miércoles, 15 de septiembre de 2010

SANDINO, EL REVOLUCIONARIO

Sandino, el revolucionario

Lenin Fisher

El Héroe Nacional Augusto C. Sandino cumplirá, este 21-2-2010, setenta y seis años de haber sido asesinado a traición, en Managua, como resultado del pacto, descrito por Jesús Miguel Blandón, entre Arthur Bliss Lane (embajador de Estados Unidos), Anastasio Somoza García (Jefe de la Guardia Nacional), José María Moncada, Carlos Pasos Montiel, Emiliano Chamorro, Gustavo Abaunza Torrealba, Bartolomé Víquez y Carlos Cuadra Pasos. Los herederos de la derecha que lo asesinó han querido apropiarse de la figura de Sandino llamándole, equivocadamente, liberal. Pero la derecha sabe que el pensamiento y la práctica de Sandino eran revolucionarios.

El carácter genuino del pensamiento revolucionario del General de los Hombres Libres ha sido defendido y sostenido, acertadamente, por Carlos Fonseca Terán. La tesis de Fonseca Terán se vislumbra en la introducción de su libro “El poder, la propiedad, nosotros...” (Hispamer. 2005) cuando apunta lo siguiente: “...Sandino decidió enarbolar un programa político que respondiera a los intereses de las clases populares, a diferencia de los proyectos políticos hasta entonces vigentes (...) hechos a la medida de los oligarcas, terratenientes y demás sectores pudientes...” Fonseca Terán agrega: “Se organizó (...) por primera vez una fuerza independiente de los partidos tradicionales...” que asombró al mundo derrotando y expulsando al ejército de Estados Unidos (EE.UU.), que sufría así, su primera derrota en Latinoamérica y acaso en el mundo, a pesar de haber estrenado la aviación como arma de guerra. El primer avión derribado al ejército yanqui se derribó aquí en Nicaragua y hoy es una pieza de museo en EE.UU.

Para Fonseca Terán la victoria del “Pequeño ejército loco” fue “...antesala de lo que se perfilaba (...) como un proyecto de transformación revolucionaria de la sociedad nicaragüense y de unidad latinoamericana contra la dominación del imperialismo norteamericano...” Por eso para los yanquis y la derecha criolla era tan importante asesinar a Sandino y desarticular su movimiento masacrando a más de 3000 campesinos en Wiwilí, La Vuelta del Roble, etc., y derrotando a los que resistieron algunos años enmontañados, como Pedro Altamirano, asesinado por traidores infiltrados en sus filas por la G.N., el 29-11-1937, en Salto de la Toboba, Prinzapolka.  Pedrón fue decapitado y su cabeza fue exhibida en los poblados de Chontales y Granada, en la ruta hacia Managua; detrás de su cabeza fueron obligados a marchar su mujer, sus nueras, su nieto y hasta su perro (Entre Sandino y Fonseca. J. M. Blandón).






Sin embargo, es en el ensayo magistral, todavía no publicado, titulado “El pensamiento de Sandino” cuyo antecedente es el artículo de opinión “La verdad sobre Sandino” (END: 2001), donde Fonseca Terán analiza y sintetiza simultáneamente la identidad ideológica revolucionaria de Sandino.  Los titulares de los periódicos de la época y las celebraciones de la oligarquía liberoconservadora por el asesinato de Sandino, en más de un club social, no fueron propiamente una casualidad.  Así, la edición de “El Centroamericano” del 29-1-1934 se opone a las negociaciones de paz categóricamente: “...el gobierno está en la obligación de destruir por las armas al sandinismo tras el cual la anarquía y el comunismo se están agazapando...”

La derecha mediática ya usaba el término sandinismo para llamar al movimiento encabezado por Sandino, es decir, que los mismos adversarios le daban la connotación de fuerza política -independiente y genuina-, y no de tropa liberal disidente, como lo han querido presentar muchas veces, nos dice Fonseca Terán. En dicho ensayo, expuesto en conferencias magistrales, Fonseca Terán señala que Sandino y otros jefes populares combatían en el bando liberal en la Guerra Constitucionalista, pero no a favor del liberalismo, sino de los intereses populares que desde el liberalismo presionaban para hacerse sentir como reivindicaciones sociales impropias del liberalismo.

Según Fonseca Terán, es difícil determinar en qué momento Sandino tomó conciencia de sus diferencias sustanciales con los liberales; pero, guardando las distancias “...se puede comparar el desprendimiento de Sandino del liberalismo con el desprendimiento de Marx del hegelianismo o (con el) de Fidel Castro del movimiento político democrático burgués del Partido Ortodoxo en la Cuba de los años cuarenta.” Y en palabras de Sandino: “Moncada nos traicionó en Tipitapa. Allí también quedó sepultado mi liberalismo.” Iniciaría entonces, la Guerra Anti-intervencionista. Fonseca Terán cita textualmente obras como El pensamiento vivo, La mística de Sandino, Maldito país, Con Sandino en la montaña y otras.  Entre las citas resalta una frase muy particular de Sandino, la cual fue rescatada por Richard Grossman del documento número 11 de los Archivos del Centro Histórico de la Infantería de Marina de EE.UU.: “Jesús y todos los profetas siempre fueron comunistas. Nosotros (…) les seguiremos en el camino a la tierra prometida del comunismo mundial.” Esta fue publicada por primera vez por Alejandro Bendaña en La mística de Sandino.

Sandino, dice Fonseca Terán, por su posición clasista, en la mina de San Albino pagó en oro a los mineros; luego, se enfrentó a las transnacionales mineras frecuentemente y defendió los derechos laborales de los mineros. En el combate de Ocotal, Sandino ordenó saquear las mansiones y negocios de los burgueses; después expropió, cobró impuestos forzados a los hacendados cómplices de los yanquis y a las compañías gringas.





Sandino fusionó la lucha por la soberanía nacional con la lucha de clases (su espada defendería el decoro nacional y daría redención a los oprimidos; su guerra era guerra de libertadores para matar la guerra de los opresores). Sandino llamó a los políticos liberales y conservadores “bola de canallas, cobardes, traidores” y “politicastros, sinvergüenzas y corrompidos.” Sandino, con el partido Autonomista que pretendía formar, una vez alcanzada la paz, buscaría restarle fuerza a los partidos tradicionales existentes desde 1821. 

Sandino identificó a los partidos políticos enemigos (liberales y conservadores) y, además, a sus enemigos de clase: los capitalistas; porque éstos habían traído a los mercenarios yanquis a Nicaragua. Sandino decía: “…mi ideal campea en un amplio horizonte de internacionalismo…” Creía en la fusión de todas los países de América “…en una sola y única nacionalidad latinoamericana…” Y en una de sus cartas a los mandatarios del continente habló del supremo sueño de Bolívar. Nada de esto negaba su nacionalismo sincero.

Para Fonseca Terán, Sandino conceptualizó la revolución como “fenómeno ético.” Sandino debía ser oído y creído porque no pidió a Nicaragua ni siquiera un palmo de tierra para su sepultura y dijo que nunca tendría propiedades. Para Sandino, revolución era sinónimo de purificación y su causa era la causa de la justicia y del amor.  Esperaba que el triunfo de Nicaragua prendiera la mecha de la “explosión proletaria contra los imperialistas de la tierra.”  Sandino afirmó: “…el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo.” Con esto, Sandino asumió la teoría leninista del imperialismo como fase superior del capitalismo, según Fonseca Terán. Sandino proponía llamar a la unidad de América Central “Comuneros Centroamericanos.” Sandino asumió las resoluciones del Congreso Mundial Antiimperialista de Francfort, organizado por la Internacional Comunista, en cuanto a que la lucha antimperialista de Nicaragua llegaría a ser una acción de masas, de escala continental y mundial.

En conclusión, Sandino pensó, vivió y murió como lo que fue: un revolucionario.

DARIO Y ZELEDON: EL FINAL DE NICARAGUA

Darío y Zeledón: el final de Nicaragua


Lenin Fisher


¿Qué escribió Rubén Darío sobre la gesta heroica de Benjamín Zeledón? pregunté al dariano y dariísta Jorge Eduardo Arellano, en el I Simposio Internacional “Rubén Darío en el Siglo XXI”, realizado en León, en enero de 2003. La respuesta fue que Darío no fue indiferente a la tragedia de Nicaragua en 1912 y que escribió un ensayo titulado “El fin de Nicaragua” en el cual abordaba de manera directa e indirecta el trágico período.

