domingo, 22 de septiembre de 2019

HISTORIA DE LA JUVENTUD SANDINISTA 19 DE JULIO (JS19J) EN LEON


Historia de la Juventud Sandinista

19 de Julio (JS19J) en León

Lenin Fisher

El 23 de agosto de 1979, el año en que triunfó la Revolución Popular Sandinista,  fue fundado el destacamento juvenil del FSLN, la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J), según El 19 Digital (2020).

 

La Juventud Sandinista se fundó un mes y cuatro días después del derrocamiento de la dictadura militar de la familia Somoza, sostenida todo el tiempo por los gobiernos de Estados Unidos. En realidad, muchos de los jóvenes fundadores de la JS19J combatieron a la Guardia Nacional, en distintos momentos y lugares, hasta alcanzar el triunfo revolucionario el 19 de julio de 1979.

 

De acuerdo al testimonio escrito por José Enrique Lacayo Muñoz, la Juventud Sandinista en León, empezó de la manera siguiente:

 

Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de julio de 1979, las autoridades político-militares del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) iniciaron un proceso de organización del nuevo Estado de Nicaragua, pues la Revolución había destruido totalmente a las instituciones políticas y militares del gobierno y el Estado somocista. Organizar el nuevo Estado revolucionario también involucraba a las organizaciones políticas, sociales, académicas, etc.

 

La tarea que se nos asignó, en los últimos días del mes de julio del año 1979, a un grupo de compañeros fue organizar a la juventud nicaragüense, en su organización política, la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J).

 

La casa que teníamos primero como cuartel de los guerrilleros del FSLN, sería la casa de la Juventud Sandinista, la cual era una casa de dos pisos, situada en la equina enfrente del costado norte del colegio José Madriz, en el barrio Zaragoza.

 

En la reunión inicial estábamos: Álvaro Sandoval Baltodano (el Búho), Carlos el Chele Nájar, Ronald Morán Pozo, William Cuadra y yo. Iniciamos a re-contactar a los dirigentes del Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES). Fuimos a todos los institutos de secundaria, a mediados de agosto, que es cuando se reiniciaron las clases.  

 

En esa primera reunión, la compañera María Lourdes Jirón Cucalón (la China) nos explica y define por qué la organización política de la juventud será llamada Juventud Sandinista 19 de Julio. Ese nombre inicialmente no nos gustaba, por lo que propusimos otros posibles nombres como: Juventud Sandinista Revolucionaria, Juventud Sandinista Rebelde, Unión de Jóvenes Sandinistas. No nos gustaba el nombre porque incluía la fecha de 19 de julio.  Argumentamos que la lucha de la juventud nicaragüense no había empezado el 19 de julio, sino que era una lucha de siempre.

 

Después hubo otra discusión acerca del nombre de la organización de los estudiantes de secundaria: Federación de Estudiantes de Secundaria (FES).  Proponíamos mantener el nombre de Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES), o bien, Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES). Al final quedaron como hoy identificamos a estas estructuras políticas y gremiales. El único nombre que mantuvimos firmes fue el del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), el cual representa toda una historia de lucha del movimiento estudiantil universitario.

 

En los primeros 15 días del mes de agosto de 1979 la tarea era organizar toda la secundaria, incluyendo colegios públicos, privados y religiosos. Así, nos preparamos para la gran Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA) y continuamos organizándonos entre septiembre de 1979 y febrero de 1980, para la que sería la primera gran tarea masiva de la juventud nicaragüense, con un gobierno revolucionario en el poder.

 

A finales de 1979 inició un proceso de re-ordenamiento de las estructuras del FSLN y la JS19J. María Lourdes Jirón ya no atendería a la Juventud Sandinista de León y designan para re-emplazarla a Fanor Herrera.  Luego, en los primeros días del mes de febrero de 1980 llegó a León, como secretaria política del FSLN, Marta Isabel Cranshaw e inicia una nueva etapa del trabajo político con la juventud.  A finales de febrero de 1980, soy trasladado a Boaco, para preparar la organización de la CNA. En Boaco permanezco hasta finales de agosto del mismo año, al terminar la alfabetización.

 


El primer secretario departamental de la JS19J en León fue Fanor Herrera, quien siempre me pareció un compañero serio, de pocas palabras, pero accesible; y era además, muy respetado.

 

La primera casa de la organización juvenil en la ciudad de León fue la ubicada de la iglesia Zaragoza dos cuadras al este. Dicho inmueble, de dos pisos, todavía existe y conserva el color de la época. En esa misma casa estaba ubicada la oficina de la Asociación de Niños Sandinistas Luis Alfonso Velásquez Flores (ANS-LAVF), a la cual pertenecí desde 1979. También en esa casa Daniel Prado (el Chapiollo) empezó la labor de impresión de materiales con viejos mimeógrafos.


Sin embargo, durante la Cruzada Nacional de Alfabetización, la ANS-LAVF se incorporó a las actividades de la llamada Retaguardia de la Alfabetización y por algunos meses la asociación infantil ocupó una casa en el barrio San Felipe, situada de la funeraria Bonilla 30 metros al norte, a mano derecha. Esta era una casa sencilla, de paredes de adobe, deterioradas, color amarillo suave. Esa casa está en pie, todavía.

 

Al poco tiempo, la secretaria departamental de la ANS era la compañera Martha Solís Montiel (q.e.p.d.) quien junto a Francisco Romero desempeñaron una gran labor organizativa con los niños. Hasta donde sé, Romero murió en combate, enfrentando a la contrarrevolución armada, cuando era miembro permanente del Ejército Popular Sandinista. Otros secretarios de la ANS fueron Benita Cabrera, Catalina Munguía Hernández y Francisco Silva Ricco. Otro joven que contribuyó mucho a la organización de la ANS fue Francisco Romero, quien era muy laborioso, de buen humor y disciplinado. Asimismo, una de las principales organizadoras de la ANS fue Karla Álvarez, que posteriormente se graduó de médico.


La segunda casa donde se ubicó la JS19J fue la ubicada de la iglesia San José una cuadra al este y media cuadra al sur, que también era de dos pisos, pero mucho más grande que la primera y que todavía existe. Esta fue la tercera casa donde se ubicó la ANS-LAVF, ocupando dos de los cuartos como oficinas.

 

Institutos bastiones del brazo juvenil del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en la ciudad de León, fueron: el Técnico La Salle y el Instituto Nacional de Occidente Benito Mauricio Lacayo. Y por supuesto, la Facultad Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), más conocida como la Prepa, un programa especial de secundaria acelerada, en tres años, para beneficiar a hijos de obreros y campesinos. A dicha facultad pertenecí. Solamente la Facultad Preparatoria de León tuvo más de 30 héroes y mártires que cayeron en la defensa de la Revolución Sandinista, cumpliendo distintas misiones o tareas [Héroes y Mártires de la Facultad Preparatoria de la U.N.A.N.-León en la defensa de la Revolución Sandinista (1980-1990). https://leninfisher.blogspot.com/2011/05/heroes-y-martires-de-la-facultad.html].


