Los asientos de primera eran de petaca, los de segunda de madera. Un niño disfrutaba igual el paseo.” (p. 192-193).

“Tomando por la mañana el tren procedente desde el puerto de Corinto, al salir de León, el escenario captado desde las ventanas de pasajeros era una extensa planicie cortada a tramos por alamedas. Ganado vacuno pastando  y campistos pastoreándolo. Con el ímpetu de la juventud, algunos jinetes dan rienda suelta a sus cabalgaduras para galopar paralelos al tren en marcha.” (p. 192).

“En esa ruta, la primera estación es La Paz Centro, lugar de la primera merienda: cosa de horno. La siguiente parada es Nagarote: mojarras y plátanos fritos. Después Mateare con vistas al lago Xolotlán. En una oportunidad, los viajeros pudieron observar a un caimán que unos cazadores tenían amarrado a un árbol; lo mataban a hachazos con el propósito de vender el cuero.” (p. 192-193).

“Pronto se llegaba al Boquerón, donde se disfrutaba del clásico almuerzo de guapote frito acompañado de tortilla y tiste. Si el viajero tenía la suerte de que su carro quedar sobre el puente o cerca podía deleitarse viendo a los patos, que abajo, solían nadar. El tramo los Brasiles-Managua se inundaba si las lluvias invernales eran torrentosas, lo cual hacía necesario que los pasajeros abordasen pangas para navegar el desvío. Los menores encontraban tal inconveniente de lo más divertido al cruzar por un rato aguas costeras del lago Xolotlán, frente a la isla de Pájaros y con el majestuoso volcán Momotombo a la vista. En Managua descendían del tren pasajeros procedentes de las poblaciones occidentales, quienes venían a la capital a hacer gestiones oficiales, principalmente. Aquellos que se montaban iban destino a oriente, o a hacer conexión para el sur. En la estación de Managua había fresqueras; sin embargo, los viajeros raras veces consumían algo. Esperaban llegar a Sabana Grande para darse gusto con las famosas tortillitas rellenadas con queso y conocidas como rellenitas, a las que en otros países de Centroamérica llaman pupusas.” (p. 193).

Entre los recuerdos de la infancia, en León, de Álvarez (2013), destacan los siguientes:

“Era costumbre que cuando fallecía una hija a edad temprana, sus padres maternos recogían a sus nietos pequeños. En los hogares pudientes conseguían a chinas para que los cuidasen. Conforme a ello, mis abuelos leoneses contrataron a mamá Tránsito y mamá Eva. La primera fue auxiliar voluntaria como “aguatera” del ejército liberal durante el gobierno del general José Santos Zelaya [López]. Estas mujeres distribuían el líquido vital a los soldados en las trincheras. (p. 24-25).

“Mamá Eva (…) era una india mestiza de Sutiaba que recitaba en su idioma el Ave María y nos leía Las mil y una noches. Su tumba está señalada por una lápida de mármol negro con letras doradas y una leyenda: A mamá Eva, de sus hijos agradecidos. Emilio y Juanita.” (p. 25-26).

En León, la casa de los abuelos maternos era un solariego lugar con un bello jardín; su fuente, plantas florecidas y árboles frutales eran un pedazo del paraíso terrenal, según Álvarez (2013). De su abuelo materno Venancio Montalván o papá Venancio, recuerda lo siguiente:

“…inclinado a adquirir latifundios agrupados en cinco haciendas: el Porvenir, las Grietas, San Ramón, Palo Grande y las Lajas, en las cuales las tierras se medían por caballerías y no por manzanas (…). En sus últimos años, en temporada de verano, viajaba a sus propiedades en un carromato con ruedas metálicas, tirado por una cuadrilla de poderosos caballos. Perteneció toda su vida al Partido Conservador y le llamaban olanchano porque poseía propiedades en el sureste de Honduras.” (p. 26-27).

Al morir el padre de Venancio, siendo él un niño, quedó a cargo de su madre en Chichigalpa, donde se ganaba la vida elaborando aceite de coyol que vendía a la alcaldía para llenar los faroles forrados de vejiga de buey, en las esquinas del poblado. Cuando la madre murió, Venancio se trasladó a León, estudió medicina. En ese tiempo era de rigor recibir el diploma vestido de levita, para lo cual tuvo que aprender sastrería. Como partero tuvo gran éxito porque empleó el fórceps por primera vez en León, de acuerdo a Álvarez (2013).

Venancio Montalván realizaba, de acuerdo a Álvarez (2013) “…sus transacciones económicas en la tertulia de doña Juanita de Ortiz, viuda del general Anastasio Ortiz. [A] esas reuniones llegan los cabezas de familias principales como los Balladares, Reyes, Argüellos, Icazas y otros. Al cerrar los negocios solo se estrechaban las manos, mientras doña Juanita servía de único testigo. La dueña de casa era una compulsiva fumadora de cigarrillos preparados por ella misma, envueltos en un papel fino de color amarillo, que contenían tabaco picado y granos de anís, cuyo humo acre impregnaba el ambiente.” (p. 28).


Cuando derrocaron al gobierno liberal de Zelaya, en 1909, los conservadores tomaron el poder y Venancio Montalván asumió el ministerio de gobernación y luego el ministerio de hacienda. Renunció al cargo cuando el presidente Diego Manuel Chamorro no pudo negarle que se había comprometido a pagar 10 mil dólares a un abogado gringo, que le sirvió de gestor o hizo lobby para que el Departamento de Estado lo aceptara como sucesor de su sobrino el general Emiliano Chamorro. Montalván le mostró el pagaré al presidente D. M. Chamorro y le dijo: Le falsificaron la firma, entonces, según Álvarez (2013).

La esposa de Venancio Montalván, doña Pilar Herdocia Lacayo, fue protectora de las monjas de la Asunción y junto a Margarita Paniagua, Marlene Montalván y otras señoras fundó el Asilo de Ancianos. Ella llevaba siempre un vestido de mangas largas con bordados, calzaba botas altas de cabritilla negra y botones que abrochaba con una ganzúa, de acuerdo a Montalván (2013).

Doña Pilar Herdocia Lacayo nunca fue a comprar a las tiendas. Se contentaba con llamar a don Asad Zogaib, emigrante libanés, que concurría con dos maleteros ayudantes, los cuales desplegaban la mercancía, frente a ella, en el suelo. Así compraba cortes de seda, ropa interior de lana española, rebozos, mantillas, frascos de perfumes franceses, loción de Laman y Kemp, chaquetas de cuero o piezas de casimir inglés (vendidas por yardas). Ella firmaba la factura sin ver el precio. Por la mañana de cada sábado, sentada en su butaca, esperaba que llegaran los mendigos, quienes hacían fila, para recibir una limosna, al final de lo cual, los nietos recibían su semanario: un dime (moneda de plata de diez centavos de dólar), recuerda Montalván (2013).

Agrega Montalván (2013):

“Donde los Montalván había un constante ajetreo. A Juanita y a mí nos fascinaba ver entrar y salir del zaguán enlajado las carretas tiradas por robustos bueyes que venían de las haciendas, cargadas de quesos, mantequilla, plátanos y granos. A su regreso, llevaban los materiales para las labores de campistos, mandadores y peones, a quienes llamaban realeros, porque recibían un real por cada tarea.” (p. 30).

“Nunca vi a mi abuelo o a mis tíos leer un libro, a lo más el diario El Centroamericano, para enterarse de las cotizaciones del café. Mi hermana Juanita fue colocada como externa en la Asunción, mientras a mí me pusieron en el kindergarten de las hermanas Macías, las que se ayudaban con su escuelita de párvulos y una pulpería. Ahí tuve, a los cinco años, mi primera amiga, la dulce Teresita Sáenz, quien siempre llevaba un gracioso lazo de tafetán en la cabeza. En 1924, pasé a infantil, en el colegio San Ramón, con el maestro Guillermo O´Neill, de grandes bigotes y fumador compulsivo, llenando el aula de un humo impregnado de vainilla, mientras con una reglita se empeñaba en enseñarnos a leer de corrido. Allí pasé el primero y segundo grados.” (p. 30).

El doctor Oscar Aragón Téllez recuerda que siendo niño, a inicios de la década de 1950, viajó algunas veces con su padre (Manuel Aragón), a comprar cerdos, hacia el norte de la ciudad de León, entre los barrios San Carlos y Estrella, que durante la Revolución Sandinista serían llamados Benjamín Zeledón y William Fonseca, respectivamente.

La vía de comunicación era una trocha, estrecho camino entre dos barrancos, porque la trocha había partido una serie de pequeñas lomas. Circulaban las personas montadas a caballo, carretones halados por caballos o carretas de bueyes.

Cuando una persona llega al inicio del camino, al salir de la ciudad, es decir, el barrio San Carlos (Benjamín Zeledón), tenía que sonar un cuerno de buey o un caracol para que lo oyera la persona que quería entrar por el otro extremo del camino, o sea, por el reparto Estrella (William Fonseca).