El ensayo es parte de los escritos sociopolíticos recopilados por Arellano en 1980. Darío era un hombre de ideal, familia y ciudad liberales, en el sentido genuino. El liberalismo era el ideario más avanzado; y Rubén era hombre de su tiempo, que dejó testimonio de su antimperialismo. Era partidario del lema Libertè, Egalitè, Fraternitè…et Adulterè.

Señala Darío en su ensayo: “Y llegó Walker… y hasta algún cura le celebró en un sermón, con citas bíblicas y todo, en la parroquia.” Según Rubén, los nicaragüenses echaban de menos al gobierno de Zelaya como los mexicanos a Porfirio Díaz. Además, dice que “… en esa misma ciudad de Granada…se formó una agrupación yanquista, que envió a Washington actas en que se pedía la anexión, que paseó por las calles entre músicas y vítores el pabellón de las bandas y estrellas…para manifestar las ansias del yugo washingtoniano, el masochismo del big stick, el deseo del puntapié de la bota de New York…” Y sigue: “Hombres de cierto influjo, como los Arellanos, de Granada, habían fomentado los designios del grupo anexionista.” Cita viejas coplas populares: “La pobre doña Sabina…” y “Por allá vienen los yanques…” Y hace énfasis en que no se decía yanquis, sino “yanques.” Darío no mencionó directamente el nombre de Zeledón Rodríguez ni le otorgó ningún mérito especial.  Podemos inferir que se refiere al héroe indirectamente cuando escribió, recordando el dolor familiar, lo siguiente: “...Vuelven a verse…matanzas como aquella en que fue arrastrado a la cola de un caballo el cuerpo de mi tío abuelo “el indio Darío”.”

Para algunos, Zeledón cayó acribillado por una caballería enemiga que le exigió rendirse; otros dicen que fue herido, capturado y fusilado poco después, por tropas conservadoras, siendo prisionero de guerra. Se cuenta también que su cadáver fue llevado en carreta y luego amarrado a un caballo, siendo arrastrado y exhibido por las calles y caminos entre Catarina y Niquinohomo.  El héroe, arrastrado por  la bestia, fue visto, en su pueblo natal, por un joven de 17 años, Augusto Calderón Sandino.  “El indio Darío” y Benjamín Francisco tuvieron en común el último castigo.



Cinco años antes de la caída en combate en el Coyotepe, Zeledón había sido síndico municipal de Managua y tuvo la iniciativa, de que la capital le rindiera un homenaje a Rubén Darío, en ocasión de su visita triunfal a Nicaragua. Después, Zeledón se ganó el rango de coronel en la batalla de Namasigüe contra las tropas hondureñas y salvadoreñas, en noviembre de 1907.

Juan José Estrada traicionó a José Santos Zelaya, en octubre de 1909, con la revuelta financiada por Thomas Moffat, cónsul de EE.UU., en Bluefields (Zeledón, de profesión abogado, era embajador en Guatemala). Darío, embajador en España, apuntó: “…compañías como la United Fruit no escatimaban los dólares para la sangrienta fiesta de la muerte de que tan buen provecho se proponían sacar…” Más adelante describe el detonante: “…Zelaya hizo bien en mandar ejecutar –después de juzgar militarmente, se entiende- a dos yanquis que fueron tomados en momentos en que ponían minas para hacer volar dos barcos llenos de soldados del gobierno, allá en la costa norte, que era el punto de la insurrección. Mas esa doble ejecución le costó la presidencia y le valió el destierro.” No está de más recordar que, durante la Revolución Sandinista se le perdonó la vida al piloto gringo, derribado, Eugenio Hasenfus, quien fue entregado vivo. Leroy Cannon y Leonard Gross no tuvieron la misma suerte con Zelaya.

Para Darío, el apoyo y simpatía que el presidente mexicano Díaz demostraba a Zelaya fue causa para que EE.UU., respaldara la rebelión de Madero. “…y Porfirio Díaz también cayó, al soplar el vendaval del lado del norte.” Después que Zelaya renunció el 17 de diciembre de 1909, por efecto de la amenazante nota Knox del gobierno de William Howard Taft (1909-1913), el Dr. José Madriz asumió la presidencia (Zeledón es ministro de guerra); pero “desembarcaron tropas yanquis que apoyaron a Estrada, Chamorro y demás sublevados.”  Al caer Madriz, en agosto de 1910, Zeledón se exilió en México.  Rubén describió: “el partido conservador…renació, pero para cometer peores cosas que aquellas de que acusaban al gobierno liberal. Se tomó todo lo que se pudo del tesoro exhausto, se ordenó pagar enormes sumas a los prohombres conservadores. Y el país miserable, arruinado, hambriento, con el cambio al dos mil, veía llegada su última hora.” Recordemos las escandalosas indemnizaciones de dudosos confiscados, pagadas en muchos casos, más de una vez, desde 1990.

“Los yanquis ofrecieron dinero; y enviaron una comisión para encargarse del cobro de los impuestos de aduana, después de la llegada de cierto famoso Mr. Dawson,…Y se iba a realizar la venta del país, con un ruinoso empréstito…Mas de hecho, el imperio norteamericano se extendía sobre el territorio nicaragüense, y la pérdida implícita de la soberanía era una triste realidad aunque no hubiese ninguna clara declaración al respecto.”



Eran los días de los Pactos Dawson, la Diplomacia del Dólar, el oneroso Tratado Castrillo-Knox rechazado tres veces por el Congreso de EE.UU.; cuando Nicaragua era llamada República Brown y Seligman (propiedad de los bancos de New York, dueños del 51% de las acciones del Banco Nacional de Nicaragua).

Darío describió a algunos personajes de la política; “hombre civil” dijo de Adolfo Díaz -contador jefe de las minas gringas-, quien en mayo de 1911 como vicepresidente conservador recibió el poder del renunciante Estrada y pidió la intervención yanqui concretada el 4 de agosto de 1912 con  más de 3000 soldados.  Al general Luis Mena, ministro de guerra de Díaz, le llamó “rústico y tremendo” “hombre de machete y popular boga en los departamentos de Oriente.” Mena quería ser presidente, pero no estaba ligado a los grandes capitales (los “chamorristas” lo rechazaban). En julio de 1912 inicia “La Guerra de Mena” en alianza con liberales como Zeledón –quien era el “zelayista” más relevante y prestigioso.

Mena, por quien quizá se originó la expresión popular ¡Esta dijo Mena! acompañada de la guatusa respectiva (el pulgar entre el índice y el medio, que al igual que el anular y el meñique están flexionados) se rindió en Granada, el 25 de septiembre, sin disparar un tiro y sin avisarle a Zeledón, ni ayudarle a éste con armas o municiones. Al general Emiliano Chamorro, Rubén lo calificó de “simpático en la capital”; Chamorro, que desde el 12 de septiembre había autorizado el fusilamiento de Zeledón, exonerando de responsabilidad a los yanquis; Chamorro, que según Chuno Blandón, en “Entre Sandino y Fonseca” se coludió con Arthur Bliss Lane, Anastasio Somoza García, José María Moncada, Gustavo Abaunza Torrealba, Carlos Pasos Montiel, Bartolomé Víquez y Carlos Cuadra Pasos para asesinar a Sandino 22 años después. A Estrada, Darío lo llamó traidor y alejado “…el hombre del primer golpe, después venido a menos y que partió a Norte América…”

Darío y Zeledón perdieron sus cargos al caer  Zelaya y Madriz. Darío viajó por España, Francia, México y Cuba  a lo largo de la crisis. Zeledón cumplía 33 años cuando cayó combatiendo -a los búfalos de dientes de plata y calibanes-, como un cachorro suelto del león español, el 4-10-1912, después de escribir cartas patrióticas. Darío tenía 45 abriles cuando se publicó “El fin de Nicaragua” en el diario La Nación, de Buenos Aires, Argentina, el 28-9-1912.  El cambio de calendario explicaría las fechas no coincidentes.

DARIO Y EL PRESIDENTE BALMACEDA: CONTEXTO HISTORICO

Darío y el presidente Balmaceda:
contexto histórico


Lenin Fisher


Es bien conocida la amistad de Rubén Darío con el poeta Pedro Balmaceda Toro, cuyo pseudónimo literario era A. de Gilbert; así como la importancia que tuvo la biblioteca del chileno para la formación e información de Darío. Este fue testigo activo del origen del pseudónimo afrancesado A. de Gilbert propuesto por Manuel Rodríguez Mendoza, una noche, en el periódico “La Epoca”.