El impulso del movimiento estudiantil fue muy fuerte; en secundaria a través de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES); y en la universidad, con la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN) por medio del emblemático e histórico Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN). Siempre se impulsó el estudio, los círculos de estudio colectivo, la mejoría del rendimiento académico. Benito Lacayo Centeno fue el primer secretario regional de la FES.

De hecho, la UNEN fue fundada en el año de 1982, en el auditorio Ruiz-Ayesta de la UNAN, en la ciudad de León, durante el VIII Congreso Nacional de los Estudiantes Universitarios, según Manuel Enrique Pedroza Pacheco, quien fue miembro del comité organizador junto a los siguientes compañeros: Reynaldo Payán (presidente del comité y el primer presidente electo de la UNEN), Leslie Torres, Pedro "Pedrito" Gutiérrez (presidente del CUUN del Recinto Universitario Rubén Darío, RURD), Raúl Amador (presidente del CUUN del Recinto Universitario Carlos Fonseca Amador, RUCFA, y segundo presidente electo de la UNEN), Carlos Oviedo (la Plana) y Oscar Neira (presidente del CUUN en León), entre otros. 

 

Otro secretario departamental fue Pedro Hurtado, enviado desde Managua. Recuerdo que el secretario departamental de la JS19J que más tiempo duró fue Ricardo Baltodano Marcenaro (Lucas). En su equipo de dirección estuvieron Noel Varela, Harold Chavarría, Danilo Padilla, Rafael Henríquez, Aquiles Morales (q.e.p.d.), Martha Solís Montiel, Félix Correa, Benita Cabrera, Francis López, Pablo Bonilla Murillo (el Estiliano o el Coto), Lautaro Sandino y otros compañeros. Además, José Enrique Lacayo Muñoz fue presidente del CUUN y participó en la organización de los batallones médico-sanitarios de refuerzo y re-emplazo, que se integraban a las unidades militares que defendían a la Revolución Sandinista de la agresión contrarrevolucionaria.

Harold Chavarría, Noel Varela, Danilo Padilla y Félix Correa reforzaron el trabajo organizativo departamental en 1981, porque no había crecimiento en el número de afiliados y militantes de la Juventud Sandinista. Cuando el país fue regionalizado para una mejor labor administrativa del gobierno, entonces, León y Chinandega fueron el regional número dos de la JS19J.

La JS19J de León organizó y dirigió a muchos jóvenes que participaron como miembros del Ejército Popular de Alfabetización (EPA) en la Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA);  los Batallones Estudiantiles de la Producción (BEP), que cortaron algodón, café y caña de azúcar; las Milicias Populares Sandinistas (MPS), la Brigada Ezequiel (conformada por voluntarios de varios departamentos del país), los Batallones de Infantería de Reserva (BIR), como el Raúl Cabezas Lacayo, Verónica Lacayo (formado solamente por mujeres), 40-13, 40-14, 17-28, 23-32, la Compañía de Exploración y la Batería de Morteros de 120mm; así como también a los Cachorros de Sandino que cumplieron el Servicio Militar Patriótico en los Batallones de Lucha Irregular (BLI), Batallones Ligero-Cazadores (BLC), Tropas Guardafronteras (TGF), brigadas de tanques y otras unidades del Ejército Popular Sandinista (EPS). Todas estas acciones masivas fueron hechas para construir la Revolución y defenderla de la agresión contrarrevolucionaria dirigida y financiada por los gobiernos de Estados Unidos. El jefe del batallón de reserva Raúl Cabezas Lacayo fue Harold Chavarría; dicho batallón fue el primero que se formó en León.


Miguel Amaya Carmona, quien participó junto con su hermano Gerardo Amaya, en la Brigada Ezequiel (a la que pertenecían muchos militantes de la JS19J), señala lo siguiente:

 

La Brigada Ezequiel estuvo integrada por voluntarios de Rivas, Masaya, Chinandega y León, y cumplió misiones, durante algunos meses, en la frontera norte de Nicaragua, en municipios de Nueva Segovia y Madriz, reforzando a las Tropas Guardafronteras. La Brigada Ezequiel combatió a las bandas contrarrevolucionarias que desde Honduras comenzaban a atacar a Nicaragua y su Revolución Sandinista.

 

En realidad, primero se formaron los contingentes de voluntarios, en las ciudades arriba mencionadas, en el año de 1982, y después se llamó Brigada Ezequiel. El uniforme era camisa café (por eso les llamaban “chocolitas” y pantalón verde olivo). El arma que portaban era un fusil ZB vz.24, de fabricación checa (mejor conocido en Nicaragua solamente como VZ); pero al llegar a los puestos fronterizos les cambiaban los VZ por fusiles automáticos como Galil, M-16 o semi-automáticos como el Garand M-1. El periodo de movilización era de seis meses, pero se podía extender a siete u ocho meses. El contingente de León fue entrenado en Apanás y le correspondió relevar al de Chinandega, que ya tenía casi ocho meses de movilización.


Estuvimos ubicados en el puesto fronterizo de Santa Emilia, a 300 metros de Honduras. En el sector del Encino, las bandas contrarrevolucionarias, cuyo cabecilla era “el Diablo”, emboscaron a tropas de la Brigada Ezequiel, causándole siete muertos. Eran los días de la incipiente contrarrevolución y cuando se hablaba de la lucha contra bandas.

 

Después de ese duro golpe, en la Brigada Ezequiel se organizó un grupo comando de 13 combatientes, al mando de un teniente del EPS, cuya misión fue la persecución de la banda del “Diablo”, preparando emboscadas, patrullando de puesto a puesto fronterizo, con radio-comunicadores de magneto, por lo cual, si se combatía con las bandas contrarrevolucionarias, se tenía que disparar ráfagas de balas trazadoras, al aire, para avisar a las demás tropas.

 

Finalmente, el grupo, disfrazado de contra-revolucionarios, entró a territorio hondureño, por Tierras Coloradas, hasta llegar a una escuela y dirigirse a la casa del cabecilla llamado “el Diablo”, al cual no encontró, después de registrar debidamente. El grupo se retiró rápidamente porque era un operativo de entrada por salida. Alguien avisó al ejército hondureño y éste dispuso a algunas unidades para perseguir al grupo de la Brigada Ezequiel, que logró llegar, sano y salvo, a Nicaragua. Esa noche el enemigo quería atacar el puesto fronterizo, según información brindada por un colaborador, debido a lo cual, se pasó toda la noche esperándolo, en defensa circular.

 

Además, también participamos en brigadas de aclaración política, en los municipios del norte del departamento de Chinandega, cuando el secretario político del FSLN era Antonio Baldizón.

