sábado, 12 de agosto de 2017

MEMORIAS DE UNA GUERRA OLVIDADA: TESTIMONIO DE UN CACHORRO DEL BLI JUAN PABLO UMANZOR

Memorias de una guerra olvidada:

 testimonio de un cachorro del

 BLI Juan Pablo Umanzor

Lenin Fisher

El libro Memorias de una guerra olvidada, de Manuel Coronel Novoa, autor y editor, impreso en Imprime y publicado en Managua, en febrero de 2017, reúne en 297 páginas, de sus 15 capítulos, la experiencia vital de un soldado del Servicio Militar Patriótico (SMP), durante la guerra contrarrevolucionaria de la década de 1980, que el gobierno de Estados Unidos organizó y financió para derrotar a la Revolución Sandinista.

Los testimonios y relatos son demostrativos e interesantes; llenos de sentimientos y reflexiones, así como de convicciones. Reflejan a un Cachorro de Sandino, así eran llamados los soldados del SMP por el gobierno sandinista, en su dimensión militar, en plena guerra, y en su plano humano.

La guerra de baja intensidad que ejecutaron los gobiernos yanquis de Ronald Reagan y George Bush (con la complicidad de los gobiernos de Honduras,    Costa Rica y El Salvador), en contra de Nicaragua, no podrá ser olvidada, y en eso difiero con el autor de la obra, mientras protagonistas como él o testigos oculares de los hechos, escriban sobre la misma, para heredar dichos testimonios a las futuras generaciones.

Defender la Revolución Nicaragüense fue todo un acto de patriotismo; defenderla de una forma de guerra imperialista, con un ejército constituido por combatientes originarios del país agredido, reagrupando a los restos de la Guardia Nacional del dictador Somoza Debayle (derrocado en julio de 1979), e integrando a campesinos e indígenas que no entendieron, o no fueron beneficiados lo suficiente, y quizás hasta perjudicados por la revolución. Valió la pena defender la revolución. Porque si el proyecto contrarrevolucionario hubiese triunfado por las armas, además del baño de sangre, las consecuencias de todo tipo hubiesen sido impredecibles.

Como señaló el sociólogo Orlando Núñez, durante la presentación del libro, los franceses no se preguntan si valió la pena la Revolución Francesa; y los estadounidenses tampoco se preguntan si valió la pena la Revolución Norteamericana que les permitió independizarse del imperio británico. Simplemente, ambos fenómenos sociológicos están registrados en la historia y son referentes importantes. Y yo agregaría, ambas son revoluciones que llenan de orgullo a ambas naciones.

El heroísmo de los jóvenes nicaragüenses que defendieron su revolución será reivindicado por la historia, a pesar de que el desenlace de la guerra fue una derrota electoral de la Revolución Sandinista, y no solo del FSLN, en febrero de 1990, con el ascenso de un gobierno de derecha que impulsó la contrarreforma restauradora del orden derrotado en 1979, y la desmovilización y entrega de armas de la Contra, como resultado de los acuerdos de paz, logrados en Guatemala, por los presidentes de Centroamérica; pero con la preservación de las instituciones creadas por la revolución como el Ejército y la Policía.

La guerra de defensa de la Revolución Sandinista no podrá ser olvidada jamás porque entre otros hitos que representó están los siguientes: primero, por primera vez en la historia un país poderoso fue condenado por terrorismo de Estado (ese país fue Estados Unidos de Norteamérica), a través de una sentencia de la Corte Internacional de Justicia de la Haya (el máximo tribunal de la Organización de Naciones Unidas), emitida en junio de 1986, que mandó a indemnizar a Nicaragua por los daños causados por la guerra de desgaste y bloqueo económico (sin posibilidades reales de triunfo), que incluyó el minado de los puertos, hecho que criticó hasta la primera ministra británica Margaret Tacher. Daños que en 1986 eran alrededor de 12 mil millones de dólares, después ascendieron a 17 mil millones; y en 2010 el padre Miguel D´Escoto Brockmann calculaba en 50 mil millones.

Segundo, a Revolución Nicaragüense enfrentó al ejército irregular más grande y mejor armado de América latina, a lo largo del siglo XX, según afirma acertadamente el general retirado Humberto Ortega Saavedra. Contrarrevolución antisandinista que se vio involucrada en el escándalo Irán-Contra-gate, mucho más grave que el Watergate, y que era suficiente para destituir al presidente gringo de turno; donde a través del transporte y venta de drogas, desde Honduras hacia Estados Unidos; así como la venta de armas a un supuesto enemigo como Irán, el gobierno de Estados Unidos tenía otra vía para financiar la guerra contra Nicaragua.

Así las cosas, el Ejército Popular Sandinista y los batallones de reservistas voluntarios no eran suficientes para enfrentar y derrotar a la contrarrevolución (llamada de distintas formas: FDN, ARDE, Misurasata o Resistencia Nicaragüense). Fue necesario el SMP; solamente así se pudo enfrentar y derrotar estratégicamente al ejército contrarrevolucionario, llamado por su apócope la Contra. La defensa de la patria, en caso de agresión extranjera, la justifica hasta el catecismo católico.

El gobierno sandinista no fue el primero en instaurar una ley de servicio militar. Según Kinloch (1999) el presidente Pedro Joaquín Chamorro Alfaro, el 18 de julio de 1877, expidió un reglamento que estableció el servicio militar obligatorio para todo nicaragüense que tuviera entre 16 y 55 años. Chamorro Alfaro, político conservador, justificó el servicio militar obligatorio basado en el argumento de hacer efectiva la igualdad en el deber de servir a la patria, establecido en la Carta Fundamental.

Memorias de una guerra olvidada incluye al final una lista de 74 combatientes del BLI Juan Pablo Umanzor, entre miembros permanentes del EPS y soldados del SMP; cantidad que sería menor a una compañía de un batallón; pero, en todo caso, representa un  gran esfuerzo. No es posible recordar los nombres de todos los compañeros. Primero, porque no todo mundo es Jim Farley, quien recordaba el nombre de pila de 50 mil personas, según Dale Carnegie, en su libro Como ganar amigos e influir sobre las personas. Y segundo, porque según los psicólogos, cuando los seres humanos tratan de recordar emociones pasadas se equivocan con una frecuencia de 60% y cuando recuerdan detalles, la frecuencia es de un 40%.

En fin, el libro es valioso desde el punto de vista historiográfico e histórico. Su lectura es amena e intensa. Los jóvenes deben leerlo, sin lugar a dudas, para conocer mejor la historia reciente de Nicaragua.

Managua, Nicaragua, 12 de agosto de 2017
Escritos de Lenin Fisher: reflexiones sobre la vida e historia de Nicaragua.

leninfisherblogspot.com