Balmaceda Toro murió el 1 de julio de 1889. Darío, desde San Salvador, escribió el 11 de diciembre, una carta de pésame dirigida al presidente chileno José Manuel Balmaceda Fernández, quien le envió un libro de su hijo fallecido, por lo que Rubén señaló: “Cosa apreciable es para mí, por ser obra de aquella alma brillante que tanto amé, y por venir del padre de uno mis mejores, fraternales amigos.” Darío también es el autor de “A. de Gilbert” que para Luis Miguel Fernández es simultáneamente biografía del chileno y autobiografía del nicaragüense; y que para Jorge Eduardo Arellano, citando a Orrego Vicuña, es un homenaje de un príncipe a otro príncipe. Más tarde, Darío escribiría su crónica política titulada “Balmaceda, el presidente suicida”. Pero, ¿cuál fue el contexto histórico de la presidencia de Balmaceda Fernández?

En 1887, Darío publicó “Abrojos”, su primer libro, en Chile, obra apadrinada por A. de Gilbert. Luego, publicó “Azul” en 1888. El mismo año en que según Eduardo Galeano, en “Las venas abiertas de América Latina”, el presidente chileno “…anunció que era necesario nacionalizar los distritos salitreros mediante la formación de empresas chilenas, y se negó a vender a los ingleses las tierras salitreras de propiedad del Estado.” Se dividieron las opiniones sobre la política salitrera del gobierno y el dinero de los capitalistas salitreros compró más de una voluntad en contra del Poder Ejecutivo. En aquel tiempo, el soborno de chilenos era, según los británicos, “una costumbre del país”. Así, en 1891, los ingleses le promovieron la guerra civil, durante ocho meses, por tierra y mar, con John Thomas North, el rey del salitre, a la cabeza, quien era dueño de la Liverpool Nitrate Company y socio de The Nitrate Railways Co. North había desembarcado en Valparaíso en 1866 con sólo 10 libras esterlinas en sus bolsillos y 30 años después se codeaba con la más rancia aristocracia, poderosos industriales y políticos de Inglaterra. Salitre es el nombre vulgar del nitro o nitrato de potasio que se emplea para fabricar pólvora, explosivos, dinamita.

Mientras los barcos de guerra británicos bloquearon la costa de Chile, la prensa londinense bramó contra Balmaceda y lo llamó “dictador de la peor especie” “carnicero”. La prensa hegemónica fue así ayer y así es hoy. La prensa chilena además de acusarlo de tirano, también atacó a su persona con bajezas; decía que tenía un “mezquino espíritu de venganza”; que lanzaba contra la sociedad bandas de asesinos infames, reclutados “en los arrabales y en las cárceles”; y lo acusó de tener apariencias delicadas y facciones de mujerzuela, cuestionándole además, su salud mental.

Con Balmaceda F., de acuerdo a Galeano, el Estado chileno había desarrollado, entre 1886 y 1890, los planes de progreso más ambiciosos de su historia; “…impulsó el desarrollo de algunas industrias, ejecutó importantes obras públicas, renovó la educación, tomó medidas para romper el monopolio de la empresa británica de ferrocarriles en Tarapacá…” y consiguió con Alemania, el primer y único empréstito que Chile no recibió de Inglaterra en todo el siglo XIX. Balmaceda fue para Chile, lo que Zelaya para Nicaragua, tanto ideológica como administrativamente.

Conviene recordar que el guano (excremento de alcatraces y gaviotas) de las costas peruanas y el salitre de Tarapacá (Perú) y Antofagasta (Bolivia) fertilizaban a los erosionados suelos europeos desde 1840-1850 y permitieron que el fantasma del hambre se alejara de Europa. “Antiguamente, las grandes familias limeñas habían florecido a costa de la plata de Potosí, y ahora pasaban a vivir de la mierda de los pájaros y del grumo blanco y brillante de las salitreras.” El negocio del salitre no era ni boliviano, ni peruano, sino más bien chileno y sobre todo inglés; y desencadenó la Guerra del Pacífico (1879-1883), en la cual Chile agredió y derrotó a Perú y Bolivia. Perú perdió Tarapacá y Atacama; y a Bolivia le sucedió lo mismo con Antofagasta donde está la mina de cobre más grande del mundo: Chuquicamata.  En 1881, el gobierno chileno devolvió a los británicos J. T. North, Robert Harvey, Bush, Inglis, James y Robertson las salitreras que el gobierno de Perú había expropiado en 1875. En tanto los sudamericanos se mataban a balazos, los intrépidos empresarios ingleses se quedaban con bonos por medio de créditos de bancos chilenos como el de Valparaíso.

Balmaceda Fernández al iniciarse la guerra salitrera, motivada por los intereses británicos y siendo presidente Domingo Santa María González, fue embajador de Chile en Buenos Aires y su principal logro consistió en asegurar la neutralidad de Argentina. Luego, en 1881 asumió el Ministerio de Relaciones Exteriores. El padre de A. de Gilbert estuvo vinculado al despojo hecho a los peruanos y bolivianos, y consecuentemente, de que Bolivia no tuviera, ni tenga aún, salida al Océano Pacífico, amputación territorial todavía no resuelta. Fue un político liberal del “Club de la Reforma”, diputado por varios períodos y senador. Ganó las elecciones presidenciales el 25-6-1886.  

Balmaceda Fernández enfrentó una guerra entre el Ejecutivo y el Legislativo, llamada “guerra civil” o “guerra entre poderes del Estado” según la enseñanza oficial. Los diccionarios y libros de historia tradicionales, acostumbran omitir las buenas obras del presidente y los motivos ingleses detrás del telón. Las razones británicas también son olvidadas o casi totalmente borradas en las biografías de la enciclopedia cibernética Wikipedia.

Los principales postulados de Balmaceda Fernández eran: 1) desarrollo económico, mediante un grandioso plan de obras públicas  (ferrocarriles, escuelas, alcantarillados, caminos, hospitales, cárceles). 2) Terminar con el monopolio del salitre, convirtiendo esta riqueza pasajera en riqueza estable (con obras y educación).  3) Armonía entre la iglesia y el gobierno, terminando con las luchas teológicas. 4) Unir al liberalismo dividido en liberales del gobierno, disidentes o luminarias y radicales (lo que no logró). Impulsó la enseñanza pública, construyó escuelas en casi todas las ciudades, fundó el primer liceo para niñas y el Instituto Pedagógico para formar profesores de secundaria; inició la construcción del Internado Nacional y contrató a profesores alemanes para promover el conocimiento científico. Canalizó el río Mapocho, en Santiago. Construyó la cárcel pública y el hospital clínico de mujeres. Mejoró los puertos instalando grandes grúas. Construyó más de 1000 Km., de líneas férreas y los viaductos de Bío-Bío y Malleco.

Balmaceda nació en Valparaíso, el 19-7-1840 y se suicidó el 19-9-1891, en la embajada argentina, al término constitucional de su mandato, después de que su ejército fue derrotado en Concón y Placilla, mandara a su familia a la embajada yanqui y entregara el poder al general Manuel Baquedano.  Después la oligarquía tomó el poder y automáticamente cayeron las inversiones estatales en obras públicas, educación, ferrocarriles, caminos, etc., mientras las empresas inglesas extendían sus dominios. “La comunidad británica no hace secretos de su satisfacción por la caída de Balmaceda, cuyo triunfo, se cree, habría implicado serios perjuicios a los intereses comerciales británicos.” Eso reportó el embajador inglés a Londres.

En un contexto diferente, pero ante circunstancias bastante similares, 81 años después de la caída violenta del poder de Balmaceda F., otro presidente chileno, democráticamente elegido, el médico Salvador Allende, el día 11 de septiembre de 1973, se inmolaría combatiendo con fusil en mano a los militares golpistas, dirigidos por Augusto Pinochet, que con aviones y tanques bombardeaban el Palacio de La Moneda, en la capital Santiago. Otro embajador, pero de un imperio distinto, el yanqui, movía los hilos del golpe militar terrorista, desde su despacho de inmune diplomático, sin ocultar tampoco su satisfacción. Se inició así, una de las dictaduras militares más temidas en Latinoamérica. Balmaceda y Allende, fueron presidentes suicidas; pero llegaron hasta las últimas consecuencias de manera distinta. La historia enseña, no necesariamente se repite de forma cíclica, en su avance en espiral o helicoidal.