 

El nombre de la brigada era un homenaje a Álvaro Diroy Méndez (Ezequiel), jefe de la ofensiva final, en la ciudad de Rivas, entre junio y julio de 1979, fallecido en un accidente de tránsito, después del triunfo de la Revolución. Cuando la brigada se desmovilizó, desde León salió una delegación de niños de la ANS, que fue a recibir a la Brigada Ezequiel, en la zona fronteriza (delegación en la cual participé). El viaje de regreso finalizó con un gran recibimiento en la Plaza Juan José Quezada, de la ciudad de León. Esa brigada fue el antecedente de los batallones de infantería reserva, conformados por voluntarios.


Cuando la JS19J cumplió su primer aniversario estaba terminando su primera gigantesca misión: la Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA), el 23 de agosto de 1980, con un acto multitudinario en la Plaza 19 de Julio, en la capital Managua. Miles de jóvenes victoriosos, nuevos jóvenes nicaragüenses, los nuevos hombres del país, gritaron no solamente ¡Dirección Nacional, ordene!, sino que también gritaron decididos y demandantes la pregunta ¿cuál es la próxima tarea?


Varios cuadros juveniles de León fueron enviados a realizar trabajo político en las zonas de guerra, entre ellos Álvaro Sandoval Baltodano (el Búho), que cayó combatiendo en una emboscada de la contrarrevolución en el Cuá, Jinotega, el 2 de noviembre de 1984, cuando era el secretario político del FSLN en dicho municipio.

Marcio Morazán fue otro de esos jóvenes que cayó en una emboscada contrarrevolucionaria, cuando cumplía trabajo político en las zonas de guerra del norte del país. Marcio Morazán (cuyo seudónimo era el Compita), había sido un organizador de jóvenes y comunidades, en los Comités de Acción Popular (CAP), durante la lucha para derrocar a la dictadura somocista. Además, fue jefe de escuadra de la tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP). Ahmed Rugama, con su carácter tranquilo y jovial, murió en un accidente de tránsito, en los escenarios de la guerra, realizando trabajo político-partidario.


Recuerdo al equipo de propaganda gráfica conformada por Daniel Prado (el Chapiollo), Bygarni Homero Castro Zeledón (q.e.p.d., 30-10-1958/29-8-2015), Miguel Humberto Rivas, Julio Arguetta Jáen y Jorge Capelán D´Lungo (el Uruguayo). Jóvenes muy hábiles y creativos que hacían grandes mantas, letreros o rótulos con mensajes revolucionarios.


Otros jóvenes, cuadros sandinistas, destacados, fueron: Benito Lacayo Centeno, Deglis Chavarría, Rodolfo Mairena, Marvin Padilla, Neón Rodríguez, Evert Delgadillo, Julio Granados, Tránsito Téllez, Marvin Rodríguez, Yader Silva, Xavier Lara Toruño, Carlos Fonseca Terán, Manuel Téllez, Félix Sánchez, Ivette Aráuz, Luis Antonio Fisher Chavarría, Federico Palacios (la Hormiga), José Benito Zelaya (el Diablo) y Noel Villares (Pipón).

Rodolfo Mairena, quien fue presidente de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Químicas y Farmacia, entre 1977 y 1983, recuerda que varios graduados universitarios, que laboraban en la UNAN y formaban parte de la Asociación de Egresados (coordinada por Mairena), fueron enviados a Cuba, para recibir mayor formación política, entre el 12 de abril y el 20 de diciembre de 1981. Al regresar, una parte de ellos fue distribuida en la universidad para reforzar el trabajo organizativo. En la Escuela de Cuadros Julio Antonio Mella fueron capacitados 60 miembros de la JS19J, casi todos estudiantes universitarios, de los cuales por León estuvieron: Guillermo Martínez y Estelvina June (por Medicina), María Eugenia Marín (por Odontología) y Rodolfo Mairena Baca (por Farmacia).

Una de las grandes jornadas de trabajo voluntario para recolectar la cosecha de café en el norte del país, sucedió entre diciembre de 1982 y febrero de 1983. En esa ocasión, un gran contingente de jóvenes leoneses viajó en una caravana de camiones, que salió desde el Parque Central a la hacienda el Tabaco (al pie del macizo de Peñas Blancas, el tercer pico más alto de Nicaragua), en el municipio del Cuá, departamento de Jinotega. El contingente de más de mil cortadores de café era dirigido por Evert Delgadillo, actual secretario político del FSLN, en el departamento de León, quien todas las mañanas, en medio de la neblina y el frío, lanzaba una arenga de orientación política.


También se impulsaron las actividades del Movimiento Cultural Leonel Rugama y del Movimiento Deportivo Bosco Monge. Se inauguró el Centro Recreativo Comandante Marco Somarriba, en el antiguo Club Social. Asimismo, se fundó el Centro Recreativo Xochilt Acatl, en Poneloya.

A continuación el testimonio de Jorge Capelán (el Uruguayo), el cual es muy interesante, lo transcribí, en septiembre de 2022, de una entrevista realizada a él, en 2021, y se puede escuchar en los siguientes enlaces:

https://podcasts.apple.com/us/podcast/episodio-1-2021-entrevista-a-jorge-capel%C3%A1n/id1496626588?i=1000504387207

Episodio 1-2021: Entrevista a Jorge Capelán. https://www.youtube.com/watch?v=ohXYEqmdnkA


Originario de Uruguay se exilió en Venezuela, junto a su madre. Viviendo en Venezuela, en 1979, participó en comités de solidaridad con Nicaragua y donó sangre para el pueblo nicaragüense. Anteriormente, habían sabido por las noticias acerca del asalto a la casa de Chema Castillo, en 1974; el asalto del Palacio Nacional, en 1978; y de la insurrección de septiembre de 1978. Todos estos hechos aparecieron como de sorpresa. Debido a eso, su profesor de pintura le decía: Estos sandinistas sí son buenos, son buenos.

 

Los venezolanos de distintas ideologías apoyaban a Nicaragua, porque estaban en contra de la dictadura. Ellos habían botado a Pérez Jiménez. La gran mayoría de los venezolanos odiaban a Somoza. En ese contexto, su mamá le preguntó: ¿Qué decís vos, nos vamos? Sí le respondió él. Vinimos a Nicaragua en los primeros días de octubre de 1979. Pasamos por la frontera sur, Peñas Blancas. Fue muy interesante porque nosotros veníamos con unas mochilas cargadas de lo que nosotros pensábamos que podía hacer falta. Y yo me traje todos mis libros de Marx y Engels. El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Crítica al programa de Gotha, El Estado y la Revolución (eso había que tenerlo, ¿verdad?).

 

Me acuerdo que cuando llegamos a la frontera sur, había unos muchachos revisando las maletas. Y cuando abren mi mochila y ven todos mis libros, me dice el muchacho: Pase, pase compañero. No teníamos ni dónde quedarnos. Una señora en el bus nos dijo que si nos queríamos quedar con ella, en Monseñor Lezcano. ¿Qué será Monseñor Lezcano?, me pregunté. Bueno, nos quedamos en una casa bastante humilde. Al día siguiente, la señora nos ofreció gallopinto. Traíamos unas cartas de recomendación para presentarlas a Ernesto Cardenal, lo cual no sirvió para nada.

