domingo, 23 de octubre de 2016

DISCURSO DE PRESENTACION DEL LIBRO LA TOMA DEL BUNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979 POR HAROLD CHAVARRIA

Discurso de presentación del libro

LA TOMA DEL BÚNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979

Harold Chavarría*

Oyendo declamar a Oscar Ulises Cortes Tapia, hijo del valiente, aguerrido y siempre recordado Chele Marcos, Oscar Cortés Marín, y a quien el doctor Lenin Fisher en nombre y reconocimiento a los heroicos combatientes históricos del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, le dedica el libro LA TOMA DEL BÚNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979, que hoy nos toca presentar, –algunos de esos hermanos hoy nos acompañan en este acto, incluyendo al Comandante de las fuerzas revolucionarias del FORLP, Leopoldo Rivas Alfaro–.
Les decía que recordaba al poeta Fernando Gordillo, quien aseguraba que la lucha es el más alto de los cantos y el libro de Lenin Fisher es un himno al canto más alto de los dos más grandes cantos que las fuerzas revolucionarias latinoamericanas entonaran en los cien años del siglo XX y que dieron como resultados el triunfo de la Revolución Cubana el primero de enero de 1959 y de la Revolución Popular Sandinista, veinte años después, el 19 de julio de 1979.
Nos atrevemos a decir esto, porque únicamente dos fuerzas revolucionarias en América Latina alcanzaron durante el siglo XX el poder político para sus pueblos por medio de la lucha armada: el Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Cuba y el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua; únicamente triunfaron dos cantos, muy a pesar de que los heroicos movimientos revolucionarios de los Tupamaros del Uruguay, de los Montoneros de Argentina, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca o el de los entrañables hermanos salvadoreños del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional entre muchos otros, pusieron todo de su parte, incluyendo el sacrificio y la entrega de las valiosas vidas de sus principales dirigentes.
Traemos estas cosas a colación porque ambas revoluciones, la cubana y la nicaragüense poseen muchísimas cosas en común –además del permanecer aún triunfantes– como son: los mismos adversarios, la misma bandera rojinegra y sus principales consignas: Patria Libre o Morir; Patria o Muerte, Venceremos. También fueron guiadas por la misma estrategia político-militar, la del General de los Hombres Libres Augusto César Sandino, y las dos tuvieron  a dos ciudades heroicas, nobles y leales llamadas Santiago, Santiago de Cuba y Santiago de los Caballeros de León de Nicaragua; las que se prepararon, que dieron los primeros golpes mortales a las dictaduras de turno, como fueron el asalto al cuartel Moncada y el ajusticiamiento del tirano Somoza García respectivamente, y que luego lucharon y vencieron a sus opresores, a los que capturaron en sus propias cuevas; que dieron en combate a sus mejores hijos, y los que sobrevivieron, marcharon imparables y triunfantes hasta tomar las últimas fortificaciones de los dos mayores genocidas de sus propios pueblos: Fulgencio Batista y Anastasio Somoza.

Entonces el libro del doctor Fisher canta los momentos más sublimes y victoriosos de uno de estos dos hechos históricos de los pueblos latinoamericanos, a como lo es: LA TOMA DEL BÚNKER DE SOMOZA EL 19 DE JULIO DE 1979.
El libro fue preparado bajo un proceso serio, cuidadoso y responsable –hay que hacer notar que el autor tenía apenas diez años cuando ocurrió la toma del búnker de Somoza–, por lo que se vio forzado a obtener, investigar, compilar y contrastar muchas y diversas fuentes; pero principalmente lo dicho y escrito por personas que en su momento, en tiempo real, como decimos ahora, conocieron, supieron, vivieron y/o coadyuvaron a crear las condiciones que acabaron con la dictadura somocista e hicieron que se cumpliera la profecía de Rubén Darío, en el poema ¿Por qué?:“la pata del hombre descalzo manchará la alfombra del opulento; se romperán las estatuas de los bandidos que oprimieron a los humildes; y el cielo verá con temerosa alegría, entre el estruendo de la catástrofe redentora, el castigo de los altivos malhechores”.
Fisher en su libro nos crea como radiólogo experimentado –profesión a la que como él dice “se dedica en sus tiempos libres”– una imagen nítida y completa de lo que sucedió aquel 19 de julio de 1979 con las tropas revolucionaras leonesas entrando a Managua desde el 18 de julio, día en que liberan Mateare, Los Brasiles y descansan por la noche en el empalme a Xiloá, –de lo que se desprende que ciudad Sandino también había sido liberada– y llegando triunfantes al búnker de Somoza en las primeras horas de la mañana del 19 de julio.
Los XVI capítulos del libro muestran claramente y de manera tácita cinco fases previas a que las tropas del FORLP entraran antes que cualquier otra al Búnker de Somoza, y narran los hechos más importantes de cuatro periodos previos a la misma y en donde se desarrollan hechos claves que crean las condiciones objetivas y subjetivas para la entrada triunfal de las tropas revolucionarias leonesas a las instalaciones de la Loma de Tiscapa, centro del poder político, económico y militar de la dictadura somocista.
Y en estas cinco fases el autor narra y analiza, y nos hace analizar los principales elementos que intervinieron y crearon las condiciones objetivas y subjetivas para la toma de la Loma de Tiscapa y el Búnker de Somoza.
Estos periodos son las siguientes:
   1º.       Ene a Feb de 1978: La Fundación del Frente Occidental Rigoberto López Pérez.
  2º.        Marz a 16 Sept 1978: Preparación y desarrollo de la Insurrección Popular en León.
  3º.       Sept 17 de 1978 al 3 de Jun 1979: Etapa Pre–insurrección Final.
  4º.       Jun 4 a Jul 17 de 1979: Insurrección Popular Sandinista en León y en sus municipios.
  5º.       Julio 18 y 19 de 1979: La víspera, el Triunfo Revolucionario y la entrada al Búnker.
Pues bien, recorramos juntos estas cinco fases:
 1º.   La Fundación del Frente Occidental Rigoberto López Pérez. Ene–Feb 1978:
El doctor Lenin Fisher inicia relatándonos los orígenes del Frente Occidental Rigoberto López Pérez de la siguiente manera: “En una reunión realizada el 5 de febrero de 1978, en la casa del colaborador Pablo Ordóñez, situada en el sector de Las Gavetas, se fundó el FORLP, según Francisco José Jarquín Ramírez. A esa reunión asistieron varios compañeros de la guerrilla que estaban separados del FSLN por sectarismo o intrigas” o “por actitudes erróneas y sin fundamentos” de algunos compañeros. Estuvieron presentes en la fundación del FORLP: William Fonseca Martínez (Enrique), Iván García (Edgard), Guadalupe Moreno Mendoza (Abel), Antonio Lenin Fonseca Martínez (Toño o Cuajada) y Francisco José Jarquín Ramírez (Camilo)” entre otros. “La decisión mayoritaria determinó que el primer jefe fuese Camilo. Un mes después tenían 14 armas de guerra y contaban con una buena organización”.
Y continúa diciendo Fisher: “Relata Lenin Valle Ruiz que la primer arma que intentó recuperarse fue mediante la acción de atacar a un oreja o soplón de la GN en el sector del cine Alex, al costado norte del parque San Juan. Francisco Jarquín e Iván García armados con un garrote golpearon al colaborador de la GN para arrebatarle un revólver calibre 38; pero no lo lograron y tuvieron que salir corriendo. El segundo intento para recuperar un arma fue cuando Camilo ordenó a Octavio el Gato Porras, usar un cuchillo para lograr dicho objetivo”.