Rubén Darío en su crónica “Balmaceda, el presidente suicida” (Crónica política. Obras completas. Vol. XI. Madrid; pp. 191-197. Ordenada y prologada por Alberto Ghiraldo), se expresó así: “…una de las páginas más trágicas, más sangrientas y de mayor enseñanza para el porvenir, sería la que se refiere al presidente suicida, el chileno Balmaceda.” A quien Darío calificó como “El presidente gentil hombre.” (…) “hombre superior” (…) “personaje de rara potencia intelectual” (…) “literato y orador distinguido” (…) “diplomático de tacto” (…) “caballero culto”. Al que “…se arrojan a su morada bombas de dinamita…” (…) “pobre capitán náufrago abandonado por la tempestad.”  (…) que tuvo como leales a Julio Buñado y los generales Alcorreca y Baltazar, quienes “…mandan, luchan, hasta el último instante.”

“Es el hombre moderno.” Así definió Darío al presidente chileno José Manuel Balmaceda Fernández. Los enemigos del presidente Balmaceda, de acuerdo al poeta, lo calificaban así: “…caso de alienismo histórico, un ejemplar digno de hombruno o de Maudsley.” Decían que era “…extremadamente orgulloso.” Y para Rubén “le colocaron entre los grandes bandidos…” Sin embargo: “El tenía conocimiento de su propio valor.”

Describió el poeta nicaragüense Darío: “…estaba su gobierno entre dos fuerzas, si en todas partes incontrarrestables, en Chile terriblemente arrolladoras: arriba, el millonario; abajo, la masa, el roto.”

Darío además apuntó: “…y mientras se entierra su cadáver –y con él ¡ay!, talvez el de la democracia chilena-,…” El poeta previó que América observaría el militarismo y la tiranía en Chile “noble y bello país que fue modelo y gala de las naciones hispanoamericanas.”

REFORMAS ANTIPACTO Y ANTIFRAUDE...EN EL FUTBOL

Reformas antipacto y antifraude...
en el fútbol

Lenin Fisher

En vista de todas las inquietudes generadas por varios hechos controversiales ocurridos en la recién finalizada Copa Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, yo,  un simple aficionado del fútbol sin las influencias de ningún directivo de la FIFA, ni de los propietarios de equipos multimillonarios, propongo:

Aplicar la tecnología de la grabación con cámaras de televisión para resolver, mediante el análisis en cámara lenta, los errores humanos de los árbitros, tal y como se hace en béisbol. Aumentar por lo menos a tres juegos continuos la ausencia obligada de un jugador expulsado con tarjeta roja. Aumentar la cantidad de dinero que un jugador debe pagar por cada tarjeta roja o amarilla aplicada. Permitir reponer al jugador expulsado con tarjeta roja con otro jugador de manera inmediata.

Permitir al director técnico realizar la cantidad de cambios que él considere necesarios durante todo el juego, suspendiendo el actual límite de tres, hasta poder recurrir al total de sus jugadores; pero manteniendo que, jugador que sale una vez del juego por cualquier causa no puede regresar a jugar. Permitir al director técnico que pueda reclamar al árbitro principal hasta un máximo de cuatro veces, estableciendo un límite de tiempo para cada reclamo, el cual podría ser de dos minutos.

Aumentar el número de árbitros dentro del campo de fútbol: uno para cada mitad del campo más el árbitro principal. Aumentar el número de árbitros de línea: un árbitro a cada lado de las líneas laterales de cada una de las mitades del campo de fútbol. Un árbitro principal se cansa porque corre o trota durante casi todo el juego y tiene que estar pendiente de 22 jugadores generalmente más jóvenes que él, o sea, que corren más rápido. Es demasiado trabajo.

Prohibir que los jugadores de un mismo equipo le pasen el balón a su portero cuando éste se encuentre dentro del área grande. Establecer un tiempo máximo para que un equipo mantenga el balón y empiece a realizar una acción ofensiva en dirección a la mitad del campo y portería contrarios. Algo parecido a los tres segundos del básquetbol; pero obviamente, más tiempo. Si el equipo no ataca al vencerse el tiempo, se castigará con tiro libre a favor del contrario.

Prohibir que el equipo que está atacando, después de pasar la mitad del campo, pueda regresar el balón a su propia cancha. De otra forma, el equipo que pase la mitad de la cancha estará obligado a avanzar y buscar como meter gol; así no retrocederá más allá de la mitad del campo. El juego se volvería más ofensivo y la cantidad de goles sería mayor. Eliminar las barreras durante los tiros libres indirectos: todo tiro libre “indirecto” debería hacerse sin barreras; así, habría más emoción y más goles. Prohibir el remate después de un penalty que ocurra en el tiempo reglamentario, complementario o extra. Es injusto que el portero que detiene un disparo de penalty sea vencido después por un remate.

Hacer de las eliminatorias en América una competencia de todos contra todos. En otras palabras, eliminar la Concacaf y su sistema de clasificación. El resultado de esto puede ser un fuerte estímulo para los jugadores, federaciones, gobiernos y empresarios privados de cada país para mejorar su nivel competitivo.

Por otro lado, es bueno que los países latinoamericanos tomen como gran lección que si los jugadores de un equipo permanecen juntos más tiempo jugando diferentes torneos dentro y fuera de su país, entonces, esos jugadores se llegan a conocer mejor y a dominar mejor la técnica y la táctica del juego colectivo. Esa es una gran ventaja del equipo español ante los demás. Pelé hace mucho tiempo que lo dijo. Antes se jugaba fútbol más bonito y vistoso porque los jugadores permanecían juntos más tiempo jugando. No andaban de trotamundos millonarios de país europeo en país europeo.

La liga española y especialmente el equipo de Barcelona, tiene jugadores dentro del país, jugando juntos. Y además, el equipo ha cosechado la promoción de las ligas menores que sirven de cantera. Para tal cosa se necesita mucho dinero. El Estado y los grandes empresarios privados de los países latinoamericanos deben invertir más dinero en las ligas de fútbol locales para obtener selecciones nacionales superiores a las actuales y evitar la migración hacia Europa de los futbolistas más talentosos, que comúnmente son de origen muy pobre y buscan los contratos millonarios. Las ligas latinoamericanas deben ser más competitivas: deben ofrecer tan buenos contratos como en Europa o Estados Unidos.

Pacto y fraude son quizá de las diez palabras más pronunciadas o escritas en Nicaragua durante los últimos quince años. Pacto y fraude también pueden ocurrir en el fútbol. Las reformas del fútbol son necesarias para evitar todo tipo de pacto y fraude. Por el bien del fútbol, no puede ser casualidad que el campeón gane tres partidos claves contra equipos que quedaron con sólo 10 jugadores (España contra Chile, Portugal y Holanda).  La expulsión con tarjeta roja puede ser utilizada como instrumento para favorecer al equipo más influyente. Campeón que gane la mayoría de sus juegos con sólo un gol a pesar de mantener más tiempo el balón y que no pueda revertir una desventaja de un gol (Suiza 1; España 0), merece por lo menos el maleficio de la duda. El campeón sólo metió dos goles en un juego y fue contra Honduras, país al que venció y que era el favorito para alzarse con la derrota. No puede seguir el fútbol con tanta omisión y error humano del arbitraje: goles que entran y no valen; faltas simuladas que no merecen tarjetas rojas; faltas severas no castigadas; tiros de esquina omitidos en momentos claves, etc.



La maquinaria alemana goleadora ante Inglaterra y Argentina, de pronto, ante un juego clave contra España -el “favorito” mediático y de los pulpos y mariscos convertidos en oráculos que ofendieron a la inteligencia-, se presenta como sedada, anestesiada, casi como zombi; y luego, sin cuatro de sus jugadores titulares, con cuatro de la banca, volvió por sus fueros para ganar metiendo otra vez tres goles contra el aguerrido Uruguay (el mejor equipo latinoamericano de la Copa 2010 con Diego Forlán, el único crack al que no le quedó grande la camiseta nacional, que demostró ser un verdadero crack y no producto de la publicidad, gran líder de su equipo, metiendo goles espectaculares, jugando lesionado y luchando contra marcadores adversos hasta el último segundo, reflejando amor por la camiseta y su bandera).