 

Un hermano o sobrino de la señora me propuso ir a León, para conocer. Entonces, en la primera noche, me llevan a la casa de la Juventud Sandinista, que quedaba enfrente del colegio José Madriz, en el barrio Zaragoza. Mi madre se quedó en Managua. Ella estaba dispuesta a trabajar en lo que hiciera falta, no necesariamente como una maestra. Creo que ni siquiera quería trabajar como maestra.

 

Mi hermano, que se llama Carlos, vino a Nicaragua en 1980, estuvo durante un mes o mes y medio, y brindó un par de talleres de capacitación.

 

Esa noche, en la casa de la JS19J, veo a un grupo de muchachos armados con Galil, Fal, escopetas. En el segundo veo a un muchacho que estaba pintando un cuadro del Che Guevara. El pintor estaba luchando con un ceño muy fruncido. Entonces, me puse ayudarle. Como yo había estudiado pintura y todavía continúo estudiando. Ese muchacho era Chicho, un compañero que estuvo en el Ministerio del Interior, como dibujante. Ese retrato lo rifaron en una fiesta que hicieron en el Club Social (el club de la alta sociedad leonesa, un centro de fiestas para Somoza, antes del triunfo de la Revolución). Durante la Revolución se convirtió en un centro de recreación para la gente y ahora es propiedad de la Alcaldía Municipal. Se hizo una fiesta, se hicieron varias fiestas, para recaudar fondos para comprar el material que usábamos en propaganda.

 

La casa de la JS19J había sido de un somocista, después se la regresaron y actualmente está en ruinas. Tanto pelearon para recuperarla para al final no hacer nada con la casa.

 

De esa casa tengo un recuerdo especial de Marcio Morazán, que fue el primer dirigente de la Asociación de Niños Sandinistas (ANS). Marcio reunía a 60, 70, 80 chavalos de 5, 6, 7 hasta los 11 años y les tiraba unos chagüites.

 

Harold Chavarría fue dirigente departamental. Me acuerdo cuando fuimos con Harold al batallón Raúl Cabezas Lacayo. Ahí nos vulgarearon a todos, es decir, se burlaron de todos nosotros, porque nosotros llevábamos un montón de mantas, afiches y banderas. Y nos preguntaron que por qué vienen con tantas mantas, afiches y banderas, si aquí son militares, ¡jodidos!

 

Teníamos un jefe de batallón que nos decía: Yo soy alto y también fuerte. Así que no se metan conmigo. Eso fue como en el año 1982, fue el primer batallón que se formó en León. Éramos unos 450 integrantes. El número variaba un poco. Creo que el batallón de Sutiaba era mayor, con unos 600 y pico. Pero el batallón era normalmente de 450 o algo así, aunque puede ser que en algún momento haya tenido más miembros. Yo era político y después jefe de una batería de morteros; pero morteros no había, por lo que practicábamos con troncos. Sí había ametralladora calibre 50 y fusiles AK. La primera vez que salimos llevamos como armas los fusiles VZ, que eran inservibles, porque prácticamente se desarmaban. Eso fue la primera vez que salimos, o sea, la primer camada de los batallones. Después nos cambiaron a fusiles AK, que en aquella época era el mejor fusil de infantería y creo que todavía sigue siéndolo, independientemente de todo el desarrollo que ha surgido en la cuestión armamentística.

 

El modelo de los batallones había que cambiarlos. Lo que se hizo fue crear unidades con más tiempo de función, con preparación. Los batallones de reserva, por otro lado no era tan bueno. Había grupo de gente que eran desempleados, y que el empleo era estar en los batallones, por ejemplo, los borrachitos del pueblo. Pero estos eran una minoría. Después tenías trabajadores, estudiantes, profesionales. El problema es que eso no te permitía un combate sostenido contra el enemigo.

 

Tuvimos problemas para conceptualizar el concepto de guerra de baja intensidad. El objetivo era oradar y destruir la capacidad de resistencia de una parte del pueblo. Cuando llegas al punto de que te están pagando con tres ceros más. Habían sacado de control a la economía, por muchas razones; pero fundamentalmente por la guerra. El Estado tuvo que compactar. Hubo que mandar gente al desempleo. En las elecciones de 1990 una parte de la gente dijo que ya no aguantamos más.

 

La voladura del puente de río Negro, que está cerca de Somotillo, con una longitud de 30 o 40 metros. Pasamos por un punto de reconcentración, después de Chinandega, recuerdo que era un lugar muy árido. Nos dieron ropa, comimos y seguimos adelante. En la noche pasamos el puente del río Negro, como a las ocho de la noche, en una caravana de unos 20 camiones Ifa, jeeps Was, hasta camiones de la Pepsi, porque las movilizaciones requerían mucho esfuerzo logístico. Pusimos nuestras hamacas y a dormir. Yo recuerdo que estaba durmiendo muy bien, como a las doce de la noche, oigo la explosión y me despierto. No recuerdo bien si había un resplandor rojo. Los contras entraron y se volaron el puente, lo dinamitaron.  Nosotros habíamos pasado por el puente tiempo antes. Hasta a un burro o un caballo mató la explosión, que después apareció como a 300 metros de distancia. Después de eso estuvimos haciendo maniobras militares y haciendo trincheras y pozos tiradores.

 

En la zona norte de Chinandega estuvimos como dos semanas, en el batallón 40-14, porque el batallón de la Juventud Sandinista, Raúl Cabezas, ya se había disuelto.

 

La movilización del 40-14 en Zelaya Norte sucedió en un momento muy complicado. Yo era jefe de la batería de artillería, que por el hecho de no tener morteros, era de infantería. Ya había pasado la operación Navidad Roja, en enero de 1982. Nosotros llegamos en noviembre de 1982. Esa movilización coincidió con las maniobras de las tropas yankees y hondureñas llamadas Ahuas-Tara (Halcón Vista). Fue una movilización difícil. Primero, hubo un choque cultural, porque es totalmente distinto al Pacífico, incluso en términos geográficos, es muy distinto. Una vez que pasas Waslala y las Minas entras a una zona ondulante, con lomas, enormes pinares, vegetación muy tupida y una zona que fue despoblada de gente. La mayoría de la gente que vivía en las orillas del río Coco, en Leimus, Waspán, Ahuas Tara, fue evacuada hacia el interior del país, a un lugar que le llamaron Tasba-Pri (Tierra Libre). Solo había gente en el río Wawa. Ese fue un proceso difícil, porque la gente había tenido contacto con la gente del Pacífico.

 

Ya habían trabajos ingenieros realizados, decenas de kilómetros de trincheras. Nos pusieron a los 400 hombres del batallón 40-14 a esperar en las trincheras. Estábamos ahí, para esperar cualquier acción, vigilar y demostrar la presencia armada. Si hubieran querido invadir con sus helicópteros y todo su armamento, nos hubieran matado a muchos de nosotros y hubieran muerto varios de ellos. Éramos 400 almas con un fusil AK cada uno. Básicamente, estábamos ahí “imprenteando” (presumiendo). Obviamente, los planificadores se cuidan (si ellos hubieran visto que éramos unos pocos, nos atacan).

