domingo, 24 de abril de 2011

CRUCIFIXION E INVESTIGACION CIENTIFICA


Crucifixión e investigación científica


Lenin Fisher 

Dijo Vittorio de Sica que “La televisión es el único somnífero que se toma por los ojos”; pero anoche miré, en el canal de Historia (History), un programa televisivo muy interesante, que no me provocó sueño. El tema era la crucifixión y la causa de muerte de Jesús de Nazareth, un hombre judío, de 33 años de edad, por lo demás saludable, que fue víctima del castigo y tortura más atroz practicada por los soldados del imperio romano cuando dominaban e imponían la pax romana en Palestina y otros lugares del mundo.

Cuando la rebelión de esclavos, entre los años 73 y 71 A.C., dirigida por Espartaco (I Guerra Servil) fue derrotada por los romanos, éstos crucificaron a 6000 esclavos a lo largo de un camino de 200Km., desde Copua hasta Roma. El emperador Constantino I en el año 313 legalizó el cristianismo y suprimió la crucifixión debido a su conversión religiosa; así, la cruz pasó de ser símbolo de martirio, castigo y dolor a símbolo de esperanza y fe. En el año 4, al morir Herodes, una rebelión del pueblo judío fue aplastada y 2000 judíos fueron crucificados. Ser condenado a morir crucificado significaba que el crucificado no era superior o mejor que un esclavo; era la muerte del esclavo. Los romanos dejaron de usar la crucifixión hasta en el año 337.

En 1968, trabajadores de la construcción encontraron en Jerusalén, la tumba de un hombre judío, llamado  Yehohanan o Johanan, de 20 a 30 años cuando fue crucificado y quien vivió entre los años 100 y 200; los huesos de su talón derecho atravesado por un clavo de 12 cm., de largo, son la única evidencia que se conserva de la práctica imperial romana de la crucifixión. El pie fue colocado en la parte lateral del patíbulo, entre el pie y el clavo fue puesto un pedazo de madera y el clavo atravesó el espesor del hueso calcáneo. En el año 64, Nerón incendió Roma y culpó a los judíos; desató la persecución y la crucifixión. En el año 66 el pueblo judío luchó contra los romanos (I Guerra Judeo-Romana) y los expulsó de Jerusalén, pero luego la ciudad fue sitiada y Roma tomó el control nuevamente en el 73. En el siglo XVI, se practicó otra vez la crucifixión, pero en Japón, donde el emperador temía a los misioneros católicos y ordenaba a los samurai que los crucificaran después de caminar 1500Km., desde Kyoto hasta Nagasaki. En el año 1592 fueron crucificados, a la manera japonesa, 26 misioneros católicos. El crucificado misionero moría porque dos samurai le enterraban simultáneamente sus lanzas (largas y puntiagudas) en el tórax.

Jesús desde que era niño seguramente miró a personas crucificadas porque en ese tiempo en Judea no faltaban los judíos rebeldes que eran castigados de esa manera. Rebeldes que combatían con las armas en la mano –aplicando tácticas de guerra de guerrillas, diríamos hoy-, a las falanges romanas de ocupación y que eran llamados Zelotes (formados por Judas “El Galileo” 4A.C.) y a los cuales perteneció Barrabás. Hay quienes afirman que los dos “ladrones” crucificados junto a Jesús también eran rebeldes, revoltosos.

Hace varios años leí en El Nuevo Diario un artículo en el que el autor decía que la causa de muerte de Jesús crucificado (con un tórax asténico, más largo que ancho), fue una bula enfisematosa o “burbuja de aire” en el tejido pulmonar, de origen tuberculoso, que estalló espontáneamente, a lo cual se sumó la incapacidad de respirar y la consecuente asfixia. Recuerdo al anatomista y cirujano cardiovascular dominicano, Dionisio Soldevila, que en 2006 anunció en París que los tres músculos glúteos son en realidad uno solo (tríceps de Soldevila); el tendón extensor común de los dedos del pie se divide en 5 tendones y no en 4; y que la cabeza tiene 28 huesos (datos no registrados en libros clásicos de anatomía desde el congreso de Suiza, en 1895). Por otro lado, Plutón ya no es planeta, es un “planeta enano” desde el 24-8-2006. El conocimiento es dinámico debido a la investigación y experimentación.

En el programa mencionado, el médico especialista en emergencias, ya retirado, el doctor David Ball, del Tri-Lakes Medical Center, de Estados Unidos, a través de investigaciones científicas, explica qué pudo haber sucedido, cuál fue la causa de muerte, tan rápida, de Jesús de Nazareth. Rápida porque murió 3 ó 4 horas después de haber sido crucificado, cuando comúnmente una persona crucificada moría a los 3 ó 4 días, y algunas hasta nueve días después.

La tortura con latigazos significó un gran estrés, desgarró la piel, el tejido subcutáneo y los músculos de la espalda. Al inicio, la vasoconstricción de los pequeños vasos impidió que saliera mucha sangre; pero después, con los latigazos repetitivos se dañaron vasos sanguíneos de mayor calibre y el sangrado aumentó.  Se formaron hematomas en los músculos intercostales y para-espinales, además de contusiones pulmonares y renales. Las contusiones pulmonares con su componente hemorrágico causaron dificultad respiratoria. Todo eso llevó a deshidratación y choque hipovolémico (poca sangre llega a los tejidos y órganos del cuerpo).