¿Fue el juego entre España y Alemania arreglado, acordado o pactado previamente bajo la mesa y de espaldas al mundo entero? Es posible. ¿En todas partes y en todas las instituciones del mundo se cuecen pactos y fraudes? Sí. Antecedentes existen: la dictadura militar argentina maniobró para que ocurriera lo imposible en 1978 (goleada de Argentina contra Perú) eliminando así al invicto Brasil; y en Francia 1998, las superestrellas brasileñas fueron eliminadas por el anfitrión (se dijo que mucho videojuego en computadora afectó al gran goleador “ambidextro”: Ronaldo) y el equipo carioca lució torpe. Por otra parte, ¿quién puede poner las manos al fuego por la transparencia y honestidad de la FIFA y su reeleccionista presidente Blatter?

Aunque el fútbol probablemente sea el deporte más antiguo, es decir, antropológicamente el más primitivo; a pesar de que las reglas actuales tienen muchos años de vigencia; aunque yo no sea un experto del fútbol, no quiere decir que no se puedan hacer cambios en las reglas del fútbol de hoy. ¿Por qué no? Si todo cambia, como cantó Mercedes Sosa, ¿qué esperamos para reformar las anacrónicas reglas del fútbol? Cosas más importantes han cambiado en la sociedad, el mundo, en la vida, ¿por qué no en el fútbol? Ya es tiempo. El volibol ha cambiado notablemente sus reglas en los últimos 25 años y hoy es un juego más electrizante; ahora, el equipo que recupera el balón, independientemente que haya sacado o no, gana un punto. En el tenis se utiliza la tecnología de la videograbación para definir dónde pica la pelota exactamente. El béisbol de grandes ligas ya utiliza las videograbaciones para definir si fue jonrón o no un batazo; y por no usar la tecnología le robaron, nada más y nada menos, que un juego perfecto al lanzador latinoamericano Galarraga.

Se debe intentar cambiar las reglas experimentando. Quizá éste sea un tema de investigación deportiva en el cual se pueden involucrar federaciones, ministerios, universidades, equipos, etc. Muchas de las reglas actuales tienen casi un siglo o más tiempo y por lo tanto son arcaicas. Cuando fueron inventadas las condiciones eran otras: el balón era más pesado y hecho de otro tipo de material, la condición física de los atletas era distinta, la técnica de juego era más simple, la vestimenta y los zapatos eran diferentes, etc.

Los cambios propuestos en las reglas del fútbol no serían para vendernos más porquerías ni para cambiarle el sentido al juego, como criticó Ricardo Arjona en su canción “Noticiero”, sino más bien para afianzar y defender la razón del juego: meter goles. Y además, para evitar los pactos y fraudes en el rey de los deportes y sobre todo en cada Copa Mundial de Fútbol.

COPA MUNDIAL DE FUTBOL 2010

Copa Mundial de Fútbol 2010
 

El fútbol no es un asunto de vida o muerte,
es algo mucho más serio.
Bill Shankly

 
Lenin Fisher

Telespectador que va con todos los equipos débiles, con los no favoritos, ese soy yo. A miles de kilómetros de distancia de Sudáfrica, estoy a favor de los pequeños, al lado de los oncenos que pueden dar –han dado en el pasado y continúan dando ahora-, la sorpresa.

¡Qué terrible que siempre ganen los mismos! No puede ser que solamente los países poderosos económica, tecnológica y futbolísticamente ganen los partidos y conquisten el trofeo del torneo y las medallas de oro. Cada cuatro años la más grande fiesta futbolística pone en el tapete las grandes diferencias del mundo: el norte contra el sur; los ricos y los pobres; los desarrollados versus los subdesarrollados; los neocolonizadores y los neocolonizados; el primer mundo contra los tercermundistas. Son esos los topes en el fondo; por ejemplo, las islas Malvinas siempre resaltan. Esto no es sólo deporte y punto como escribió un amigo mío en un foro cibernético. El mundial es el reflejo durante más de un mes de la realidad global. A pesar de que las diferencias se han estrechado, de acuerdo a Edgar Tijerino Mantilla, el mejor cronista deportivo de Nicaragua.

Hace algunos años un analista español escribió en internet que a las grandes masas españolas las mantenían anonadadas con tanto fútbol. La copa, la recopa, la supercopa, el recopón, la copa del rey, la de la reyna, la de los príncipes, la copa de campeones, la eurocopa, la copa América, la intercontinental, la del sistema solar y la intergaláctica. El cuerpo de ningún atleta profesional aguanta tanto por tanto tiempo como una máquina, bien pagada, especializada para producir centenares de millones dólares de ganancias a los propietarios de equipos, a los organizadores de tantas ligas, a las marcas de prestigio y a la publicidad planetaria.

Jugadores profesionales que cuando se reúnen en tríos en los equipos profesionales españoles o ingleses ganan cantidades mayores a los presupuestos de varias capitales latinoamericanas, como lo ha señalado Frei Betto. Futbolistas que ganan más que miles y miles de profesionales y científicos por el único trabajo de tratar de meter el balón en la portería contraria, como han ironizado don Procopio y doña Procopia en El Nuevo Diario.

Equipos poderosos de Europa desgastan hasta el cansancio a las estrellas del tercer mundo; no les dan permiso, frecuentemente, en las etapas eliminatorias; les prohíben cumplir sus compromisos con los países de origen. Y cuando ya no rinden y no generan las estratoféricas ganancias acostumbradas, los descartan: los Maradona, Ronaldos, los Ronaldiños, los Beckham e inevitablemente los Messi. Negocio es negocio.



Es la lógica de la ganancia, no menos especulativa que en otras áreas de la sociedad capitalista, es la que rige a equipos como Real Madrid, Barcelona, Chelsea, Manchester United, Bayern, Inter, etc. Es la misma lógica de los Yanquis de Nueva York y las grandes ligas del béisbol.

Cuando era un niño de 8 a 14 años fui fanático de los Yanquis. Pero a partir de la década de 1990 dejé de serlo. Había que rechazar el poder unipolar globalizante al menos con algo y en algo. El dominio deportivo casi absoluto se enfrenta con rivales cada vez de mejor calidad en las Olimpíadas, en las Copas Mundiales de Fútbol y más recientemente en cada Clásico Mundial de Béisbol.

No sólo el país poderoso puede disfrutar la victoria, avanzar hasta semifinales, disputar la final y ganar el primer lugar. En el rostro de los débiles también puede y debe dibujarse la alegría del triunfo.

Ojalá que el favoritismo, a veces inescrupuloso, no premie a los poderosos porque premiar a los locales en esta ocasión no podría ser del todo creíble; Sudáfrica es demasiado débil. Los dictadores militares argentinos, con fines políticos, maniobraron para que la copa de 1978 la ganara por primera vez Argentina, que además de poseer a sus jugadores talentosos, era anfitriona, a pesar que Brasil terminó invicto; pero eliminado. Brasil jugó su ultimo juego por la tarde y Argentina programó su partido decisivo ese mismo día, por la noche, contra Perú de Teófilo Cubillas, equipo al que goleó 6 a 1, de manera increíble porque había estado jugando buen fútbol. Desde ese entonces, los partidos importantes o decisivos se juegan simultáneamente.

Francia en 1998 ganó su primera copa mundial, curiosamente siendo la sede, y las excusas de la constelación de estrellas brasileñas no convencieron a nadie. Por supuesto que organizar una copa mundial de fútbol significa mucho dinero. Ser potencia económica, no haber ganado nunca una copa, tener tradición de buen fútbol y ser anfitrión siempre serán cuatro buenas razones para ser campeón. Repito, negocio es negocio. Y el arbitraje de vez en cuando ha favorecido a los poderosos, sobre todo a equipos europeos.

Entre los tercermundistas las excepciones obviamente son, en el fútbol, Brasil y Argentina. Sin embargo, soy casi un hincha a distancia de todos los equipos latinoamericanos, africanos y asiáticos (incluyendo los árabes) cuando se enfrentan a cualquier país poderoso, a los favoritos, a los que poseen las archimillonarias ligas profesionales que practican el robo de piernas –y también de talentos y acaso de cerebros.







