viernes, 15 de abril de 2011

LA RADIOLOGIA Y LA SALUD PUBLICA

La Radiología y la salud pública


Lenin Fisher

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que para brindar una adecuada atención en Radiología debe existir un radiólogo por cada 20 mil a 30 mil habitantes (1). Un médico radiólogo y un técnico pueden atender a una población de 15 mil a 30 mil habitantes. (2)

Actualmente, Nicaragua posee un radiólogo por cada 45000 habitantes; pero la mayoría de los hospitales públicos (nacionales o estatales), no poseen radiólogos o tienen uno solamente. La mayoría de radiólogos se dedica a laborar la mayor parte de su tiempo en clínicas, centros u hospitales privados, así como en empresas médicas previsionales, donde sus honorarios son mejores, si se comparan con el sistema de salud pública (2).

            Desde el punto de vista epidemiológico, la mayoría de los exámenes de rayos X en los hospitales de los países subdesarrollados son exámenes simples, principalmente de tórax, abdomen y huesos. Estos hospitales comúnmente están situados en las capitales, ciudades importantes y grandes poblados. Además, entre el 30 y 60% de los equipos radiológicos están deteriorados, lo cual implica que los exámenes simples tengan que realizarse en los hospitales universitarios o de referencia. (3)

            El 80% de todos los exámenes con rayos X son fundamentalmente sencillos; en el mundo en desarrollo la proporción está más cerca de 90% debido a la falta de equipo complicado y la escasez de personal muy especializado. (4).


En términos generales, se considera que un equipo integrado por un médico radiólogo y un técnico de rayos X pueden tener un rendimiento de cinco estudios radiológicos por hora, siempre que entre dichos exámenes requieran administración de medio de contraste un máximo de cuatro, en una jornada de seis horas (cinco horas dedicadas al trabajo en la sala de rayos X y una hora para que el radiólogo interprete, diagnostique e informe). En las salas donde se realicen estudios más complejos no se puede aplicar el cálculo anterior, por ej.: arteriografías, cateterismos, ventriculografías, cistografías, etc. (2)

En un departamento de Radiología tradicional o convencional, el sistema de trabajo como parte de la organización de un servicio auxiliar contempla que el trámite de la cita del paciente debe durar de 3 a 6 minutos; tomar las radiografías, 15 minutos; el revelado, 7 minutos; la distribución, 10 minutos; la interpretación de 5 a 10 minutos; y la transcripción, de 10 a 12 minutos; para un tiempo total de 50 a 60 minutos (una hora) (2). Todo lo cual sustenta el supuesto o la norma de poder entregar los resultados de los exámenes radiológicos o imagenológicos en una hora, a partir de su realización.

                   En mi experiencia personal he observado que un radiólogo puede informar entre 5 y 7 tomografías computarizadas o resonancias magnéticas en una hora; y si predominan los exámenes con resultados normales, el radiólogo puede informar hasta 10 estudios en una hora. He trabajado en clínicas privadas con alto volumen de pacientes como en Tecni-Scan de Guatemala, Centro de Diagnóstico, donde se realizaban en los años 1998-2002 entre 60 y 70 tomografías computarizadas y 30-35 resonancias magnéticas diarias y todos los exámenes se informaban y entregaban el mismo día; ningún examen quedaba pendiente para informarse al día siguiente.  Lo anterior es posible si se aplica el principio de que una placa radiográfica o una tomografía computarizada deben tener un tiempo de entrega de una hora, a partir de que se realiza el examen radiológico. Estos aspectos positivos de la eficiencia de algunos centros privados en el trabajo radiológico pueden tomarse como ejemplo para los departamentos de Radiología de los hospitales públicos.
          En el Hospital Escuela "Antonio Lenín Fonseca Martínez" (HEALFM), un hospital público de Managua, Nicaragua, un  solo  radiólogo mantuvo al día la entrega del informe radiológico de las resonancias magnéticas realizadas entre abril de 2008 y febrero de 2009. Luego, al darse la rotación de radiólogos, hubo un atraso que significó para el mes de abril de 2009 una cantidad acumulada de resonancias magnéticas sin informar de 250. Estas fueron informadas y puestas al día en un poco menos de un mes, al mismo tiempo que se continuó realizando exámenes.
            En el HEALFM, entre febrero y abril de 2009, se pudo mantener al día la realización de los informes radiológicos de las tomografías computarizadas realizadas por las tardes.
            En otras palabras, está demostrado en el HEALFM que es posible mantener al día los informes radiológicos de tomografía computarizada y resonancia magnética, a pesar del gran volumen de trabajo, sin permitir que se acumulen los estudios sin informar y sin entregar los resultados hasta dos meses después de realizados.

