sábado, 1 de julio de 2023

LEON: 499 AÑOS DE FUNDACION Y 44 DE LIBERACION

 

León: 499 años de fundación y 44 de liberación

 

Lenin Fisher

 

El pasado 19 de junio la ciudad de León cumplió 499 años de fundación y al día siguiente conmemoró sus 44 años de liberación de la dictadura militar somocista.

El principal conflicto en la ciudad, en el año de 1524, era la lucha entre los conquistadores e invasores españoles y los pueblos originarios, nativos de estas tierras. En 1979, la contradicción principal era entre la dictadura militar y dinástica de la familia Somoza (creada y apoyada por el imperialismo estadounidense) y el pueblo nicaragüense vanguardizado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. En 1524 el dominio lo empezaba a ejercer el imperio español y en 1979 tal dominio lo ejercía el imperialismo norteamericano.

Cuando la ciudad metropolitana de León derrotó a la Guardia Nacional, el 20 de junio de 1979, la ciudad había cumplido, el día anterior, nada más y nada menos que 455 años de fundada y 369 años de haberse trasladado desde Imabite hasta Sutiaba, hecho ocurrido en 1610 (desplazamiento estratégico que permitió a la ciudad prevalecer y sobrevivir, para continuar enriqueciendo la historia e identidad de León y de toda Nicaragua).

El 19 de junio de 1979 cayeron en combate dos destacados guerrilleros urbanos sandinistas: Guadalupe Ignacio Moreno Mendoza (Abel) y Jorge Vicente Patiño Aguirre (Ariel). Moreno fue uno de los fundadores del Frente Occidental Rigoberto López Pérez. Mientras que Patiño era de origen ecuatoriano y vivía en León desde el año 1976. Moreno y Patiño murieron combatiendo a la Guardia Nacional el día en que León cumplía 455 años de su fundación.

Este año, 2023, la Revolución Popular Sandinista conmemorará el 44 aniversario de su triunfo, el 19 de julio de 1979. León fue liberada un mes antes del triunfo sandinista definitivo. La primera rebelión contra los reyes de España, en el territorio del nuevo continente, sucedió en León, con el grito de los hermanos Contreras: ¡A la m…el Rey!

La ofensiva final del Frente Sandinista empezó en León con 244 hombres armas, los cuales se multiplicaron por 10 o más veces. Mientras tanto, la Guardia Nacional contaba con unos 1500 a 1600 hombres; los cuales con refuerzos recibidos llegaron hasta 2000 soldados. Los guerrilleros sandinistas se reconcentraron principalmente en cuatro lugares: la casa del legendario Luis Manuel Toruño Montenegro (Charrasca), en el barrio San Felipe; la hacienda el Hamaquero (en dirección a la comarca Abangasca Sur); la finca San José de la Montaña (en dirección a la comarca Troilo); y en Pueblo Grande (en la zona norte de Sutiaba). Además, hubo pequeños grupos de jóvenes que se concentraron en otros lugares, como por ejemplo en una casa enfrente del costado norte de la iglesia católica de Zaragoza. La Guardia Nacional distribuyó sus fuerzas en el Comando Departamental, Cárcel o Destacamento La 21, Aeropuerto Godoy, Banco Central y Fortín de Acosasco.

El cerco y asedio del Comando Departamental y la Cárcel La 21 fue dirigido por el miembro del estado mayor del Frente Occidental, Fanor Urroz Jáen. Por su parte, la neutralización de los francotiradores en los edificios más altos del centro histórico de la ciudad fue dirigida por Leopoldo Rivas Alfaro; quien además, fue el encargado de garantizar la impenetrabilidad de la ciudad por parte de los refuerzos de la Guardia Nacional, a través de cuatro emboscadas de contención instaladas en los siguientes lugares: loma de Pancorva y puente del río la Leona (ambas en la carretera hacia Managua); la Pedrera (cerca del empalme de Quezalguaque, en la carretera a Chinandega); y en el antiguo edificio de la Leche El Hogar (donde hoy es  la universidad privada U de M), en la esquina opuesta a la esquina noreste del cementerio de Guadalupe.

Entre los héroes sandinistas caídos en la batalla de León, propiamente por la liberación de la ciudad, sin incluir a los caídos en los combates del Fortín de Acosasco, están los siguientes: Guadalupe Ignacio Moreno Mendoza, Jorge Vicente Patiño Aguirre, Constantino (Tino) Duarte (quien era maestro), William Alemán, Verónica Lacayo, Carlos Amaya Talamante, Denis Tenorio, Ariel Pérez Salinas (Walter o Canana), José Gilberto Orozco Iglesias, Carlos Alvarado Bedel (Carlos Pierna) y Marcos Antonio Mayorga (el Chele Nicho).