 

La compañía de Carlos Fonseca Terán estuvo cara a cara con la guardia hondureña, vigilando día y noche, comiendo mal, porque estaban a 10 kilómetros de nosotros. Se nos terminó la comida. Comenzamos a comer cerdos salvajes, o sea, los cerdos que no habían sido evacuados y se habían vuelto salvajes. Vivimos de eso. Una vez se volcó un camión con alimentos, en un puente de madera, y tuvimos que comer los alimentos con arena, arroz con arena, pan con arena, todo con arena. Una dieta mineralizada totalmente. Algunas compañías realizaron persecución a pequeños grupos de contrarrevolucionarios; pero a los demás nos mandaron a cuidar puentes. En lo militar, estar así, esperando, es lo más duro que hay. En esa movilización participaron Álvaro Sandoval Baltodano (el Búho), José Benito Zelaya (el Diablo), y los hermanos Luis y Malcolm Fisher Chavarría.

 

Nosotros no teníamos ni idea de cómo la CIA manipulaba a los movimientos indígenas. Al hablar de la contrarrevolución no podemos dejar de hablar de los restos de la Guardia Nacional, que había salido en desbandada y fue reagrupada, ni de los militares argentinos y seguramente israelíes.

 

En León, me pusieron en propaganda de la JS19J. En octubre- noviembre de 1979, León era una ciudad oscura, “pasconeada” por la guerra. Desgraciadamente, se han pasado borrando las huellas de la guerra. Una escena que no se me va a olvidar jamás es la fila de madres de combatientes sandinistas con su fotito de carnet y que en muchos casos era la única fotografía que tenían del hijo, para que vos le hicieras un retrato. Es que llegaban todos los días a la casa de la Juventud Sandinista. Todos los días eran 5 o 6 madres de héroes y mártires esperando ahí. Así que, hice muchos retratos, no te puedo decir cuántos, pero fueron muchos. Éramos unos cinco o seis compañeros, entre ellos Chicho (Narciso). Porque para hacer mantas, todo mundo se metía; pero para dibujar retratos éramos menos. Y esa fue una experiencia, una cosa muy fuerte.

 

Además, cada 2x3 había un acto político conmemorativo, entonces había que hacer un retrato para una manta. Se dibujaba en papel craft y se calaba la parte que uno quería que estuviera color negro y después con chupón de esponja se pintaba. Nos mudamos al nuevo local de la JS19J. En todo ese tiempo el responsable de propaganda era Lucas, Ricardo Baltodano, que ahora traicionó, eso hay que decirlo.

 

Yo estaba dispuesto a ir a alfabetizar. En el año 1980 llega Fanor Herrera, que era muy místico, me dijo que no podían mandarme a alfabetizar porque me necesitaban con el talento de la propaganda gráfica. Eso fue muy frustrante para mí. Sin embargo, estuve como responsable de una comisión departamental de propaganda, integrada por Ramón (de Anden) y una pareja de guatemaltecos. Ricardo Baltodano fue responsable zonal de El Sauce.

 

Una de las experiencias más interesantes que tuve fue en Quezalguaque, en la ofensiva final de la Cruzada Nacional de Alfabetización. Nos reunimos y preguntamos qué materiales tenemos, porque mantas no tenemos. Nos dijeron que tenemos como 400 cajas de tiza que no hemos usado. Entonces, dijimos que todo mundo debía escribir en las piedras mensajes y consignas de la alfabetización, por ejemplo: Se acerca la ofensiva final. Hicimos un periódico mural.

 

Otra experiencia fue ser corresponsal del periódico llamado El Brigadista, el primer periódico que saco la Juventud Sandinista, aunque no creo que yo firmaba con mi nombre. Yo escribía muchos pronunciamientos, comunicados, chagüites. Además, distribuíamos la revista.

 

Me enviaron junto con Neón Rodríguez a trabajar en el zonal de Telica, Quezalguaque, Malpaisillo y Mina El Limón. A Neón le tocaba El Jicaral y Santa Rosa del Peñón. Viajábamos en bus y muchas veces teníamos que montarnos en la tolda del bus. Me gustaría ir a Malpaisillo, dejé amistades ahí, varios compañeros, toda la familia Rojas, María Rojas, con ellos empezamos la JS19J, en Malpaisillo. Allá tengo grandes amigos. Esa fue una experiencia muy importante para mí.

 

Uno creaba una asamblea de base, con una directiva. Tampoco se quería una estructura muy burocrática. Encima de eso estaba la coordinación era municipal. El trabajo era a nivel de los colegios, no eran con los jóvenes trabajadores. Hacíamos mucha educación política. Yo trataba siempre de hacerlo. Hablando con esos compañeros, hoy en día, uno nota que esa gente tiene una formación política.

 

La Juventud Sandinista, en León y en los municipios, era un poder; teníamos poder. Nosotros le decíamos a un director de instituto que parara las clases porque teníamos que dar una charla, y entonces, las clases se detenían.

 

Después, en 1982, me enviaron a trabajar en el zonal de la JS. Harold estaba en el departamental. Responsable de organización era Danilo Padilla. Ahí trabajé con Martha Solís Montiel, de quien tengo gratos recuerdos, que murió de insuficiencia renal. Ella fue a Libia, en una delegación encabezada por el comandante Daniel Ortega. Ella, si viviera por lo menos sería ministra, porque tenía una gran capacidad de trabajo y una madurez que el resto no teníamos. Empezó a trabajar con la ANS.

 

Recuerdo a Daniel Prado (el Chapiollo), Danilo Padilla, Lautaro Sandino, Pablo el Coto Bonilla, el Chino Larios. Mucha gente recuerdo, incluyendo a algunos que están en la otra acera, del lado de la derecha.

 

Cuando se dio una coyuntura muy especial, creo que tenía hacerse una movilización muy grande, creo que del batallón de infantería de reserva 40-14, yo pasé tres días enteros dando charlas en los colegios, aula por aula, sobre la coyuntura internacional y centroamericana. Al final, yo ya me sabía de memoria la charla. Incluso, los institutos Juan de Dios Muñoz, el Académico Mercantil, Nuevas Orientaciones (de Francisco Plata) y creo que hasta en el San Ramón me llegué a meter, donde solo teníamos ocho miembros, que eran pequeños, chiquitos. A ellos los “vergueaban” todos los días. Si el San Ramón era un centro de estudios controlado por la derecha. Los derechistas todos los días les pegaban a esos chavalos, porque ellos estaban en la Juventud Sandinista.