Es poco probable que Jesús haya cargado una cruz como tal. Lo común era que la víctima cargara un madero (llamado patíbulo, el cual en la cruz es el componente horizontal o travesaño), cuyo peso era de 50Kg., colocado en la parte alta de la espalda y amarrado sobre los brazos en abducción (formando un ángulo de 90º con el tórax). El componente vertical de la cruz era llamado stipes o palus.  Existían dos tipos de cruces: tau en forma de "T" mayúscula; y latin, en forma de "t" minúscula. Jesús recorrió las calles de Jerusalén cargando el patíbulo–alrededor de tres kilómetros-, hasta caer por lo menos tres veces. En una de tales caídas, de bruces, y con el patíbulo sobre él, se produjo la más grave de las lesiones: trauma torácico cerrado que produjo que el corazón se golpeara con la cara posterior del hueso esternón y se produjera una contusión del músculo cardíaco, el miocardio. En el área de contusión miocárdica -zona debilitada por el trauma al igual que le ocurre al conductor durante un accidente automovilístico si no lleva puesto el cinturón de seguridad y golpea fuertemente su pecho contra el volante-, se formó un aneurisma post-traumático (bolsa que se comunica con alguna de las cavidades cardiacas) debido a la presión repetitiva del corazón bombeando sangre. El aneurisma comprime al corazón; el fallo cardiaco favorece la formación de derrame pleural y edema pulmonar. La frecuencia cardiaca es mayor de 180 latidos por minutos.

Crucificado el cuadro es el siguiente: dolor intenso en las manos y pies por haber sido clavados. Las manos amarradas. Los clavos en las manos o muñecas han lesionado los nervios medianos, lo cual produce dolor severo. Deshidratación. Dolor en la espalda al rozar el madero vertical que aumentaba el sangrado. Disnea o dificultad respiratoria. Las contusiones pulmonares pudieron condicionar hemotórax (sangre en la cavidad pleural que rodea a los pulmones). Sin dormir por más de 24 horas, humillado y torturado psicológicamente. Los pies no tenían soporte de madera alguno; sólo el clavo que atravesaba los pies. El cuerpo humedecido por diferentes secreciones: sudor, sangre, lágrimas, orina y heces.

Los pintores de la Edad Media, quienes nunca estuvieron presentes en ninguna crucifixión ni miraron a alguien crucificado, pintaron un soporte de madera debajo de los pies; pero eso no era lo acostumbrado. Sin soporte la tortura era mayor y era más difícil respirar. Jesús crucificado expresó por lo menos siete frases con orden lógico, habló hasta el último momento, lo cual sugiere que su cerebro estaba siendo irrigado y oxigenado hasta ese instante, por lo cual no murió de asfixia, ni por excesivo y constante dolor, las cuales eran también causas de muerte de los crucificados. La muerte llegó porque el aneurisma cardíaco post-traumático creció y se rompió, estalló, lo cual provocó hemopericardio (sangre en la cavidad pericárdica, alredor del corazón) ocasionando presión sobre el corazón. El pinchazo con lanza, en un costado del tórax, que ejecuta un soldado romano después que Jesús murió lo demuestra: salió un chorro de sangre a presión, seguido de un líquido claro, como agua.

Entre las causas de muerte debido a la crucifixión, según Wikipedia, se han señalado: asfixia (cirujano Pierre Barbet); dolor excesivo (Frederick Zugibe, de la Universidad de Columbia, experimentó en voluntarios, en 1980); choque hipovolémico debido a hemorragia por los azotes; o bien, una combinación de varios factores como deshidratación, insolación, sepsis generalizada por infección de las heridas y cansancio crónico, que podían llevar a un paro cardiaco (análisis médico de la crucifixión, Clínica Mayo).

En jóvenes voluntarios, sanos, no torturados, que imitan la posición de la crucifixión, el doctor Ball observó lo siguiente: inician con frecuencia cardíaca (FC) de 78 latidos por minuto. A los dos minutos, la FC es de más de 110; a los 7 minutos es mayor de 172 latidos por minuto. A los quince minutos, la capacidad respiratoria, cuantificada por medio de espirometría, ha disminuido 10%. El dolor inicia en los muslos a los dos minutos y aumenta gradualmente en las cuatro extremidades. Temblor en muslos y piernas son evidentes antes de los 10 minutos (a pesar de tener un pequeño e incómodo soporte en los pies). El límite de peso que soportan las manos clavadas, antes de desgarrarse, es de 60Kg. El joven ya no aguantó más. En la modalidad de crucifixión aplicada por los nazis hitlerianos (los brazos totalmente hacia arriba, las manos amarradas de la parte superior de un tronco, el cuerpo colgando y los pies en el aire sin ningún apoyo), los investigadores observan: similares cambios en la FC, a los 10 minutos la capacidad respiratoria ha disminuido 10% y el joven no soporta más. En alguien torturado los hallazgos deben ser peores y se agravan al pasar el tiempo.

No todo está dicho. ¡Jóvenes, a investigar!

León de Nicaragua, 24 de abril de 2011