El sonido del cuerno o del caracol se oía de extremo a extremo. Si alguno de los viajeros no atendía el sonido primero y se encontraba con el otro viajero, obstruyéndose el paso, entonces, iniciaba una discusión, que terminaba en disputa, pelea, machete, cuchillo o balazos.

Por su parte el odontólogo Julián Chiong Meléndez relata que en la década de 1950 el alumbrado público en León era escaso. Había una lámpara en cada intersección y dicho servicio se extendía desde el centro de la ciudad (Catedral y Parque Central) hasta cinco o seis cuadras, en dirección de los cuatro puntos cardinales.

Relata el doctor Chiong Meléndez que el doctor José H. Montalván entregaba una medalla de oro al mejor alumno de una escuela pública de primaria, que llevaba el nombre de su padre, José Montalván, y que estaba ubicada en el barrio San Felipe, de la iglesia media cuadra al sur, a mano izquierda. Cuando Chiong Meléndez ganó el primer lugar de la promoción de sexto grado, no pudo recibir la medalla de oro, porque precisamente ese año, el doctor Montalván dejó de entregar dicho premio.

En la misma cuadra donde estaba la escuela José Montalván se ubicaba la escuela José de la Cruz Mena, media cuadra más al sur de la primera.

El doctor J. H. Montalván, un destacado galeno leonés, llegó a ser vice-rector de la Universidad Nacional y durante el ejercicio de este cargo se logró la autonomía universitaria, lucha encabezada por el rector Mariano Fiallos Gil. En la casa donde vivió, actualmente está ubicado el Consulado de España (avenida central, de la Catedral tres y media cuadras al norte).

En León había tres grandes aserríos: Santa Fe, Pereira y Muñuca. Los dos últimos ubicados en San Felipe; mientras que el otro se ubicaba al lado este de la línea férrea, en el barrio el Coyolar. El primero que cerró fue el aserrío Pereira, y eso se debió a la muerte del propietario original. Muñuca era el apodo del dueño del otro aserrío, cuyo apellido era Hernández y se caracterizaba por ser mal hablado.

El autor de este escrito miró funcionar, todavía a finales de la década de 1970 y la mayor parte de la década de 1980, a los aserríos Santa Fe y Muñuca.

Managua, Nicaragua, 8 de diciembre de 2019
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com

Referencias
Álvarez Montalván, E. (2013). Dos ángeles guardianes. En casa de mis abuelos maternos (1921-1928). En: Médico de vocación y aficionado en política. La Prensa. Managua, Nicaragua. p. 24-30
Cruz Porras, A. J. (2010). León. Un mes convulsivo: mayo de 1947. En: Crónica de un disidente. Lea. Managua, Nicaragua; p.186-195

LA QUEBRADA DE LOS DECAPITADOS


La quebrada de los decapitados

Lenin Fisher

Durante la guerra anti-intervencionista que el general Augusto Sandino, al mando del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN), libró contra las tropas de Estados Unidos, un pequeño grupo de guerrilleros sandinistas, en el año de 1930, rondaban la periferia de la ciudad de Matagalpa.

El grupo llegó a la casa de Francisco Amador Pineda, a quien le pidieron comida, armas y dinero. Amador Pineda les dio de comer y les entregó un revólver Colt y un rifle Remington; pero no pudo entregarles diez mil pesos que pedían porque no los tenía. Los guerrilleros le dijeron que lo llevarían con él para integrarlo a la revolución.

Los sandinistas se fueron y dijeron que volverían. Uno de ellos había sido trabajador de Amador Pineda y fue reconocido por éste, quien le señaló que lo había sorprendido y que anteriormente lo había espiado. Eran días en que si pasaban los guerrilleros sandinistas o la Guardia Nacional (GN) se llevaban lo que pedían.

El grupo de rebeldes patriotas llegó a la hacienda la Grecia, el 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo, un día festivo, donde celebraron con licor y se fueron a dormir a una quebradita que estaba dentro de los linderos de la propiedad de Amador Pineda, pero a dos kilómetros de la casa de éste.

La violación de las normas básicas de seguridad permitió que la GN los sorprendiera borrachos y los matara a todos, excepto a uno, el cual fue hecho prisionero. Posteriormente, los soldados de la GN decapitaron a cada uno de los guerrilleros sandinistas y las cabezas de éstos fueron metidas en un costal. Cuando la GN pasó por la casa de Amador Pineda le pidieron un caballo para cargar el saco manchado de sangre.

Posteriormente, la GN exhibió las cabezas de los guerrilleros sandinistas en la plaza pública de Matagalpa, donde las clavaron en estacas, como escarmiento para la población.

Desde aquel suceso y por mucho tiempo, Cafetal de los descabezados fue el nombre que la gente le dio a aquel cafetal donde los guerrilleros sandinistas fueron asesinados y decapitados.

Este es un recuerdo de la infancia del doctor César Amador Kühl, que relató en su libro Memorias de mi vida.

Managua, Nicaragua, 8 de diciembre de 2019
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com

Referencia
Amador Kühl, C. (2012). Días de soledad. En: Memorias de mi vida. Managua, Nicaragua. PAVSA.

jueves, 5 de diciembre de 2019

CRITICA AL LIBRO DE LEON AL BUNKER


Crítica al libro De León al búnker

Lenin Fisher

El libro De León al búnker, publicado por Editarte, en 2003, y cuyo autor es el periodista Guillermo Cortés Domínguez, es un interesante libro que tiene un mérito incuestionable: ser el primer libro publicado que reivindica el hecho histórico de que fue el Frente Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP), el frente guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en entrar a Managua, en las primeras horas de la mañana del 19 de julio de 1979, el día en que oficialmente triunfó la Revolución Popular Sandinista, hasta llegar a tomarse el búnker del dictador Anastasio Somoza Debayle y todo el complejo militar de la Loma de Tiscapa.

A lo largo de seis capítulos y 391 páginas, precedido por el prólogo de Julio Valle Castillo, describe la insurrección popular en la ciudad de León, en 1979, y brinda detalles de la toma de las posiciones de la Guardia Nacional (cárcel la 21, comando departamental, Cartonera, fortín de Acosasco), hasta convertir a León en la primera ciudad liberada; así como del avance de los guerrilleros que salieron desde la ciudad León hacia Managua, mencionando las acciones del empalme de Izapa, La Paz Centro y Nagarote.

Cita los testimonios de varios combatientes históricos, resaltando los de Oscar Cortés Marín (el Chele Marcos) y Leopoldo Rivas Alfaro (Oscar). Si bien el libro tiene información valiosa, también presenta varios errores o déficits, lo cual es inevitable porque fue escrito 23 años después de los hechos y el sesgo de memoria influye inevitablemente en los protagonistas. Algunos criticaron exageraciones, omisiones e imprecisiones. No obstante, el error más importante del autor es que lanza críticas sin sentido, que la derecha reaccionaria y neoliberal, así como los traidores del sandinismo, acostumbran hacer al FSLN y el Comandante de la Revolución Daniel Ortega Saavedra.

De León al búnker me inspiró para escribir las dos ediciones del libro La toma del búnker de Somoza y me fue muy útil como referencia bibliográfica. Estoy seguro que ahora existe mucho más información historiográfica sobre lo ocurrido el propio 19 de julio de 1979 y el trascendental papel de los combatientes urbanos, provenientes de León, que formaban las columnas del FORLP, las cuales marcharon victoriosas desde la ciudad principio del fin de la tiranía y Capital de la Revolución hasta tomar el búnker de Somoza.

Managua, Nicaragua, 5 de diciembre de 2019.
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com

viernes, 15 de noviembre de 2019

GOLPE DE ESTADO MILITAR, FASCISTA Y RACISTA EN BOLIVIA


Golpe de Estado militar, fascista
 y racista en Bolivia

                                                                                           Lenin Fisher


Los pueblos latinoamericanos no habíamos terminado de disfrutar la victoria del Frente de Todos, en Argentina, con los candidatos Fernández, cuando empezamos a gozar de la victoria del Movimiento al Socialismo, encabezado por Evo Morales Ayma, en Bolivia; y ocurrió el golpe de Estado militar, policíaco, terrorista y racista contra la Revolución Cultural Boliviana.

Evo Morales, el presidente constitucional de   Bolivia, hasta el mes de enero de 2020; y el candidato ganador en la primera vuelta con un poco más del 47% de los votos y más de 10 puntos porcentuales por arriba del segundo lugar, fue derrocado por un plan dirigido, financiado y organizado por los Estados Unidos, la oligarquía millonaria y los jerarcas de la iglesia católica y evangélica.

El pecado de Evo Morales es que un indio como él, con ideas revolucionarias, fue capaz de demostrarles a los tecnócratas graduados en universidades de Estados Unidos o Europa siempre al servicio de los intereses de los capitalistas, cómo se mejoran las condiciones económico-sociales de un país pobre.

A continuación, algunas de las proezas del gobierno del compañero Evo, a lo largo de tres periodos:

1-. Mayor crecimiento económico en el continente, entre 4.5% y 5%, con mejor distribución de la riqueza.