Además, se debe recordar que la tarde del 16 de junio de 1979, en la cárcel La 21, los guerrilleros urbanos sandinistas encontraron los cadáveres de tres mujeres, de la comunidad indígena de Sutiaba, asesinadas, atrozmente, por la Guardia Nacional: Santos Bárcenas Centeno, Lorena Fonseca Bárcenas y Antonia Picado Loáisiga; las dos últimas, hija y nuera, de Santos, respectivamente.

La batalla final por León empezó a las 12:05 del 4 de junio de 1979, bajo un torrencial aguacero. El 4 de junio los guerrilleros sandinistas destruyen la primera tanqueta T-17E1, en Guadalupe. Entre el 5 y 6 de junio neutralizan un tanque Sherman, en el sector de la Renta, en el barrio El Laborío. El 9 de junio recuperan la primera tanqueta, poseedora de un cañón de 37mm., en la Cartonera. En 10 días los guerrilleros habían eliminado a los francotiradores del centro de la ciudad y lograron el control político-administrativo sobre los principales edificios. El 14 de junio intentan incendiar la cárcel La 21. Antes del 16 de junio han derrotado a la Guardia Nacional en el Aeropuerto Godoy y en el Banco Central. El 16 de junio la Guardia Nacional rompe el cerco del comando departamental y la cárcel La 21, tras un combate sangriento. Ese mismo día el dictador Somoza Debayle y su estado mayor dan por perdida la ciudad y deciden no hacer nada para recuperarla. El 20 de junio, por la mañana, es tomado por asalto el cuartel departamental de la Guardia Nacional, recuperan un tanque Sherman y gran cantidad de armas y municiones; tan solo un día después de que se constituyera la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, en San José, Costa Rica. Así, en solamente 12 y 16 días (que corresponden a los hechos del 16 y 20 de junio), la derrota de la guardia somocista y la liberación de León producen el desequilibrio de la guerra y el inicio del desmoronamiento de la situación militar de la Guardia Nacional, según el testimonio de su propio Jefe Director: el dictador Anastasio Somoza Debayle.

El desequilibrio de la guerra en León fue un resultado inesperado porque el plan general de la ofensiva final consideraba que el desequilibrio de la guerra se produciría en el Frente Norte o en el Frente Sur, en los cuales la Guardia Nacional se empantanaría y serían así los frentes guerrilleros que jugarían un papel decisivo (en el norte el terreno escarpado y la enseñanza de la lucha de Sandino influirían, mientras que en el sur, estaba la retaguardia estratégica y el mejor armamento). Según el plan mencionado, León jugaría un papel secundario en el Frente Occidental (impediría que pasaran refuerzos a Chinandega desde Managua, el norte del país y de la misma León). El plan tampoco contemplaba a los guerrilleros de León como los que avanzarían victoriosamente hacia Managua. Efectivamente, nunca se consideró ni a León ni a Masaya, como las ciudades desde las cuales podrían avanzar las columnas guerrilleras hacia Managua, con la cual tenían y tienen buenas vías de comunicación. En la práctica, León fue la cabeza de playa para el gobierno provisional y el punto desde donde inició el avance ofensivo hacia la capital, lo que representó un recorrido de casi 100 kilómetros. Por otra parte, Chinandega nunca pudo ser tomada, hasta el 19 de julio, cuando la guardia somocista huyó.

El propio Comandante de la Revolución Cubana, Fidel Castro, consideraba que el desequilibrio de la guerra sucedería en el Frente Sur, donde los internacionalistas latinoamericanos, enviados desde Cuba, debían posicionarse en un territorio, cavar trinchera, permanecer en una posición territorial y no retirarse, para superar la vieja táctica sandinista de atacar, golpear y retirarse. Fidel Castro les orientó esa misión a los internacionalistas el 16 de junio de 1979 y en León se derrota a la Guardia Nacional cuatro días después, o sea, el 20 de junio. Aunque el propio 16 de junio el dictador Somoza había dado por perdida a la ciudad.