En realidad, soy un aficionado flexible. Hasta  Estados Unidos gana de alguna manera mis simpatías cuando por no ser favorito -aunque con mucho poder económico y tecnológico-, compite contra grandes favoritos; si algún día llegan a ser potencia futbolística, iré siempre contra ellos. En EE.UU., el fútbol gana terreno, quieren cambiar la estructura para encontrarle sentido, agrandan las porterías y quisieran ocho tiempos para vendernos más porquería o comida chatarra, según canta Ricardo Arjona; y donde además desearían marcadores abultados como los de baloncesto.

Hasta hoy 20 de junio, confieso que he disfrutado todos los empates y los resultados estrechos o con la mínima diferencia entre débiles y fuertes como los siguientes: Sudáfrica 1 y México 1; Ghana 1 y Serbia 0; Uruguay 0 y Francia 0; Italia 1 y Paraguay 1; Suiza 1 y España 0; Inglaterra 1 y Estados Unidos 1; Brasil 2 y Corea del Norte 1; Serbia 1 y Alemania 0; Chile 1 y Honduras 0; Holanda 1 y Japón 0; Corea del Sur 2 y Grecia 0; Nueva Zelandia 1 e Italia 1.

Por lo menos en esta Copa Mundial de Fútbol 2010 que no ganen siempre los mismos, como cantaba Joan Manuel Serrat, y que el tiempo esté a favor de los pequeños, como cantó Silvio Rodríguez. Quizá en 2014 sea  otra la historia porque países como los asiáticos, africanos y árabes juegan cada vez mejor.

MANDANDO DESDE ABAJO

Mandando desde abajo

Lenin Fisher


El Estado que yo encontré es un Estado que no permite gobernar…
totalmente burocrático…donde el burócrata se atrinchera.
 Yo necesito un Estado que me dé respuestas rápidas.
Presidente Hugo Chávez



Antonio Teatino Santana, periodista, director del noticiero ¿Qué pasa? transmitido por Radio Sandino, frecuentemente denuncia, antes de las seis de la mañana, a funcionarios públicos de diferentes instituciones que actúan de manera deficiente, lenta, burocrática y dando maltrato a la población.

Santana califica a tales empleados del Estado como somocistas o liberales que permanecen dentro de la planilla gubernamental y que con sus actos pretenden sabotear de alguna forma al gobierno sandinista actual. Una mala atención o una decisión equivocada que afecte al ciudadano común potencialmente puede representar, a la larga, un voto menos, en estos tiempos en que el voto electoral es la medida de todas las cosas. Funcionarios adoradores del mamut del Estado burocrático.

Cuando el FSLN asumió el poder en enero de 2007 planteó que no ejecutaría despidos masivos al estilo de los gobiernos neoliberales, que en sus primeros años empezaron a condenar al desempleo a más de 70 mil nicaragüenses y provocaron después que un millón de personas emigraran para poder trabajar. En realidad, no ha habido una política de despidos masivos durante la administración Ortega Saavedra-Morales Carazo.

La mayoría de los cargos públicos de confianza sí han sido asumidos por sandinistas, lo cual es normal en cualquier país democrático del mundo. Es obvio que los funcionarios principales en los diferentes niveles deben estar en sintonía con la línea política del gobierno para que este último pueda cumplir sus objetivos.  Sin embargo, hay una buena cantidad de cargos de confianza que no están bajo la responsabilidad de verdaderos revolucionarios sandinistas, sino que por el contrario, están siendo ocupados por liberales. Algunos dicen que los liberales o antisandinistas con cargos cumplen mejor su tarea que los sandinistas porque tienen miedo de perder su puesto que generalmente es bien remunerado. Injustificable justificación por floja y absurda.  ¿Acaso no hay suficientes cuadros sandinistas, capaces y confiables, para asumir responsabilidades?





Funcionarios de derecha, identificados con los partidos liberales y el neoliberalismo, se enmascaran, nadan a favor de la corriente y hasta pudieron haber pedido y recibido el carnet de militante del FSLN en la jornada del trigésimo aniversario de la Revolución (no por mucha cantidad lograrás mucha calidad). Estos taimados burócratas constituyen el conglomerado nada despreciable de los neosandinistas o pseudosandinistas, que ven en los sandinistas de verdad, capaces y eficientes, a un potencial competidor por el puesto público.

Y desde sus puestos de dirección los enmascarados liberales son capaces de perseguir a verdaderos sandinistas, que independientemente de su desempeño eficiente, son vistos como blancos de tiro hasta provocar su despido injusto. En este grupo también deben ser incluidos aquellos sandinistas hasta 1990 que se plegaron al neoliberalismo privatizador y olvidaron la bandera de rojinegra, su carnet y su broche de militante. Además,  existe la actitud ante la alternabilidad del gobierno, de que hoy puedo ser jefe y mañana subordinado, entonces mejor no soy exigente porque quiero que me traten bien si mi partido político pierde el poder y yo no quiero ir al desempleo, ni perder mi jubilación.

Sandinistas que trabajan duro en las instituciones estatales sufren un verdadero acoso laboral (“mobbing” para los europeos, que significa: ataque en grupo) de parte de los atrincherados burócratas liberales, somocistas o neosandinistas, pseudosandinistas y supuestos sandinistas que actúan como neo-neoliberales.  Esto se facilita a veces porque varios empleados estatales de pensamiento sandinista han sido contratados temporalmente y no han entrado oficialmente a la nómina fiscal, lo cual sucede frecuentemente p. ej., en el Ministerio de Salud. A los contratados se les ve como trabajadores de segunda clase; hasta algunos trabajadores que están en la planilla fiscal del Estado, es decir, que tienen un número ordinal, miran a los contratados como de segunda categoría.

De tal manera que, el trabajador contratado (cuyo contrato se renueva cada tres o seis meses), es el eslabón débil de la cadena laboral. Y si este trabajador es sandinista y está bajo el mando de un liberal camuflado, entonces, su  desventaja es doble. Sobre todo porque la “cuechocracia” reina en no pocos pasillos y oficinas estatales; el poder del cuecho funciona más eficazmente que cualquier intento de democracia representativa o participativa; es más eficaz que todo consejo de liderazgo. Los adversarios políticos del sandinismo son expertos en “cuechocracia”; hasta utilizan campañas de difamación por internet con remitentes falsos que ocultan –como buenos cobardes-, sus verdaderas identidades con pseudónimos y se hacen pasar por sandinistas. Y lo peor de todo es que  algunos compañeros sandinistas se contagian con este método de consulta y sustituyen así el abordaje serio y profesional de los problemas.


A más de un sandinista eficiente se le ha valorado más con el “cuechómetro” que por sus resultados. Sucede a veces que los liberales son más escuchados por los funcionarios sandinistas y por supuesto que por los pseudosandinistas. El trabajo de toda persona debe valorarse según los resultados, tanto en empresas privadas como públicas. El alemán aquél que te conté, se quedó corto; repite un cuecho cien y mil veces y se volverá verdad.

No aumentar oficialmente la nómina fiscal es un condicionamiento vigente del FMI y del Banco Mundial para mantener la estabilidad macroeconómica. El gobierno sandinista actual no ha podido liberarse de dicha imposición. Algún día se logrará romper esa cadena porque instituciones estatales importantes como el Ministerio de Educación o el Minsa necesitan personal en todo el país que labore bajo las mismas condiciones que todos los trabajadores. Los partidos políticos de derecha, empresarios y banqueros (también de derecha, casi sin excepción) propugnan por la estabilidad macroeconómica y los acuerdos con los organismos internacionales de préstamo, y en consecuencia están en contra del aumento de la planilla oficial y del crecimiento del aparato estatal. El gobierno revolucionario tiene pendiente dicho punto.

La derecha recuerda malintencionadamente la frase histórica del comandante Daniel Ortega “…Vamos a gobernar desde abajo”, dicha la tarde del 26 febrero de 1990, en la Plaza de los Países No Alineados, al perder las elecciones. Y aunque Enrique Bolaños ni ningún otro líder derechista dijera una frase parecida, la táctica de la derecha dentro del Estado es sabotear silenciosamente la gestión gubernamental, menospreciar la eficiencia, promover la indisciplina, aparentar trabajar para mejorar la atención, obstaculizar, retrasar o impedir los cambios y debilitar el liderazgo sandinista.  Algo similar pasa y preocupa en Venezuela.