2-. Nacionalizó los recursos naturales, los hidrocarburos, que representan una riqueza de 74 mil millones de dólares. Hizo que el 82% de los ingresos por explotar los recursos naturales como el gas natural y minerales, sirvieran para el beneficio del pueblo boliviano.

Mientras, que los gobiernos de la derecha neoliberal permitían que las empresas extranjeras, transnacionales, se llevaran ese 82% y solamente dejaran a Bolivia el 18% de los ingresos.

3-. Más de 3 millones de personas sacadas de la pobreza, o sea, el 30% de bolivianos, porque la población es un poco menos de 11 millones de personas.
4-. La pobreza y la extrema pobreza fueron reducidas en 50%. La pobreza fue reducida de 38% a 15%.

5-. El desempleo disminuyó de 8 a 4%.

6-. Más de 200 mil casas entregadas a las familias, madres solteras o abandonadas.

7-. Construcción de muchas carreteras, escuelas, hospitales, clínicas, fábricas (incluyendo proyectos de desarrollo con el mineral litio, de gran importancia en la industria de las tecnologías de la información, computadoras y teléfonos celulares).

Golpe de Estado que se empezó a ejecutar la noche de las elecciones con la quema de instituciones, de consejos electorales, por parte de bandas paramilitares (entrenados en Argentina, en una provincia donde el gobernador es un conocido fascista, amigo del presidente Macri). El gobierno de Colombia y el de Brasil han apoyado este golpe de Estado militar, fascista y racista contra la plurinacional Bolivia.

Los paramilitares en motocicletas y armados con armas hechizas, morteros, pistolas, dinamita, etc., para intimidar a los indígenas y campesinos, quemaron sedes sindicales, casas y negocios de gente humilde. Eran turbas en motocicletas que en número de 300, 400 o 500 motos se lanzaban contra mujeres indígenas indefensas, que pacíficamente se manifestaban en las calles, golpeándolas.

Golpearon a mujeres, insultaron a los migrantes, torturaron y asesinaron a simpatizantes del Movimiento al Socialismo. Secuestraron a funcionarios públicos y sus familias; los chantajearon y amenazaron para que anunciaran su traición a Evo Morales, porque si no, mataban a sus esposas e hijos.

La alcaldesa de Vinto, la señora Patricia Arce, fue torturada y humillada públicamente. El fascismo y el racismo de la derecha golpista pro-yanqui se puso de manifiesto violentamente contra una mujer, que cumplía su deber como autoridad electa por el pueblo. Arce fue golpeada, le cortaron el pelo, la pintaron con pintura roja, la obligaron a caminar más de siete kilómetros descalza, sobre piedras y vidrios. En fin, un acto criminal que muestra la verdadera naturaleza de las fuerzas golpistas.

Un sector importante de la clase media tradicional, colonizada por la oligarquía, se dispuso en sus camionetas o jeeps a salir de cacería de indios. ¡Vamos a cazar coyas! Gritaban, según relató el vice-presidente García Linares, en el programa Cruce de Palabras, del periodista Luis Hernández, en Telesur.

El jefe del Ejército primero y después el jefe de la Policía, le exigieron al presidente constitucional y ganador de las elecciones, Evo Morales, que renunciara. Primeramente, el jefe del ejército golpista (con casi veinte golpes de Estado en su haber, por ser obra a imagen y semejanza del ejército yanqui), llegó a decirles, sin haber sido llamado para tal cosa, al presidente y al vice-presidente, que no tenía fuerzas anti-motines, que solo tenía ocho balas por fusil y que para actuar necesitaba una decreto del Ejecutivo. Sin embargo, cuando el golpe de Estado racista se consumó, tropas del ejército salieron con abundantes municiones a reprimir sin medidas y sin ningún decreto o ley. Después la dictadura golpista emitió un decreto que exoneraba a los militares de todos los daños, abusos y violaciones de derechos humanos, en contra del humilde y noble pueblo boliviano.

Una parte de la Policía se acuarteló, dejó de cumplir su rol constitucional de protección de los ciudadanos. Una parte de ella se convirtió en una fuerza de choque al lado del golpismo.

Policías con armas de fuego persiguen a campesinos para romper bloqueos con amenazas de dispararles. El Ejército ha salido a la calle a reprimir al pueblo que demanda el regreso de Evo Morales, quien para salvar su vida y sus colegas más cercanos, tuvo que asilarse en México. El Ejército y la Policía reprimen al pueblo boliviano hasta con helicópteros. Ironías de la vida…cuando Evo Morales ganó por primera vez la presidencia de su país encontró que las fuerzas armadas solo contaban con un helicóptero. Ahora las fuerzas armadas golpistas tienen 24 helicópteros que fueron comprados a países como Francia o China, para labores de rescate humanitario, sociales o institucionales.

Evo Morales, en entrevista brindada a la periodista mexicana Aristegui, de CNN, afirmó que él no sería otra vez candidato presidencial en unas nuevas elecciones y que la solución sería un diálogo entre la oposición golpista, él como presidente y los movimientos sociales, con supervisión extranjera, para convocar a nuevas elecciones y pacificar el país.

Varios días después, el vice-presidente García Lineras reiteraba la posición del presidente Morales y agregó que tampoco él sería candidato, en las nuevas elecciones.

Morales Ayma, entrevistado en el programa Conversando con Correa, del canal Russia Today (RT), estuvo de acuerdo en la propuesta que le hizo el ex–presidente ecuatoriano Rafael Correa, de convocar a una Comisión de la Verdad Internacional, la cual podía estar formada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Vaticano (representación del Papa Francisco) y el Centro Carter (de Estados Unidos). Porque existen tres informes técnicos, especializados, en los que ninguno afirma, sostiene o prueba la existencia de un fraude electoral.

No obstante, hay que hacer notar que hasta ahora el Papa Francisco no se ha pronunciado sobre el sangriento golpe de Estado militar y policíaco, fascista, clasista y racista en Bolivia. Cuando ocurrió el golpe de Estado blando contra Nicaragua, en el año 2018, el Papa Francisco por lo menos en dos ocasiones se refirió a tal hecho, en la misa dominical, en Roma.

En palabras de Correa, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, es un canalla y tiene las manos manchadas de sangre. Y no solo con el caso de Bolivia, agregaría yo, sino que también con Venezuela, Nicaragua y Honduras. También habría que agregar a Michelle Bachelet, como Relatora de Derechos Humanos de la ONU, como otra burócrata de élite con las manos ensangrentadas, incluyendo con sangre del propio pueblo chileno, que tiene varias semanas de protestar contra el neoliberalismo y de ser reprimido brutalmente en nombre de la democracia y el Estado de Derecho. Peros Piñera es un presidente, no es un dictador; él es un millonario demócrata, nunca un tirano.

Por otra parte, Morales ahora está seguro que el accidente que sufrió en un helicóptero, durante el golpe de Estado militar en desarrollo, fue realmente un atentado. El candidato presidencial de la derecha golpista, derrotado por Morales, dijo pocas horas antes del supuesto accidente, de que la gente vería como cae Evo Morales.

Salvar la vida de Evo Morales era fundamental, pues habían ofrecido pagar hasta 50 mil dólares a quien lo entregara y el alto mando del Ejército lo obligó a renunciar bajo amenaza. Fresca está en la memoria de los revolucionarios bolivianos y del pueblo mismo la barbarie cometida, el asesinato atroz, contra el presidente Gualberto Villaroel López, el 21 de julio de 1946, precisamente por los golpistas, ricos, oligarcas y racistas de siempre. Villaroel, el mismo que dijo: No soy enemigo de los ricos, pero soy más amigo de los pobres.

Fue un Golpe de Estado policíaco-militar-oligárquico, y además fascista, terrorista y racista, contra la Bolivia plurinacional, que todo ser humano decente, en cualquier casa, por cualquier calle, en cualquier selva, tiene la obligación de rechazar y condenar.

Nicaragua supo lo terrible que es un golpe de Estado blando, en el año 2018, y lo derrotó. La unidad del pueblo es fundamental para resistir y vencer.

Evo debe regresar, bajo garantías de seguridad. El Parlamento, con sus dos cámaras, es muy importante porque más de dos tercios de los diputados son del Movimiento al Socialismo, electos democráticamente. La lucha del pueblo boliviano en las calles es justa y necesaria. La solidaridad internacional es complementaria.

¡Evo no está solo…carajo! ¡Evo no está solo…carajo!

Managua, Nicaragua, 15 y 24 de noviembre de 2019
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com

domingo, 22 de septiembre de 2019

HISTORIA DE LA JUVENTUD SANDINISTA 19 DE JULIO (JS19J) EN LEON


Historia de la Juventud Sandinista

19 de Julio (JS19J) en León

Lenin Fisher

El 23 de agosto de 1979, el año en que triunfó la Revolución Popular Sandinista,  fue fundado el destacamento juvenil del FSLN, la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J), según El 19 Digital (2020).

 

La Juventud Sandinista se fundó un mes y cuatro días después del derrocamiento de la dictadura militar de la familia Somoza, sostenida todo el tiempo por los gobiernos de Estados Unidos. En realidad, muchos de los jóvenes fundadores de la JS19J combatieron a la Guardia Nacional, en distintos momentos y lugares, hasta alcanzar el triunfo revolucionario el 19 de julio de 1979.

