miércoles, 15 de septiembre de 2010

RADIOLOGOS Y RIESGO LABORAL

Radiólogos y riesgo laboral

Lenin Fisher

“Hacer una gran cantidad de ultrasonidos ya no es para mí; eso es para los jóvenes; ya mi hombro me duele demasiado.”

“Nadie quiere hacer los ultrasonidos Doppler color en ningún lugar; uno los tiene que hacer; tengo que estarme infiltrando esteroides para calmar el dolor y desinflamar mi hombro derecho.”

“Después de hacer, en una jornada voluntaria, del Movimiento Médico Sandinista, más de 100 ultrasonidos en un día, cada residente de radiología, me empezó el dolor, intenso, hasta no poder seguir más. El subsidio por varios días fue necesario.”

“Era tan intenso el dolor en mi hombro derecho que ya no podía hacer ningún tipo de ultrasonido, ni convencional, ni Doppler color (que dura tres o cuatro veces más de tiempo que el convencional). Lo peor de todo, es que mis compañeros, mis colegas, no me creían, no me apoyaron. Por eso me despidieron, sin ni siquiera reubicarme.”

“Ya me operaron del hombro. Cuando hago más de 12 ó 15 exámenes de ultrasonido me empieza a doler el hombro.”

Estas son algunas de las expresiones tomadas casi literalmente a cuatro diferentes radiólogos y un residente de radiología (cuatro mujeres y un hombre), que han sufrido las consecuencias de lo que se conoce como síndrome de hombro doloroso relacionado con la actividad laboral que ellos como radiólogos desarrollan con el ultrasonido. Este es un factor de riesgo laboral para las estructuras musculotendinosas del manguito rotador (“rotator cuff” en inglés), las cuales pueden resultar lesionadas, al igual que las bursas, ligamentos y todas las articulaciones que conforman la compleja y gran articulación del hombro; y que pueden llevar a la total inmovilización del hombro.

Durante muchos años se ha aceptado ampliamente en el mundo el beneficio del ultrasonido para los seres humanos; pero no se ha hablado casi nada sobre el riesgo que representa para la persona que maneja el equipo de ultrasonido, la sonda o transductor, que es el dispositivo que emite y recibe las señales de ultrasonido.

El radiólogo o ultrasonografista que realiza exámenes de ultrasonido en grandes cantidades, con sondas de tamaño y peso promedio y en condiciones no ergonómicas está en riesgo de sufrir lesiones del hombro de su miembro superior ejecutor.  Por ejemplo, las sondas para los ultrasonidos en 3D y 4D hasta hace pocos años eran extremadamente grandes y pesadas; eran verdaderamente no ergonómicas; y la publicidad comercial del “baby face” o cara fetal tridimensional no tomaba en cuenta el riesgo para el hombro del radiólogo o ecografista. Estos transductores no han cambiado mucho. Grandes compañías fabricantes de ultrasonógrafos como General Electric, Siemens, Philips, etc., deben tomar en cuenta este problema real.

Los movimientos repetitivos en abducción, en ángulo de 90 grados o más, y en rotación externa, son altamente perjudiciales para los tendones del manguito rotador del hombro, sobre todo para los músculos supraespinoso, infraespinoso y redondo menor.  Este factor se agrava cuando la camilla, diván o canapé donde el paciente se acuesta es muy alta o la silla donde el radiólogo o ultrasonografista es muy baja. Se debe distribuir adecuadamente la carga de trabajo y tener la suficiente cantidad de personal.

De tal manera que, el riesgo laboral para el radiólogo ya no sólo es la radiación producida por los rayos X de los equipos convencionales o de los tomógrafos; sino que ahora debe tomarse en cuenta el riesgo para el hombro producido por hacer ultrasonidos. Igualmente, existe riesgo laboral para odontólogos y gastroenterólogos de sufrir de  tendinitis, tendinosis, lesiones del túnel del carpo, etc.

Y las autoridades hospitalarias deben estar informadas sobre el problema para entenderlo y encontrarle solución razonable porque ya existen casos documentados de despidos injustos, al mejor estilo capitalista y salvaje, sin ética médica ni judeocristiana que valga, en hospitales privados  (Bautista, 2007) y públicos (“Lenín Fonseca”, 2007), en que han despedido a radiólogos con lesiones en su hombro, de origen laboral, relacionadas con realizar grandes cantidades de ultrasonidos convencionales y Doppler color. Lesiones que han sido diagnosticadas, tratadas y seguidas por Especialistas de Medicina Laboral, Ortopedia y Traumatología. Lesiones categorizadas por la seguridad social como incapacidades.

En el caso del Hospital Bautista la injusticia implicó una demanda laboral introducida en enero de 2008 (000158-ORM1-08LB) que más de dos años después no tiene un fallo o sentencia emitida por Juez alguno, a pesar del moderno modelo europeo de la Ordice (Oficina de Recepción y Distribución de Causas y Ejecución de Sentencias).  Es necesario que exista una Sala o Magistratura de lo Laboral, o como sea que se llame, dedicada únicamente a resolver los asuntos laborales –pero a resolver con justicia y no a engavetar-, porque los trabajadores no pueden estar esperando tanto tiempo como sí pueden esperar los empresarios, algo que han demandado los dirigentes del FNT (Frente Nacional de los Trabajadores). Ojalá y se hiciera realidad tal cosa para que durante este gobierno sandinista se cumpla cada vez más aquella frase que dice: ¡Arriba los pobres y trabajadores del mundo! En el caso del Hospital “Lenín Fonseca” el trabajador era contratado transitoriamente, a la usanza neoliberal, y fue reintegrado bajo esos términos seis meses después.


Este es un ejemplo más de que la tecnología trae beneficios y problemas o efectos colaterales. El radiólogo y el ultrasonografista (ecografista) son trabajadores operando una máquina (ultrasonógrafo o ecógrafo) y por lo tanto, están expuestos a riesgo laboral, especialmente cuando se realiza una gran cantidad de exámenes ultrasonográficos diariamente. Hasta el momento, el riesgo más evidente es: la lesión del hombro que produce el síndrome de hombro doloroso (inicialmente tendinitis, que evoluciona a  tendinopatía o tendinosis del manguito rotador, bursitis, etc.). Existe tratamiento médico y quirúrgico; pero aunque la bursa pueda extraerse, el daño crónico de los tendones del manguito rotador es irreversible y éstos al someterse otra vez a la actividad laboral repetitiva serán el sitio de origen de nuevos episodios de dolor; hasta el momento, el trasplante de los tendones del manguito rotador no existe como parte del tratamiento.

La incidencia de quejas de malestar del hombro es de aproximadamente 11.2/1000 pacientes por año. En la población trabajadora la incidencia del hombro doloroso puede ser tan alta como 14 a 18%. Los desórdenes del manguito rotador son una fuente importante de morbilidad entre los trabajadores manuales involucrados en realizar muchos movimientos repetitivos.  La actividad repetitiva  es el factor de riesgo principal, en el trabajo o en el deporte, para la tendinopatía del manguito rotador del hombro. La enfermedad del manguito rotador es la causa más común de hombro doloroso en la población en general. Cualquier tendón del manguito rotador del hombro puede afectarse, pero el tendón del músculo supraespinoso es el más frecuentemente lesionado (1).

(1) Up to Date 2009