Un hecho interesante digno de mencionar, es que los dos únicos sobrevivientes de la fundación del FORLP, los compañeros Iván García Abarca (El Canoso) y Francisco Jarquín Ramírez (Camilo) no estuvieron ni dirigiendo ni acompañando al mismo hasta su entrada victoriosa en Managua el 19 de julio de 1979. Y podemos preguntarnos: ¿y dónde se encontraban estos dos reconocidos e infaltables combatientes? Pues bueno, Iván se encontraba con el Estado Mayor General luchando en Managua, luego en El Repliegue y por último en lo que más adelante llegó a llamarse la IV Región del país; estaba junto a reconocidos jefes guerrilleros como: Ramón Cabrales Aráuz, Marcos Somarriba García, Walter Ferrety, Mónica Baltodano, Oswaldo Lacayo, Raúl Venerio Granera, Rolando “Cara Manchada” Orozco, Walter Mendoza Martínez, César Augusto Silva y Denis Meléndez.
Y sobre Camilo, Fisher señala: “De acuerdo a Valle Ruiz, Francisco José Jarquín Ramírez (Camilo) tiene muchos méritos, como muy pocos revolucionarios sandinistas lo tienen por haber participado en las diferentes etapas de la lucha armada: grupos guerrilleros que originaron al FSLN (FRS, MNN[1]) al final de la década de 1950 e inicios de la década de 1960, hasta la fundación del FORLP, la insurrección de septiembre de 1978, en León, y la ofensiva final en 1979, en Matagalpa. Camilo, un luchador de ayer, hoy y siempre, ha sido un revolucionario disciplinado y destacado, que gozó del respeto de la generación de combatientes sandinistas que participaron en la insurrección de septiembre de 1978 de León. Esta generación lo admira como admiró al estado mayor del FORLP en dicha insurrección popular”. En la ofensiva final Camilo combatió en la ciudad de Matagalpa, en la fotografía vemos a Camilo en julio de 1979 en esa ciudad dando una entrevista.
Fisher con sus escritos nos lleva a reconocer el valor y el papel inigualable de los fundadores del FORLP, ya que iniciaron un frente guerrillero sin un arma y al mes tenían 14; que 6 meses después organizan una insurrección popular con cerca de 80 hombres armados y la finalizan con cienes de ciudadanos integrados a sus filas; que durante esa insurrección resisten 8 días de ataques por tierra y aire de parte de las fuerzas de la GN, un ejército que los superaba en su volumen de fuego; y que luego de esa Insurrección Popular mantiene una operación ininterrumpida de desgaste de las fuerzas enemigas desde el 16 de sept. 78 hasta el inicio de la Ofensiva Final el 4 de junio de 1979. Y que así mismo, 17 meses después de su fundación entran triunfantes a la capital de su país con una tropa conformada por 850 a 900 combatientes y (que) contaban con seis tanques, cinco tanquetas y algunos carros blindados”.
También Fisher nos hace meditar en que el FORLP al momento de entrar al Búnker de Somoza había perdido a dos Estados Mayores completos, a todos sus fundadores, ya que sus dos únicos sobrevivientes se encontraban en otros frentes de guerra y al Estado Mayor caído en abril de 1979, el que había diseñado el plan militar para liberar al occidente de Nicaragua durante la insurrección final, el que fue encontrado en la camisa ensangrentada de nuestro siempre querido y recordado Comandante Oscar Pérez-Cassar.

2º.  Preparación y desarrollo de la Insurrección Popular en León: marzo a septiembre 16 de 1979.
En su libro el doctor Lenin Fisher nos lleva de la mano y nos introduce primero a la preparación y luego a la Insurrección Popular de septiembre de 1978 señalando:
“El FSLN, de tendencia Tercerista o Insurreccional, para evitar insurrecciones espontáneas del pueblo, como sucedió en Matagalpa durante los días 27 y 28 de agosto de 1978, efecto de la euforia generada después del asalto al Palacio Nacional, llamó a una insurrección general para el 7 de septiembre. Se atrasó el plan porque faltaban 17 fusiles Fal, con tromblón lanzagranadas, que se introdujeron en vísperas de la insurrección que comenzó el 9 de septiembre, a las 6:00 p.m., cuando radio Corporación acostumbraba sonar el Angelus y sus acordes del Ave María, de Franz Schubert, contando con 150 hombres con armas de guerra, de cacería y artesanales”.
Agrega Fisher: “… el estado mayor que dirigió la insurrección de septiembre de 1978 en León estuvo conformado por Oscar Pérez- Cassar, Róger Deshón Argüello y Carlos Manuel Jarquín, a quienes acompañaba Oscar Valladares”. Igualmente por “Iván García Abarca, William Fonseca Martínez, Guadalupe Moreno Mendoza, Ernesto Castillo Salaverry y el mismo Francisco Jarquín Ramírez (Camilo). Se dividió esa cantidad de combatientes (alrededor de 10 cada uno), para atacar los siguientes objetivos militares: Comando Departamental de la GN, cárcel La XXI, y Estaciones de Policía de Sutiaba, Ermita de Dolores y Guadalupe”.
“El 9 de septiembre de 1978 atacan la cárcel La XXI: Guadalupe Moreno (Abel), Tito Castillo (bazooka), Berny Bonilla (ayudante, lleva los cohetes de la bazooka), el Congo, Roberto Calderón, Leónidas Laguna y German Tijerino. Después de ese primer ataque, donde muere Tito Castillo, la bazooka es manejada por German Tijerino y el ayudante es Lenin Valle”.
Ante los ataques a las instalaciones de la GN la población leonesa apoya y levanta barricadas y da inicio a la insurrección popular de septiembre de 1978.
Las muertes de Ernesto Castillo Salaverry, Benito Pavón, El Mexicano y William Fonseca.
Continúa Fisher: ”De acuerdo a Lenin Valle Ruiz, el compañero Ernesto Tito Castillo Salaverry (Iván), poeta, cae combatiendo, el propio 9 de septiembre, enfrente de la cárcel La XXI, cuando después de disparar a dicho objetivo con una bazooka, falla; luego, en un segundo disparo dio en el blanco; pero se emocionó tanto que saltó de alegría y en ese momento fue herido mortalmente por las balas de la GN”.
También señala Fisher: “Cuando los guerrilleros están retirándose por el sector norte de la ciudad, el 15 de septiembre… el mando de la tendencia Insurreccional o Tercerista ordena que sus escuadras busquen y ataquen a las fuerzas de la G.N., que impulsaban la operación limpieza para retomar el control total de la ciudad y durante la cual masacraron a muchos jóvenes. Según Ortega Saavedra fueron más de mil víctimas civiles. Con mucha razón, desde 1979, el estadio de baseball de la ciudad de León se llama Héroes y Mártires de Septiembre”.
Acatando la orientación de su Estado Mayor las escuadras sandinistas contra-atacan a la GN y durante ese contraataque caen de manera dolorosa los compañeros Benito Pavón, El Mexicano y William Fonseca.
Sobre la Insurrección Popular de 1978 Fisher aporta cuatro elementos sumamente interesantes:
Primero, el FORLP asume y cumple el reto de iniciar la insurrección popular ante el peligro de una insurrección espontánea.
Segundo, el  grado de compromiso y de responsabilidad del alto mando de las fuerzas insurgentes, el que aún ya ordenado el retiro de sus fuerzas, orienta regresar para defender a la población civil que sufría la Operación Limpieza; como diríamos popularmente: a dar la cara, a decir la cosa es conmigo, no con civiles desarmados.
Tercero, la caída de estos cuatro héroes de la insurrección de septiembre en León, se da en momentos de descuido que estos tuvieron, producto posiblemente de las siguientes causas: el valor extraordinario que poseían que les hacía subestimar el peligro; igualmente el ser ciudadanos levantados en armas y no militares de carrera y por supuesto, al aprovechamiento eficiente que de estos descuidos hicieran las fuerzas de la dictadura, la que tenía a su servicio sin lugar a dudas al ejército mejor entrenado de Centroamérica, circunstancias que le dan un valor agregado a la victoria sandinista sobre una fuerzas técnica y logísticamente muy superior.