 

De acuerdo al testimonio escrito por José Enrique Lacayo Muñoz, la Juventud Sandinista en León, empezó de la manera siguiente:

 

Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de julio de 1979, las autoridades político-militares del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) iniciaron un proceso de organización del nuevo Estado de Nicaragua, pues la Revolución había destruido totalmente a las instituciones políticas y militares del gobierno y el Estado somocista. Organizar el nuevo Estado revolucionario también involucraba a las organizaciones políticas, sociales, académicas, etc.

 

La tarea que se nos asignó, en los últimos días del mes de julio del año 1979, a un grupo de compañeros fue organizar a la juventud nicaragüense, en su organización política, la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J).

 

La casa que teníamos primero como cuartel de los guerrilleros del FSLN, sería la casa de la Juventud Sandinista, la cual era una casa de dos pisos, situada en la equina enfrente del costado norte del colegio José Madriz, en el barrio Zaragoza.

 

En la reunión inicial estábamos: Álvaro Sandoval Baltodano (el Búho), Carlos el Chele Nájar, Ronald Morán Pozo, William Cuadra y yo. Iniciamos a re-contactar a los dirigentes del Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES). Fuimos a todos los institutos de secundaria, a mediados de agosto, que es cuando se reiniciaron las clases.  

 

En esa primera reunión, la compañera María Lourdes Jirón Cucalón (la China) nos explica y define por qué la organización política de la juventud será llamada Juventud Sandinista 19 de Julio. Ese nombre inicialmente no nos gustaba, por lo que propusimos otros posibles nombres como: Juventud Sandinista Revolucionaria, Juventud Sandinista Rebelde, Unión de Jóvenes Sandinistas. No nos gustaba el nombre porque incluía la fecha de 19 de julio.  Argumentamos que la lucha de la juventud nicaragüense no había empezado el 19 de julio, sino que era una lucha de siempre.

 

Después hubo otra discusión acerca del nombre de la organización de los estudiantes de secundaria: Federación de Estudiantes de Secundaria (FES).  Proponíamos mantener el nombre de Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES), o bien, Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES). Al final quedaron como hoy identificamos a estas estructuras políticas y gremiales. El único nombre que mantuvimos firmes fue el del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), el cual representa toda una historia de lucha del movimiento estudiantil universitario.

 

En los primeros 15 días del mes de agosto de 1979 la tarea era organizar toda la secundaria, incluyendo colegios públicos, privados y religiosos. Así, nos preparamos para la gran Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA) y continuamos organizándonos entre septiembre de 1979 y febrero de 1980, para la que sería la primera gran tarea masiva de la juventud nicaragüense, con un gobierno revolucionario en el poder.

 

A finales de 1979 inició un proceso de re-ordenamiento de las estructuras del FSLN y la JS19J. María Lourdes Jirón ya no atendería a la Juventud Sandinista de León y designan para re-emplazarla a Fanor Herrera.  Luego, en los primeros días del mes de febrero de 1980 llegó a León, como secretaria política del FSLN, Marta Isabel Cranshaw e inicia una nueva etapa del trabajo político con la juventud.  A finales de febrero de 1980, soy trasladado a Boaco, para preparar la organización de la CNA. En Boaco permanezco hasta finales de agosto del mismo año, al terminar la alfabetización.

 


El primer secretario departamental de la JS19J en León fue Fanor Herrera, quien siempre me pareció un compañero serio, de pocas palabras, pero accesible; y era además, muy respetado.

 

La primera casa de la organización juvenil en la ciudad de León fue la ubicada de la iglesia Zaragoza dos cuadras al este. Dicho inmueble, de dos pisos, todavía existe y conserva el color de la época. En esa misma casa estaba ubicada la oficina de la Asociación de Niños Sandinistas Luis Alfonso Velásquez Flores (ANS-LAVF), a la cual pertenecí desde 1979. También en esa casa Daniel Prado (el Chapiollo) empezó la labor de impresión de materiales con viejos mimeógrafos.


Sin embargo, durante la Cruzada Nacional de Alfabetización, la ANS-LAVF se incorporó a las actividades de la llamada Retaguardia de la Alfabetización y por algunos meses la asociación infantil ocupó una casa en el barrio San Felipe, situada de la funeraria Bonilla 30 metros al norte, a mano derecha. Esta era una casa sencilla, de paredes de adobe, deterioradas, color amarillo suave. Esa casa está en pie, todavía.

 

Al poco tiempo, la secretaria departamental de la ANS era la compañera Martha Solís Montiel (q.e.p.d.) quien junto a Francisco Romero desempeñaron una gran labor organizativa con los niños. Hasta donde sé, Romero murió en combate, enfrentando a la contrarrevolución armada, cuando era miembro permanente del Ejército Popular Sandinista. Otros secretarios de la ANS fueron Benita Cabrera, Catalina Munguía Hernández y Francisco Silva Ricco. Otro joven que contribuyó mucho a la organización de la ANS fue Francisco Romero, quien era muy laborioso, de buen humor y disciplinado. Asimismo, una de las principales organizadoras de la ANS fue Karla Álvarez, que posteriormente se graduó de médico.


La segunda casa donde se ubicó la JS19J fue la ubicada de la iglesia San José una cuadra al este y media cuadra al sur, que también era de dos pisos, pero mucho más grande que la primera y que todavía existe. Esta fue la tercera casa donde se ubicó la ANS-LAVF, ocupando dos de los cuartos como oficinas.

 

Institutos bastiones del brazo juvenil del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en la ciudad de León, fueron: el Técnico La Salle y el Instituto Nacional de Occidente Benito Mauricio Lacayo. Y por supuesto, la Facultad Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), más conocida como la Prepa, un programa especial de secundaria acelerada, en tres años, para beneficiar a hijos de obreros y campesinos. A dicha facultad pertenecí. Solamente la Facultad Preparatoria de León tuvo más de 30 héroes y mártires que cayeron en la defensa de la Revolución Sandinista, cumpliendo distintas misiones o tareas [Héroes y Mártires de la Facultad Preparatoria de la U.N.A.N.-León en la defensa de la Revolución Sandinista (1980-1990). https://leninfisher.blogspot.com/2011/05/heroes-y-martires-de-la-facultad.html].


El impulso del movimiento estudiantil fue muy fuerte; en secundaria a través de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES); y en la universidad, con la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) por medio del emblemático e histórico Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN). Siempre se impulsó el estudio, los círculos de estudio colectivo, la mejoría del rendimiento académico. Benito Lacayo Centeno fue el primer secretario regional de la FES.

De hecho, la UNEN fue fundada en el año de 1982, en el auditorio Ruiz-Ayesta de la UNAN, en la ciudad de León, durante el VIII Congreso Nacional de los Estudiantes Universitarios, según Manuel Enrique Pedroza Pacheco, quien fue miembro del comité organizador junto a los siguientes compañeros: Reynaldo Payán (presidente del comité y el primer presidente electo de la UNEN), Leslie Torres, Pedro "Pedrito" Gutiérrez (presidente del CUUN del Recinto Universitario Rubén Darío, RURD), Raúl Amador (presidente del CUUN del Recinto Universitario Carlos Fonseca Amador, RUCFA, y segundo presidente electo de la UNEN), Carlos Oviedo (la Plana) y Oscar Neira (presidente del CUUN en León), entre otros. 

 

Otro secretario departamental fue Pedro Hurtado, enviado desde Managua. Recuerdo que el secretario departamental de la JS19J que más tiempo duró fue Ricardo Baltodano Marcenaro (Lucas). En su equipo de dirección estuvieron Noel Varela, Harold Chavarría, Danilo Padilla, Rafael Henríquez, Aquiles Morales (q.e.p.d.), Martha Solís Montiel, Félix Correa, Benita Cabrera, Francis López, Pablo Bonilla Murillo (el Estiliano o el Coto), Lautaro Sandino y otros compañeros. Además, José Enrique Lacayo Muñoz fue presidente del CUUN y participó en la organización de los batallones médico-sanitarios de refuerzo y re-emplazo, que se integraban a las unidades militares que defendían a la Revolución Sandinista de la agresión contrarrevolucionaria.

Harold Chavarría, Noel Varela, Danilo Padilla y Félix Correa reforzaron el trabajo organizativo departamental en 1981, porque no había crecimiento en el número de afiliados y militantes de la Juventud Sandinista. Cuando el país fue regionalizado para una mejor labor administrativa del gobierno, entonces, León y Chinandega fueron el regional número dos de la JS19J.