 

Hubo un momento en que la derecha, que se oponía a la Revolución, trató de organizarse. Fue cuando sacaron aquella consigna de Nandaime va. Y nosotros decíamos que Nandaime va a la mierda. En esa época ellos lanzaron un movimiento juvenil muy agresivo. Porque nosotros todo el tiempo pensábamos que vendrían los yankees a invadirnos. Y tal vez haciendo una lectura muy simplista de la experiencia cubana, con Playa Girón, que en realidad fue mucho más compleja, porque primero vino la guerra de las bandas criminales, la lucha contra bandas y después otros tipos de guerra. Pensábamos que nos vendrían a invadir. Y no nos dábamos cuenta que lo que ellos querían era calentar la calle y desestabilizar. Pero lo cierto es que, te digo, eran muy mediocres; la derecha era muy mediocre.

 

La propaganda de ellos en la juventud urbana fue dirigida a los colegios de clase media, donde a las compañeras de la Juventud Sandinista las agredían y les pegaban. El objetivo era aterrorizarlas. La derecha estaba muy aislada socialmente. Ellos no podían motivar a jóvenes trabajadores o de las clases populares para que apoyaran sus actividades, por lo menos no en León. En Managua tengo entendido que fue más violenta la cosa. En León había un dirigente derechista apodado Pancho Mono, que tenía cierto renombre. Un día trataron de tomarse el colegio La Salle; pero La Salle estaba a dos cuadras de la casa de la Juventud Sandinista (la primera casa de la JS, en Zaragoza) y nosotros a los 10 minutos estábamos ahí. Inmediatamente vinieron los estudiantes del Técnico La Salle, del Nacional de Occidente y de todos los otros institutos. Entonces, ellos tuvieron que salir con los pies en polvorosa.

 

Pero así como te cuento eso, un par de años más tarde, como en 1983, creo que fue el Ministerio de Educación que trató de impulsar una campaña de sensibilización sobre la guerra contrarrevolucionaria, exponiendo un montón de armas capturadas a la Contra, que fueron presentadas en el gimnasio de La Salle. Nosotros les dijimos que no llevaran las armas a ese instituto que estaba influenciado por la derecha. Ahí llegó el padre Fernando Cardenal, a quien los derechistas lo querían linchar. Se quiso hacer una acción de propaganda que más bien envalentonó a los derechistas. La Salle era un colegio de clase media alta. La derecha estaba muy aislada. Si ibas a los demás colegios, al INO, al Juan de Dios Muñoz, incluso privados, la derecha no tenía ninguna presencia. Pero sí, por ejemplo, el Partido Comunista, al final de la guerra, trató de ocupar espacio, en el Instituto Mariano Fiallos, (donde yo estudié de noches), donde había cuadros haciendo trabajo político y nosotros buscando como pararlos. Después, el Partido Comunista se pasó a la derecha, cuando fue parte de la alianza opositora, financiada por Estados Unidos, que ganó las elecciones de febrero de 1990. Se aliaron con la derecha somocista, neoliberal.

 

Fijate que yo quería hacer otras cosas, quería tener un contacto más directo con la clase trabajadora. Ahí es donde sale la oportunidad, allá por 1983, de empezar a trabajar en la reforma agraria, lo cual fue una experiencia muy enriquecedora. Trabajé con los cursos básicos de organización cooperativa.

 

Era un curso, organizado en folletos, que contenían la metodología para hacer talleres. Se hacía a nivel nacional. Iban grupos de capacitadores a las cooperativas, durante un mes vivían en la cooperativa, hacían un proceso de auto-diagnóstico de la misma (identificando sus puntos fuertes y débiles), aprendían sobre la organización cooperativa, y después, de alguna manera, reorganizar la cooperativa de acuerdo a todo lo aprendido. Era una cuestión basada en la teoría de Paulo Freire. Esos cursos, inicialmente, fueron organizados por un compañero mexicano que se llamaba Roberto Vega. Para mí fue muy interesante porque fue una oportunidad para estudiar sobre la historia de la reforma agraria, conocer a fondo la Ley de Reforma Agraria. Todo eso se hacía a través del Midinra, porque cuando se organiza el Midinra se forma una dirección general de reforma agraria. El INRA que era un ente autónomo pasó a estar supeditado al Ministerio de Desarrollo y Reforma Agraria. Aprendí un montón, montones de cosas, sobre economía política y pedagogía.

 

Estuve en el Midinra hasta 1986. Había todo un debate en esa época. Por un lado estaba Jaime Wheelock que solamente pensaba en términos de capitalismo agrario de Estado, o sea, que solo pensaba en grandes proyectos de riego. Para él la forma más importante de desarrollo del país, como medio de acumulación social, eran los grandes proyectos y en todo caso, las grandes cooperativas. Y había otra corriente, ligada al CIERA (Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria), Midinra y UNAG (Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos), que veía más el tema campesino, lo ecológico.

 

Un estudio extraordinario que el CIERA hizo en Masaya y Carazo, departamentos que habían tenido una amplia base de apoyo a la Revolución, reveló, en 1984, una disminución de tal respaldo, con una cantidad de votos mínima. Hubo como una huelga política de sectores campesinos importantes. Incluso, hubo una marcha de miles de campesinos, desde esos dos departamentos hasta Managua, que se quejaban de problemas agrarios, campesinos, no políticos. El FSLN dijo como atacar ese problema sin hacerlo un tema de la contrarrevolución. No podíamos permitir que ese problema fuera una bandera de la Contra y se apoderara de esa contradicción.

 

Entonces el CIERA hace una investigación sobre las cooperativas. Hay que entender que al principio si vos querías tierra tenías que organizarte con cinco o más personas y te daban tierra en colectivo. Si vos llegabas con un grupo de 20 y más personas, pero querían tierra para tener parcelas individuales, te decían que no. Aquí tienen semilla, fertilizantes, técnicas, insumos; pero tierra no. Porque se creía que las cooperativas colectivas eran más productivas, mejores para el desarrollo del país, además, eran más socialistas.

 

Entonces, lo que hizo el CIERA fue analizar cómo eran esas cooperativas en la práctica. Porque no es lo mismo una cooperativa de 100 manzanas de tierra altamente productivas, en León o Chinandega, aptas para el algodón en aquella época, que una cooperativa de 400 manzanas, con tierra de mala calidad, en otro lugar del país. No es lo mismo 10 mil manzanas de tierra, en una zona ganadera, que tierras de excelente calidad para hortalizas. En unos casos, por ejemplo, en la enorme propiedad ganadera, la gente estará interesada en ser pocos miembros, para ocupar pocos mozos durante todo el año y ganar lo más posible. En la cooperativa algodonera también van a querer ser pocos miembros para emplear muchos mozos en la cosecha.

 

Después había otro problema. La lógica campesina es primero la de satisfacción de las necesidades propias, de la familia, y el excedente realizarlo en el mercado. Eso tiene en sí mismo, una serie de relaciones, por ejemplo, la tradicional “mano vuelta”, que es: hoy yo te trabajo a vos y vos mañana me trabajás a mí (reparando caminos, poniendo cercas o haciendo diferentes trabajos). Todo lo que hoy estamos haciendo con la economía solidaria, familiar, cooperativa y asociativa.

