sábado, 5 de mayo de 2012

LOCOS EN LAS CALLES DE NICARAGUA


Locos en las calles de Nicaragua

(…) el amor apagó el foco,
¿a quién le interesa un loco?
(…) ¿se te apagó la luz o la encontraste?
¿se te zafó un tornillo o lo apretaste?
¿cuál es la dimensión de la locura?
Loco / Ricardo Arjona

Lenin Fisher

En Nicaragua le llamamos locos o loquitos a los pacientes siquiátricos; y en las calles de las ciudades de nuestro país muchos locos o loquitos deambulan, sin que aparentemente nada se pueda hacer.

Locos o personas con trastornos psicóticos son aquellas que presentan síntomas psicóticos como principal característica. La psicosis es un trastorno mental mayor, de origen emocional u orgánico, que produce un deterioro en la capacidad de pensar, responder emocionalmente, recordar, comunicar e interpretar la realidad.

Si bien no existe un acuerdo universalmente válido sobre la definición del término psicótico, se puede tomar como referencia la definición conceptual que ofrece el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, que lo considera como una pérdida de las fronteras de sí mismo o un  grave deterioro de la evaluación de la realidad, es decir, que la persona se aleja de la realidad. El nivel de malestar que produce este trastorno es tan invasivo que perjudica sobremanera el normal funcionamiento del individuo, paralizando su actuar y no permitiéndole comportarse de acuerdo a la realidad, por lo cual a veces es necesaria la hospitalización.

Aproximadamente el 10% de la población tiene creencias paranoides tan agudas que deberían ser tratadas; pero sólo el 1% recibe tratamiento. Entre el 50 y 80% de los pacientes que sufren trastornos psicóticos breves no evolucionan a esquizofrenia, es decir que, entre el 20 y 50% de ellos sí evoluciona a esquizofrenia. El 70% de la población mundial tiene acceso a menos de un psiquiatra por cada 100 mil habitantes. En Nicaragua, la esquizofrenia representa el 22% de las consultas médicas por enfermedades mentales. Las enfermedades mentales son la quinta causa de invalidez, entre las 10 principales causas en el  mundo. Más del 40% de los países del mundo carecen de una política de salud mental; más del 30% no poseen un programa de salud mental; y más del 25% no cuentan con medicamentos psiquiátricos básicos en la atención primaria de salud (Proyectos de Política de Salud Mental. Organización Mundial de la Salud. 2001. Programa Nacional de Salud Mental. Ministerio de Salud de Nicaragua. 2003).

En las ciudades de Nicaragua desde hace muchos años deambulan personas con trastornos psiquiátricos llamados popularmente locos o loquitos. Los loquitos son de las personas más marginadas dentro de los marginados. Puede decirse que en nuestras ciudades han pululado varias generaciones de loquitos en condiciones miserables y de mucho riesgo, sin tratamiento, abandonados, hambrientos y hasta desnudos. La sociedad, las autoridades, las instituciones públicas y privadas, el Estado, las Alcaldías, etc., no están suficientemente sensibilizadas para abordar seriamente este problema tan importante. Muchas veces los pocos recursos que se tienen se utilizan en otras actividades sin mayor importancia.

En  2010, murieron en la ciudad de León tres loquitos, de manera lamentable y dramática. Uno de ellos, víctima de una infección grave la piel que seguramente lo llevó a un choque séptico, causándole convulsiones (los socorristas de los bomberos ni lo quisieron trasladar), el hecho fue todo un escándalo; un periodista transmitió por radio desde el lugar de los hechos demandando ayuda para el afectado. Otro, un adolescente que jugaba por la noche en la carretera de circunvalación (by-pass), fue atropellado por un furgón. Y un tercero, murió aparentemente asesinado.

Un ensayo o proyecto piloto  para atender a los loquitos podría impulsarse en una ciudad, lo cual tendría un efecto positivo en la actividad turística; los niños y adolescentes no mirarían el desagradable espectáculo de un loquito abandonado a su mala y trágica suerte; se generarían puestos de trabajo directos e indirectos; y se daría un mensaje humanístico, solidario y constructivo a toda la sociedad y especialmente a los más jóvenes. El Plan Piruca, los Programa Amor y Hambre Cero, Una casa para mi país y el Teletón son ejemplos de que cuando se quiere hacer algo bueno, se puede lograr. No podemos quedarnos con la respuesta que me dio un galeno cuando le platiqué sobre esta inquietud: no es rentable. Todo lo contrario, es rentable desde el punto de vista social, humano y ético.

Managua, Nicaragua, 26 de abril de 2012





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