La JS19J de León organizó y dirigió a muchos jóvenes que participaron como miembros del Ejército Popular de Alfabetización (EPA) en la Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA);  los Batallones Estudiantiles de la Producción (BEP), que cortaron algodón, café y caña de azúcar; las Milicias Populares Sandinistas (MPS), la Brigada Ezequiel (conformada por voluntarios de varios departamentos del país), los Batallones de Infantería de Reserva (BIR), como el Raúl Cabezas Lacayo, Verónica Lacayo (formado solamente por mujeres), 40-13, 40-14, 17-28, 23-32, la Compañía de Exploración y la Batería de Morteros de 120mm; así como también a los Cachorros de Sandino que cumplieron el Servicio Militar Patriótico en los Batallones de Lucha Irregular (BLI), Batallones Ligero-Cazadores (BLC), Tropas Guardafronteras (TGF), brigadas de tanques y otras unidades del Ejército Popular Sandinista (EPS). Todas estas acciones masivas fueron hechas para construir la Revolución y defenderla de la agresión contrarrevolucionaria dirigida y financiada por los gobiernos de Estados Unidos. El jefe del batallón de reserva Raúl Cabezas Lacayo fue Harold Chavarría; dicho batallón fue el primero que se formó en León.


Miguel Amaya Carmona, quien participó junto con su hermano Gerardo Amaya, en la Brigada Ezequiel (a la que pertenecían muchos militantes de la JS19J), señala lo siguiente:

 

La Brigada Ezequiel estuvo integrada por voluntarios de Rivas, Masaya, Chinandega y León, y cumplió misiones, durante algunos meses, en la frontera norte de Nicaragua, en municipios de Nueva Segovia y Madriz, reforzando a las Tropas Guardafronteras. La Brigada Ezequiel combatió a las bandas contrarrevolucionarias que desde Honduras comenzaban a atacar a Nicaragua y su Revolución Sandinista.

 

En realidad, primero se formaron los contingentes de voluntarios, en las ciudades arriba mencionadas, en el año de 1982, y después se llamó Brigada Ezequiel. El uniforme era camisa café (por eso les llamaban “chocolitas” y pantalón verde olivo). El arma que portaban era un fusil ZB vz.24, de fabricación checa (mejor conocido en Nicaragua solamente como VZ); pero al llegar a los puestos fronterizos les cambiaban los VZ por fusiles automáticos como Galil, M-16 o semi-automáticos como el Garand M-1. El periodo de movilización era de seis meses, pero se podía extender a siete u ocho meses. El contingente de León fue entrenado en Apanás y le correspondió relevar al de Chinandega, que ya tenía casi ocho meses de movilización.


Estuvimos ubicados en el puesto fronterizo de Santa Emilia, a 300 metros de Honduras. En el sector del Encino, las bandas contrarrevolucionarias, cuyo cabecilla era “el Diablo”, emboscaron a tropas de la Brigada Ezequiel, causándole siete muertos. Eran los días de la incipiente contrarrevolución y cuando se hablaba de la lucha contra bandas.

 

Después de ese duro golpe, en la Brigada Ezequiel se organizó un grupo comando de 13 combatientes, al mando de un teniente del EPS, cuya misión fue la persecución de la banda del “Diablo”, preparando emboscadas, patrullando de puesto a puesto fronterizo, con radio-comunicadores de magneto, por lo cual, si se combatía con las bandas contrarrevolucionarias, se tenía que disparar ráfagas de balas trazadoras, al aire, para avisar a las demás tropas.

 

Finalmente, el grupo, disfrazado de contra-revolucionarios, entró a territorio hondureño, por Tierras Coloradas, hasta llegar a una escuela y dirigirse a la casa del cabecilla llamado “el Diablo”, al cual no encontró, después de registrar debidamente. El grupo se retiró rápidamente porque era un operativo de entrada por salida. Alguien avisó al ejército hondureño y éste dispuso a algunas unidades para perseguir al grupo de la Brigada Ezequiel, que logró llegar, sano y salvo, a Nicaragua. Esa noche el enemigo quería atacar el puesto fronterizo, según información brindada por un colaborador, debido a lo cual, se pasó toda la noche esperándolo, en defensa circular.

 

Además, también participamos en brigadas de aclaración política, en los municipios del norte del departamento de Chinandega, cuando el secretario político del FSLN era Antonio Baldizón.

 

El nombre de la brigada era un homenaje a Álvaro Diroy Méndez (Ezequiel), jefe de la ofensiva final, en la ciudad de Rivas, entre junio y julio de 1979, fallecido en un accidente de tránsito, después del triunfo de la Revolución. Cuando la brigada se desmovilizó, desde León salió una delegación de niños de la ANS, que fue a recibir a la Brigada Ezequiel, en la zona fronteriza (delegación en la cual participé). El viaje de regreso finalizó con un gran recibimiento en la Plaza Juan José Quezada, de la ciudad de León. Esa brigada fue el antecedente de los batallones de infantería reserva, conformados por voluntarios.


Cuando la JS19J cumplió su primer aniversario estaba terminando su primera gigantesca misión: la Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA), el 23 de agosto de 1980, con un acto multitudinario en la Plaza 19 de Julio, en la capital Managua. Miles de jóvenes victoriosos, nuevos jóvenes nicaragüenses, los nuevos hombres del país, gritaron no solamente ¡Dirección Nacional, ordene!, sino que también gritaron decididos y demandantes la pregunta ¿cuál es la próxima tarea?


Varios cuadros juveniles de León fueron enviados a realizar trabajo político en las zonas de guerra, entre ellos Álvaro Sandoval Baltodano (el Búho), que cayó combatiendo en una emboscada de la contrarrevolución en el Cuá, Jinotega, el 2 de noviembre de 1984, cuando era el secretario político del FSLN en dicho municipio.

Marcio Morazán fue otro de esos jóvenes que cayó en una emboscada contrarrevolucionaria, cuando cumplía trabajo político en las zonas de guerra del norte del país. Marcio Morazán (cuyo seudónimo era el Compita), había sido un organizador de jóvenes y comunidades, en los Comités de Acción Popular (CAP), durante la lucha para derrocar a la dictadura somocista. Además, fue jefe de escuadra de la tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP). Ahmed Rugama, con su carácter tranquilo y jovial, murió en un accidente de tránsito, en los escenarios de la guerra, realizando trabajo político-partidario.


Recuerdo al equipo de propaganda gráfica conformada por Daniel Prado (el Chapiollo), Bygarni Homero Castro Zeledón (q.e.p.d., 30-10-1958/29-8-2015), Miguel Humberto Rivas, Julio Arguetta Jáen y Jorge Capelán D´Lungo (el Uruguayo). Jóvenes muy hábiles y creativos que hacían grandes mantas, letreros o rótulos con mensajes revolucionarios.


Otros jóvenes, cuadros sandinistas, destacados, fueron: Benito Lacayo Centeno, Deglis Chavarría, Rodolfo Mairena, Marvin Padilla, Neón Rodríguez, Evert Delgadillo, Julio Granados, Tránsito Téllez, Marvin Rodríguez, Yader Silva, Xavier Lara Toruño, Carlos Fonseca Terán, Manuel Téllez, Félix Sánchez, Ivette Aráuz, Luis Antonio Fisher Chavarría, Federico Palacios (la Hormiga), José Benito Zelaya (el Diablo) y Noel Villares (Pipón).

Rodolfo Mairena, quien fue presidente de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Químicas y Farmacia, entre 1977 y 1983, recuerda que varios graduados universitarios, que laboraban en la UNAN y formaban parte de la Asociación de Egresados (coordinada por Mairena), fueron enviados a Cuba, para recibir mayor formación política, entre el 12 de abril y el 20 de diciembre de 1981. Al regresar, una parte de ellos fue distribuida en la universidad para reforzar el trabajo organizativo. En la Escuela de Cuadros Julio Antonio Mella fueron capacitados 60 miembros de la JS19J, casi todos estudiantes universitarios, de los cuales por León estuvieron: Guillermo Martínez y Estelvina June (por Medicina), María Eugenia Marín (por Odontología) y Rodolfo Mairena Baca (por Farmacia).

Una de las grandes jornadas de trabajo voluntario para recolectar la cosecha de café en el norte del país, sucedió entre diciembre de 1982 y febrero de 1983. En esa ocasión, un gran contingente de jóvenes leoneses viajó en una caravana de camiones, que salió desde el Parque Central a la hacienda el Tabaco (al pie del macizo de Peñas Blancas, el tercer pico más alto de Nicaragua), en el municipio del Cuá, departamento de Jinotega. El contingente de más de mil cortadores de café era dirigido por Evert Delgadillo, actual secretario político del FSLN, en el departamento de León, quien todas las mañanas, en medio de la neblina y el frío, lanzaba una arenga de orientación política.


También se impulsaron las actividades del Movimiento Cultural Leonel Rugama y del Movimiento Deportivo Bosco Monge. Se inauguró el Centro Recreativo Comandante Marco Somarriba, en el antiguo Club Social. Asimismo, se fundó el Centro Recreativo Xochilt Acatl, en Poneloya.

