miércoles, 30 de mayo de 2012

REVOLUCION EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE NICARAGUA


Revolución en la Universidad
 Nacional de Nicaragua

Lenin Fisher

En los últimos meses hemos leído en los periódicos artículos de fondo sobre la Universidad Nacional escritos por expertos en el tema de la educación superior, ex-rectores, pedagogos, etc. También se ha escrito acerca de universidades privadas.

Mucho se ha hablado de aspectos teoréticos o conceptuales, sobre tendencias mundiales, reformas curriculares, autonomía, vínculo universidad y producción, investigación universitaria y tecnología, bicentenario, etc. Pero el asunto es que nadie ha dicho de qué manera concreta hay que comenzar a cambiar a la Universidad Nacional –porque el cambio es justo y necesario- o por lo menos yo no lo he leído nada claro y directo. Ante este vacío práctico y concreto, sin pretender pasar por lumbrera, propongo los siguientes pasos:

1-. Reformar sustancialmente la Ley de Autonomía Universitaria o Ley No. 89 para crear una sola Universidad Nacional. Los tiempos del CNES, de los delegados del gobierno central ante las universidades y los mejores tiempos del CNU ya pasaron. ¿Qué intereses pueden oponerse a dicha reforma?

2-. Suprimir toda ayuda económica del Estado de Nicaragua a cualquier universidad privada. Todas las universidades privadas son básicamente negocios, lo cual nadie puede negar; ellas deben ser auto-sostenibles y pueden ser capaces de becar a quienes deseen becar (sólo tienen que reducir un poco la plusvalía o margen de ganancias).

3-. Reducir el número de rectores, vice-rectores y secretarios generales. Un solo rector y un solo secretario general. Hay que disminuir la burocracia. Existen demasiados cargos, altos de por sí, que consumen salarios tan bien altos. Esta puede ser una forma de ahorrar y aprovechar mejor el dinero del 6%.

4-. Desaparecer el binomio UNAN-León y UNAN-Managua para que exista una sola Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.

5-. Todos los altos cargos burocráticos super-numerarios, generalmente son altamente calificados, por lo cual es mejor que dirijan sus energías a la actividad científica, investigativa y docente. Los cargos burocráticos embrutecen, nos dijo muchas veces, en el Consejo Superior Universitario, el ex-Rector de la UNAN-León, Dr. Octavio Martínez Ordóñez, al inicio de la década de 1990.
  
6-. No se debe olvidar el ejemplo concreto de Wilhelm Röntgen, que siendo Rector de la Universidad de Würzburg, Alemania, descubrió los rayos X en 1895. Además, faltan profesores; pero frecuentemente es más fácil que en las universidades nacionales contraten a un conductor o una afanadora, que a un profesor nuevo y cualificado.

7-. Transformar la Universidad Agraria (UNA) y la Universidad de Ingeniería (UNI) en Facultades de Ciencias Agropecuarias y Facultad de Ingeniería, respectivamente. Si alguien está en contra de tal cosa, que nos muestre 50 ó 100 patentes e invenciones. Todas las Facultades pasarían a ser tener Escuelas (lo cual no es nada deshonroso).

8-. Suprimir toda Escuela, Facultad o anexo de tipo privado dentro de los recintos de la Universidad Nacional, como ha sucedido en la UNI.

9-. Darle más valor y prioridad a las investigaciones, monografías o tesis que los estudiantes de pre-grado y post-grado realicen. La construcción del conocimiento y la experimentación del mismo, para producir más conocimiento, es indispensable. Fortalecer la investigación en el nivel de post-grado, donde con frecuencia podemos encontrar que los graduandos tienen serias dificultades para resumir sus propias investigaciones o ni siquiera hacen un resumen de su informe final. ¿Cuál es entonces la evidencia que se lega como ciencia para las bases de datos digitales?

10-. No permitir la re-elección de las máximas autoridades como Rectores, Vice-Rectores, Secretarios Generales, Decanos y Directores de Escuela. Así, durante un período tendrán que dedicar su mejor esfuerzo para el avance universitario. Es ampliamente aceptado como principio gerencial que todos los cargos administrativos deben rotarse; un burócrata después de 3 ó 4 años en el cargo termina viendo todo bien, pasa inadvertidos los problemas, se acomoda y rehúye enfrentar con soluciones verdaderas y eficaces los males.