Cuarta, Fisher señala igualmente la masificación de la lucha en contra de la dictadura somocista y la integración de nuevos sectores leoneses a la misma, veamos: ”la fuerza aérea de Somoza había bombardeado (el 11 de septiembre a) una caravana de vehículos de la Cruz Roja Nicaragüense, que viajaba de Managua a León” (a prestar socorro a su filial), hecho por el cual, “la Cruz Roja Internacional presionó para que respetaran a su personal y a los heridos que estaban en las distintas unidades de salud”. Esta defensa que de su personal y de los trabajadores de la salud en general, así como de los heridos que atendía la Cruz Roja Internacional durante la insurrección de septiembre, dejó al descubierto sin proponérselo, el papel destacado que destacados y prestigiosos médicos realizaban en apoyo a los combatientes, por ejemplo: el doctor Wiron Valladares Vallejos y otros galenos como el doctor Rigoberto Sampson Granera. Igualmente, Fisher destaca la integración de otros jóvenes de distintos sectores de la población al combate guerrillero urbano, poco o nada mencionados en otros testimonios, como: Tomás Bolaños, Oscar Balladares, Berny Bonilla, Aldo Zambrana, Germán Tijerino, etc. etc.
3º.   Etapa Pre–Insurrección Final. Sept 16, 1978 a Jun 3, 1979:
Esta etapa es vital para el alcance del triunfo revolucionario del FSLN en León. Fisher la aborda resaltando los siguientes hechos:
ª  Integración y participación de los jóvenes. En este listado se resalta el nombre de muchos compañeros nunca mencionados o casi olvidados:
“Al hablar del FORLP en León, no podemos olvidar a algunos combatientes urbanos, verdaderos héroes anónimos, que vivían en San Luis, San Felipe y Zaragoza. Por San Luis deben incluirse Luis Manuel Toruño (Charrasca), Marvin Saavedra Ramírez (Chivo Pando), Carlos José Santana Flores (Chepe Carreta), Isidro Ramiro Soza Hernández (Pisis) y Fanor Caballero (el Negro). Por El Pochote, en San Felipe, debe mencionarse a los hermanos Fernández (Omar y José, conocido como Chepe Pega); los hermanos Escobar (Aurelio y Oscar); los cuatro hermanos Pastrán (Carlos, Alfonso, Manuel, Ramón y Reynaldo); los hermanos Chavarría (Yader, Harold y Luis); los hermanos Ruiz Fernández (Mario y Carlos, conocido como el Guardia); German Romero Lezcano (Lencho), Ramón Larios Brenes, José Luis Medrano (el Chatel), Constantino Ugarte (el profesor Tino), Benito Ramón Sevilla González (el Pupo), Berny Bonilla, David Romero (David Cola), Vicente (Chente), los hermanos Barrios (Julio y Gustavo); Yader Lezama, Marvin Méndez, Gonzalo Mendiola y Lenin Valle Ruiz. Por Zaragoza debe mencionarse a Francisco Gutiérrez (q.e.p.d.), posteriormente mayor del E.P.S.; Leónidas Pacheco Mora (que llegó a ser comisionado de la Policía Nacional), Róger Bosco Pacheco Mora, capitán retirado, Armando Zapata (teniente primero en retiro), y Juan Sánchez”.
Otro aspecto abordado por el libro es la matanza de la juventud leonesa por parte de la G.N: “… en noviembre de 1978 la GN asesinó, en una casa del barrio San Felipe, a Oscar Vado Ugarte, Edwin González (Punga), Leónidas Laguna y el Chino Gutiérrez (quien era hermano de un GN y probablemente el informante, asesinado con el propósito de no dejar testigos). Los jóvenes estaban desarmados y limpiando armas que serían usadas en una emboscada, operativo que sería dirigido por Iván García Abarca (posteriormente coronel del Ejército Popular Sandinista, EPS).” Luego de estar detenido “García Abarca, fundador del FORLP, fue trasladado a Managua”. Otras matanzas de jóvenes son mencionadas: la de los hermanos Pastrana, la de los jóvenes de El Calvario, la del Lunes Santo de la Semana Santa de 1979, etc.
La repuesta de la juventud leonesa al genocidio a la que era sometida: Ni el FSLN ni la juventud se quedaron de brazos ante la represión; cuenta Fisher: “El domingo 15 de abril entre las 7 y 8 de la noche, una columna de no menos de 50 guerrilleros urbanos de las escuadras de Zaragoza y San Felipe (El Pochote), al mando de Fanor Urroz, atacan el cuartel del municipio de Telica, instalando una emboscada de contención en el puente, que no cumplió su papel porque la GN no envió refuerzos desde León.  Aproximadamente 10 guardias había en el cuartel y solo tres de ellos fueron capturados vivos, los cuales fueron fusilados al día siguiente por Charrasca en tres distintos puntos de la ciudad de León, donde la GN había asesinado recientemente a jóvenes sandinistas. En Telica participaron demasiados combatientes. Al día siguiente, lunes 16 de abril, por la tarde, la GN asesinó al estado mayor del FORLP en Veracruz.”
Asimismo, otras emboscadas son mencionadas en el libro, como las ya conocidas de La Barranca y la de San Pedro, pero también, la del Aserrío Santa Fe – Fajas William, la del Colegio La Salle, descrita con detalles, la del Parque San Felipe, así como otras abortadas, como la de La Proquinsa hacia abajo.
Las acciones de recuperación económica para garantizar el avituallamiento: Igualmente fueron acciones vitales, entre las que resalta la del Banco Nicaragüense: “En noviembre de 1978, Róger Deshón llegó a la casa de Lenin Valle a decirle que necesitaban mucho dinero y que debía contactar a sus mejores combatientes para conseguirlo. Por esta razón se asaltó el Banco Nicaragüense (Banic), donde se recuperó la cantidad de un millón 750 mil córdobas, que sirvieron para pagar el primer furgón con un cargamento de armas que llegó a la ciudad de León. Benito Ramón Sevilla González (El Pupo) y Oscar Larios fueron designados para ir a descargar las armas, en un sitio que no conocían, para lo cual les vendaron los ojos. Faltaban solo seis meses para que el FSLN desatara la ofensiva final e ininterrumpida contra la dictadura de los Somoza”.
El doctor Fisher señala además dos hechos fundamentales que marcaron una exacerbación en el ánimo de la población y de aceleración de las acciones para alcanzar el triunfo: la unidad de las tres tendencias del FSLN que se concretó en el mes de marzo de 1979, en Cuba, superando la división iniciada en 1975, conformándose la Dirección Nacional Conjunta y la Masacre de los Héroes de Veracruz, ampliamente conocidas.
Pero en medio de esta vorágine no se descuidó, ni tantito así diría el Che, una acción elemental: la preparación político–militar, la que se realizaba a esas alturas en pequeñas zonas liberadas de la ciudad, y aunque: Después del asesinato del estado mayor del FORLP hubo un vacío de poder y anarquía en León. El nuevo estado mayor que lo sustituyó carecía de mando y dominio de las tropas guerrilleras en el terreno, exceptuando a Ana Isabel Morales, sobreviviente de la masacre del 16 de abril de 1979, por lo que fue un gran reto para el nuevo estado mayor igualar o superar el liderazgo de los Héroes y Mártires de Veracruz. Sin embargo, la cadena de mando conformada por los jefes operativos mantuvo el control de los hombres y las armas, lo cual obviamente fue un factor de estabilidad muy importante después del inmenso golpe sufrido en Veracruz.
Y para concluir con esta fase Fisher señala la importancia de los cuadros de refuerzo: ”Oscar Cortés Marín (el chele Marcos) ya estaba en León cuando ocurrió la masacre de Veracruz e inmediatamente después de ese trágico hecho, se incorporó a atender y fortalecer las escuadras dirigidas por Luis Manuel Toruño (Charrasca). El chele Marcos había sido enviado desde el Frente Sur hacia Honduras y fue llevado a León por Benito Blanco, otro destacado combatiente. Dora María Téllez también estaba en León, para abril de 1979, pero como tropa en refrescamiento; después de la masacre de Veracruz, es incorporada al estado mayor del FORLP.