A continuación el testimonio de Jorge Capelán (el Uruguayo), el cual es muy interesante, lo transcribí, en septiembre de 2022, de una entrevista realizada a él, en 2021, y se puede escuchar en los siguientes enlaces:

https://podcasts.apple.com/us/podcast/episodio-1-2021-entrevista-a-jorge-capel%C3%A1n/id1496626588?i=1000504387207

Episodio 1-2021: Entrevista a Jorge Capelán. https://www.youtube.com/watch?v=ohXYEqmdnkA


Originario de Uruguay se exilió en Venezuela, junto a su madre. Viviendo en Venezuela, en 1979, participó en comités de solidaridad con Nicaragua y donó sangre para el pueblo nicaragüense. Anteriormente, habían sabido por las noticias acerca del asalto a la casa de Chema Castillo, en 1974; el asalto del Palacio Nacional, en 1978; y de la insurrección de septiembre de 1978. Todos estos hechos aparecieron como de sorpresa. Debido a eso, su profesor de pintura le decía: Estos sandinistas sí son buenos, son buenos.

 

Los venezolanos de distintas ideologías apoyaban a Nicaragua, porque estaban en contra de la dictadura. Ellos habían botado a Pérez Jiménez. La gran mayoría de los venezolanos odiaban a Somoza. En ese contexto, su mamá le preguntó: ¿Qué decís vos, nos vamos? Sí le respondió él. Vinimos a Nicaragua en los primeros días de octubre de 1979. Pasamos por la frontera sur, Peñas Blancas. Fue muy interesante porque nosotros veníamos con unas mochilas cargadas de lo que nosotros pensábamos que podía hacer falta. Y yo me traje todos mis libros de Marx y Engels. El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Crítica al programa de Gotha, El Estado y la Revolución (eso había que tenerlo, ¿verdad?).

 

Me acuerdo que cuando llegamos a la frontera sur, había unos muchachos revisando las maletas. Y cuando abren mi mochila y ven todos mis libros, me dice el muchacho: Pase, pase compañero. No teníamos ni dónde quedarnos. Una señora en el bus nos dijo que si nos queríamos quedar con ella, en Monseñor Lezcano. ¿Qué será Monseñor Lezcano?, me pregunté. Bueno, nos quedamos en una casa bastante humilde. Al día siguiente, la señora nos ofreció gallopinto. Traíamos unas cartas de recomendación para presentarlas a Ernesto Cardenal, lo cual no sirvió para nada.

 

Un hermano o sobrino de la señora me propuso ir a León, para conocer. Entonces, en la primera noche, me llevan a la casa de la Juventud Sandinista, que quedaba enfrente del colegio José Madriz, en el barrio Zaragoza. Mi madre se quedó en Managua. Ella estaba dispuesta a trabajar en lo que hiciera falta, no necesariamente como una maestra. Creo que ni siquiera quería trabajar como maestra.

 

Mi hermano, que se llama Carlos, vino a Nicaragua en 1980, estuvo durante un mes o mes y medio, y brindó un par de talleres de capacitación.

 

Esa noche, en la casa de la JS19J, veo a un grupo de muchachos armados con Galil, Fal, escopetas. En el segundo veo a un muchacho que estaba pintando un cuadro del Che Guevara. El pintor estaba luchando con un ceño muy fruncido. Entonces, me puse ayudarle. Como yo había estudiado pintura y todavía continúo estudiando. Ese muchacho era Chicho, un compañero que estuvo en el Ministerio del Interior, como dibujante. Ese retrato lo rifaron en una fiesta que hicieron en el Club Social (el club de la alta sociedad leonesa, un centro de fiestas para Somoza, antes del triunfo de la Revolución). Durante la Revolución se convirtió en un centro de recreación para la gente y ahora es propiedad de la Alcaldía Municipal. Se hizo una fiesta, se hicieron varias fiestas, para recaudar fondos para comprar el material que usábamos en propaganda.

 

La casa de la JS19J había sido de un somocista, después se la regresaron y actualmente está en ruinas. Tanto pelearon para recuperarla para al final no hacer nada con la casa.

 

De esa casa tengo un recuerdo especial de Marcio Morazán, que fue el primer dirigente de la Asociación de Niños Sandinistas (ANS). Marcio reunía a 60, 70, 80 chavalos de 5, 6, 7 hasta los 11 años y les tiraba unos chagüites.

 

Harold Chavarría fue dirigente departamental. Me acuerdo cuando fuimos con Harold al batallón Raúl Cabezas Lacayo. Ahí nos vulgarearon a todos, es decir, se burlaron de todos nosotros, porque nosotros llevábamos un montón de mantas, afiches y banderas. Y nos preguntaron que por qué vienen con tantas mantas, afiches y banderas, si aquí son militares, ¡jodidos!

 

Teníamos un jefe de batallón que nos decía: Yo soy alto y también fuerte. Así que no se metan conmigo. Eso fue como en el año 1982, fue el primer batallón que se formó en León. Éramos unos 450 integrantes. El número variaba un poco. Creo que el batallón de Sutiaba era mayor, con unos 600 y pico. Pero el batallón era normalmente de 450 o algo así, aunque puede ser que en algún momento haya tenido más miembros. Yo era político y después jefe de una batería de morteros; pero morteros no había, por lo que practicábamos con troncos. Sí había ametralladora calibre 50 y fusiles AK. La primera vez que salimos llevamos como armas los fusiles VZ, que eran inservibles, porque prácticamente se desarmaban. Eso fue la primera vez que salimos, o sea, la primer camada de los batallones. Después nos cambiaron a fusiles AK, que en aquella época era el mejor fusil de infantería y creo que todavía sigue siéndolo, independientemente de todo el desarrollo que ha surgido en la cuestión armamentística.

 

El modelo de los batallones había que cambiarlos. Lo que se hizo fue crear unidades con más tiempo de función, con preparación. Los batallones de reserva, por otro lado no era tan bueno. Había grupo de gente que eran desempleados, y que el empleo era estar en los batallones, por ejemplo, los borrachitos del pueblo. Pero estos eran una minoría. Después tenías trabajadores, estudiantes, profesionales. El problema es que eso no te permitía un combate sostenido contra el enemigo.

 

Tuvimos problemas para conceptualizar el concepto de guerra de baja intensidad. El objetivo era oradar y destruir la capacidad de resistencia de una parte del pueblo. Cuando llegas al punto de que te están pagando con tres ceros más. Habían sacado de control a la economía, por muchas razones; pero fundamentalmente por la guerra. El Estado tuvo que compactar. Hubo que mandar gente al desempleo. En las elecciones de 1990 una parte de la gente dijo que ya no aguantamos más.

 

La voladura del puente de río Negro, que está cerca de Somotillo, con una longitud de 30 o 40 metros. Pasamos por un punto de reconcentración, después de Chinandega, recuerdo que era un lugar muy árido. Nos dieron ropa, comimos y seguimos adelante. En la noche pasamos el puente del río Negro, como a las ocho de la noche, en una caravana de unos 20 camiones Ifa, jeeps Was, hasta camiones de la Pepsi, porque las movilizaciones requerían mucho esfuerzo logístico. Pusimos nuestras hamacas y a dormir. Yo recuerdo que estaba durmiendo muy bien, como a las doce de la noche, oigo la explosión y me despierto. No recuerdo bien si había un resplandor rojo. Los contras entraron y se volaron el puente, lo dinamitaron.  Nosotros habíamos pasado por el puente tiempo antes. Hasta a un burro o un caballo mató la explosión, que después apareció como a 300 metros de distancia. Después de eso estuvimos haciendo maniobras militares y haciendo trincheras y pozos tiradores.

 

En la zona norte de Chinandega estuvimos como dos semanas, en el batallón 40-14, porque el batallón de la Juventud Sandinista, Raúl Cabezas, ya se había disuelto.

 

La movilización del 40-14 en Zelaya Norte sucedió en un momento muy complicado. Yo era jefe de la batería de artillería, que por el hecho de no tener morteros, era de infantería. Ya había pasado la operación Navidad Roja, en enero de 1982. Nosotros llegamos en noviembre de 1982. Esa movilización coincidió con las maniobras de las tropas yankees y hondureñas llamadas Ahuas-Tara (Halcón Vista). Fue una movilización difícil. Primero, hubo un choque cultural, porque es totalmente distinto al Pacífico, incluso en términos geográficos, es muy distinto. Una vez que pasas Waslala y las Minas entras a una zona ondulante, con lomas, enormes pinares, vegetación muy tupida y una zona que fue despoblada de gente. La mayoría de la gente que vivía en las orillas del río Coco, en Leimus, Waspán, Ahuas Tara, fue evacuada hacia el interior del país, a un lugar que le llamaron Tasba-Pri (Tierra Libre). Solo había gente en el río Wawa. Ese fue un proceso difícil, porque la gente había tenido contacto con la gente del Pacífico.

 

Ya habían trabajos ingenieros realizados, decenas de kilómetros de trincheras. Nos pusieron a los 400 hombres del batallón 40-14 a esperar en las trincheras. Estábamos ahí, para esperar cualquier acción, vigilar y demostrar la presencia armada. Si hubieran querido invadir con sus helicópteros y todo su armamento, nos hubieran matado a muchos de nosotros y hubieran muerto varios de ellos. Éramos 400 almas con un fusil AK cada uno. Básicamente, estábamos ahí “imprenteando” (presumiendo). Obviamente, los planificadores se cuidan (si ellos hubieran visto que éramos unos pocos, nos atacan).