             La radiología tropical ha desempeñado un importante papel identificando enfermedades tropicales, y por lo tanto, ha contribuido con la epidemiología, en esta época de las migraciones y viajes intercontinentales que han hecho que las enfermedades tropicales ya no tengan una delimitación geográfica específica. (3)

            Aproximadamente dos tercios (66%) de la población mundial, es decir, alrededor de 4 mil 400 millones de seres humanos, no tienen acceso a los servicios radiológicos más básicos. Y aquellos servicios disponibles son frecuentemente de una calidad cuestionable. (3)

            En 1993, la OMS elaboró las especificaciones técnicas de lo que se llamó Sistema Radiológico Básico (SRB), que en inglés fue conocido como el Basic Radiology System (BRS), el cual era suficientemente simple para ser manejados adecuadamente por técnicos con un tiempo mínimo de entrenamiento de dos semanas. (3)

            El SRB fue ideado para atender poblaciones de 25 mil a 200 mil personas en unidades de atención primaria en salud, hospitales periféricos, pequeñas policlínicas y centros de salud. (4)

            En América Latina, en 1973, más del 30% de los equipos de rayos X estaban fuera de servicio, sin funcionar, o sea, en mal estado; y no se hacía lo suficiente para repararlos o darles mantenimiento. Más del 85% de los exámenes de radiodiagnóstico hechos en los hospitales universitarios o para-universitarios eran exámenes simples que debían ser realizados en los niveles regional y local. Los hospitales regionales y locales necesitaban equipos sencillos para realizar exámenes sencillos, los cuales son la abrumadora mayoría de los exámenes radiológicos. (3)

            En el Hospital Kanombe de Ruanda, en 1990, de 10 mil exámenes radiológicos realizados, 40 diarios en promedio, el 55% correspondió a huesos o esqueleto apendicular; 36% a tórax; 5,5% a cráneo y columna vertebral o esqueleto axial; 0,1% al abdomen; 0,8% a urografías; 0,6% a exámenes del tracto gastrointestinal. (3)

El SRB es el estándar de oro para los equipos radiológicos básicos en cualquier parte del mundo, incluyendo los países industrializados. Es capaz de realizar el 80% de todos los exámenes radiológicos, excluyendo las tomografías y seriografías. Es un conjunto de equipos sencillos, flexibles y confiables. Puede tener una extensión fluoroscópica, pantalla fluoroscópica o un intensificador de imagen tipo panel, de bajo costo. Un ultrasonógrafo portátil puede completar el esquema básico del SRB. (3)

            El uso apropiado de la tecnología (estado de las conexiones eléctricas, radioprotección, mantenimiento, etc.),  la utilización de la telerradiología (consulta telerradiológica con expertos situados a larga distancia), el uso de contenedores solares para abastecer de energía a los equipos de rayos X y la instalación de fábricas ensambladoras de equipos radiológicos son todos aspectos relacionados con la salud pública, y que en los países subdesarrollados adquieren mucha importancia.  (3)