4º.   Insurrección Popular Sandinista en León. Jun 4–Jul 17 de 1979
Lenin Fisher para introducirnos a esta etapa decisiva para obtener el triunfo revolucionario nos señala: ”El Frente Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP) tenía como misión estratégica la insurrección de las dos principales ciudades del occidente de Nicaragua, León y Chinandega, para distraer al estado mayor general de la GN. Debía cortar la comunicación entre Managua y Occidente, de la misma manera que entre León y las Segovias, así como las comunicaciones terrestres o marítimas del país con el exterior, impidiendo el funcionamiento del puerto de Corinto y el tránsito fronterizo con Honduras, El Salvador y Guatemala”.
Para el cumplimiento de estos objetivos las fuerzas revolucionarias del FORLP, indica Fisher, contaban:
1.       “Con 203  combatientes entrenados y fogueados, es decir, con experiencia combativa y organizados debidamente en la siguiente estructura de mandos”:

      Por la tendencia Insurreccional o Tercerista, Dora María Téllez, Leopoldo Rivas Alfaro (Oscar) y Fanor Urroz (Mariano). La tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP) era representada por Mauricio Valenzuela (Emilio) y María Lourdes Jirón (la China). Alfonso García Barberena (el Prole) representó a la tendencia Proletarios.
       
      El estado mayor de la tendencia Insurreccional estaba conformado además por Leticia Herrera (Miriam) y Ana Isabel Morales (Lucía). Los jefes operativos más relevantes de la tendencia Insurreccional fueron: Guadalupe Moreno (Abel), Oscar Cortés Marín (el chele Marcos) y Emiliano Muñoz Lumbí (Pancasán). Los más importantes jefes operativos de la tendencia GPP fueron: Ródrigo González (Argelio), Sergio Lira (Zacarías) y Eddy Reyes Baldizón (Umanzor). Otros jefes operativos eran: Carlos Soza (Jeremías), María Luisa Méndez (Miriamcita), Evert Alemán (José), Lenin Espinoza (Pantaleón), Lucía Fuentes (Flor) y Juan Carlos Hernández. Además, debe agregarse a Lenin Valle Ruiz (Felipe) y Carlos Nájar (el chele Nájar), quienes desarrollaron una labor de liderazgo operativo muy relevante.   

2.      Según el general Humberto Ortega Saavedra, en la Epopeya de la Insurrección, para iniciar la ofensiva final en junio en León, los insurgentes sandinistas tenían 349 armas largas o fusiles de guerra y 203 combatientes entrenados en pequeñas escuelas militares, en los propios barrios leoneses, cita Fisher en su libro.
“En el libro La Epopeya de la Insurrección, del general Humberto Ortega Saavedra, se describe el plan general de la ofensiva ininterrumpida o final, que consistía en asediar Managua en un tiempo estimado no menor de 30-45 días, para obligar a la GN desgastada a la rendición o a la derrota después del asalto final”.
La estrategia en León era prácticamente la misma, acorralar o sitiar hasta lograr la rendición, o puesta en fuga y/o aniquilamiento de las fuerzas acantonadas en los edificios más altos de la ciudad, en el Comando, la Cárcel de la XXI, el Fortín de Acosasco y el Banco Central. Además de proteger los accesos a la ciudad tanto por la carretera a Chinandega como de Managua, para ello: “El 4 de junio de 1979, a las 12:05 de la mañana, inició el ataque al Comando Departamental de la GN. Los primeros disparos fueron hechos, según lo acordado y ordenado, por Lenin Valle Ruiz (Felipe), con un fusil automático pesado (FAP), desde el sector del puente de los cañones de San Sebastián. La GN respondió con ráfagas de ametralladora calibre 50 que casi matan a Fanor Urroz (Mariano), si no lo ha halado Felipe”.
“De la casa de Luis Manuel Toruño, Charrasca, el 4 de junio de 1979, salieron dos columnas, una   dirigida por Guadalupe Moreno y Lenin Valle, la cual recorrió San Felipe, Zaragoza, El Laborío, Tenería Bataán, Esquina de la Boa y cañones de San Sebastián, hasta llegar a rodear a la cárcel La XXI y el Comando Departamental de la GN por el sur y el oeste. La otra columna era dirigida por Leopoldo Rivas Alfaro, Oscar Cortés (el Chele Marcos) y dos lugartenientes de Charrasca, quien estaba herido: Isidro Ramiro Soza Hernández (Pisis) y Marvin Saavedra Ramírez (Chivo Pando) , la cual avanzó por El Coyolar, El Calvario y El Sagrario hasta llegar al norte y al este de la manzana del comando departamental”.
Lo que pasó luego veámoslo mejor en las fotografías presentadas por el libro de Fisher:
Edificios destruidos y quemados.
Muerte de valerosos combatientes como Guadalupe Moreno (Abel) y Jorge Vicente Patiño.
Asalto al Comando GN.
Asedio a las Instalaciones de La Cárcel la XXI.
Toma de el Fortín de Acosasco.
La ciudad de León es liberada el 20 de junio de 1979, de la importancia de esta liberación Fisher nos recuerda la revelación siguiente: “Anastasio Somoza Debayle en su libro Nicaragua traicionada (Belmont, Massachusetts. Western Islands. 1980; 508) valoraba lo siguiente: En mi opinión, la caída de León marcó el principio del desmoronamiento de nuestra situación militar.”
Y realmente que así fue, porque después de Acosasco el avance del FORLP hacia la capital fue indetenible: persecución y aniquilamiento de las fuerzas somocistas en el camino a el Chagüe, Salinas Grandes, Pancorva e Izapa. Así como en la toma de La Paz Centro y Nagarote.
De la toma de La Paz Centro el libro presenta en un capítulo el testimonio de Reynaldo Hernández Linarte, quien narra una versión casi idéntica a lo que sucedió en León: asedio a las fortificaciones de la G.N.; huida de ésta en medio de una lluvia de balas y con escudos humanos, persecución por parte de las fuerzas revolucionarias y aniquilamiento.
En la ciudad de Nagarote, aunque fue un triunfo revolucionario más, éste costó la caída en combate de Fanor Urroz y junto a él, Pompi, un compañero muy popular y muy querido en la ciudad de León, proveniente de una familia de escasísimos recursos económicos y el que a pesar de sus limitaciones físicas dio muestra de un coraje excepcional en el combate.
Para Fisher, estos son los cuatro los periodos y los hechos más sobresalientes que determinaron que las tropas leonesas del FORLP fuesen las que pisaran antes que cualquier otra el Búnker de Somoza el 19 de julio de 1979.
Estando claros de lo que aconteció, es decir, de los antecedentes que tuvo el FORLP para lograr su hazaña, hurguemos ahora en los detalles de la llegada de éste a Managua:
5º.   Triunfo Revolucionario el 19 de Julio de 1979:
El Frente Occidental Rigoberto López Pérez en Managua desde el 18 de julio de 1979 y entra en el Búnker de Somoza en las primeras horas del 19/07/1979.
1)      Testimonio del combatiente: Benito Ramón Sevilla González (el Pupo).
2)     Testimonio del Jefe de la Vanguardia de la Tropas: Oscar Cortés Marín (el Chele Marcos).
3)     Testimonio del Jefe de la Tropas del FORLP que asedian y asaltan Managua: Comandante Guerrillero Leopoldo (Polo) Rivas Alfaro.
4)     Testimonio de otros Comandantes Guerrilleros y Combatientes connotados.
5)     Apuntes del Comandante en Jefe de las Fuerzas Revolucionarias: Comandante de la Revolución Humberto Ortega Saavedra.
6)     Testimonios de periodistas independientes.