La derecha dentro del Estado practica la lucha política como una expresión de la lucha de clases. Evidentemente que la derecha, en diferentes instituciones y circunstancias, está mandando desde abajo. Entre mandar y gobernar desde abajo probablemente no hay mucha diferencia. Los sandinistas que quieran ver y oír, que vean, oigan y actúen. Con la verdad puede ser que logremos muy pocas cosas justas; pero sin ella, no lograremos nada justo. Santana ha sido un crítico pionero y agudo de este importante problema. Y de la misma manera en que él pide a sus colegas cuando los problemas que denuncia lo empiezan a enojar, yo digo: ¡mejor denme la hora!

LEON: 400 AÑOS DESPUES

León: 400 años después

Lenin Fisher

Ochenta y seis años después de haber sido fundada por los invasores y usurpadores españoles en las tierras de Imabite, a orillas del lago Xolotlán, la ciudad de León fue trasladada a las cercanías de Sutiaba, en enero de 1610. Entre los factores que influyeron en el éxodo se pueden mencionar los siguientes: el desastre ecológico debido al despale de los árboles sin reforestación,  implementado por los conquistadores hispanos, lo cual significó el agotamiento de las fuentes de madera para construir casas y de leña para cocinar y fundir los metales preciosos y no tan preciosos; el agotamiento de la mano de obra gratuita (muchos indios muertos, asesinados, empalados, descuartizados, “perreados” y llevados hasta el último suspiro por el excesivo trabajo de esclavo en las minas y como bestias de carga); y las erupciones del volcán Momotombo con sus cenizas, temblores o terremotos que aterrorizaban a los indios esclavos, mestizos y españoles esclavistas.

Cuatro siglos después, los Sutiaba siguen justificando sus reclamos de tierra, ahora ante el gran capital privado azucarero y licorero, mostrando orgullosos los títulos reales de tierras que algún rey español malandrín les usurpó primeramente. Es la paradoja sarcástica del despojo. Para contentarlos, les mandaron a pintar su iglesia, una de las primeras construidas por los españoles en la ciudad y la más antigua de las que están en pie y activas. Cuatro siglos después, la plaza de Sutiaba sigue siendo de tierra pura y no hay señales de construcción de un parque decente para la recreación sana.

Hoy, cuatrocientos años después, León, contradiciendo al poeta Darío, no es ni como Roma ni como París. La otrora llamada Atenas de Centroamérica y más recientemente Ciudad Universitaria por ser la cuna de la Universidad de Nicaragua, también es conocida como la Ciudad Metropolitana y Primera Capital de la Revolución. Actualmente, León tiene una población de 200 mil habitantes en el casco urbano y 50 mil más incluyendo sus comarcas.  Ha crecido mucho. La cantidad de calles adoquinadas y la extensión del alcantarillado sanitario en los últimos 30 años son llamativas. Su centro arquitectónico, histórico y colonial, es muy valioso.

Reconocida como la ciudad donde siempre se gestaron las ideas más avanzadas, rebeldes o revolucionarias desde el grito de “A la m…el Rey” de los hermanos Contreras; pasando por la independencia de España en el siglo XIX; las guerras intraoligárquicas post-independencia; la resistencia contra piratas invasores europeos –ingleses, para más señas-, quienes dirigidos por William Dampier, en 1865, saquearon e incendiaron la cuarta de las seis catedrales que ha tenido la ciudad; la lucha contra tropas salvadoreñas y hondureñas (apoyadas con hombres y armas por los conservadores granadinos) que en 1844 al mando del presidente salvadoreño Francisco Malespín, se tomaron y quemaron la ciudad después de 50 días de heroica resistencia de los leoneses; la actitud vendepatria de los liberales de Francisco Castellón y Máximo Jérez que trajeron al filibustero yanqui William Walker para no permitir la reforma constitucional del conservador Fruto Chamorro, quien sostenía la necesidad de que el Director Supremo fuera sustituido por la figura de Presidente de la República y pasara a gobernar, en vez de sólo dos años, cuatro años consecutivos (lo cual ahora se ve tan normal), siendo esto la causa de la llamada Guerra Nacional cuyo origen fue una guerra intra-oligárquica; la lucha contra la dictadura somocista; el magnicidio de Somoza García a manos de López Pérez; la formación del FSLN; la insurrección de septiembre de 1978; la liberación de la ciudad el 20 de junio de 1979; la toma del fortín de Acosasco el 7 de julio del mismo año; el triunfo de la Revolución Sandinista y la toma del búnker de Somoza Debayle por guerrilleros urbanos leoneses el 19 de julio de 1979; y la contribución, puesta a toda prueba, de los leoneses ante la agresión contrarrevolucionaria financiada por los Estados Unidos durante la década de 1980 (mandando a sus mejores hijos a combatir o trabajar en otros departamentos para evitar que “la contra” formara una cabeza de playa o se tomara alguna ciudad importante del norte de Nicaragua). Las páginas del heroísmo de los leoneses dan para escribir varios libros.

León, cuatro centurias después, continúa teniendo una desproporcionada relación entre el número de iglesias y el único hospital que posee, el cual ya dio mucho más que su vida útil. La cantidad de iglesias aumenta vertiginosamente toda vez que la generación espontánea de iglesias protestantes o evangélicas con nombres extravagantes, rebasa en mucho a las tradicionales y antiguas iglesias católicas.  La religión como la política, en ciertas condiciones, se vuelve un negocio. Dicen que hasta un sector de los combatientes históricos, valientes guerrilleros urbanos, está en peligro de ser adoctrinado religiosamente o de ser conversos. ¡Inverosímil!

León es de las muy pocas ciudades importantes en el mundo, sino la única, que mantiene un poderoso pito o alarma de fábrica, llamado (el pito de los bomberos”) como señal horaria para todos los habitantes; una bocina que suena durante un minuto, a las siete de la mañana y a las 12 del mediodía, en punto. Los tradicionalistas dicen que semejante ruido debe conservarse porque es parte de la “identidad” o “leonesidad” y porque atrae a los turistas. No sé qué pensarían Doraldina Zeledón y Onofre Guevara –críticos certeros y entusiastas en contra del ruido- si estando en el Parque Central oyeran ese pito, que debería usarse sólo para alarmas o emergencias verdaderas. ¿Cuántos decibeles alcanza la alarma de los leoneses? ¿A cuántos decibeles son sometidos, diariamente y dos veces al día durante todo el año escolar, los centenares de niños y adolescentes que estudian en las escuelas cercanas? Más de un diplomático se ha levantado asustado del despacho del Alcalde, por la mencionada alarma, creyendo que se trata de una alarma de combate, ataque aéreo o desastre natural.

León es una ciudad con un manto acuífero privilegiado que recientemente se dio el lujo de perder el financiamiento brindado por una ciudad europea, para construir tres grandes pozos de agua potable. La causa: centralización en la capital de parte de la institución gubernamental pertinente. León es la ciudad que hace poco perdió la oportunidad de construir un hospital materno-infantil de 45 camas con cooperación italiana debido a un manejo inadecuado de parte de los funcionarios gubernamentales.

León es la ciudad que probablemente dentro de dos años tendrá su primer parque regional de ferias permanente con apoyo del gobierno central.  Es la ciudad que durante la administración municipal del sandinista Tránsito Téllez aseguró un nuevo vertedero de basura que durará por lo menos 20 años y que pretende obtener energía del gas generado por la biomasa del antiguo basurero. Sin embargo, sus habitantes y sus autoridades tienen pendiente la asignatura de mantener una ciudad limpia. León, la ciudad colonial, sigue siendo sucia. Y en este aspecto, tampoco es Roma ni es París.

En León persisten los enfermos mentales, los loquitos, deambulando con destino a ninguna o cualquier parte y nadie parece atenderlos. ¿Son los locos un atractivo turístico más? ¿La ciudad no puede hacer nada? ¿Es suficiente decir que las familias deben hacerse responsables de cada loco? ¿Es o no es un argumento neoliberal que el Estado y la municipalidad no deben asumir el cuido y la seguridad de los enfermos psiquiátricos abandonados?  El paciente cirrótico víctima de la droga lícita y fiscal llamada alcohol, obra del gran capital nacional, es atendido e internado en el hospital. ¿Y los loquitos dónde? El espectáculo para la ciudad y sus niños es inhumano: el loquito y la loquita van hambrientos, sucios, cargando basura, pidiendo, arriesgándose a ser atropellados, maltratados o abusados, mal vestidos, semidesnudos o desnudos.