11-. Que todas las máximas autoridades (rectores, vice-rectores, decanos, vice-decanos, secretarios, etc.) se dediquen a tiempo completo a sus labores administrativas o gerenciales, es decir, que estén exentos de ejercer la docencia (para eso están los demás profesores) porque hace falta tiempo para dirigir correctamente.

12-. Reafirmar claramente, en la Ley 89 reformada, que son los Consejos Facultativos (Decano, Vice-Decano, Secretario y demás miembros), los que deciden contratar o despedir a profesores. La decisión de la contratación de profesores que cumplan los requisitos no debe ser tomada por los grupos de presión internos (sindicatos, gremios, claustro de profesores de un departamento etc.). Para decisiones tan importantes como la mencionada están el Decano y los Consejos Facultativos.

13-. Impedir la sangría interminable de profesores que descuidan sus labores y compromisos en la Universidad Nacional por ir a trabajar algunas horas en las universidades privadas. Tal fenómeno sucede hasta con muchos profesores contratados por ocho horas. En otros casos, han abandonado a la Universidad Nacional por irse a universidades privadas y como no llenaron sus expectativas o no les cumplieron los cantos de sirena, regresan exigentes a reincorporarse, impidiendo así el relevo generacional de profesionales. La única respuesta de algunos rectores, en el pasado, fue considerar a tales casos, como casos “especiales”. Muchas veces no se toman decisiones firmes y correctas porque los grupos de presión amenazan con la destitución del cargo. ¿Cómo pueden avanzar así la investigación, experimentación, innovación e invención? ¡Qué alguien me explique! Aparentemente, tendremos que volver al tiempo de la Revolución Francesa, de corte liberal y burguesa, que después de abolir las Facultades de Medicina y Universidades, las refundó y obligó a los médicos y profesores a investigar, lo cual permitió el gran salto de la medicina francesa en los siglos XVIII y XIX.

14-. Cumplir puntualmente el retiro a jubilación de todo el personal que cumpla los 60 años de edad para que tengan tiempo de escribir sus memorias. Hay que relevar a los profesionales, profesores y autoridades. Dicen que el conocimiento está cambiando cada seis meses o menos.

15-. Dar más autonomía a las Facultades y sus Consejos Facultativos para la toma de decisiones o firmas de convenios de cooperación, etc., con el fin de desburocratizar la gestión.

16-. ¿Cómo es posible que los fondos del 6% del Presupuesto General de la República no sirvan para contratar profesores en el nivel de post-grado? Eso es una aberración. Pero en la Upoli, la directiva de la UNEN dispone de dos millones de córdobas anuales, por los que han surgido disputas callejeras entre pseudo-líderes estudiantiles.

17-. ¿Por qué la sub-dirección docente de un hospital escuela cuenta con sólo 40 ó 50 fotocopias mensuales y no puede apoyar así la más sencilla investigación que se intente realizar? Mientras el presupuesto para la UNEN es millonario.

18-. Por lo tanto, parte de la Revolución Universitaria debe ser reducir y re-orientar el presupuesto de la UNEN (menos concursos de belleza y fiestas; más investigación, profesores, experimentación, tecnología e innovación). Es contradictorio que mientras algunas autoridades facultativas impulsan actividades por un estilo de vida saludable, la UNEN organiza actividades masivas con categoría VIP y barra libre, y en sus afiches se pueda leer o ver el gran logotipo de los rones y cervezas más famosos del país.

19-. La UNEN y los demás gremios o sindicatos deben cambiar de mentalidad si quieren que la Universidad Nacional mejore y avance. En el logotipo de la UNEN todavía aparece un libro; pero en uno de sus extremos se ve un fusil AK-47. Eso debe cambiarse porque es anacrónico y estamos en paz. El logotipo debe orientarse hacia la ciencia, tecnología e investigación aunque nuestro país sólo destine el 29% de su presupuesto a la educación; el 6% a la educación superior; el 4,5% del PIB a educación; y menos del 0.4% del PIB a investigación y desarrollo.

Los dados están sobre la mesa. La suerte de la Universidad Nacional está echada. Veremos quién será el Rector líder que intente cruzar el Rubicón. La Revolución de la Universidad Nacional debe ser un tema prioritario del Estado. No puede ser visto de otra manera. Un gobierno revolucionario debe hacer también la revolución universitaria porque las reformas y transformaciones curriculares no dan más. De que se puede, se puede.

Radiólogo.

Managua, Nicaragua, 30 de mayo de 2012
leninfisher.blogspot.com