1.      Testimonio del combatiente:  
Del testimonio del combatiente Benito Ramón Sevilla González (Pupo) el doctor Fisher señala: “Al amanecer del 18 de julio avanzan hacia el departamento de Managua. Llegan al municipio de Mateare y encuentran abandonadas las posiciones de la GN, que había salido huyendo. Los combatientes procedentes de León organizan las milicias de Mateare y avanzaron sobre el poblado de los Brasiles, donde también la GN había abandonado el lugar. Ahí encuentran buzones de armas, avionetas y aviones Push and Pull, con bombas y artilllados, los cuales iban a ser utilizados contra las columnas del FORLP; pero el ejército de Somoza Debayle no tuvo tiempo de hacerlo. Continúan su avance y al final de la tarde del mismo día 18 de julio llegan al Open Tres (hoy Ciudad Sandino), en la periferia occidental de la capital Managua, donde descansan y duermen”.
“En la madrugada del jueves 19 de julio de 1979, los guerrilleros sandinistas del FORLP se levantan y preparan el orden de marcha hacia la capital. Sobre la carretera combaten con la GN posicionada en un plantel de la Empresa Nacional de Luz y Fuerza (Enaluf), en las cercanías del Open Tres, y luego combaten en la Cuesta del Plomo, donde la guardia somocista asesinó a muchos jóvenes, por lo que después fue llamada Cuesta de los Mártires”.
“Las columnas guerrilleras del FSLN que conforman el FORLP, procedentes de León, se dividieron y avanzaron por diferentes calles de Managua. Unos pasaron por el Estadio Nacional y el cine Cabrera”. Otros se fueron por la Dupla Norte y llegaron al cine González y el sector de los escombros de la vieja Managua, donde actualmente es el parque infantil Luis Alfonso Velásquez Flores”.
“El grupo donde va el Pupo, conformado por 18 a 20 combatientes, al mando de Pancho Browning, va a la vanguardia, está integrado además por Javier (Pepesca) Hernández, Ramón Moncho Gradis, Omar Fernández López (Petén) y Marvin Méndez, llegan por el sector del Arbolito, donde hacen una pequeña pausa y comen una pequeña cantidad de alimentos, para después continuar la marcha en un jeep Susuki, sin tolda, manejado por Marvin Saavedra Ramírez Chivo Pando, donde van también Isidro Ramiro Soza Pisis (de pisa y corre, no de Piscis) y Luis Manuel Toruño (Charrasca), recorriendo la Dupla Norte, hasta desembocar por el sector donde posteriormente el gobierno revolucionario construiría el parque infantil Luis Alfonso Velásquez F”.
Además, señala que Luis Manuel Toruño (Charrasca), a pesar de no haberse recuperado totalmente de sus heridas, ya que tenía limitación para mover uno de sus brazos, combatió durante una parte de la ofensiva final en León y participó en el avance hacia Managua, hasta llegar a la Loma de Tiscapa”.
“La presencia de Charrasca en las fuerzas guerrilleras del FORLP, avanzando victoriosas hacia Managua, significaba mucho, porque era todo un símbolo. Para Lenin Valle (Felipe), era como una presencia física emblemática, porque no se encontraba en su mejor condición, algo así como, guardando la debida distancia, el Cid Campeador, el señor experto en batallas campales del siglo XI en España”.
“Alrededor de las tres o cuatro de la tarde del 19 de julio de 1979 reúnen en formación al grueso de las columnas guerrilleras de los distintos frentes de guerra, delante de miembros de la Dirección Nacional del FSLN (Humberto Ortega, Henry Ruiz, Víctor Tirado, Carlos Núñez) y otros guerrilleros destacados como Lenin Cerna, Mónica Baltodano y William Ramírez. La dirigencia pidió que diesen un paso al frente aquellos combatientes que no deseaban formar parte del nuevo ejército y de la nueva policía. El Pupo dio un paso al frente porque no le gustaba la vida militar. Ese mismo día se fue al raid hasta el parque las Piedrecitas y luego, portando todas sus armas, regresó a la ciudad de León”.
“Benito Ramón Sevilla González es mencionado en el valioso libro De León al búnker (Cortés Domínguez, G. Managua. Editarte. 2010; p. 400), con el pseudónimo de Petronio, en la sección de agradecimientos y en la página 111, donde hace referencia a dos entrenamientos que el Chele Marcos impartió en el barrio la Providencia, así como varios cursos militares en el patio de la casa de Charrasca, que funcionaba como un cuartel de los guerrilleros urbanos del FSLN en León”.
“Este es el testimonio de uno de los valientes guerrilleros urbanos sandinistas del Pochote, barrio San Felipe, de la ciudad de León, que liberaron León, La Paz Centro y Nagarote, y formó parte de las fuerzas del FORLP que se tomaron el búnker de Somoza y la Loma de Tiscapa, en la capital Managua, el 19 de julio de 1979, antes que los demás frentes guerrilleros llegaran. Joven que después continuó defendiendo la Revolución Sandinista, siendo herido en una emboscada que la contrarrevolución hizo en Susucayán, El Jícaro, Segovia, cuando era miembro del BIR 40-14”.
2.     Testimonio del Jefe de la Vanguardia de la Tropas: Oscar Cortés Marín (el Chele Marcos).
Dice Fisher: En una entrevista televisiva que Oscar Antonio Cortés Marín, conocido como el chele Marcos, brindó un año antes de morir, relató lo siguiente a la periodista Elisa Maturana del programa Esta Semana: “Nosotros el 19 de julio a las seis de la mañana estábamos en el empalme de Xiloá, combatimos con la guardia que estaba en las instalaciones de Enaluf, frente al Open 3, tenemos un combate allí como de cuarenta y cinco minutos a una hora y bajamos por la Cuesta del Plomo hasta Linda Vista donde ya había un desborde de población. Cortés Domínguez, G. De León al búnker. Editarte. Managua, Nicaragua. 2003;”
“No hay más combates, nosotros seguimos avanzando hasta llegar prácticamente al (cine) Cabrera. Para nosotros era increíble, no encontrábamos ninguna resistencia, ninguna presencia, y todavía íbamos montados en los vehículos, y allí bajamos, comenzamos a avanzar a pie hasta el tope, y luego cruzamos por el [hotel] intercontinental hasta llegar propiamente al Búnker. (Ob. cit. p. 52-53).”
“Continúa el chele Marcos: Yo lo había visto por video y se identificaba claramente por la infraestructura que era el Búnker. Rompimos la puerta, entramos, estaba un cuarto enorme allí con todas las cosas de Somoza, una gran cama, luego una oficina donde había una gran mesa con un gran mapa con un radio atrás que es donde me imagino él dirigía las operaciones, había un gran equipo de radio Simitel (Sistema Militar de Telecomunicaciones). En ese momento entró una llamada de San Carlos, del coronel de San Carlos que estaba pidiendo instrucciones y sencillamente le contesté, le dije que ya el Búnker era parte de Nicaragua libre, que por favor se rindiera, que le íbamos a respetar la vida. (Ob. cit. p. 336)”.
”En fotografías publicadas en internet, en el sitio www.flickr.com, se puede ver al chele Marcos con Leopoldo Rivas revisando el archivo personal de Somoza; el chele Marcos caminando junto al periodista extranjero Alon Reininger, mientras un camarógrafo filma, en las instalaciones de la Loma de Tiscapa y el Búnker de Somoza; así como el chele Marcos pateando un afiche con el rostro del dictador Somoza Debayle.”
Oscar Cortés Marín, el chele Marcos (Managua, 31-12-1955 / 6-7- 1996), fue hijo del destacado odontólogo Oscar Cortés Cordero y de la señora Nelly Marín Avilés de Cortés. El chele Marcos fue enviado, como refuerzo, desde el Frente Sur hacia León, un poco antes de la masacre del estado mayor del FORLP en Veracruz.
3.     Testimonio del Jefe de la Tropas del FORLP que asedian y asaltan Managua: Comandante Guerrillero Leopoldo (Polo) Rivas Alfaro.
 Para finalizar, la lectura del testimonio del coronel retirado y comandante guerrillero, Leopoldo Rivas Alfaro, nos ayuda a entender mejor lo que pasó: Casi treinta años han pasado y todavía Leopoldo (Polo) Rivas Alfaro guarda nítidamente la emoción en su corazón y los hechos en su memoria al recordar que fue el primer comandante sandinista que, al frente de 850–900 combatientes del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, llegó a la Loma de Tiscapa y entró al búnker del tirano Anastasio Somoza Debayle.