 

La compañía de Carlos Fonseca Terán estuvo cara a cara con la guardia hondureña, vigilando día y noche, comiendo mal, porque estaban a 10 kilómetros de nosotros. Se nos terminó la comida. Comenzamos a comer cerdos salvajes, o sea, los cerdos que no habían sido evacuados y se habían vuelto salvajes. Vivimos de eso. Una vez se volcó un camión con alimentos, en un puente de madera, y tuvimos que comer los alimentos con arena, arroz con arena, pan con arena, todo con arena. Una dieta mineralizada totalmente. Algunas compañías realizaron persecución a pequeños grupos de contrarrevolucionarios; pero a los demás nos mandaron a cuidar puentes. En lo militar, estar así, esperando, es lo más duro que hay. En esa movilización participaron Álvaro Sandoval Baltodano (el Búho), José Benito Zelaya (el Diablo), y los hermanos Luis y Malcolm Fisher Chavarría.

 

Nosotros no teníamos ni idea de cómo la CIA manipulaba a los movimientos indígenas. Al hablar de la contrarrevolución no podemos dejar de hablar de los restos de la Guardia Nacional, que había salido en desbandada y fue reagrupada, ni de los militares argentinos y seguramente israelíes.

 

En León, me pusieron en propaganda de la JS19J. En octubre- noviembre de 1979, León era una ciudad oscura, “pasconeada” por la guerra. Desgraciadamente, se han pasado borrando las huellas de la guerra. Una escena que no se me va a olvidar jamás es la fila de madres de combatientes sandinistas con su fotito de carnet y que en muchos casos era la única fotografía que tenían del hijo, para que vos le hicieras un retrato. Es que llegaban todos los días a la casa de la Juventud Sandinista. Todos los días eran 5 o 6 madres de héroes y mártires esperando ahí. Así que, hice muchos retratos, no te puedo decir cuántos, pero fueron muchos. Éramos unos cinco o seis compañeros, entre ellos Chicho (Narciso). Porque para hacer mantas, todo mundo se metía; pero para dibujar retratos éramos menos. Y esa fue una experiencia, una cosa muy fuerte.

 

Además, cada 2x3 había un acto político conmemorativo, entonces había que hacer un retrato para una manta. Se dibujaba en papel craft y se calaba la parte que uno quería que estuviera color negro y después con chupón de esponja se pintaba. Nos mudamos al nuevo local de la JS19J. En todo ese tiempo el responsable de propaganda era Lucas, Ricardo Baltodano, que ahora traicionó, eso hay que decirlo.

 

Yo estaba dispuesto a ir a alfabetizar. En el año 1980 llega Fanor Herrera, que era muy místico, me dijo que no podían mandarme a alfabetizar porque me necesitaban con el talento de la propaganda gráfica. Eso fue muy frustrante para mí. Sin embargo, estuve como responsable de una comisión departamental de propaganda, integrada por Ramón (de Anden) y una pareja de guatemaltecos. Ricardo Baltodano fue responsable zonal de El Sauce.

 

Una de las experiencias más interesantes que tuve fue en Quezalguaque, en la ofensiva final de la Cruzada Nacional de Alfabetización. Nos reunimos y preguntamos qué materiales tenemos, porque mantas no tenemos. Nos dijeron que tenemos como 400 cajas de tiza que no hemos usado. Entonces, dijimos que todo mundo debía escribir en las piedras mensajes y consignas de la alfabetización, por ejemplo: Se acerca la ofensiva final. Hicimos un periódico mural.

 

Otra experiencia fue ser corresponsal del periódico llamado El Brigadista, el primer periódico que saco la Juventud Sandinista, aunque no creo que yo firmaba con mi nombre. Yo escribía muchos pronunciamientos, comunicados, chagüites. Además, distribuíamos la revista.

 

Me enviaron junto con Neón Rodríguez a trabajar en el zonal de Telica, Quezalguaque, Malpaisillo y Mina El Limón. A Neón le tocaba El Jicaral y Santa Rosa del Peñón. Viajábamos en bus y muchas veces teníamos que montarnos en la tolda del bus. Me gustaría ir a Malpaisillo, dejé amistades ahí, varios compañeros, toda la familia Rojas, María Rojas, con ellos empezamos la JS19J, en Malpaisillo. Allá tengo grandes amigos. Esa fue una experiencia muy importante para mí.

 

Uno creaba una asamblea de base, con una directiva. Tampoco se quería una estructura muy burocrática. Encima de eso estaba la coordinación era municipal. El trabajo era a nivel de los colegios, no eran con los jóvenes trabajadores. Hacíamos mucha educación política. Yo trataba siempre de hacerlo. Hablando con esos compañeros, hoy en día, uno nota que esa gente tiene una formación política.

 

La Juventud Sandinista, en León y en los municipios, era un poder; teníamos poder. Nosotros le decíamos a un director de instituto que parara las clases porque teníamos que dar una charla, y entonces, las clases se detenían.

 

Después, en 1982, me enviaron a trabajar en el zonal de la JS. Harold estaba en el departamental. Responsable de organización era Danilo Padilla. Ahí trabajé con Martha Solís Montiel, de quien tengo gratos recuerdos, que murió de insuficiencia renal. Ella fue a Libia, en una delegación encabezada por el comandante Daniel Ortega. Ella, si viviera por lo menos sería ministra, porque tenía una gran capacidad de trabajo y una madurez que el resto no teníamos. Empezó a trabajar con la ANS.

 

Recuerdo a Daniel Prado (el Chapiollo), Danilo Padilla, Lautaro Sandino, Pablo el Coto Bonilla, el Chino Larios. Mucha gente recuerdo, incluyendo a algunos que están en la otra acera, del lado de la derecha.

 

Cuando se dio una coyuntura muy especial, creo que tenía hacerse una movilización muy grande, creo que del batallón de infantería de reserva 40-14, yo pasé tres días enteros dando charlas en los colegios, aula por aula, sobre la coyuntura internacional y centroamericana. Al final, yo ya me sabía de memoria la charla. Incluso, los institutos Juan de Dios Muñoz, el Académico Mercantil, Nuevas Orientaciones (de Francisco Plata) y creo que hasta en el San Ramón me llegué a meter, donde solo teníamos ocho miembros, que eran pequeños, chiquitos. A ellos los “vergueaban” todos los días. Si el San Ramón era un centro de estudios controlado por la derecha. Los derechistas todos los días les pegaban a esos chavalos, porque ellos estaban en la Juventud Sandinista.

 

Hubo un momento en que la derecha, que se oponía a la Revolución, trató de organizarse. Fue cuando sacaron aquella consigna de Nandaime va. Y nosotros decíamos que Nandaime va a la mierda. En esa época ellos lanzaron un movimiento juvenil muy agresivo. Porque nosotros todo el tiempo pensábamos que vendrían los yankees a invadirnos. Y tal vez haciendo una lectura muy simplista de la experiencia cubana, con Playa Girón, que en realidad fue mucho más compleja, porque primero vino la guerra de las bandas criminales, la lucha contra bandas y después otros tipos de guerra. Pensábamos que nos vendrían a invadir. Y no nos dábamos cuenta que lo que ellos querían era calentar la calle y desestabilizar. Pero lo cierto es que, te digo, eran muy mediocres; la derecha era muy mediocre.

 

La propaganda de ellos en la juventud urbana fue dirigida a los colegios de clase media, donde a las compañeras de la Juventud Sandinista las agredían y les pegaban. El objetivo era aterrorizarlas. La derecha estaba muy aislada socialmente. Ellos no podían motivar a jóvenes trabajadores o de las clases populares para que apoyaran sus actividades, por lo menos no en León. En Managua tengo entendido que fue más violenta la cosa. En León había un dirigente derechista apodado Pancho Mono, que tenía cierto renombre. Un día trataron de tomarse el colegio La Salle; pero La Salle estaba a dos cuadras de la casa de la Juventud Sandinista (la primera casa de la JS, en Zaragoza) y nosotros a los 10 minutos estábamos ahí. Inmediatamente vinieron los estudiantes del Técnico La Salle, del Nacional de Occidente y de todos los otros institutos. Entonces, ellos tuvieron que salir con los pies en polvorosa.

 

Pero así como te cuento eso, un par de años más tarde, como en 1983, creo que fue el Ministerio de Educación que trató de impulsar una campaña de sensibilización sobre la guerra contrarrevolucionaria, exponiendo un montón de armas capturadas a la Contra, que fueron presentadas en el gimnasio de La Salle. Nosotros les dijimos que no llevaran las armas a ese instituto que estaba influenciado por la derecha. Ahí llegó el padre Fernando Cardenal, a quien los derechistas lo querían linchar. Se quiso hacer una acción de propaganda que más bien envalentonó a los derechistas. La Salle era un colegio de clase media alta. La derecha estaba muy aislada. Si ibas a los demás colegios, al INO, al Juan de Dios Muñoz, incluso privados, la derecha no tenía ninguna presencia. Pero sí, por ejemplo, el Partido Comunista, al final de la guerra, trató de ocupar espacio, en el Instituto Mariano Fiallos, (donde yo estudié de noches), donde había cuadros haciendo trabajo político y nosotros buscando como pararlos. Después, el Partido Comunista se pasó a la derecha, cuando fue parte de la alianza opositora, financiada por Estados Unidos, que ganó las elecciones de febrero de 1990. Se aliaron con la derecha somocista, neoliberal.