400 años después, León tiene un índice de alcoholismo cerca del 30%, segundo lugar nacional, sólo después de Bluefields. ¿Qué pasará con la cocaína? Cuatro centurias después, León sufre de una devoción febril por el turismo –la nueva panacea del mercado global para salir del atraso-; pero ni la exportación de añil,  pieles, especias, oro, plata, azúcar, algodón o maní, ni el enclave de las maquilas lo han logrado porque el mercado capitalista mundial es inmisericorde: compra barato y vende caro.  Los leoneses ya no visten ropas bordadas de plata, como describe el dilecto hijo de la ciudad, Jorge Eduardo Arellano (END: 2-1-10; 10A), sino que están abocados a atender con alfombra roja a los turistas de Londres, Nueva York, Roma o París.

ESTA SEMANA: SECTARISMO, SESGO Y CENSURA.

“Esta semana” = sectarismo, sesgo y censura


Lenin Fisher


El programa “Esta semana” (ES) dirigido por Carlos Fernando Chamorro Barrios (CFCHB)  practica un periodismo sectario, sesgado y que censura. Todo lo anterior se demostró en su última edición del domingo 19 de septiembre cuando abordó el tema de la especialización de los médicos nicaragüenses. La campaña consiste en desprestigiar los avances en la salud pública obtenidos por el gobierno sandinista.

Primero; brindó un gran espacio a reconocidos militantes del ex-M.R.S., micro-partido derechista y opositor al FSLN. Segundo; sólo ofreció una cara de la moneda; censuró a la versión –no digamos oficial-, sino que revolucionaria y por lo tanto transformadora. Tercero; obvió elementos históricos importantes. Cuarto; no tomó en cuenta el desastre que 17 años de gobiernos neoliberales le causaron al sistema de salud público y en consecuencia a la salud de los nicaragüenses pobres. Quinto; olvidó que el número de consultas, cirugías, exámenes diagnósticos y medicamentos se han duplicado o triplicado en los hospitales públicos (donde los médicos residentes se especializan), a partir de que retornó al poder el FSLN. Sexto: las condiciones materiales para la docencia se deben optimizar y si no existen se crean. Séptimo: la residencia es un proceso de autoformación; el conocimiento se transmite del residente de mayor jerarquía al de menor jerarquía; la actividad autodidacta y la repetición resultan esenciales; los maestros guían, enseñan el método.

ES y CFCHB, olvidaron que el gobierno sandinista con Daniel Ortega Saavedra encabezando la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, a través del Ministerio de Salud y en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, fundaron formal y oficialmente en 1984 los Postgrados de las Especialidades Médico-Quirúrgicas. Ese mérito lo tiene un gobierno sandinista y fue todo un hito en la historia de la Medicina en Nicaragua. A partir de entonces, Nicaragua empezó a formar sus propios recursos especializados en nueve (9) áreas o residencias. Todo obedeció a la política nacionalista, a la aplicación de una política nacional de salud para beneficiar a la mayoría  de los nicaragüenses. Por primera vez los especialistas graduados en Nicaragua recibirían su título universitario. Hoy son veinte (20) las especialidades y 25 años después se han formado miles de especialistas, hombres y mujeres, capaces de tratar, curar o paliar las enfermedades que aquejan al pueblo.






Cuando la Revolución fue derrotada electoralmente en febrero de 1990, el gobierno del FSLN tenía 270 plazas de nuevo ingreso para médicos residentes especializándose, con salario asegurado.  En 2007, el presidente Daniel Ortega Saavedra re-electo por el pueblo, recibió de parte del último gobierno neoliberal solamente 85 plazas para médicos que deseaban especializarse y un montón de residentes “autofinanciados”. En otras palabras, de 1990 a 2007 el neoliberalismo recortó un total de 185 plazas para la formación de médicos especialistas, que multiplicados por 17 años, significó que los gobiernos neoliberales le negaron al pueblo la formación de no menos de 2500 médicos especialistas. Hoy el déficit es evidente. Y eso tiene un nombre: crimen contra la salud del pueblo. ¿Cómo se le llama a esa barbaridad, periodistas de ES?...Una vez que el FSLN retomó el poder inmediatamente aumentó el número de plazas hasta 116 para el período 2007-2008; y luego, para el período 2008-2009 ascendió hasta 317.  Además, se empezó un proceso de actualización y unificación de los programas académicos de las residencias e internados rotatorios. Actualmente, todos los médicos residentes ganan un poco más de 500 dólares mensuales. Ya no hay residentes “autofinanciados”.

El huracán neoliberal fondomonetarista obligaba a tener muy pocos residentes en los hospitales de referencia nacional, causaba desabastecimiento de medicinas y materiales, y promovía la privatización parcial de los hospitales públicos con la consiguiente corrupción que provocaba que los pacientes murieran en condiciones lamentables y muchos de ellos fueran enviados a morir a sus casas para no elevar las tasas de mortalidad intrahospitalarias.  Eran los tiempos en que inventaron a los residentes “autofinanciados” o “ad honorem” (mano de obra gratuita) para disminuir el gasto social por órdenes del Banco Mundial y del FMI. Y ninguna universidad presionó a los hospitales públicos y privados para que eliminaran esa degradante categoría de residentes “autofinanciados”. Nunca se negaron a extender el aval universitario a hospitales públicos y privados que tenían residencias con el concepto de las maquilas (mano de obra barata o gratuita).

Alrededor de 25000 a 31000 dólares perdió un médico “autofinanciado” durante una residencia de tres o cuatro años si hubiese recibido una beca de 500 dólares mensuales. Eso también tiene nombre: robo, saqueo, empobrecimiento de la clase media. Eran los años en que Arnoldo Alemán le prometía, en campaña electoral o ya en el poder, a algunos médicos en los departamentos, ingresar a hacer sus especialidades; y en varios casos cumplió. Años en que proliferaron las universidades privadas de garaje y acaso brotaron las primeras escuelas de medicina de garaje que entrenan a sus estudiantes en los hospitales públicos sin pagarle un centavo al Ministerio de Salud.

La crisis económica mundial puede ser que impacte en la política de formación de médicos especialistas. Los criterios académicos siempre tienen un gran valor; pero la realidad social no puede ser soslayada.  El Ministerio de Salud es el que brinda los recursos a los hospitales y por lo tanto debe influenciar decididamente en la política de selección y formación de los médicos especialistas. Las regiones más alejadas del país necesitan especialistas nicaragüenses, autóctonos; o al menos que vivan o trabajen ahí. ¿O los periodistas de ES piensan que los nicaragüenses debemos pasar toda la vida dependiendo de la solidaridad incondicional de los médicos cubanos que trabajan en lugares recónditos? En realidad, hay muchos médicos especialistas que no van, no pueden ir, no quieren ir, o no les gusta ir, a esos lugares alejados y precarios.

Durante el neoliberalismo ¿quiénes criticaron el nepotismo en el hospital de León para el ingreso a las especialidades, donde no pocos médicos fallaron hasta cinco años seguidos intentando clasificar y que luego, en su primer intento en Managua, sí clasificaron? ¿Cuántos familiares de buenos estudiantes no se quejaron en programas de opinión por lo anterior? ¿Quiénes dijeron esta boca es mía cuando sólo un médico residente de turno en el servicio de Medicina Interna del Hospital “Lenín Fonseca” tenía que atender a 40 camas de mujeres, 40 camas de varones, una sala de cuidados cardíacos (coronarios), media docena de pacientes con enfermedad renal severa, la sala de emergencias, ayudar en la sala de cuidados intensivos o críticos y hospitalizar hasta 20 pacientes? ¿Y por qué esa malvada desproporción de un médico residente ante más de 130 pacientes? Porque el capitalismo neoliberal así lo quería. ¿Acaso ese es el modelo que ES y CFCHB quieren? Eran los años en que un departamento de Medicina Interna tenía sólo 4 ó 5 residentes, los cuales debían hacer turnos de 24 horas cada cuatro días. Los años en que autoridades hospitalarias le llamaban la atención a los residentes hasta por poner las dosis correctas de antibióticos de última generación y exigían su reducción a la mitad.

Hace 25 años la derecha decía que los médicos se ganaban sus títulos en las tareas revolucionarias. ES y CFCHB también desprestigian; pero el mayor peso de la profesión médica en Nicaragua actualmente recae sobre esa generación de galenos que se formó durante la Revolución. Médicos capaces e inteligentes, que forman al relevo.