Núñez Téllez en el libro Un pueblo en armas, subtitulado como Informe del frente interno, señala que el 11 de junio, dos días después de haber iniciado la insurrección en Managua, ya sabían de los reveses en Chinandega y Chichigalpa, y les preocupaba que las fuerzas estratégicas no llegaban a la capital y miraban un estaticismo en los combates de tales fuerzas estratégicas, que no las menciona; pero que se deduce que eran el Frente Norte y el Frente Sur, de acuerdo al plan general de la ofensiva final. En cualquier caso, las fuerzas estratégicas debían llegar en tres días a Managua. Ese era el plazo que las fuerzas sandinistas en la capital debían resistir para distraer a la Guardia Nacional; pero resistieron 17 días. Todo indica que las fuerzas estratégicas del Frente Sandinista no eran las que combatían en León, ni en Masaya; las ciudades más cerca de la capital. Al final, las columnas del Frente Occidental, procedentes de León, actuaron como una verdadera fuerza estratégica y decisiva.

Por otra parte, Núñez Téllez señala que para el 20 de junio les preocupaba la actitud de los combatientes en Managua de querer mantenerse en las trincheras, casi naturales, de los cauces, y no pasar al combate callejero. Un paso que tuvieron que dar a partir del 20 de junio. Sin embargo, no menciona para nada la buena noticia de la liberación de León y la toma por asalto del cuartel departamental de la Guardia Nacional, ocurrida precisamente el 20 de junio de 1979.

A partir del 21 de junio se refuerza el cerco militar sobre el Fortín de Acosasco, el cual fue tomado el 7 de julio de 1979, después que unos 70 elementos de la Guardia Nacional rompieron el cerco de los guerrilleros sandinistas y estos últimos iniciaron una persecución eficaz hasta desarticular, y prácticamente aniquilar, a esas tropas gubernamentales. Posteriormente, los combatientes sandinistas derrotaran a la Guardia Nacional en Pancorva, La Paz Centro, empalme de Izapa y Nagarote, entre los días 14 y 17 de julio. De hecho, cuando desde Palo Alto, en San José, Costa Rica, dan la orden de: ¡Avanzar, avanzar sobre Managua!, el Frente Occidental, procedente de León, ya libra el último combate en la cabecera municipal de La Paz Centro y ahí escuchan la noticia de la huida, en avión, del tirano Somoza Debayle. Todo lo anterior permitió avanzar en dos caravanas, a lo largo de las dos carreteras que van de León hacia Managua, acampando al atardecer del 18 de julio, en el empalme de Xiloá, a 13 kilómetros del centro de la capital, para lanzarse al asalto de Managua, al amanecer del 19 de julio de 1979.

En León, los combatientes sandinistas del Frente Occidental se volvieron expertos en persecución de la Guardia Nacional, cada vez que ésta rompió el cerco guerrillero, como sucedió en León, el Fortín de Acosasco, La Paz Centro y Nagarote. Al contrario de lo ocurrido en Managua, donde la Guardia Nacional se dedicó a la persecución de los guerrilleros que realizaron los diferentes repliegues (a Masaya, a la hacienda el Vapor, Batahola, etc.).

El avance ofensivo y victorioso descrito, por parte del Frente Occidental fue dirigido por Leopoldo Rivas Alfaro. Avance ofensivo que incluyó la caída en combate de Fanor Urroz Jáen, a la medianoche del 17 de julio, en Nagarote. Se calcula que las bajas efectivas de la Guardia Nacional ante el Frente Occidental fueron 450, de las cuales la mayor parte fueron contadas una por una, desde León hasta Nagarote. No se puede olvidar que los altos mandos del Ejército de Cuba señalaron, en julio de 1979, cuando se conmemoraba otro aniversario del 26 de julio y el asalto al cuartel Moncada, que ellos observaron en el mapa de las acciones militares, que el único frente guerrillero que avanzó hacia Managua fue el Frente Occidental, según el testimonio de Leopoldo Rivas Alfaro, el jefe de las operaciones militares ofensivas hacia la capital.

Fue tal el impacto de la liberación de León que el dictador Somoza Debayle y el estado mayor de la Guardia Nacional designaron a tres mil soldados para resguardar Managua, porque estaban seguros que los guerrilleros que asaltarían la capital serían los que habían tomado el control de León. No les preocupaban los frentes guerrilleros del norte, del sur, ni los de Masaya (a menos de 30 kilómetros de la capital). Independientemente de la opinión que se tenga sobre Somoza Debayle, no puede olvidarse que era un militar de profesión, con estudios y formación militar en la academia de West Point, en Estados Unidos, o sea, que algún conocimiento sobre táctica y estrategia militar tenía que lo obligaba a tomar la medida antes descrita, previendo que desde León avanzaría la ofensiva guerrillera, como efectivamente sucedió. Otra cosa es que los tres mil soldados de la guardia somocista huyeron a lo largo de la noche del 18 de julio y la madrugada del 19 de julio de 1979, ante el asedio del Frente Occidental, posicionado en el empalme de Xiloá, y no tuvieron el valor, ni la dignidad de defender la capital.