 

Solo una minoría de las cooperativas agrícolas sandinistas, eran realmente revolucionarias; solamente una minoría combinaba la producción y la defensa de la Revolución. Además, había otro problema, nosotros teníamos la cooperativa colectiva y ahí estaba el comisariato, donde los demás campesinos iban a comprar. Pero el resto de campesinos no miraban la cooperativa como integrada a la sociedad, sino como un lugar donde estaba el comisariato. Así era muy fácil para la contrarrevolución agitar en contra de la cooperativa para después atacarla, como hicieron en El Sauce, donde yo estuve en un proyecto educativo, en zona de guerra.

 

Había toda una discusión entre campesinistas y no campesinistas. Al final para hacerte el cuento largo, un cuento corto, lo que nosotros decíamos en ese entonces, es lo que se está haciendo hoy en día. Hubo que pasar por toda esa escuela dura y todo ese tránsito tan espantoso que fue la noche neoliberal.

 

En medio de todo eso, había un debate dentro de la reforma agraria. Hubo cambios, el nuevo responsable no tenía intenciones de seguirnos apoyando. Nosotros habíamos hecho un proyecto conjunto entre reforma agraria y educación de adultos, que básicamente era capacitar a muchachos de la ciudad sobre la situación campesina, mandarlos a las cooperativas a realizar una investigación militante y hacer un curriculum adaptado a la cooperativa. Estos jóvenes iban a alfabetizar y a realizar una investigación militante, como parte del proyecto. Al final, la reforma agraria, en medio del debate, se sale del proyecto y yo me quedo en El Sauce, trabajando en la parte educativa, en una zona de guerra. Cuando ya teníamos una parte del trabajo hecho me pasaron a nivel central, en el año 1989, a trabajar en el curriculum nacional de educación de adultos, cuando se dijo oficialmente que la educación popular sería como la doctrina educativa de la Revolución Popular Sandinista. En Managua tuve oportunidad de conocer a mucha gente. En 1989 me fui a Suecia, buscando como estudiar. En aquel momento, pensaba que las elecciones de 1990 las ganaría, seguramente, el FSLN.

 

Aquí a Nicaragua venía gente de todos lados, científicos sociales importantes a ayudar. François Guillén, es hoy en día, uno de los expertos sobre el tema del desarrollo agropecuario campesino. Cuando pasé a trabajar en el Ministerio de Educación Lola Cendales y Germán Mariño, colombianos, dos importantes pedagogos de la educación de adultos. El compañero Dan Horton, de Alabama, pedagogo y organizador, de gran renombre, vino con un grupo, que mayoritariamente procedía del sur de Estados Unidos. Roberto Vega sabía que yo había estudiado inglés. Un día él me vio conversando en inglés con los norteamericanos (yo había estudiado inglés en Venezuela). Roberto me dijo que si le ayudaba como intérprete porque yo no le entiendo nada a ese inglés del sur. Yo me hice amigo de varios de ellos. Era gente con mucha experiencia en educación popular y lo que llaman educación liberadora.

 

Hablo fluidamente inglés, español y sueco (trabajé de periodista en Suecia). También hablo y leo francés. Estuve en Francia varias veces; pero mi francés no es fluido. He dado charlas en inglés y también he sido intérprete en tiempo real. El idioma es una cosa muy importante porque te ayuda a pensar desde diferentes perspectivas. En el siglo XIX Marx y Engels hablan varios idiomas, por lo menos los machacaban, pero lo hablaban. Yo creo que está muy bien todo lo que se está haciendo para que los jóvenes aprendan a hablar inglés, ruso, chino mandarín y todo tipo de idiomas.

 

Después de las elecciones de 1990 y una vez que el FSLN entregó el poder a la derecha pro-yanqui, el primer secretario departamental de la JS19J en León fue Alfonso Silva. El presidente del CUUN, en esa transición de 1989-1990, fue Mauricio Álvarez y el vice-presidente, Gerardo Gallo.


Posteriormente, en medio del neoliberalismo y la absorción de los ONGs, varios compañeros abandonaron al FSLN; pero la mayoría continuó y continúa apoyándolo; o bien, cumpliendo responsabilidades o tareas específicas. Algunos, desafortunadamente no tuvieron la suficiente solidez política e ideológica y cayeron en la errónea camorra golpista de la derecha neoliberal y neosomocista; pero por suerte han sido la minoría.



Managua, Nicaragua, 22 de septiembre-octubre de 2019 / 3 de agosto de 2022
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.
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lunes, 2 de septiembre de 2019

FAL VERSUS GALIL. EL LIBRO DEL FRENTE SUR


Fal versus Galil: el libro del Frente Sur

Lenin Fisher

Leer el libro Fal versus Galil, subtitulado Escenas desconocidas de la guerra (1977-1979), como yo lo hice en 2017, es muy importante para todos aquellos interesados en conocer sobre la lucha libertaria del pueblo nicaragüense en contra de la dictadura dinástica de los Somoza.

La edición corrió a cargo del mismo autor y la impresión se realizó en el año 2016 en Dispubly, Managua, Nicaragua.

Su autor, Marcos Antonio Casanova Fuertes, era un adolescente de 12 años que vivió la guerra de 1979, mejor conocida como la Ofensiva Final, en la ciudad de Rivas. Por su edad no combatió; pero sus hermanos mayores sí, al igual que varios jóvenes que él conoció personalmente. La familia del autor tiene una larga historia de lucha revolucionaria.

El libro, prologado por el general Humberto Ortega Saavedra, contiene 47 capítulos, un epílogo y poemas del padre Gaspar García Laviana, está lleno de anécdotas y testimonios. Su nombre es debido a que el fusil Fal era el arma emblemática de los guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y el Galil fue su contraparte en la Guardia Nacional (GN).

La obra permite conocer mejor al legendario Álvaro Diroy Méndez (Ezequiel), quien dirigió la resistencia guerrillera, con pocos hombres, dentro de la ciudad de Rivas, hasta cortar la ruta de abastecimiento por la carretera Panamericana de las tropas gubernamentales ubicadas en la frontera sur; tropas élites de la tristemente célebre Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI).

En efecto, las acciones guerrilleras en Rivas complementaron las acciones de empantanamiento, que el propio Frente Sur Benjamín Zeledón desarrollaba bajo el mando de Edén Pastora Gómez (comandante Cero).

Resistencia sandinista desde los barrios periféricos y las comarcas aledañas, ante la superioridad en armas y volumen de fuego de la GN. Barrios y comarcas a los cuales el lector les toma cariño por los hechos acaecidos, que resultan similares a los ocurridos en la propia ciudad del lector. Pongamos por caso, el barrio la Puebla, que a mí me recuerda al Pochote, en el barrio San Felipe, de la ciudad de León.