Con ese resumen, inicia la revista Visión Sandinista la sección dedicada al personaje del mes, en su número 170, del mes de junio de 2009: el comandante guerrillero Polo Rivas.
“Eran las siete de la mañana del 19 de julio de 1979, aunque ya desde la noche anterior él y su contingente había entrado a la capital desplegándose por los alrededores de la (ciudad), donde estaban concentrados tres mil efectivos de la Guardia Nacional; pero que cuando sintieron la presencia de los combatientes y se enteraron de que estaban apertrechados de tanques, tanquetas y morteros recuperados a sus mismas fuerzas en el occidente del país, se asustaron y salieron huyendo”.
“En la madrugada del 19 de julio empezaron a avanzar y a las cinco de la mañana empezamos el combate con los guardias, que no nos aguantaron ni quince minutos, un intercambio de disparos y salieron en carrera, o se desvestían y salían de civil o botaban el fusil y salían huyendo”.
Los fuertes combates contra la Guardia Nacional en Izapa (empalme de las carreteras nueva y vieja a León), finalizaron el 16 de julio, con la victoria de los guerrilleros del FSLN. Señala Polo Rivas:
Vencer aquí a un buen contingente de guardias nos permitió, sin quererlo, vencer a los guardias que estaban en La Paz Centro y Nagarote.
Agrega Rivas Alfaro: No nos detiene nada, seguimos hasta pararnos en Camas Luna, que estaba en el desvío a Xiloá. Además, apunta que el 17 de julio, por la noche, empezaron a puntualizar los planes, en coordinación con el comandante Joaquín Cuadra, para avanzar sobre Managua. Continúa su testimonio así: Nos íbamos a reunir en una casa de Ciudad Sandino para planificar el ataque contra los tres mil guardias que había en Managua, atrincherados en la Loma. No obstante, los guardias atrincherados en el Coyotepe no permitieron a las fuerzas que venían dirigidas por Joaquín Cuadra Lacayo avanzar desde Masaya hacia Managua.
Debe recordarse que las fuerzas guerrilleras de Masaya fueron reforzadas con las del repliegue táctico a esa ciudad, ejecutado por los guerrilleros de Managua el 27 de junio de 1979.
El día 19 de julio de 1979 las columnas sandinistas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP), provenientes de León, emprendieron el avance hacia el centro de la capital. Dicha tropa estaba conformada por 850 a 900 combatientes y contaban con seis tanques, cinco tanquetas y algunos carros blindados. Leopoldo Rivas A., decidió entrar a Managua por la Cuesta del Plomo.
“Yo decidí irme por Linda Vista, porque ahí estaba la población, miles de personas, no nos dejaban caminar, era desfile de gente saludándonos; entonces, caminamos y caminamos hasta llegar por el estadio.” De esa manera continuaron hasta lograr divisar los alrededores de la Loma, la (mañana) del mismo día. Apunta Polo Rivas: Dividimos la fuerza para envolver al hotel Intercontinental, la Colonia Militar y el Hospital Militar.”
Los guardias se asustaron porque sabían que también había una gran fuerza en Masaya y que del norte venían también más combatientes. “Por eso, entre las cuatro y cinco de la mañana desertaron los últimos guardias. Cuando llegaron a la Loma, acota: fue una lucha terrible para poder controlar a la gran cantidad de gente que se metió, entre milicias populares y población civil”. Eran tan solo las siete de la mañana del día jueves 19 de julio de 1979, la fecha oficial del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
Lo antes descrito refuta lo señalado por el general Ortega Saavedra, en La epopeya de la insurrección, en cuanto a que las milicias populares de la capital llegaron primero que el FORLP al búnker de Somoza el 19 de julio, cuando realmente fue al contrario: el FORLP se tomó el búnker de Somoza y después llegaron los milicianos de Managua, que no se fueron en el repliegue a Masaya, y muchos civiles. Rivas Alfaro relata que después del FORLP llegaron los combatientes del Frente Interno, que estaban en Masaya; luego, los que estaban en el Aeropuerto Internacional Las Mercedes y posteriormente, los del Frente Norte Carlos Fonseca.
Hasta ahora, las evidencias publicadas, o la mayoría de ellas, indican que fueron las fuerzas guerrilleras del FORLP, provenientes de León, las que entraron primeramente al búnker de Somoza y la Loma de Tiscapa, la mañana del jueves 19 de julio de 1979, cuando triunfó la Revolución Sandinista, encabezada por el FSLN.
4.     Testimonio de Comandantes Guerrilleros y combatientes connotados.
Asegura Lenin: María Lourdes Jirón (la China Jirón) señala en Cayendo Estelí, Somoza salió disparado. Tomo III. p. 477-478):”y el día 19, como a la una o dos de la tarde llegó a Managua una primera parte. El que comandaba ese grupo era Oscar Cortés el chele Marcos. Desde que salieron ellos tuvieron un camino muy accidentado por toda la carretera nueva a Managua. Sin embargo, como se ha señalado antes, de acuerdo al testimonio del chele Marcos, en De León al búnker, las fuerzas del FORLP llegaron al búnker entre 9 y 10 de la mañana del 19 de julio.
Continúa Jirón: “…cuando nos ordenaron avanzar hacia la capital, unos lo hicieron por La Paz Centro, y logran liberarla. Luego avanzan hacia Nagarote, donde aunque la Guardia está un poco desmoralizada, había jefes y comandantes que combatieron hasta el final. La unidad iba comandada en ese momento por Fanor Urroz, hasta llegar al cuartel de Nagarote. Cuando (Fanor) está gritándole a la Guardia que se rinda él se lanza a quererse tomar el Comando de Nagarote, y allí lo acribillan. (Cayendo Estelí, Somoza salió disparado. Tomo III. p. 477-478)”.
De acuerdo a Jirón: También de León venía otra columna por la carretera vieja, comandada por Mauricio Valenzuela y Sergio Lira. Cuando pasaron por el Tamarindo, encontraron desmantelada la poderosa base que tenía ahí la EEBI. Además, esa columna tenía que entrar a Puerto Somoza (hoy Sandino), luego a Montelimar y así a lo largo de toda la carretera hacia Managua. Llegaron el 19 por la tarde. El 20 de julio entramos el resto del Estado Mayor y la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, pero ya a celebrar”.
Fisher remarca “Esto último coincide por lo señalado por algunos combatientes históricos leoneses sobre que la destacada guerrillera María Lourdes Jirón, no estuvo precisamente el 19 de julio por la mañana en Managua, porque estaba cumpliendo otras misiones importantes”.
Otras columnas del FORLP, al mando de Mauricio Valenzuela (Había que entrenar, armar y ponerle mando a la gente. Tomo II. p.451) avanzaban por la carretera Izapa-Nejapa, pasando por Puerto Somoza y Montelimar, la playa y hacienda privadas de Somoza Debayle, donde se atrasaron, lo cual no les permitió llegar, a la Loma de Tiscapa y el búnker, al mismo tiempo que las columnas dirigidas por Polo Rivas y el chele Marcos. Según Valenzuela su grupo era más pequeño porque la caravana grande iba por la carretera nueva a León y señala: …cuando el chele (Marcos) entra a Managua; yo entro por la otra calle, tal vez seis horas después, porque me desvié a Montelimar…
“Las seis horas después que el chele Marcos y sus compañeros entraron a Managua, señaladas por Valenzuela, son claves para entender que realmente la columna dirigida por Oscar Cortés Marín fue la que primero llegó o se tomó el búnker de Somoza. Si Mauricio Valenzuela y sus combatientes llegaron a Managua a las dos de la tarde, como dice María Lourdes Jirón, y Valenzuela señala que llegó seis horas después que el chele Marcos, entonces este último llegó a Managua a las ocho de la mañana del 19 de julio, lo cual coincide con el testimonio del chele Marcos recopilado en De León al búnker: el FORLP salió de Xiloá a las seis de la mañana, combate por 45 minutos o una hora en Enaluf, continúa avanzando la vanguardia por órdenes de Polo Rivas, entran a Managua por la Cuesta del Plomo (donde capturan algunos prisioneros), siguen por las Brisas (el pueblo desbordado comienza a recibirlos en las calles), continúan por Linda Vista (donde hay una rápida refriega con la GN), pasan por el Estadio Nacional disparando contra la estatua ecuestre de Anastasio Somoza García, hasta llegar en vehículos al cine Cabrera y desde ahí caminar hasta tomarse el búnker de Somoza”.
