miércoles, 17 de febrero de 2021

SANDINISMO Y REVOLUCION: ERRORES Y OMISIONES DE LA OFENSIVA FINAL

 

Sandinismo y revolución: errores y omisiones de la ofensiva final

 

Lenin Fisher

 

Escribir sobre la Revolución Popular Sandinista y su etapa insurreccional, incluyendo la ofensiva final, es un verdadero reto para cualquier persona interesada en el tema.

Los testimonios de los protagonistas que vivieron esa etapa de lucha del pueblo nicaragüense para derrocar a la dictadura militar y dinástica de la familia Somoza, son valiosos y no son pocos los publicados hasta hoy. Otros hemos escrito acerca de este apasionante tema, sin haber sido protagonistas, aunque sí testigos conscientes y partícipes indirectos o menores; pero motivados por la necesidad de la investigación histórica.

En el libro Sandinismo y revolución (Midence, 2016), en medio de sus aportes sobre el relato histórico de la batalla de Nicaragua por la liberación nacional y la justicia social, se encuentran algunos errores y omisiones, que también son compartidos por otros autores o protagonistas, que durante la Revolución Sandinista ocuparon distintas responsabilidades.

Detectar los errores y omisiones, apoyados en el pensamiento crítico y alternativo, ayuda a generar nuevos conocimientos sobre la realidad histórica, como señala en las páginas iniciales, el autor de Sandinismo y revolución. Es una forma de contribuir a preservar la memoria histórica y defender la verdad histórica. Porque la historia de la lucha sandinista fue escrita originalmente con sangre y no puede re-escribirse olvidando los hechos relevantes. Las omisiones y los errores en el relato histórico ayudan a re-escribir la historia, a olvidarla, negarla y a alejarse de la verdad.

Analizar las publicaciones, lo que se escribe, acerca de las luchas revolucionarias y liberadoras es parte de la construcción del pensamiento crítico, el cual es vital para cambiar la matriz del conocimiento de la historia de nuestros pueblos. Es, como dice el profesor Lazareff, buscar la liberación epistemológica.

Entre los errores y omisiones encontrados en Sandinismo y revolución están los siguientes:

1-. No le llama Insurrección de Septiembre de 1978 al hecho histórico de la primera insurrección armada, en varias ciudades, encabezada por la tendencia Tercerista o Insurreccional, para derrocar al tirano Somoza Debayle. Solo habla de insurgencia de Matagalpa y que acciones parecidas surgieron después en otras ciudades.

Como sabemos, siempre se ha dicho que fue espontáneo el levantamiento armado de jóvenes matagalpinos, en agosto de 1978, después del sorprendente y exitoso asalto al Palacio Nacional. Por muchos años tuve mis dudas sobre la espontaneidad de esa acción en Matagalpa, donde jóvenes armados con armas de cacería y bombas de contacto o Molotov, se enfrentaron a la Guardia Nacional. Eventos como ese no inician por generación espontánea. Tienen que organizarse y dirigirse.

En el año 2020, en el programa Sin fronteras, de radio la Primerísima, el periodista William Grigsby dijo claramente que el levantamiento de los jóvenes matagalpinos fue organizado y dirigido por Bayardo Arce Castaño y Crescencio Rosales, quienes eran altos dirigentes de la tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP). La red organizativa tenía una buena base social en el movimiento estudiantil de secundaria y en los barrios pobres de Matagalpa. Así que, la acción no fue espontánea.

Ortega (2017) señala que Mario González Almendárez, responsable de la GPP en Matagalpa, desarrolló un gran trabajo entre los jóvenes de secundaria, en dicha ciudad, desde 1976. Al final, dicho levantamiento fue derrotado e igual suerte tuvo otra sublevación, casi simultánea, en Diriamba, Carazo.

Ahora bien, ¿por qué ocurrió dicho levantamiento en Matagalpa los días 27 y 28 de agosto? El detonante en Matagalpa fue que la Guardia Nacional asesinó al joven José Alberto Chavarría Castro. Sin embargo, se puede inferir que la tendencia GPP, en su sana y fraterna competencia con la tendencia Insurreccional, por el liderazgo de las acciones militares y para no perder la iniciativa, adelantó las acciones en Matagalpa, porque sabía que la insurrección en varias ciudades estaba próxima, sobre todo después del éxito de la Operación Chanchera en el Palacio Nacional. Operativo que la concretó la tendencia Tercerista y no pudo realizarla la GPP.