Después del comandante Ezequiel, el personaje de la vida real que más atrajo mi atención, por su combatividad y por su apodo, fue Julio Ráfaga, originario de Chinandega y que murió combatiendo en la casa hacienda del ex-presidente del Congreso, Cornelio Hüeck; una propiedad de 17 mil manzanas de extensión (¿increíble no?)

La descripción de la labor hecha por el sacerdote español Gaspar García Laviana también es muy ilustrativa de la calidad humana del cura y de su compromiso.

Otra cosa impresionante es la combatividad de los internacionalistas latinoamericanos que murieron; particularmente heroico es el episodio del colombiano que muere disparándole a una tanqueta.

Una afirmación relevante es que las tropas de la GN salieron del cuartel departamental rivense, el propio 19 de julio de 1979, en fila ordenada. Otra aseveración importante es que el comandante Ezequiel realizó coordinaciones con el Frente Interno Camilo Ortega (replegado a Masaya y que había tomado Jinotepe), para tomar el control de poblados y vías limítrofes entre los departamentos de Rivas y Carazo.  Además, se señala que el Frente Sur no logró avanzar sobre el territorio nicaragüense y formar una cabeza de playa para instalar el gobierno provisional; aunque sabemos que distrajo por mucho tiempo a lo mejor de las fuerzas de la GN para que el FSLN avanzara en otras ciudades y municipios.

Conviene recordar que León, al ser la primera ciudad liberada desde el 20 de junio de 1979, creó las condiciones para ser la ansiada cabeza de playa y recibir a miembros de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) a partir del 14 de julio, con la llegada de los comandantes Daniel Ortega Saavedra y Tomás Borge Martínez, hasta que el resto de la JGRN llegase en la madrugada del 18 de julio y el gobierno provisional se instalase en el Paraninfo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, ese mismo día, por la mañana.

Al leer el libro, otra cosa que me permitió identificarme con la obra fue que yo tenía nueve años cuando vi la Insurrección de Septiembre de 1978 y diez durante la Ofensiva Final. También yo he tenido que escribir sobre lo que viví durante la Revolución Sandinista.

En fin, los estudiosos de la lucha sandinista y de su epopéyica insurrección, deben leer este libro, que es muy aleccionador, desde todo punto de vista.

Managua, Nicaragua, 2 de septiembre de 2019
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domingo, 1 de septiembre de 2019

AMLO: UN PRESIDENTE, UN ESTADISTA


AMLO: un presidente, un estadista

Lenin Fisher

Andrés Manuel López Obrador, llamado AMLO, el presidente mexicano izquierdista, durante su primer año de gobierno ha demostrado ser un estadista brillante.

En efecto, su brillo con luz propia empezó con el lema Por el bien de todos, primero los pobres; que en un país tan desigual por la injusticia capitalista y el neoliberalismo de los tratados de comercio libre cae como anillo al dedo. La prioridad no son los intereses de los “fifí”, es decir, los ciudadanos de la high society; ellos tienen siglos de estar muy bien.

AMLO junto al pueblo mexicano, mayoritariamente pobre, hará historia. La coalición con los intereses de los humildes hará valer el nombre de su coalición político-electoral Juntos haremos historia.

Funcionarios públicos, compañeros de lucha, amigos y familiares fueron claramente advertidos por López Obrador que no serán beneficiados por la impunidad si caen en las garras de la corrupción.

Combate al corrupto negocio ilícito de la venta trasegada de combustible producido por Pemex; cambio de estrategia en la lucha contra el narcotráfico dejando en segundo en plano la búsqueda de capos y priorizando la seguridad en las comunidades; creación de la Guardia Nacional para complementar a la fuerza policial; impulsar programas sociales para disminuir la pobreza y la extrema pobreza; crear una empresa estatal para llevar internet a más del 80% del territorio nacional; abanderar el principio de la no injerencia en los asuntos internos de otros países; y no prestarse a los ataques y agresiones imperialistas en contra del pueblo venezolano y de su gobierno electo legítimamente; son entre otras, parte de las buenas acciones que ha hecho López Obrador, ex-alcalde de la capital mexicana entre 2002 y 2005, quien es originario del estado de Tabasco, donde el 80% de los votos fueron para él, lo cual es algo más que un bonito gesto localista.

La contundente victoria de AMLO, con el 53% de los votos, me alegró mucho; pero en esos días no escribí ningún artículo en particular, excepto haciendo algunas referencias, porque Nicaragua estaba siendo afectada por el golpe de Estado blando que la derecha neoliberal y neosomocista impulsaba para derrocar al gobierno constitucional del presidente Daniel Ortega. El nuevo gobierno mexicano ha tenido una postura responsable en la OEA, donde Estados Unidos ha hecho un espectáculo mediático, lleno de noticias falsas, contra Nicaragua.

El 1 de julio de 2018 las fuerzas del imperialismo yanqui sufrieron una derrota en México al perder la presidencia. La coalición ganadora recibió más de 30 millones 46 mil votos, para ganar en 31 de los 32 estados del país, de un poco más de 50 millones 500 mil votantes, que representó el 63% de participación, de un total de 89 millones de votantes (Sputnik, 2018).

Seguramente la gente común siente que AMLO ha empezado a regenerar a México, por lo que el esfuerzo de fundar un nuevo partido político en 2014, el Movimiento de Regeneración Nacional, ha valido la pena; partido que recibió la mayor cantidad de votos dentro la alianza ganadora, con más de 25 millones 128 mil votos.

Según Sputnik (2018), el porcentaje de votos alcanzados por López Obrador, en su tercer intento electoral, supera a los presidentes de la derecha tradicional mexicana Salinas (1988), Fox (2000), Calderón (2006) y Peña (2011), quienes obtuvieron 50%, 42%, 36% y 38%, respectivamente.

No podría finalizar este pequeño escrito sin mencionar tres detalles interesantes. Primero, el elegante y oportuno reclamo al imperio español para que pidiera perdón por los daños causados a México durante la conquista y la colonia. Segundo, la aseveración del presidente de no re-elegirse, respetando las leyes mexicanas, a pesar de que se perfila como un verdadero líder capaz de dirigir grandes transformaciones revolucionarias, por lo que no debe perder tiempo en detectar y preparar al relevo. Y tercero, la costumbre de brindar conferencias de prensa frecuentemente, mostrando serenidad, educación y lenguaje oportuno; aún y cuando aparezcan periodistas irrespetuosos e insolentes como Jorge Ramos de CNN.

No todos los presidentes son estadistas. Trump por ejemplo nunca será un estadista; pero es el presidente de Estados Unidos; y aunque se reeligiese, los gringos tendrían otra vez a un presidente, pero no un estadista.

En conclusión, el México lindo y querido cuenta con un verdadero estadista como presidente, que está empeñado en hacer bien las cosas para beneficio de todos los mexicanos y especialmente de los marginados, excluidos y empobrecidos. Ese estadista de clase mundial es AMLO.

Referencia

Sputnik (2018). López Obrador ganó con 53.17% en escrutinio final de elecciones de México. 6-7-18

Managua, Nicaragua, 1 de septiembre de 2019
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