Si se conversa con combatientes históricos de León sobre la toma del búnker, 37 años después de los hechos, ellos sostienen que fueron las columnas guerrilleras del FORLP, específicamente las originarias de León, las que se tomaron el búnker de Somoza.
5.     Apuntes del Comandante en Jefe de las Fuerzas Revolucionarias: Comandante de la Revolución Humberto Ortega Saavedra.
Ortega Saavedra, H. La epopeya de la insurrección. Lea. Managua, Nic. 2004; 428-436 señala: El 16 de julio por la noche Anastasio Somoza Debayle presentó su renuncia al Congreso; el 17 de julio a las cinco de la mañana abandonó Nicaragua. El comandante sandinista Humberto Ortega Saavedra, al atardecer del 18 de julio inició las conversaciones por radio con el general Federico Mejía, jefe director de la GN, quien sustituyó a Somoza en el cargo, para la rendición incondicional de la GN, aunque Mejía proponía un cese al fuego bilateral. Luego, alrededor de las siete y nueve de la noche sostuvo otras dos conversaciones con el mismo fin. En la madrugada del 19 de julio, cuando solamente Rivas, Chinandega y Managua están bajo el control de la GN, que tiene limitadas sus reservas de municiones y combustible, el general Mejía renunció al cargo porque fracasó al tratar de lograr un cese al fuego, sustituyéndolo el coronel Fulgencio Largaespada, a quien Ortega Saavedra le dictó el texto de la rendición incondicional y que Largaespada leyó inmediatamente a través del circuito de radio de la GN.
“Al amanecer del 19 de julio, el comandante Humberto Ortega Saavedra desde el puesto de comando central, Palo Alto, en San José, Costa Rica, orienta a Leopoldo Rivas avanzar urgentemente hacia Managua, por lo cual este último no espera a que finalice la refriega con la G.N., en Enaluf, y ordena a la vanguardia que lleva un jeep BECAT y a la tanqueta Aracelly a que continúen avanzando. Inesperadamente, alrededor de 15 guardias salen equivocadamente al encuentro de la tropa guerrillera, creyendo que eran de los mismos. Los guerrilleros leoneses los rodean, desarman y los suben al camión que llevaban precisamente para recoger prisioneros a lo largo de la ruta hacia Managua. En el sector de Linda Vista hubo un pequeño tiroteo con un grupo de guardias. (Ob. cit. p.45)”.
Además de lo anterior, existen dos escritos fundamentales del Comandante Humberto Ortega Saavedra donde señala de manera clara y precisa que fueron las tropas del FORLP las que asaltaron la principal fortificación de Somoza. Según Lenin Fisher, la primera afirmación la realiza en su libro “Sobre la insurrección. Ciencias Sociales. La Habana, Cuba. 1981; 58), señalando: Se rompe totalmente el equilibrio estratégico que se daba en el asedio y la resistencia del enemigo, con el empuje final, el asalto a la capital de las fuerzas de occidente, que son las primeras en llegar a Managua,…”
Dice Fisher: “Esta sería probablemente la única referencia bibliográfica que brindaría información de carácter prácticamente oficial, dado que el FSLN gobernaba Nicaragua en 1981 y el comandante en jefe del Ejército Popular Sandinista era el también comandante de la Revolución Sandinista, Humberto Ortega Saavedra”.
En la segunda afirmación el Comandante Humberto Ortega Saavedra es aún más preciso: “en su libro La epopeya de la insurrección (Lea. Managua, Nicaragua. 2004; 435-436) dice: Antes del mediodía del 19 de julio, tropas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez comandadas por el tercerista Leopoldo Rivas son las primeras en arribar al Búnker de Somoza (…) Poco tiempo después, en el Búnker se juntan Leopoldo Rivas, Javier Carrión y Elías Noguera…”
6.     Testimonio de periodistas independientes.
“Por otra parte, las fotografías en www.flickr.com muestran al chele Marcos con Polo Rivas revisando el archivo personal de Somoza; al chele Marcos, con su fusil Galil, caminando junto al periodista Alon Reininger, de origen israelí y nacionalizado estadounidense, en las instalaciones de la Loma de Tiscapa y el Búnker de Somoza, así como pateando un afiche con el rostro del dictador derrocado Somoza Debayle; según escribí en el artículo Fotografías del chele Marcos durante la ofensiva final de 1979 en León y la toma del búnker de Somoza”.
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El libro Un pueblo alumbra su historia, publicado por el Departamento de Propaganda y Educación Política del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en julio de 1981, dedica dos párrafos al día 19 de julio y en el segundo de ellos señala solamente que: Fuerzas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez entran en Managua. Además de las dos fotografías.
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El periodista Pablo Emilio Barreto Pérez escribió el 5 de julio de 2010, Insurrección revolucionaria sandinista: cronología de enero al 20 de julio de 1979, donde se lee que el 19 de julio Llegan a Managua las primeras columnas del FSLN del Frente Occidental Rigoberto López Pérez.
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Por su parte, el licenciado Melvin Wallace Simpson recuerda que como periodista, acompañado del fotógrafo Carlos Cuadra, estaba el 19 de julio de 1979, alrededor de las nueve de la mañana, en el sector de la explanada de Tiscapa, hoy rotonda Hugo Chávez Frías, cuando vio venir a una tanqueta con guerrilleros. Montado en la tanqueta Aracelly venía Leopoldo Rivas Alfaro, quien lo reconoció inmediatamente –porque había participado en la defensa legal de Rivas Alfaro cuando éste era prisionero político– y lo invitó a montarse en la tanqueta. Así llegaron al bastión político-militar de la dictadura dinástica, el búnker de Somoza, que estaba a 200-300 metros de distancia.
Entraron y llegaron hasta la oficina de Somoza Debayle y su habitación. La entonces esposa de Wallace, Guadalupe Silva, con una bayoneta que le prestó Rivas Alfaro, rasgó un cuadro de pintura al óleo del dictador Somoza. Ese es el cuadro que Cortés Domínguez refiere haber terminado de destruir, como resultado de un arrebato juvenil. Wallace Simpson agrega que en ese momento solamente los combatientes sandinistas procedentes de León estaban en el búnker de Somoza, situado en la Loma de Tiscapa. Señala también que para la toma del más perfecto símbolo de la dictadura, como llamó Eduardo Galeano al búnker del tirano, no hubo ninguna resistencia, en ese momento.
Las fotografías tomadas –el propio 19 de julio de 1979, en el búnker de Somoza, cuando los guerrilleros del FORLP irrumpieron victoriosos–, por Carlos Cuadra, que laboraba junto a Melvin Wallace en el diario El Pueblo, no están disponibles, su paradero es desconocido, porque a los pocos días del triunfo de la Revolución Sandinista, todos los archivos escritos o impresos, así como las fotografías y los rollos de negativos fueron decomisados por órdenes superiores, como parte del cierre del diario El Pueblo, el cual era de orientación marxista-leninista, radical. De tal forma que se perdió un material de gran valor histórico, lo cual representa hoy un gran vacío gráfico y documental, después que han transcurrido 37 años.