 

Fijate que yo quería hacer otras cosas, quería tener un contacto más directo con la clase trabajadora. Ahí es donde sale la oportunidad, allá por 1983, de empezar a trabajar en la reforma agraria, lo cual fue una experiencia muy enriquecedora. Trabajé con los cursos básicos de organización cooperativa.

 

Era un curso, organizado en folletos, que contenían la metodología para hacer talleres. Se hacía a nivel nacional. Iban grupos de capacitadores a las cooperativas, durante un mes vivían en la cooperativa, hacían un proceso de auto-diagnóstico de la misma (identificando sus puntos fuertes y débiles), aprendían sobre la organización cooperativa, y después, de alguna manera, reorganizar la cooperativa de acuerdo a todo lo aprendido. Era una cuestión basada en la teoría de Paulo Freire. Esos cursos, inicialmente, fueron organizados por un compañero mexicano que se llamaba Roberto Vega. Para mí fue muy interesante porque fue una oportunidad para estudiar sobre la historia de la reforma agraria, conocer a fondo la Ley de Reforma Agraria. Todo eso se hacía a través del Midinra, porque cuando se organiza el Midinra se forma una dirección general de reforma agraria. El INRA que era un ente autónomo pasó a estar supeditado al Ministerio de Desarrollo y Reforma Agraria. Aprendí un montón, montones de cosas, sobre economía política y pedagogía.

 

Estuve en el Midinra hasta 1986. Había todo un debate en esa época. Por un lado estaba Jaime Wheelock que solamente pensaba en términos de capitalismo agrario de Estado, o sea, que solo pensaba en grandes proyectos de riego. Para él la forma más importante de desarrollo del país, como medio de acumulación social, eran los grandes proyectos y en todo caso, las grandes cooperativas. Y había otra corriente, ligada al CIERA (Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria), Midinra y UNAG (Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos), que veía más el tema campesino, lo ecológico.

 

Un estudio extraordinario que el CIERA hizo en Masaya y Carazo, departamentos que habían tenido una amplia base de apoyo a la Revolución, reveló, en 1984, una disminución de tal respaldo, con una cantidad de votos mínima. Hubo como una huelga política de sectores campesinos importantes. Incluso, hubo una marcha de miles de campesinos, desde esos dos departamentos hasta Managua, que se quejaban de problemas agrarios, campesinos, no políticos. El FSLN dijo como atacar ese problema sin hacerlo un tema de la contrarrevolución. No podíamos permitir que ese problema fuera una bandera de la Contra y se apoderara de esa contradicción.

 

Entonces el CIERA hace una investigación sobre las cooperativas. Hay que entender que al principio si vos querías tierra tenías que organizarte con cinco o más personas y te daban tierra en colectivo. Si vos llegabas con un grupo de 20 y más personas, pero querían tierra para tener parcelas individuales, te decían que no. Aquí tienen semilla, fertilizantes, técnicas, insumos; pero tierra no. Porque se creía que las cooperativas colectivas eran más productivas, mejores para el desarrollo del país, además, eran más socialistas.

 

Entonces, lo que hizo el CIERA fue analizar cómo eran esas cooperativas en la práctica. Porque no es lo mismo una cooperativa de 100 manzanas de tierra altamente productivas, en León o Chinandega, aptas para el algodón en aquella época, que una cooperativa de 400 manzanas, con tierra de mala calidad, en otro lugar del país. No es lo mismo 10 mil manzanas de tierra, en una zona ganadera, que tierras de excelente calidad para hortalizas. En unos casos, por ejemplo, en la enorme propiedad ganadera, la gente estará interesada en ser pocos miembros, para ocupar pocos mozos durante todo el año y ganar lo más posible. En la cooperativa algodonera también van a querer ser pocos miembros para emplear muchos mozos en la cosecha.

 

Después había otro problema. La lógica campesina es primero la de satisfacción de las necesidades propias, de la familia, y el excedente realizarlo en el mercado. Eso tiene en sí mismo, una serie de relaciones, por ejemplo, la tradicional “mano vuelta”, que es: hoy yo te trabajo a vos y vos mañana me trabajás a mí (reparando caminos, poniendo cercas o haciendo diferentes trabajos). Todo lo que hoy estamos haciendo con la economía solidaria, familiar, cooperativa y asociativa.

 

Solo una minoría de las cooperativas agrícolas sandinistas, eran realmente revolucionarias; solamente una minoría combinaba la producción y la defensa de la Revolución. Además, había otro problema, nosotros teníamos la cooperativa colectiva y ahí estaba el comisariato, donde los demás campesinos iban a comprar. Pero el resto de campesinos no miraban la cooperativa como integrada a la sociedad, sino como un lugar donde estaba el comisariato. Así era muy fácil para la contrarrevolución agitar en contra de la cooperativa para después atacarla, como hicieron en El Sauce, donde yo estuve en un proyecto educativo, en zona de guerra.

 

Había toda una discusión entre campesinistas y no campesinistas. Al final para hacerte el cuento largo, un cuento corto, lo que nosotros decíamos en ese entonces, es lo que se está haciendo hoy en día. Hubo que pasar por toda esa escuela dura y todo ese tránsito tan espantoso que fue la noche neoliberal.

 

En medio de todo eso, había un debate dentro de la reforma agraria. Hubo cambios, el nuevo responsable no tenía intenciones de seguirnos apoyando. Nosotros habíamos hecho un proyecto conjunto entre reforma agraria y educación de adultos, que básicamente era capacitar a muchachos de la ciudad sobre la situación campesina, mandarlos a las cooperativas a realizar una investigación militante y hacer un curriculum adaptado a la cooperativa. Estos jóvenes iban a alfabetizar y a realizar una investigación militante, como parte del proyecto. Al final, la reforma agraria, en medio del debate, se sale del proyecto y yo me quedo en El Sauce, trabajando en la parte educativa, en una zona de guerra. Cuando ya teníamos una parte del trabajo hecho me pasaron a nivel central, en el año 1989, a trabajar en el curriculum nacional de educación de adultos, cuando se dijo oficialmente que la educación popular sería como la doctrina educativa de la Revolución Popular Sandinista. En Managua tuve oportunidad de conocer a mucha gente. En 1989 me fui a Suecia, buscando como estudiar. En aquel momento, pensaba que las elecciones de 1990 las ganaría, seguramente, el FSLN.

 

Aquí a Nicaragua venía gente de todos lados, científicos sociales importantes a ayudar. François Guillén, es hoy en día, uno de los expertos sobre el tema del desarrollo agropecuario campesino. Cuando pasé a trabajar en el Ministerio de Educación Lola Cendales y Germán Mariño, colombianos, dos importantes pedagogos de la educación de adultos. El compañero Dan Horton, de Alabama, pedagogo y organizador, de gran renombre, vino con un grupo, que mayoritariamente procedía del sur de Estados Unidos. Roberto Vega sabía que yo había estudiado inglés. Un día él me vio conversando en inglés con los norteamericanos (yo había estudiado inglés en Venezuela). Roberto me dijo que si le ayudaba como intérprete porque yo no le entiendo nada a ese inglés del sur. Yo me hice amigo de varios de ellos. Era gente con mucha experiencia en educación popular y lo que llaman educación liberadora.

 

Hablo fluidamente inglés, español y sueco (trabajé de periodista en Suecia). También hablo y leo francés. Estuve en Francia varias veces; pero mi francés no es fluido. He dado charlas en inglés y también he sido intérprete en tiempo real. El idioma es una cosa muy importante porque te ayuda a pensar desde diferentes perspectivas. En el siglo XIX Marx y Engels hablan varios idiomas, por lo menos los machacaban, pero lo hablaban. Yo creo que está muy bien todo lo que se está haciendo para que los jóvenes aprendan a hablar inglés, ruso, chino mandarín y todo tipo de idiomas.

 

Después de las elecciones de 1990 y una vez que el FSLN entregó el poder a la derecha pro-yanqui, el primer secretario departamental de la JS19J en León fue Alfonso Silva. El presidente del CUUN, en esa transición de 1989-1990, fue Mauricio Álvarez y el vice-presidente, Gerardo Gallo.


Posteriormente, en medio del neoliberalismo y la absorción de los ONGs, varios compañeros abandonaron al FSLN; pero la mayoría continuó y continúa apoyándolo; o bien, cumpliendo responsabilidades o tareas específicas. Algunos, desafortunadamente no tuvieron la suficiente solidez política e ideológica y cayeron en la errónea camorra golpista de la derecha neoliberal y neosomocista; pero por suerte han sido la minoría.



Managua, Nicaragua, 22 de septiembre-octubre de 2019 / 3 de agosto de 2022
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
leninfisherblogspot.com