Después de 455 años de su fundación, León se convirtió en la primera ciudad y la primera cabecera departamental liberada de la dictadura somocista. La victoria sandinista en León permitió conquistar una cabeza de playa donde se instaló el gobierno revolucionario provisional y representó la primera victoria estratégica de la guerrilla sandinista sobre la Guardia Nacional, porque la toma de León rompió el equilibrio militar de la guerra de liberación y permitió el avance del Frente Occidental hacia la capital Managua.

El triunfo sandinista en León permitió demostrar que era posible derrotar, en una ciudad, a un contingente importante de la Guardia Nacional. Porque en octubre de 1977 no se pudo derrotarle en San Carlos y Masaya. Ni se logró derrotarle en Granada, Rivas y Masaya, en febrero de 1978. Tampoco se le derrotó en agosto de 1978 en Matagalpa. En la insurrección del mes de septiembre de 1978 no se le pudo derrotar en Estelí, Masaya, Chinandega, León, Managua y Jinotepe. No se pudo derrotarla en abril de 1979, en Estelí, ni en mayo del mismo año, en Jinotega. Por lo tanto, la victoria del Frente Sandinista sobre la Guardia Nacional, en León, en junio de 1979, confirma la tesis insurreccional de que era posible vencer a la guardia somocista en los grandes conglomerados urbanos. Hasta el 20 de junio de 1979 lo único que se había demostrado era que se podía insurreccionar al pueblo en las ciudades, hostigar, hacer retroceder y acuartelar a la Guardia Nacional, por unas cuantas horas o algunos días; pero no se había demostrado que se le podía vencer y arrebatarle una plaza importante y menos aún estratégica como León, la segunda ciudad en importancia del país, desde el punto de vista económico y político-administrativo. Al fin y al cabo, el triunfo de la Revolución Popular Sandinista fue un fenómeno victorioso fundamentalmente urbano, como dice Núñez Soto, en el libro La revolución rojinegra.

En la historia de la ciudad de León, por demás heroica y combativa, no hay ningún hecho que se compare y menos aún que supere la trascendencia y el impacto a nivel nacional de un triunfo militar de las fuerzas populares revolucionarias, ante un enemigo poderoso, como la Guardia Nacional, superior en armas, municiones y entrenamiento militar, con más de 50 años de existencia y que funcionaba como ejército pretoriano, al servicio de la potencia imperialista más grande que ha existido en el planeta, desde el punto de vista económico y militar, como son los Estados Unidos de Norteamérica.

La derrota de la Guardia Nacional ante el Frente Sandinista, el 20 de junio de 1979, en León, supera con creces a la respuesta dada a la invasión del pirata inglés Dampier (1685); rebasa al resultado ante la invasión  de los ejércitos salvadoreño y hondureño, encabezados por Malespín y Guardiola (promovida por los oligarcas conservadores, en 1844); sobrepasa a la "Rebelión Liberal", que los campesinos e indios comuneros expropiados, organizados política y militarmente, realizaron para vengarse de la oligarquía y la aristocracia conservadora, como promotores de la llamada Guerra de Malespín-Guardiola; y supera a la derrota propinada al ejército hondureño comandado por Durón, en 1912 (otra intervención extranjera promovida por la oligarquía conservadora), para derrotar a los rebeldes encabezados por Mena y Zeledón. Aunque debe señalarse que la táctica empleada por los guerrilleros sandinistas en 1979, de perforar las gruesas paredes de las casas coloniales, del centro histórico de la ciudad, para combatir y eliminar a los francotiradores, también fue usada en la guerra contra las tropas de Durón.

Sin duda la liberación de la ciudad de León, el 20 de junio de 1979, es la mayor hazaña colectiva que los leoneses y León han realizado en sus quinientos años de historia, que se conmemorarán el 19 de junio de 2024.

Managua, Nicaragua, 1-3 de julio de 2023.

Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.

leninfisherblogspot.com