2-. No menciona la fecha de liberación de la ciudad de León, el 20 de junio de 1979, ni la importancia estratégica, desde el punto de vista militar y político de dicha victoria; la primera victoria militar relevante del FSLN contra el ejército somocista, en 18 años de lucha. León, fue después de todo y a pesar de todos, la primera ciudad liberada y el primer territorio libre de Nicaragua. Nunca antes el FSLN había tomado el control de un cuartel departamental de la Guardia Nacional. Fue la cabeza de playa que se buscaba para instaurar un gobierno provisional; cosa que logró hacer el 18 de julio de 1979 (fecha que sí menciona el autor de Sandinismo y revolución), es decir, casi un mes después de que el Frente Sandinista tomó el cuartel departamental de la ciudad.

En la página 573 se señala que el FSLN realizó en los primeros meses de julio de 1979 una serie de intromisiones a varias ciudades, entre las que incluye a León. Dicha aseveración es inexacta porque los jóvenes sandinistas de León estaban en su propia ciudad, en los barrios y en sus casas. No estaban en los alrededores, ni en las zonas suburbanas o en las montañas cercanas. Ellos permanecieron en el propio casco urbano.

Sin embargo, en Sandinismo y revolución se menciona a varias ciudades ya liberadas a inicios de julio de 1979; pero sin incluir a León, que ya tenía más de 10 días de haber sido liberada. En esa lista de ciudades se incluye a Jinotega, lo cual es increíble, porque ésta se liberó hasta el propio 19 de julio.

Asimismo, se da más relevancia al asesinato del periodista estadounidense Bill Stewart y su intérprete nicaragüense, que a la liberación de la segunda ciudad en importancia, León. La ciudad más antigua de Nicaragua. Una ciudad colonial, que se libera de la dictadura somocista y empieza así su descolonización, como parte de la lucha anti-colonialista y anti-imperialista de los pueblos. Y negar la gesta heroica de liberar a León antes que ninguna otra ciudad es negar el papel de la comunidad indígena de Sutiaba y también es negar que la liberación de León fue la primera victoria, de relevancia estratégica desde el punto de vista militar y político, que el FSLN obtuvo sobre la Guardia Nacional, después de lo que el Comandante de la Revolución Tomás Borge Martínez llama en su libro La paciente impaciencia como una larga cadena de derrotas y fracasos que el Frente Sandinista tuvo.

Y es que la campaña mediática internacional por el asesinato de Stewart tuvo mayor impacto en la mente (en el imaginario dirían los intelectuales o académicos) de muchos nicaragüenses, que la liberación de León. Además, pareciera que no pocos protagonistas, autores, periodistas, analistas políticos, intelectuales e historiadores se han propuesto olvidar, negar o anular la importancia de la liberación de León, la ciudad de Rubén Darío y Rigoberto López Pérez, el 20 de junio de 1979. Todos ellos no han reflexionado acerca del impacto emocional, anímico, psicológico, político y militar que tuvo la liberación de León, por parte del FSLN, en las columnas guerrilleras sandinistas. No han reconocido que una victoria militar de tal envergadura tuvo que ser motivo de conversación en las rondas de comunicación que realizaban los altos mandos guerrilleros, cada día.

Quizás el olvido o la intención de negar la importancia de la liberación de León tiene que ver con los resabios del colonialismo, que llevó a cierta aversión de la gente hacia las ciudades coloniales, como León y Granada, que mantuvieron o disputaron el control político del país.

Resulta contradictorio que el único que reconoce la importancia estratégica de la victoria del FSLN en León, es el mismo dictador Anastasio Somoza Debayle, sobre lo cual dice, en su libro Nicaragua traicionada (1980), que lo ocurrido en León fue una debacle y el inicio del desmoronamiento de la situación militar de la Guardia Nacional, llamando infierno a los combates en la ciudad y señalando que tenía preparados a tres mil soldados para defender Managua, ante el inminente avance de los guerrilleros sandinistas de León hacia la capital, como efectivamente sucedió. Nadie más ha reconocido de una manera tan clara los hechos históricos mencionados. Solamente el último marine yankee: Somoza Debayle.

Pues, el Frente Occidental Rigoberto López Pérez fue el primer frente guerrillero que llegó y tomó el control de la Loma de Tiscapa y el búnker de Somoza, en las primeras horas de la mañana del 19 de julio de 1979, después de avanzar casi 100 kilómetros, derrotando y aniquilando las fuerzas de la Guardia Nacional, en todos los lugares donde se enfrentaron (León, Fortín de Acosasco, Pancorva, La Paz Centro, Izapa y Nagarote). En efecto, ningún otro frente guerrillero avanzó en ofensiva hacia Managua, como en julio de 1979 señalaron el comandante Fidel Castro y altos mandos del ejército cubano.