            Según W. Peter Cockshott, en 1977-78, en Africa y el Lejano Oriente, los servicios de radiología eran vistos por los planificadores de la salud como alta tecnología, que imponía grandes exigencias sobre el dinero disponible y los recursos humanos entrenados.  Las autoridades de salud le temían a la radiología porque podía representar gran consumo del presupuesto. Cuando hay poco dinero para invertir en la salud, las autoridades de salud (ministros, directores, etc.) priorizan las medidas de salud pública preventiva, quizá para beneficiar a más personas, antes que a los fondos para los servicios diagnósticos y terapéuticos dirigidos a pocos individuos. La Radiología compite por los fondos y puede tener una prioridad baja. (3)

            A finales de la década de 1970, la proporción de equipos de rayos X funcionando era en Senegal, de 66%; en el Congo de 72%; y en Liberia de 80%.  El número de habitantes por cada equipo de rayos X era menor de 2000 en Estados Unidos; menor de 3000 en Australia; menor de 10 mil en Nueva Zelandia; un poco menos de 20 mil en Cuba; de 100 mil en Nigeria; y más de 100 mil en Ghana, Kenia, Costa de Marfil, Congo, Senegal y Haití. (3)

            Para 1977-1978 el número de técnicos en rayos X era de 5.2 por cada 20 mil habitantes en Suecia; de 4.2 por cada 25 mil hab., en Estados Unidos; de 4.0 por cada 30 mil hab., en Canadá; de 3.9 por cada 35 mil hab., en Australia; de 2.0 por cada 55 mil hab., en el Reino Unido; de 7.2  por cada 28 mil hab., en Tahiti; de 1.0 por cada 800 mil hab., en Malasia; de 1.4 por 850 mil hab., en Senegal; de 0.9 por 950 mil hab., en Kenia; 0.6 por cada 1 millón 130 mil hab., en Liberia; 0.7 por 1 millón 140 mil hab., en Ghana; de 0.9 por 1.5 millones de hab., en Nigeria; y de 0.25 por más de 1.5 millones de hab., en Papua Nueva Guinea. (3)

            En 1972, el número de exámenes radiológicos por cada 1000 hab.,  era de 139 en Bélgica, 131 en Suecia y 125 en Australia. En 1976-77, el número de exámenes radiológicos por cada 1000 hab.,  en Ghana era de 2.7; en Papua Nueva Guinea de 4.0; en Kenia de 4.8; en Brunei de 18.5; en Malasia de 27.8; y en Tahiti de 113. (3)

            El síndrome de la ciudad capital existe en la Radiología y consiste en la concentración de los servicios radiológicos en grandes zonas urbanas, que causa una considerable mala distribución de los equipos y personal de Radiología. Este síndrome es más evidente en los países pobres o subdesarrollados. En el último tercio de la década de 1970, en la capital del Congo se concentraba el 100% de los radiólogos, el 29% de la población y se realizaba el 84% de los exámenes. En Papua Nueva Guinea las cifras correspondientes eran: 100%, 6% y 25%. En Liberia: 100%, 20% y 35%. En Costa de Marfil: 89%, 15% y 79%. En Senegal: 86%, 30% y 84%. En Ghana: 86%, 7% y 35%. En Kenia: 75%, 5% y 29%. En Malasia: 44%, 7% y 25%. En Nigeria: 38% y 5%. (3)

Managua, 13 de abril de 2011

Referencias bibilográficas:

1. Fisher, L. Historia de la radiología en Nicaragua: la senda de la luz invisible. Universitaria. Managua. 2010: 316


2. Barquín Calderón, M. Dirección de hospitales: sistemas de atención médica. 6ta. ed. Interamericana McGraw Hill. México. 1992

3. Deutsches Röntgen Museum. Radiology in developing countries. Stadt Remscheid. Deustch. 1998


4. Palmer, PES. Cockshott, WP. Hegedüs, V. Samuel, E. Manual de interpretación radiográfica para el médico general. Sistema radiológico básico de la Organización Mundial de la Salud. Ginebra. 1985