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Sobre la llegada de las tropas revolucionarias provenientes de León, el periodista Domingo Cortés Domínguez dice lo siguiente:
…las columnas del Frente Occidental Rigoberto López Pérez habían avanzado hasta las inmediaciones de la capital y a las nueve de la mañana de ese día tomaban la Loma de Tiscapa. Acompañando al licenciado en Derecho Melvin Wallace Simpson, ese misma mañana entré al Búnker donde conversamos con el jefe guerrillero Leopoldo Rivas Alfaro (Oscar), quien me permitió destruir a puntapiés –un arrebato juvenil-, una pintura al óleo del general Anastasio Somoza Debayle. Con la intención de publicar una primicia en el diario El Pueblo, cuando reanudara su circulación diaria, recuerdo que, traicionando la confianza de Rivas, sustraje de ahí unos papelitos amarillos o anaranjados que registraban transacciones de armas para Somoza con el gobierno de Israel. (p. 36)
Y continúa apuntando Cortés Domínguez:
Aquella turba que había combatido a la Guardia Nacional en León, casi exterminándola, y que casi no hizo prisioneros, sólo halló rastros de la huida de los somocistas, encontrando en todas las habitaciones del hotel fusiles abandonados, restos de comida y muchas botellas vacías. (Ob. cit. p. 53).
“En ese momento solo estaban las fuerzas irregulares del FORLP, procedentes de León, y ninguna otra. Columnas guerrilleras que habían dormido la noche del 18 de julio, en las inmediaciones del Open Tres (hoy Ciudad Sandino) y que comenzaron a avanzar hacia Managua, a las seis de la mañana, desde Xiloá, después de haberse tomado La Paz Centro y Nagarote. Cortés Domínguez menciona que, la gloriosa y singular experiencia de Rivas Alfaro y Cortés Marín, de entrar triunfantes con los combatientes leoneses al búnker de Somoza, ocurrió entre las nueve y diez de la mañana del 19 de julio”.
Guillermo Cortés Domínguez sigue describiendo en las páginas 336 y 337 de su obra:
La Loma está absolutamente vacía, ni un guardia, ni un alma (…) Ahí estaba sin haber sido tocado (…) un archivo de colaboradores personales del propio Anastasio Somoza Debayle, diferente de los archivos de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), informadores directos de “El Hombre”, en una lealtad sin intermediarios por las más increíbles razones, que involucraba a todo tipo de personas, incluso a algunas vinculadas con el propio Frente Sandinista, en una fehaciente demostración de cómo el somocismo había penetrado todos los sectores sociales del país.
Apenas momentos antes, dos horas antes, 120 minutos antes, a las siete de la mañana, cuando los guerrilleros del Frente Occidental Rigoberto López Pérez (FORLP) se acercaban a la Cuesta del Plomo, todavía estaban en la Loma de Tiscapa entre 600 y 2000 hombres bien armados de la Guardia Nacional, según Cortés Domínguez,
Leopoldo Rivas Alfaro, quien llegó poco después, y el Chele Marcos quien había llegado primero, parecían levitar ahí entre las nueve y diez de la mañana, en el Búnker, en un momento mágico, espléndido, de ensoñación, irrepetible, en el que vivieron la intensa y única emoción no vivida por nadie más de los otros jefes de los demás frentes guerrilleros, de coronar la ofensiva final, la anunciada insurrección final iniciada el 4 de junio, con la toma exactamente mes y medio después de intensa campaña militar, del máximo símbolo de la dictadura militar somocista, con su corazón de acero, el emblemático Búnker de Tiscapa. Este es el último párrafo de la valiosa obra de Cortés Domínguez, De León al búnker (p. 345).
Y recapitulando lo expuesto, el doctor Lenin Fisher finaliza con las siguientes conclusiones “El FORLP fue el mejor frente de guerra si se valora objetivamente por los resultados alcanzados en términos militares. Los cálculos de la Dirección Nacional del FSLN eran que el Frente Sur Benjamín Zeledón avanzaría lo suficiente para lograr tomar un territorio que sirviera de cabeza de playa, donde se instalaría la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), como gobierno provisional; pero lo que sucedió fue que el Frente Sur empantanó a las mejores tropas de la GN y él mismo como frente guerrillero se estancó porque no pudo avanzar de manera significativa, ni tomar la ciudad de Rivas, ni establecer la cabeza de playa”.
“Nunca pensaron o nadie imaginó que la ciudad de León llegaría a convertirse en la cabeza de playa deseada, al ser la primera cabecera departamental liberada, con gran relevancia política y estratégica, donde finalmente se instalaría la Junta de Gobierno, como lo hizo el 18 de julio de 1979, casi un mes después de que el FSLN se había tomado totalmente la ciudad y once días después de tomarse el Fortín de Acosasco. En cierta manera, León fue subestimado”.
“Algunos se olvidaron de la tradición de lucha del pueblo leonés, de la herencia nacionalista de Darío y del ejemplo de Rigoberto López Pérez (primer gran insurrecto, parafraseando a un periódico de Estados Unidos; y gigante ético, como lo llamó Carlos Fonseca). Además, olvidaron que León fue la ciudad cuna del FSLN, donde se forjaron los principales líderes y cuadros políticos, en las aulas universitarias”.
“El FORLP, en León, fue el único frente de guerra que aniquiló totalmente a las tropas de la GN. Fue el primer frente guerrillero que llegó a la capital Managua, combatiendo ferozmente en Pancorva, Izapa, La Paz Centro, Nagarote, Ciudad Sandino, Cuesta del Plomo y en las covachas de la EEBI de la Loma de Tiscapa. Además, el FORLP fortaleció con apoyo material y logístico al Frente Norte Carlos Fonseca, a Estelí específicamente, con 250 libras de dinamita y un cañón de 75mm., sin retroceso, que sirvieron para tomarse el comando departamental de dicha ciudad. También desde León se reforzó a todo el sector de Somotillo, Chinandega, hasta llegar a la frontera con Honduras y controlar la aduana del Guasaule, con 150 de sus mejores combatientes. Finalmente, en Corinto, la columna guerrillera que llegó procedente de León, capturó a un contingente de guardias somocistas, que se desplazaban por el puerto, disfrazados de guerrilleros sandinistas”. Esto señalado por Juan Sánchez (el Cabezón) y Armando Zapata”.
“Cuando el FSLN inició las comunicaciones con el estado mayor general de la GN, para la rendición incondicional, al caer la tarde del miércoles 18 de julio de 1979, las únicas fuerzas sandinistas que acechaban la ciudad de Managua, eran las del FORLP, situadas en el empalme de Xiloá, en las inmediaciones del Open Tres (ahora municipio de Ciudad Sandino), a menos de 11 kilómetros de distancia del centro de la capital. En ese tiempo el Open Tres era un barrio dela periferia occidental de Managua; en otras palabras, los guerrilleros provenientes de León, prácticamente ya estaban en la capital de Nicaragua”.
“En conclusión, los guerrilleros del FORLP desarrollaron un papel heroico y extraordinario, que causó una presión constante y fue decisivo en el balance militar de la guerra contra la dictadura, hasta el último y culminante momento de la toma del búnker de Somoza por parte de los guerrilleros procedentes de León”.
Y cierra señalando: “Sea esta crítica constructiva un pequeño aporte a la memoria histórica de la lucha revolucionaria del pueblo de Nicaragua”, dejando claro que, no importa quien llegó primero, pero que tenemos la obligación moral e histórica, de brindar honor y respeto a quien lo merece”.

*Combatiente del FORLP y del Frente Sur.
Managua, Nicaragua, 13 de octubre de 2016.
Auditorio 6601. Facultad de Ciencias Médicas. UNAN-Managua.






[1] Bayardo Altamirano López, , Santos López Gómez, Ramón Raudales (hijo), Jorge Navarro Ortega, José Benito Escobar, Carlos Fonseca Amador, Rigoberto Cruz Arguello (Pablo Úbeda), Silvio Mayorga Delgado, Luis Fisher, Faustino Ruíz, Germán Pomares, , Julio Corrales, Germán Gaitán y René Pérez Sandoval, entre otros.