3-. En Sandinismo y revolución, el autor le da mayor importancia al repliegue de los guerrilleros de Managua a Masaya, a lo largo de 28 kilómetros, señalando que fueron bombardeados por el enemigo, de manera permanente, lo cual no fue exactamente así. El despliegue propagandístico sobre dicho repliegue, hecho en la década de 1980, promovido por algunos que participaron en tal acción, que luego ocuparon cargos gubernamentales o partidarios importantes; pero que después de 1990 traicionaron a la Revolución, al FSLN y al sandinismo, caló en una parte de la población, incluyendo a intelectuales, historiadores, periodistas, escritores, etc.

El repliegue mencionado no fue decisivo para el triunfo de la Revolución Sandinista. Y en términos generales sucedió por razones objetivas que evidencian una derrota de las fuerzas guerrilleras en la capital, si se analizan los hechos de manera integral. Porque no se pueden separar las derrotas en Batahola (una de las masacres más conocidas de la ofensiva final) y la hacienda el Vapor de la acción de replegarse hasta Masaya, sin poder ni querer regresar en contra-ofensiva hacia la capital, por la misma carretera a Masaya o por la carretera sur.

De tal manera, que la acción ofensiva del Frente Occidental tuvo mayor importancia militar, hasta asediar Managua, en el empalme de Xiloá, al atardecer del 18 de julio de 1979; hecho también olvidado y que debió servir para presionar a los mandos de la Guardia Nacional durante las negociaciones de la rendición incondicional. Tal accionar de los sandinistas procedentes de León, que permitió entrar a Managua con dos tanques, cuatro tanquetas, camiones blindados y casi mil guerrilleros bien armados, fue una verdadera resistencia ofensiva para lograr la liberación nacional y buscar la justicia social revolucionaria.

4-. Sandinismo y revolución resalta el papel del pueblo indígena de Monimbó, en Masaya, en febrero de 1978. No obstante, no menciona que entre los guerrilleros sandinistas procedentes de León, que tomaron el búnker de Somoza y la Loma de Tiscapa, iba una gran cantidad de jóvenes leoneses del pueblo indígena de Sutiaba y del barrio San Felipe (fundado por los colonialistas españoles para los negros e indios que llevasen una vida licenciosa).

Existen fotografías y vídeos de los jóvenes de Sutiaba y San Felipe en la Loma de Tiscapa y marchando enfrente del búnker de Somoza, como los hermanos Mario y Gustavo Rodríguez Vásquez (conocidos como los Chocoyos, una costumbre indígena de llamar a las familias con nombres de animales). También resulta inevitable recordar que un indio Sutiaba dirigió la insurrección de septiembre de 1978 y la ofensiva final de 1979 en Masaya, donde se ubica el barrio Monimbó, el extraordinario guerrillero Hilario Sánchez Vásquez, quien resultó herido durante la ofensiva final, fue fundador del Ejército Popular Sandinista y murió como alto oficial del mismo, en un accidente naval en el lago Cocibolca. Además, los vínculos de Sutiaba con la lucha revolucionaria y con el FSLN, tienen una historia más larga que la de Monimbó, lo que implicó niveles organizativos más sólidos.

En conclusión, negar u olvidar la fecha de liberación de León y la importancia de la ofensiva del Frente Occidental avanzando hacia Managua, hasta tomar el búnker de Somoza y la Loma de Tiscapa, es también negar la heroica y valiente lucha de los jóvenes de Sutiaba y San Felipe, un pueblo originario que ha transmitido su herencia de lucha al sandinismo y un barrio surgido de la discriminación colonial. Todo en honor a la verdad, en resguardo de la memoria, en contra de la amnesia y para que no se re-escriba la historia.

Bibliografía:

Cox, J. (1980). Nicaragua traicionada: por Anastasio Somoza, según lo relatado a Jack Cox. Belmont, Massachusetts. Western Islands.

Fisher, L. (2020). La toma del búnker de Somoza: 19 de julio de 1979. 3era. ed. Universitaria. León, Nicaragua.

Midence, C. (2016). Sandinismo y revolución: resistencia, liberación, justicia y cambio en las luchas de nuestros pueblos. Managua, Nicaragua. Universitaria Tutecotzimí.

Ortega Saavedra, H. (2017). La epopeya de la insurrección. 3era. ed. Managua, Nicaragua. Lea.


 

Managua, Nicaragua, 17 de febrero de 2021

Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.

leninfisherblogspot.com